A muchas personas ha extrañado que, después de años de defender celosamente sus reservas petroleras, ahora Estados Unidos decida convertirse nuevamente en exportador de petróleo a bajo precio, aplicando el dumping [1] contra países rivales –exportadores de petróleo- en particular: Irán, Venezuela y sobre todo Rusia, aunque de pasada afecte economías de países aliados como es el caso de México e incomode fuertemente a la OPEP.
La situación geopolítica del momento actual
La reacción de Estados Unidos frente a las humillaciones sufridas ante Rusia en el Medio Oriente en 2013 y en Crimea en 2014, amén del firme rechazo de Putin ante la incorporación de Ucrania al proyecto de Unión Europea-OTAN. Ha llevado al gobierno norteamericano en su conjunto a tomar decisiones que desestabilizarán el orden político y económico mundial a corto plazo y mediano plazo.
Estados Unidos no acepta que ha terminado su imperio unipolar, obtenido tras el colapso de la URSS y los débiles gobiernos de Mijail Gorbachov y Boris Yeltsin. No acepta que estamos ante un nuevo orden multipolar, más precisamente tripolar constituido por Estados Unidos, Rusia y China.
Noviembre fue un mes de cumbres: el 10 y 11 de noviembre –se celebró la Cumbre del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) en Pekín–, el 15 y 16 tuvo lugar la Cumbre del –G-20 en Brisbane (Australia)–, y el día 24 tuvo lugar, la negociación del contencioso nuclear iraní con el P5+1 –los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU- más Alemania.
Durante el Foro de la Cuenca del Pacífico (APEC), Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, lanzó en forma oficial la Zona de Libre Comercio de Asia-Pacífico, que naturalmente no goza de la aprobación de Obama.
El presidente Xi dio dos anuncios espectaculares que impactarán tanto en la geoenergía como en las geofinanzas: cerró el trato con Rusia para el segundo tramo de otro gasoducto que le blinda de los piratas del estrecho de Malaca, cuyas operaciones se realizarán exclusivamente en yuan, la divisa ascendente del nuevo orden multipolar en curso, y conectó las bolsas de Shanghai y Hong Kong (la primera plaza financiera global, de acuerdo con el ranking del Índice de Desarrollo Financiero), lo cual disparó las acciones de China en los últimos 3 años.
En la reunión del G-20 el presidente de Rusia, Vladimir Putin, blanco de duras críticas en el primero de dos días de reunión del Grupo de los 20 (G-20) –por los aliados de Estados Unidos-, se vio forzado a abandonar este encuentro anual.
Finalmente el 27 de noviembre tuvo lugar la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La noticia que debió ser de ocho columnas, pasó casi desapercibida por los ríos de tinta derramados por el asunto de Ayotzinapa. Solo un especialista en temas financieros como es Enrique Galván Ochoa, escribió en su columna: << Los países que integran la OPEP –la organización de países exportadores de petróleo– adoptaron una decisión dividida: no bajarán el volumen de producción actual de 30 millones de barriles al día. Los países árabes del grupo del Golfo Pérsico entraron a la reunión de ayer en Viena con un preacuerdo: no limitar la producción, dejar que el mercado se estabilice por sí mismo. Tienen reservas de divisas enormes, pero Venezuela, Nigeria y otros no. La OPEP es un cártel. Y un cártel es un arreglo entre competidores para controlar los precios. Sus miembros son Argelia, Angola, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y dos países latinoamericanos: Ecuador y Venezuela.>>[2]
Posteriormente se conocerían las declaraciones del ministro de Petróleo de Arabia Saudita Ali al-Naimi, quien habló de una rivalidad con Estados Unidos por cuotas de mercado. Señaló que la forma de combatir el auge del crudo de esquisto en Estados Unidos, es oponiéndose a un recorte de la producción petrolera para deprimir los precios y debilitar la rentabilidad de los productores de América del Norte.
El secretario general de la OPEP, Abdalla El-Badri, confirmó que la OPEP comenzó una batalla por cuotas de mercado. Cuando se le preguntó si la organización tenía una respuesta a la creciente producción de Estados Unidos, dijo: “Respondimos. Mantenemos la misma producción. Esta es una respuesta”.
“Este es un mundo desafiante. La OPEP claramente está trazando una línea en la arena (...) El tiempo dirá quién queda en pie”, dijo Yasser Elguindi, de la consultora Medley Global.
Aunque la decisión los afectará enormemente, tanto Irán como Rusia mantendrán la solidaridad con la OPEP. El viceprimer ministro ruso, Igor Shuvalov, manifestó que su país, mantendrá sus propios niveles de bombeo, en línea con la decisión de la OPEP.
El boom de la industria del fracking (fractura hidraúlica) estadounidense
Estados Unidos ha aumentado su producción petrolera y de gas a través de La utilización del fracking (una técnica que implica inyectar en la tierra agua a alta presión con una mezcla química para romper la roca y liberar petróleo o gas shale (esquisto) atrapado en ella), sin embargo, requiere que la perforación sea continua. Con esta tecnología se necesita abrir permanentemente nuevos pozos para mantener la producción, dado que un pozo de explotación no convencional reduce su producción entre un 50 y un 70% en su primer año, mientras que uno convencional pierde poco más del 50% en dos años. Y perforar de manera continua implica, claro, invertir permanentemente. Hoy 20 estados de EU se consagran alegremente al frenético fracking. Esta técnica implica la utilización de enormes cantidades de agua y tiene un efecto contaminador de mantos freáticos, así como del aire por gases y sustancias cancerígenas. Esto ha llevado a que el gobernador del estado de Nueva york, Andrew Cuomo, lo prohíba fundamentándose en riesgos a la salud, apenas el mes pasado.
Desde mediados de 2014 el mercado está saturado debido el incremento en la producción de esquisto en Estados Unidos que ayudó a crear un exceso de oferta en medio de un débil crecimiento y el precio del crudo cayó de 115 dólares/barril en junio a unos 62 dólares/barril.
La OPEP doblegará a estados Unidos
El analista internacional Alejandro Nadal redondea la idea: << ¿Por qué insiste Arabia Saudita en mantener sus altos niveles de producción y promover la caída en el precio del petróleo? Hay muchas hipótesis sobre quiénes pueden ser los enemigos a los que se dirige la ofensiva saudita, pero sin duda el principal es la industria estadunidense de extracción de petróleo y gas con el método de fractura hidráulica y perforación direccional. Arabia Saudita busca mantener precios bajos durante el tiempo que sea necesario para romperle el espinazo a la joven industria del fracking en Estados Unidos.
Para lograrlo, Arabia Saudita debe mantener precios inferiores al nivel de costo de producción en los campos de fracking en Estados Unidos durante un tiempo suficientemente largo (la producción ya no es rentable cuando los precios son inferiores al costo de extracción y comercialización). Para tener una idea del nivel de precios necesario para quebrar la industria del fracking es importante contar con datos sobre costos de producción unitarios en los campos más representativos de la industria estadunidense. Los datos revelan lo siguiente: a un precio de 70 dólares/barril, 90 ciento de los campos en Estados Unidos podrían seguir operando con ganancias. Pero las cosas cambian radicalmente cuando los precios llegan a los 60 dólares/barril: alrededor de 40 por ciento de la producción por medio de fractura hidráulica en Estados Unidos se torna no competitiva (el costo de extracción es mayor al precio de venta). Uno de los tres más grandes productores con fracking en Estados Unidos está en el estado de Dakota del Norte, donde el complejo Bakken produjo el año pasado unos 300 mil barriles diarios, convirtiéndose en la estrella del fracking estadunidense. Pero los costos unitarios de producción en Bakken rebasan los 60 dólares/barril. Arabia Saudita lo sabe y está decidida a sacar a estos y otros productores de la jugada.
¿Hasta dónde está decidida a llegar Arabia Saudita? Para ganar una guerra de precios no sólo se necesita tener estructuras de costos eficientes que permitan deprimir los precios sin incurrir en pérdidas. También es necesario contar con reservas profundas que otorguen la capacidad de resistir la reducción en las ganancias. Arabia Saudita tiene ambas cosas. El costo de producción de su Arabian Light es notablemente inferior al West Texas y al Brent International, las dos referencias más importantes en el mercado mundial y sus reservas netas son superiores a los 900 mil millones de dólares.
Por todo lo anterior, no sorprende el pronóstico de muchos analistas y de la misma OPEP de que en 2015 el promedio del precio de petróleo se mantendrá alrededor de 60 o 55 dólares/barril. El objetivo es reventar la industria estadunidense de petróleo a partir de fractura hidráulica. Parece que la estrategia de Riyadh va por buen camino este año el número de solicitudes para abrir nuevos pozos cayó 40 por ciento. Además, hay que considerar que muchos productores estadunidenses se han endeudado para iniciar sus operaciones y ahora las cargas financieras comenzarán a pesarles mucho más, especialmente con los cambios en la política monetaria anunciados para el año que viene. Las cosas no pintan bien para la industria petrolera del fracking. >>[3]
El día de hoy Enrique Galván Ochoa, escribió en su columna: <<Hay señales de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) está ganando desinflando a los productores de petróleo shale de Estados Unidos. El grupo financiero Barclays dice que los estadunidenses se verán obligados a recortar 30 por ciento este año sus inversiones, si los precios continúan alrededor de 50 dólares el barril. En el mismo sentido, 35 pozos horizontales fueron parados en Dakota y Texas sólo la semana anterior, record desde que la explotación de shale vino a generar sobreproducción mundial. Estados Unidos –antiguo importador nato– ya figura entre los exportadores, con 500 mil barriles diarios. Está vendiendo a Singapur, Canadá, Suiza, China y en un futuro próximo… ¡a México!>>[4]
Jorge Pérez Uribe
[1] En el comercio, el dumping consiste en vender un producto por debajo de su valor normal en el mercado, no necesariamente por debajo de su costo, durante un período prolongado. El dumping permite que una empresa, eficiente o ineficiente, haga quebrar a sus competidores y se quede con el mercado, si cuenta con suficiente capital para financiar ventas a precios que contienen pérdida o falta de lucro. El dumping también causa daño a las economías nacionales en general, pues conduce a la eliminación, injustificada en términos de competitividad, de empresas eficientes que son motor de empleo y desarrollo. El dumping: competencia desleal | GestioPolis
[2] Periódico La Jornada, Columna Dinero, viernes 28 de noviembre de 2014, México
[3] Periódico La Jornada, Guerra de precios: Arabia Saudita y el fracking, miércoles 24 de diciembre de 2014, México.
[4] Periódico La Jornada, Columna Dinero, lunes 12 de enero de2015, México
Me parece muy clara la exposición y análisis. Con la respuesta de la OPEP, difuculta a los inversionistas extranjeros hacerlo en México, pues los costos de extracción serán elevados. Es un impasse muy pequeño, pero que puede dar tiempo a recapitular en lo de la reforma energética. El otro peligro, sera que las concesiones que otorgue el Gobierno Mexicano sean prácticamente regaladas y entonces si que se estará entregando no solo el petróleo, sino que la soberania sobre amplias zonas en los estados petroleros. ¡Aguas!
ResponderEliminarEfectivamente, pienso que México debe revalorar la conveniencia de aplicar el fracking en suelo mexicano, por su alto costo y sus efectos contaminantes. Por otra parte para reanimar a mis compatriotas, debo decir que las exportaciones petroleras solo representan el 16% del PIB y que el petróleo barato en Estados Unidos suele reactivar su actividad económica, por lo que la baja en ingresos petroleros puede compensarse con la exportación de productos manufacturados, precisamente a Estados Unidos.
ResponderEliminarMuchos demócratas Estado-Unidenses se oponen en público al fracking y al proyecto Keystone XL que llevaría crudo no convencional desde Canadá hasta el Golfo de México. El Presidente Obama es uno de ellos, y la caída del precio del petróleo les viene como anillo al dedo. No sólo reivindican sus posturas con un argumento indiscutible en los Estados Unidos, las ganancias, sino que de pasada incomodan temporalmente a Putin, y todo justo antes de las elecciones del 2016.
ResponderEliminarDigo temporalmente, porque las reservas de crudo en las arenas bituminosas de Alberta se estiman hasta en 7 veces la cantidad de reservas confirmadas de crudo en Arabia Saudita. Sin embargo, la venta de este crudo es inviable sin la aprobación de Keystone XL. Si se cancela el proyecto, todos ganan: Putin, Iran, Venezuela, Obama, Arabia Saudita y hasta sus socios republicanos (toda la familia Bush incluída). Los norteamericanos escuchan al dinero ("money talks"), y si el precio del crudo es bajo y la rentabilidad esta en duda, Keystone no interesa.
Los mismos republicanos parecen aprovechar la situación, al apurar la votación y aprobación del proyecto justo a tiempo para recibir el (previsible) veto del presidente, en un contexto económico que lo justifica plenamente. ¡Maldito Obama! lo acusarán, mientras sus acciones petroleras suben de valor, y si en el futuro sube el precio del barril, lo volverán a señalar como culpable. Asi que a mi parecer, casi todos ganan.
Gracias Pablo por tu valiosa opinión, espero por el bien de la salud humana y de la ecología, que se cancelen los proyectos de extracción del shale gas/petróleo con la metodología del fracking. Por lo pronto nos están llevando al baile, muy fuertemente a Venezuela, Rusia y México. Esto podría llevar a la caída del presidente Maduro, Rusia sobrevivirá y si se da un fuerte crecimiento de la economía estadounidense con el petróleo barato, México podría salir beneficiado.
ResponderEliminarUn abrazo.
( Pablo Fernández es un científico mexicano, muy en contacto con la realidad norteamericana).