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miércoles, 10 de agosto de 2016

JACQUES HAMEL, SU MARTIRIO LO CONVIERTE EN EVANGELIZADOR DE FRANCIA, DE EUROPA Y ¿DEL ISLAM?




“La victoria del martirio, como la que recibió el padre Jacques, no tiene fin. Es la victoria misma de Cristo, que vence en la fragilidad de los pobres hombres débiles e inermes, tal y como el anciano sacerdote francés. Fortalecidos y sin miedo, no por esfuerzo propio o por capacidad propia, sino porque el Espíritu los hace fuertes, para vivir y actualizar en su carne la misma pasión redentora de Cristo.” Patriarca caldeo Louis Raphael I Sako, 28 de julio de 2016

Su cobarde asesinato el pasado martes 26 de julio, recibió una condena generalizada. Un anciano sacerdote de 85 años que dedicó su vida al servicio de Dios y de sus hermanos. Un hombre bueno, inerme, servicial, fue asesinado por un par de jóvenes yihadistas que ese día asistieron a la misa matutina en la iglesia de Saint-Etienne-du Rouvray, un pequeño municipio de Normandía con una población de 28 mil personas aproximadamente.

Probablemente Adel Kermiche y Abdel-Malik Petitjean que en un video que se hizo circular el día siguiente juraban lealtad al Ejército Islámico, nunca imaginaron la trascendencia que su pequeño acto terrorista iba a ocasionar.

Su martirio fue el primero que se produce en la Europa Occidental en más de 70 años, tras la ejecución del jesuita Alfred Delp, S.J., el 2 de febrero de 1945 en Berlín a manos de los nazis.


Crónica del atentado


Como todos los días el padre Jacques Hamel celebraba la misa matutina, ante cinco escasos feligreses, tres religiosas de la congregación de San Vicente de Paúl y una pareja de ancianos, Jeanine y Guy, que ese día cumplía 87 años. Ya para terminar la misa a las 9.25 los dos jóvenes yihadistas entraron por una puerta trasera armados con cuchillos y una pistola que en realidad no funcionaba. 

Jeanine lo cuenta así: «Cuando uno de los terroristas se acercó a mí, me dijo que no iba a hacerme daño porque íbamos a servir de rehenes. Hablaba de las tres monjas presentes y de mí. Entonces me dije: ‘Bueno, no vamos a morir enseguida. Moriremos quizás un poco más tarde’».

«Al padre Jacques le dieron primero un golpe, seguramente en el cuello. Cayó con la cara hacia el cielo, hacia nosotros. Se veía la sangre salir de la boca. Y enseguida le dieron otros golpes y ahí se terminó». Cuando fue arrojado al suelo decía: “Vete Satanás”. Antes de morir, trató de empujar a sus agresores y volvió a repetir: “Vete Satanás”, luego fue degollado

«Los terroristas habían dado un teléfono móvil a mi marido para que filmara o fotografiara al cura una vez ejecutado. Luego tomaron a mi marido como rehén y le hicieron otro tanto».

«Recibió cuatro cuchilladas en el cuello, los brazos y la espalda. Querían matarlo, como al cura».

«Yo me dije que estaba muerto y que iba a ser nuestro turno. Los terroristas me sujetaban por la espalda con su pistola en el cuello. ¿Era falsa? No lo sé. Pero estaba en mi cuello… Luego afilaron el cuchillo. Es todo».

Jeanine explicó que su marido salvó la vida porque «se hizo el muerto». «Le vi moverse un poquito. Estaba bien. No había perdido el conocimiento. Trató de mantener los dedos en la herida para evitar que sangrara demasiado. Pero le pareció el tiempo muy largo antes de que vinieran a buscarlo», relató. Una de las religiosas logró escabullirse en el momento en que ordenaban al sacerdote que se arrodillará y dio la alarma a la que acudió la policía que acribillo a los terroristas.


¿Preservado para el holocausto final?


Roseline Hamel, hermana del padre Jacques Hamel afirmó durante el funeral que “el Dios del amor y la misericordia” eligió a su hermano “para estar al servicio de los otros, para cultivar el amor y compartir la tolerancia entre los pueblos de todas las confesiones, creyentes o no creyentes, hasta su último suspiro”.

La hermana del sacerdote añadió que el motivo de esta elección se debía al “don de tu vida, por la fuerza de tu fe inquebrantable, tu mensaje y por tu huella, que siempre nos acompañará”.

Roseline siguió refiriéndose a su hermano fallecido: “Jacques era mi hermano, hermano de todos. Recuerdo que nuestro hermano en su servicio militar en Argelia, eligió servir como un simple soldado, “porque, siendo un oficial y considerando su eficacia al mando, podría haber estado en la situación de ordenar matar a otros hombres. Su rechazo fue categórico”.

La hermana del sacerdote reveló que Jacques estuvo involucrado en la guerra de independencia de Argelia, cuando sólo tenía 24 años y que él fue “el único superviviente en una de las batallas y con frecuencia se preguntaba ¿por qué yo? Hoy Jacques, nuestro hermano, vuestro hermano, tiene una respuesta”, explica Roseline Hamel. 

Más tarde, en 1958, Jacques fue ordenado sacerdote a la edad de 28 años y sirvió a su Iglesia por 58 años.

“Voy a trabajar hasta mi último aliento”, le había dicho recientemente a un compañero sacerdote que le animaba a retirarse dada su avanzada edad. Y Dios le concedió que en ese último aliento su sangre se uniera a la del Cordero Celestial cuyo sacrificio se renueva en cada misa que se celebra.
Entrar al tema de los mártires de la Iglesia es entrar al tema de los misterios de Dios, ya que Dios es el Dios de la vida, el Dios que cada día que amanece preserva nuestra vida contra tantas amenazan que atentan contra ella. La inmolación de un mártir por mucho que pareciera  un acto unilateral de un dios sanguinario, no es así de ninguna manera, ya que en muchos casos los mártires han dejado evidencia del generoso ofrecimiento de su vida a Dios, comúnmente por la paz. Dios acepta este ofrecimiento y a cambio brinda innumerables gracias, como la fe, la paz y las vocaciones sacerdotales y religiosas.

Si de joven Dios preservó su vida en las batallas, ahora el padre Hamel quedaba solo al frente de la parroquia –listo para el holocausto- ya que el párroco oficial Auguste Moanda-Phuati acompañaba a los jóvenes de la parroquia a Polonia puesto que eran los días de la Jornada Mundial de la Juventud (26-31 de julio).

Reacción ante su inmolación


El presidente del Instituto Regional de la Fe Musulmana de Normandía, Mohammed Karabila, que tenía contacto con él en el marco del diálogo interreligioso de la zona, describió al padre Hamel como “un hombre de paz y de fe, con un cierto carisma, una persona que dedicó su vida a sus ideas y a la religión”. “Sacrificó su vida por los demás”, añadió.

El arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, en un comunicado informó que abandonaba la JMJ de Cracovia para volver a su diócesis de Rouen tras el asesinato del sacerdote.

“Esta noche estaré en mi diócesis, con las familias y la comunidad parroquial, que están en estado de shock”, escribió desde Cracovia.

“La Iglesia católica no puede esgrimir unas armas distintas a la oración y la fraternidad entre los hombres”, agregó el arzobispo.

“Dejo aquí (en la JMJ de Cracovia) a cientos de jóvenes que son el futuro de la humanidad. Yo les pido que no se rindan frente a la violencia y se conviertan en apóstoles de la civilización del amor”, concluyó Lebrun que también invitó a los no creyentes a sumarse al llanto por esta tragedia.

Unas 2 mil personas asistieron ese martes 2 de agosto al funeral realizado en la Catedral de Rouen para dar el último adiós al P. Jacques Hamel, el sacerdote de 84 años asesinado en su iglesia en Francia por dos terroristas del Estado Islámico.

La Misa fue seguida por una gran cantidad de fieles a través de una pantalla gigante en las afueras de la Catedral donde recordaron al presbítero asesinado el pasado 26 de julio. 

Dirigiéndose a los familiares del sacerdote, el Prelado explicó que no le corresponde “declararlo ‘mártir’ al Padre Jacques, pero ¿cómo no reconocer la fecundidad del sacrificio que ha ofrecido en unión con el sacrificio de Jesús que él celebraba fielmente en la Eucaristía? Las palabras y los numerosos gestos de nuestros amigos musulmanes y su visita son un paso considerable”.


No habrá llamamiento a otra cruzada, sino a la reconciliación


A su regreso de la reunión de la JMJ en el vuelo Cracovia-Roma en Papa francisco contestó a varias preguntas como esta: << “Los católicos están bajo «shock» después del bárbaro asesinato del padre Hamel. Usted dijo que todas las religiones quieren la paz, pero él fue asesinado en el nombre del islam. ¿Por qué cuando usted habla sobre terrorismo no pronuncia nunca la palabra islam?”

El Papa respondió: “A mí no me gusta hablar de violencia islámica, porque todos los días, cuando hojeo los periódicos, veo violencia, aquí en Italia: está aquel que mata a la novia o a la suegra, y estos son violentos católicos bautizados. ¿Si hablara sobre violencia islámica también debería hablar sobre la violencia católica? No todos los islámicos son violentos. Es como una macedonia, hay violentos en las religiones. Una cosa es cierta: en casi todas las religiones siempre hay un pequeño grupo fundamentalista. También nosotros los tenemos. Y cuando el fundamentalismo llega a matar (se puede matar con la lengua, lo dice el apóstol Santiago, no yo, y se puede matar con el cuchillo) no es justo identificar el islam con la violencia.” >>

<<En Francia, musulmanes se unieron a sus hermanos católicos durante la misa, en una imagen única y asombrosa de amistad y fraternidad. Este extraordinario acto de caridad es a la vez la respuesta y el fin contra la violencia que perpetraron aquellos jóvenes corruptos, que tan falsamente decían representar la fe islámica, en aquel mismo altar varios días antes.

A partir de la sangre de aquel único mártir se nos ofreció una imagen definitiva de paz. Cristianos y musulmanes se unieron alrededor del sacrificio del altar, una señal inequívoca del tiempo en que “el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios secará toda lágrima de sus ojos” (Ap 7,17).

La presencia de musulmanes sentados en las bancas de la iglesia no fue coaccionada, no fueron forzados a unirse al sacrificio de la misa; pero sí fueron obligados por la fuerza del amor que manaba de su interior. Se encontraron con sus vecinos cristianos para saludarse “unos a otros con un beso de amor” (1 Pedro 5,14). Sólo dos días antes, los obispos franceses hacían un llamamiento a un día de ayuno por el asesinato del padre Hamel, y Dios respondió a esa oración con este regalo.>>[1]


El retrato del padre Jacques Hamel, elaborado por un creyente musulmán


<<La pintura tiene un aire familiar: se inspira, de hecho, en la fotografía que ha dado la vuelta al mundo tras el asesinato del padre Jacques Hamel por parte de dos hombres miembros del Estado Islámico.

La postura y la vestimenta es la misma, así como el libro. Lo distinto es la aureola alrededor de la cabeza del sacerdote muerto. Falta también el micrófono y el trasfondo de la iglesia. Ha quedado con un aire atemporal: podría tratarse de un santo en una caverna o de un santo en oración, a quien el cielo espera.

Bajo la imagen, esta inscripción: “Pintado y ofrecido por Moubine, musulmán practicante”. Fue regalado a la catedral de Rouen, en Francia, en memoria del padre Jacques Hamel.

El cuadro lo dice todo. Como ha dicho recientemente el papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud, “todas las religiones quieren la paz. La guerra la quieren los demás”.

En la homilía pronunciada en el funeral del padre Hamel, el arzobispo de Rouen Dominique Lebrun invitó especialmente a los católicos alejados de la Iglesia. Una invitación dirigida a todos, en Francia y en el resto del mundo:

“En recuerdo del Padre Hamel, 
os invitamos a visitar una iglesia en los próximos días,
para hacer aún más evidente vuestro rechazo a la profanación de los lugares sagrados,
para declarar que la violencia no prevalecerá en vuestro corazón,
para pedir a Dios la gracia,
para encender una vela en la iglesia como signo de resurrección;
para reuniros allí y abrir vuestro corazón a lo más profundo;
para rezar, si es posible, para implorar misericordia.
El 15 de agosto, Fiesta de la Asunción, será un día apropiado. La Virgen María os acogerá con toda su ternura.
Acordémonos de nuestra Madre y recemos,
¡Dios, no vuelvas tu rostro cuando tus hijos, que te miran, te invocan!
¡Dios, completa en nuestros corazones lo que tu Hijo Jesús ha empezado!
Si has estado lejos de la Iglesia mucho tiempo, podrías aceptar esta invitación a volver. Qué mejor respuesta se puede dar a la maldad que tuvo lugar durante la misa, sino la de volver, de estar presentes de nuevo y dar testimonio una vez más del sacrificio más grande (a través del cual el mundo ha sido salvado). ¡Enciende una vela, aunque sea eléctrica, y vuelve a rezar con tus hermanos y hermanas católicos!”>>[2]

Jorge Pérez Uribe




[1] http://es.aleteia.org/2016/08/08/veo-esperanza-y-belleza-podria-este-ser-el-final/
[2]http://es.aleteia.org/2016/08/07/conmovedor-homenaje-de-un-creyente-musulman-al-asesinado-padre-hamel/

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