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jueves, 31 de octubre de 2024

LOS SUPREMACISTAS DE MORENA

 


Dictatoriales, autodenominados supremacistas, comandados por una Presidenta de inspiración marxista, los morenistas van a apropiarse de la Constitución.

Pablo Hiriart | octubre 29, 2024

El grupo gobernante en México se apresta a consagrar en la Constitución, tan pronto como esta semana, que todo lo que ellos resuelvan hacer con el texto constitucional será inatacable e inimpugnable.

Le llaman ‘supremacismo constitucional’.

Al ministro González Alcántara y a la Corte los van a avasallar.

Dictatoriales, autodenominados supremacistas, comandados por una Presidenta de inspiración marxista, van a apropiarse de la Constitución.

Vivimos la continuidad brutal del proyecto de López Obrador.

Con lo que aprueben hoy, los ciudadanos y agrupaciones civiles o políticas que consideren vulnerados sus derechos por algún cambio a la Carta Magna no podrán ampararse ni realizar alegatos jurídicos en contra.

Tampoco los empresarios, cuyo dirigente nacional, Francisco Alberto Cervantes Díaz, para vergüenza de muchos de sus antecesores, no se cansa de aplaudir al gobierno marxista que aplasta al Poder Judicial y asumirá los tres poderes de la Federación.

No habrá derecho a impugnar ni al amparo.

Los supremacistas mexicanos aprobarán hoy auto asignarse el poder absoluto.

Ni siquiera podrán ser objeto de controversias las modificaciones constitucionales que tengan errores de procedimiento, como las que hubo en fechas recientes y detuvieron iniciativas del presidente López Obrador.

De tal manera que podrán votar una reforma constitucional sin que haya quorum, por ejemplo.

O en una sesión en la que no se haya distribuido a los senadores o diputados el contenido de un proyecto de reformas.

Si lo requieren, podrán sesionar sin el concurso de los parlamentarios de los partidos opositores y modificar el texto de la Carta Magna.

Lo que aprueben Morena y aliados, el Verde y el PT, será inimpugnable y no procederán los amparos que se interpongan, porque hoy cambiarán los artículos 105 y 107 de la Constitución.

Así, el gobierno de inspiración marxista de la presidenta Sheinbaum podrá decidir –si quiere– que las minorías partidistas no tendrán acceso a la representación en las cámaras.

O que son ilegales las agrupaciones políticas o empresariales que no se comprometan con la cuarta transformación.

En síntesis: podrán hacer lo que quieran con la Constitución y nada ni nadie tendrá derecho a apelar ante una corte o un juzgado.

La mayoría que votará mañana en favor de esa atrocidad, por cierto, es espuria.

Consejeros del INE, cuyos nombres quedarán grabados para cuando se escriba la historia real de esta ignominia, le dieron a Morena y aliados una mayoría constitucional que no alcanzaron, ni de lejos, en las urnas.

Los magistrados del Tribunal Electoral ratificaron la decisión de las consejeras y consejeros del INE que le dieron al oficialismo 73 por ciento de la representación en la Cámara de Diputados, cuando el electorado le dio 54 por ciento de los votos.

Hoy se cerrarán las tenazas con las cuales Morena, con la complicidad de funcionarios del INE y el TEPJF, se apoderó de la Carta Magna para entregarla a Claudia Sheinbaum a fin de que escriba y tache lo que quiera.

Como suele suceder con los gobiernos marxistas y con los supremacistas, altos mandos de Morena y del gobierno federal nos pintan un escenario de guerra en que la agredida es la Presidenta y hay que “salvarla” del ataque enemigo.

Todo para ellos –marxistas y supremacistas–, es una guerra, un complot, una conjura en su contra.

Como nazis o estalinistas, disfrazan sus golpes como defensa de la legalidad, del pueblo y de protección a los débiles.

Sus contragolpes son ‘defensivos’.

Ellos saben que mienten.

Una mirada rápida a dos periódicos de ayer:

“La utilización abusiva e ilegal de instancias nacionales e internacionales de gobiernos legítimamente constituidos es una táctica conocida en inglés como Lawfare, que traducido al español significa algo como ‘guerra jurídica’ o acoso judicial… Es un ‘golpe blando’, el acoso judicial se hace con abierta colaboración de ese poder (Judicial) y permite detener indebidamente y debilitar y hasta deponer a un gobierno legítimamente constituido”.

Esto que acaba usted de leer lo publicó ayer Ernestina Godoy, consejera jurídica de Presidencia de la República.

Lo que sigue es de Ricardo Monreal, líder de la mayoría (espuria) en la Cámara de Diputados:

“Hay una inadmisible embestida mediática y digital (contra la presidenta Sheinbaum)… Viene del conservadurismo que no acepta su derrota en las urnas. Hasta ahora, la mayoría del pueblo se ha mantenido prudente, pero actuará institucionalmente para defender su decisión democrática”.

También ayer, del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña:

“Si ellos se atreviesen a decir que es inconstitucional la Constitución, pues iríamos a un conflicto de dimensiones mayúsculas.”

En esas manos está el país: en las de un grupo de ‘supremacistas’, que en realidad es un batidillo de oportunistas, vivales y comunistas trasnochados, liderados por la Presidenta constitucional que es marxista.

Tendrán todo el poder. Todo.

Lo habrán logrado por encima de la ley, y con el aplauso del Consejo Coordinador Empresarial.

martes, 29 de octubre de 2024

EL MARXISMO DE LA PRESIDENTA




Claudia Sheinbaum puede hacer ajustes tácticos, pero la estrategia y el objetivo siguen siendo los mismos: aplastar a los ‘adversarios’ y así lograr la toma total del poder.

Pablo Hiriart | octubre 28, 2024

Siempre es bienvenido el optimismo, por alentador, porque sin él la vida sería triste, aunque otra cosa es el autoengaño como el de quienes dan ‘el beneficio de la duda’ a la presidenta Claudia Sheinbaum, o piensan que la realidad la hará corregir los errores.

Ella no se equivoca.


Puede hacer ajustes tácticos, pero la estrategia y el objetivo siguen siendo los mismos: aplastar a los ‘adversarios’ y así lograr la toma total del poder.

Las reformas a la Constitución para hacer irreversibles e inimpugnables los cambios que se acaban de introducir, tal vez nos hagan entender que su verdad no puede ser discutida.

Y para que quede claro se pone en la Constitución: inimpugnables.


Ella es infalible.


Curioso que eso suceda en una persona con formación científica, porque la base para obtener conocimiento es la duda y la curiosidad por el error y por la verdad.

Sin embargo la Presidenta no duda, ya sabe cuál es la verdad y no admite revisar si está en lo correcto o no.

Su formación marxista la hace ver la historia como una constante lucha por el poder de forma binaria: ellos contra nosotros.

La reforma judicial es un mar de dudas acerca de si va a mejorar el sistema de impartición de justicia o lo va a empeorar, pero ese no es motivo de reflexión para la Presidenta ni para quienes le acompañan en el gobierno.

Y no es motivo de reflexión porque la finalidad no consiste en que haya mejores jueces, magistrados insobornables y ministros mejor preparados para dictaminar sobre la constitucionalidad de las leyes y de decisiones del poder público.

El objetivo es la toma del Poder Judicial.


Tal vez López Obrador inició la destrucción de la autonomía del Poder Judicial por venganza contra los jueces y ministros de la Corte que le dijeron no a algunos de sus caprichos. Tal vez.

Con la presidenta Sheinbaum la motivación de su proceder contra los integrantes del Poder Judicial no está en el ego, sino en su ideología.

Es ellos contra nosotros. Y la lucha sigue hasta el control absoluto del poder.

Si vemos el trato con el sector empresarial la regla es la misma. A los que dudan de ella, los ignora. Peor aún a los empresarios que promueven una idea del desarrollo contraria a la que ella tiene: los aplasta.

Y a quienes se subordinan les abre las puertas de Palacio Nacional por las horas que sean necesarias, como es el caso del ingeniero Carlos Slim.

Carlos Slim está del lado ‘de nosotros’ en la lucha por el poder total, por lo que tiene carta blanca para hacer negocios con el gobierno y con quien se le pegue la gana.

No importa lo sucedido con la Línea 12 del Metro.

Resulta un privilegio y signo de distinción hacer negocios con Slim, un aliado consentido del régimen.

Pero, a ver, ¿quién se atreve a hacer negocios con otro empresario, llamado Claudio X. González?

En teoría Slim y Claudio X. tendrían los mismos derechos a obtener contratos con el gobierno y a hacer negocios con otros empresarios, nacionales y extranjeros.

La presidenta Sheinbaum dice que Claudio X. González es un empresario “tóxico” que “quiere comandar la Corte”.

Cualquier persona enterada sabe que eso no es verdad, y los no enterados (es decir, la mayoría) no tienen la menor idea de quién es ese señor, aparte de que es un despreciado por el gobierno.

La verdad es lo de menos. Uno (Slim) está del lado correcto de la historia como la concibe la Presidenta: comparte ‘nuestro’ propósito del monopolio del poder político y entonces –sin demérito de sus capacidades como empresario– él puede hacer florecer aún más sus negocios y, por qué no, regresar al monopolio en las áreas de su especialidad.

González, en cambio, debe ser aplastado porque está contra el monopolio del poder que persiguen la Presidenta y su partido.

Y no porque Claudio X. sea un gran empresario (ni idea tengo a qué se dedica), sino porque es la personificación de ‘los otros’, los enemigos a los que ella les niega cualquier valor representativo.

Sin necesidad de hablar, lo agreden.

Lo mismo sucede con los industriales de Nuevo León que, de buena fe, invitaron a la Presidenta a inaugurar su convención. No fue. Ni siquiera les contestó.

Cuando los empresarios regios cierren filas en apoyo a Morena para monopolizar el poder, como lo hacen Slim, el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial y la CONCANACO, tal vez acuda a sus reuniones.

Para Claudia Sheinbaum no se vale estar en medio de la lucha de ‘nosotros contra ellos’. Es una manera de no existir.

La semana pasada cargó contra algunos integrantes del Instituto Nacional Electoral, porque a raíz de los amparos concedidos en el Poder Judicial, titubean en llevar adelante la organización de las elecciones de jueces y magistrados.

Cómo no van a dudar, si es ilegal violar un amparo.

Esos consejeros del INE “son del PRIAN”, dijo la Presidenta. También a ellos los van a quitar.

No dialoga con la oposición ni hay en ella la intención de escuchar, convencer o conciliar. Así es y así será, por su formación marxista para interpretar la historia.

A diferencia de López Obrador, que era un baúl de resentimientos, Claudia Sheinbaum tiene estructura ideológica.

¿Cuál? La que indica su biografía, de la que jamás se ha deslindado.

Capítulo uno, página uno, párrafo uno del Manifiesto Comunista: “La historia de toda sociedad, hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases”.

Ahora es obsoleta la lucha entre burguesía y proletariado, como –de acuerdo con Marx y Engels– lo fueron la lucha entre patricios y plebeyos en la antigua Roma, o señores feudales y siervos en la Edad Media.

Pero la interpretación marxista de la historia sigue siendo a partir de una lucha permanente por el monopolio del poder.

Es lo que hay.

miércoles, 16 de octubre de 2024

SE ACELERA LA DESTRUCCIÓN


Presenciamos la destrucción del Poder Judicial -el único que podía corregir los excesos del grupo gobernante-, para convertirlo en un apéndice del  Ejecutivo.



Pablo Hiriart | octubre 14, 2024

La bochornosa manera de quitar de sus puestos a 350 magistrados de circuito y a 361 jueces de distrito, a través de una rifa que tuvo como anunciador al presidente del Senado, refleja la saña con que se destruyen las instituciones en México.

Se complementa el jolgorio de la destrucción con las elecciones generales anunciadas para el próximo año, en que se elegirán a las personas que ocuparán esas plazas (850 en total, sumadas las que ya estaban vacantes).

Una rifa sacó de sus puestos a centenares de jueces y magistrados de circuito, la mayoría de ellos con amplia experiencia profesional, que pasaron exámenes y estudiaron para llevar una carrera judicial.

Al diablo con los estudios para escalar en la vida. Es más redituable acercarse a Morena.

Fuera, dijo la bolita blanca que cantaba Gerardo Fernández Noroña.

En su lugar elegiremos a personajes desconocidos, que harán campaña para granjearse el apoyo popular y serán propuestos por el Poder Legislativo (Morena), el Ejecutivo (Morena) y lo que quede del Poder Judicial de aquí al próximo año.

Lo que presenciamos es la destrucción del único poder autónomo que podía corregir los excesos del grupo gobernante, para convertirlo en un apéndice del Ejecutivo.

Aun sin tener el control absoluto del Poder Judicial, el gobierno (Ejecutivo y Legislativo) actúa como si éste no existiera: viola amparos de una manera ostentosa, lo que anula esa figura que podía usar el ciudadano para defenderse de los abusos del poder.

El régimen totalitario que construye Morena va a galope tendido, pues en la presente semana estarán listos para discutirse nuevos dictámenes en el Congreso, entre ellos el que desaparece el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información, creado durante el primer gobierno de la alternancia.

Durante la administración pasada más de 80 por ciento de los contratos otorgados por el gobierno fue asignado por el obscuro procedimiento de la adjudicación directa, y las obras multimillonarias, donde se gastó a destajo y en exceso, fueron selladas al conocimiento público por 10 o 15 años.

La desaparición del INAI, que hasta ahora cuenta con autonomía, es un duro golpe al derecho a la información. Los ciudadanos que pagan impuestos no podrán conocer de manera transparente en qué se gastan sus contribuciones.

Viene también la reforma electoral, para entregar al gobierno formalmente la organización y arbitraje de las elecciones.

Con ese régimen totalitario, que marcha a paso de ganso, el gobierno (Morena) nos acusará, nos juzgará, sentenciará, organizará las elecciones y contará los votos.

Esta destrucción institucional del régimen democrático viene acompañada por la destrucción de la paz, la seguridad y el orden.

Chilpancingo, capital de Guerrero, es disputada por seis grupos criminales que trafican con drogas y armas.

Los nombres y líderes de esos grupos, ligados a los grandes cárteles de las drogas y de la alta delincuencia en el país, han sido publicados (el reportero David Vela, la semana pasada en El Financiero) y sus alianzas y alcances también (Raymundo Riva Palacio, también en estas páginas).

El grupo llamado Los Ardillos habría matado y decapitado al presidente municipal de Chilpancingo hace unos días, y aún no están detenidos los autores de este grave crimen político.

Nada. Ni un capo de los grupos criminales que asesinaron y además le cortaron la cabeza al alcalde Alejandro Arcos ha sido detenido.

¿Cómo es que mafiosillos de pueblo pueden más que el Estado mexicano?

Es la realidad. No conviene su aprehensión, o no hay capacidad para detenerlos.

López Obrador dejó un país encendido por la política de no hacer nada contra los grupos criminales. Ya empoderados en un territorio, no hay manera de recuperar pacíficamente esos jirones de soberanía perdida.

¿Quién manda en la frontera de Chiapas, en la capital de Tabasco, en Sinaloa?

AMLO dejó la Presidencia con 200 mil asesinatos, 51 mil desaparecidos, tráfico récord de drogas a Estados Unidos, que matan a 110 mil estadounidenses cada año, 60 por ciento de ellos por fentanilo.

La destrucción va a continuar con el deterioro de la relación con Estados Unidos, país al que tres millones de mexicanos intentaron cruzar ilegalmente en el sexenio pasado. Los que sí pudieron pasar, a riesgo de sus vidas, son los que mantienen la economía de regiones pobres de México con las transferencias de dólares.

El grupo que gobierna México siempre se opuso al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con la falacia de que Carlos Salinas le estaba regalando la soberanía nacional a los gringos. Siempre lo han querido demoler, por un absurdo y decimonónico antiyanquismo.

Tienen razones más de fondo: habernos aliado comercialmente con Estados Unidos y Canadá trae implícito el respeto a valores comunes como democracia y Estado de derecho. Eso es lo que está en proceso de demolición. El tratado estorba al proyecto totalitario en curso.

La destrucción parcial o total del tratado será un bocado para el candidato republicano, Donald Trump, e incluso si llegara a ganar Kamala Harris, las exportaciones mexicanas, motor de la economía nacional, se verán afectadas.

Ya nos explicarán los economistas de este diario el impacto que podría alcanzar para México un enfriamiento de la relación con nuestros tres principales socios comerciales.

Lo que es seguro es que la economía nacional no saldrá indemne del totalitarismo de Morena, con ausencia de Estado de derecho, democracia de mentira y empoderamiento de todo tipo de cárteles criminales que matan aquí y en Estados Unidos.

También veremos, en un mes, el impacto de la política populista –mal llamada ‘social’– en el Presupuesto del próximo año.

miércoles, 2 de octubre de 2024

ÉXITO

 



Carlos Elizondo Mayer-Serra en Reforma

29 septiembre 2024

AMLO termina su sexenio como el Presidente políticamente más exitoso de la posrevolución. Su candidata ganó por amplio margen y su partido y aliados pueden cambiar la Constitución sin restricciones. El broche de oro es violentar la lógica sexenal sobre la que se construyó nuestro sistema político: entregará la banda presidencial el martes 1º de octubre, pero no todo el poder.

Carlos Elizondo Mayer-Serra, politólogo (Oxford) e internacionalista (El Colegio de México), se ha dedicado a investigar la tensión que existe entre lograr gobernarnos democráticamente y crecer económicamente. Su más reciente libro, Los de adelante corren mucho: Desigualdad, privilegios y democracia, discute esta tensión para el caso del continente americano. Es profesor de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey.

No serán de Sheinbaum dos posiciones clave: la Secretaría de Gobernación (la más importante en la tradición política mexicana) y la Secretaría del Bienestar, construida en el sexenio de AMLO para sacarle todo el beneficio político posible a la distribución de transferencias. Tampoco lo son los líderes morenistas en ambas Cámaras. AMLO ha dado el paso más audaz de un Presidente saliente: colocar a su hijo como secretario de Organización de Morena.

La gente está contenta y optimista. Las transferencias sociales, las remesas y el incremento en el salario real han permitido a la gran mayoría de la población incrementar su ingreso. Sin embargo, este éxito político está montado sobre un raquítico crecimiento: 0.8 por ciento de promedio anual durante los primeros 5 años del sexenio. El PIB per cápita hoy es ligeramente inferior al del 2018.

La pandemia no es la causa: la economía de Estados Unidos creció en promedio 2.1 por ciento del 2019 al 2023; Colombia 2.9 y Brasil 1.7. En América Latina sólo a Argentina y a Venezuela les fue peor que a nosotros. Y eso que México ha tenido la oportunidad dorada del nearshoring.

AMLO fue exitoso en terminar sus obras, muchas las inauguró varias veces, pero su utilidad es la que los expertos predijeron. El cancelado aeropuerto de Texcoco nunca podrá ser sustituido por el AIFA y el AICM combinados. La cuestión no es si el AIFA ahora mueve más pasajeros que el año pasado, llegó en julio a cerca de 600 mil, sino el contraste con el aeropuerto de Estambul, de tamaño similar al de Texcoco, inaugurado en 2018. En 2023 este aeropuerto movió 76 millones de pasajeros, 31 veces más que al AIFA en aquel año. El Tren Maya, mal diseñado y desarrollado en una zona de baja densidad poblacional, mueve unas mil 200 personas al día, equivalente a unos 25 autobuses de pasajeros llenos. La refinería de Dos Bocas sigue sin funcionar. Los 20 mil millones de dólares hasta ahora gastados le hubieran dado a Pemex el oxígeno financiero que tanto requiere.

Su fracaso en materia de seguridad se resume en los 196 mil 505 homicidios y 51 mil 791 personas desaparecidas durante este sexenio. En el anterior fueron 156 mil y 35 mil, respectivamente.

Peña Nieto le cedió a AMLO no sólo el poder para manejar la transición como quiso, sino le heredó finanzas públicas estables y muchos recursos en fideicomisos etiquetados para responsabilidades futuras del gobierno que AMLO usó para financiar sus deseos. Claudia Sheinbaum arranca con muchas más restricciones, empezando por las fiscales.

Sostener el crecimiento de los ingresos de la mayoría de los mexicanos, aumentando las transferencias sociales, no va a ser fácil. La productividad laboral, el factor central para poder mejorar de forma sostenida los aumentos salariales, se ha deteriorado. La inversión privada, que rebotó de forma importante en 2023 tanto por el nearshoring como en respuesta a la brutal caída de la misma en los primeros cuatro años del sexenio, se está desacelerando.

La incertidumbre generada por la reforma al Poder Judicial llevará a un menor crecimiento en el 2025 o incluso a una recesión. Ningún experto diseñaría una reforma judicial como la aprobada por Morena.

Ojalá Sheinbaum cumpla su promesa de lograr un crecimiento compartido. Nunca es fácil iniciar una administración, pero va a gastar mucho capital político y presupuestal en enfrentar los obstáculos que le sembró su antecesor, cuyo éxito histórico, paradójicamente, dependerá en buena medida de qué tan bien le vaya a su sucesora.


@carloselizondom