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viernes, 13 de septiembre de 2019

LA DEPREDACIÓN DE LA AMAZONIA Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN



I.-La depredación de la Amazonia


<<Entre enero y el 29 de agosto, los datos satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) contabilizaron 87.257 puntos de incendios, 51,9% de ellos en la selva tropical. La cifra se actualiza a diario y Brasil aún tiene por lo menos un mes y medio de sequía por delante. 

La serie histórica del INPE muestra que desde 2004 los incendios en ese periodo sólo fueron más numerosos en 2005, 2006, 2007 y 2010, periodos con sequías mucho más severas que las de este año, explica el investigador del Instituto Sociomabiental (ISA) Rodrigo Junqueira. 

"Cuando ocurren fenómenos climáticos como El Niño, hay mayor propensión a incendios porque el ambiente está muy seco", indica. 

Los expertos afirman que la estación seca este año es más húmeda que en años anteriores y recuerdan que en la Amazonía no existen incendios por causa natural. 

"La incidencia del fuego en la región amazónica está directamente relacionada a la acción humana y las llamas acostumbran a seguir el rastro de la deforestación: cuanto más se deforesta, mayor el número de focos de calor", indicó el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM), que también divulgó un estudio mostrando que los municipios que concentran mayores incendios son aquellos en los que hubo mayor deforestación.

Antonio Oviedo, del ISA, sostiene que por primera vez la Amazonía brasileña concentra más de la mitad de los incendios desde el inicio de la estación seca a mediados de julio. 

Entre el 20 de julio y el 20 de agosto, el 65,1% del total de incendios fue en el bioma amazónico. "La Amazonía nunca había concentrado tanto fuego en Brasil", dice Oviedo.

El investigador aseguró que el peor año para la Amazonía en ese periodo había sido 2005, con 46% del total de los incendios. >>[1]

Se considera que los incendios, en su mayoría han sido iniciados por granjeros para limpiar sus tierras, y que se han extendido a zonas deshabitadas de la selva tropical, imponiéndose en los estados del noroeste del país, entre ellos Acre y Rondônia. Al 23 de agosto se estimaban 1,8 millones de hectáreas quemadas. 

Debido a que los incendios han sido tan espesos y extendidos, el humo ha flotado a cientos de kilómetros hasta llegar a la costa Atlántica y a São Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, según la Organización Meteorológica Mundial

En redes sociales circularon ampliamente imágenes del cielo de São Paulo, que lucía oscuro durante el día, pero los investigadores dijeron que trabajaban para comprender si el fenómeno tenía relación con los incendios. 


II.- Cuando en São Paulo se hizo de noche a las tres de la tarde





<<De repente, a las tres de la tarde, oscureció en São Paulo. La ciudad, al sureste de Brasil, está a más de 3.000 kilómetros de la Amazonia (norte), pero sintió este lunes durante varias horas el peso de la falta de conciencia que se tiene con los bosques y selvas del país. Los incendios, que se extendían desde hace días por las áreas selváticas y se propagaban por los Estados de Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur —alcanzando la triple frontera entre Brasil, Bolivia y Paraguay—, y el mal tiempo fueron los causantes de la oscuridad que se cernió sobre São Paulo. Inmensas áreas de la Amazonia y del Pantanal, otra reserva amenazada en el centro de Brasil, ardían en llamas y el fuerte humo, transportado por el viento en dirección al sureste, impregnó el aire de la ciudad. De esta manera, “contribuyó” la catástrofe natural, según el meteorólogo Marcelo Pinheiro, del Instituto Climatempo, a que el cielo se oscureciera más de lo normal. […] 

Las imágenes de un gran incendio en el Estado de Rondonia, que hace frontera con Bolivia, circularon por las redes sociales durante el fin de semana. También se difundió la fotografía de su capital, Porto Velho, inmersa en una nube de humo. Entre las cinco y las seis de la tarde del lunes, imágenes de satélite en tiempo real de diversas empresas e instituciones internacionales —entre ellas la NASA— mostraron una alta concentración atmosférica de monóxido de carbono (CO) en los Estados norteños de Acre y Rondonia y en la región central de Mato Grosso y Mato Grosso del Sur. El fuego también afectó a lo largo del fin de semana a amplias zonas de Bolivia y Paraguay, que finalmente consiguieron controlar las llamas el lunes por la tarde, después de que se quemaran alrededor de 21.000 hectáreas de la reserva Tres Gigantes, en la región de la triple frontera. 


III.-“La Amazonia es nuestra, no de ustedes” 


El presidente Jair Bolsonaro criticó los datos del INPE, que indican un fuerte aumento de la deforestación en la Amazonia durante los primeros meses de su gobierno. Bolsonaro desacreditó los números en un encuentro con corresponsales, algo que el presidente de la institución, Ricardo Galvão, contradijo públicamente. El físico acabó siendo destituido. >>[2]

El mandatario brasileño, que desde la campaña de 2018 se ha manifestado a favor de flexibilizar los controles que evitan la deforestación, ha restado peso al Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables y ha defendido que se permita la extracción minera en tierras indígenas. También ha entrado en ruta de colisión con Alemania y Noruega, que desde 2008 apoyan económicamente el Fondo Amazonia, uno de los responsables de financiar proyectos de preservación de la selva brasileña. Los dos países han congelado las ayudas. 

<<El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió ayer por primera vez desde que asumió el cargo en enero a la prensa extranjera. No fue una rueda de prensa tradicional, sino un desayuno con periodistas de 12 medios, entre ellos EL PAÍS. “Gran parte de la prensa tiene una imagen distorsionada de quién soy”, abrió el encuentro Bolsonaro. “Entiendo perfectamente la imagen envenenada que se tiene fuera de Brasil”, abundó el mandatario, señalando a la prensa brasileña. […] 




El desprecio que exhibe Bolsonaro hacia lo que considera una especie de victimismo en Brasil cuando se habla de datos sociales o de minorías suele dejar en segundo plano informaciones como su interés por ampliar negocios con China, que persigue independientemente de su gran aprecio por los EE UU de Donald Trump […] Según el ministro Lorenzoni, Bolsonaro llevará a China un “portafolio” con proyectos para ofrecer a empresas chinas concesiones en Brasil para que inviertan en ampliar carreteras, vías de ferrocarril, puertos, aeropuertos, y en energía. 

El acuerdo comercial del Mercosur también surgió en las preguntas del encuentro, pero la preocupación sobre el medio ambiente dominó buena parte de la conversación. “Lo que firmamos, será respetado”, afirmó Bolsonaro sin mencionar el acuerdo de París para frenar el cambio climático, condición del presidente francés, Emmanuel Macron, para dar el aval al acuerdo del Mercosur con UE. “Pero hay normas ambientales absurdas que promueven un divorcio entre la preservación ambiental y el desarrollo”, dijo, antes de sostener que Brasil es el país que más preserva el medio ambiente en el mundo, con un 58% de bosques nativos. De ahí pasó a asegurar que los datos de deforestación de la Amazonia, que tanto preocupan, son falsos. 

“Si todos los datos de deforestación de los últimos diez años fueran verdad, la Amazonia ya no existiría”, insistió Bolsonaro, cuestionando incluso los datos oficiales de Brasil, que elabora un instituto del propio Gobierno. “Sabemos que si deforestamos esto se transforma en desierto”. 

Según el presidente, hay mucha presión externa sobre la Amazonia para intentar influir en la política brasileña. “La Amazonia es nuestra, no de ustedes”, soltó Bolsonaro, que ve exagerada la preocupación por los indígenas afectados. “Ustedes quieren tratar a los indígenas como seres prehistóricos. Y hay indígenas que quieren trabajar, producir”. 

El formato del encuentro no permitió confrontar al presidente con los datos sobre ataques a reservas indígenas promocionados por dueños de haciendas y empresas de extracción mineral. A ello se sumó el enfado del presidente brasileño ante preguntas incómodas, como las relacionadas con el medio ambiente. “Hay una verdadera psicosis ambiental que deja de existir conmigo”, avisó. […] 

El acuerdo del Mercosur con la UE resurgió finalmente en relación con un posible uso abusivo de pesticidas en la agricultura brasileña. “Eso es parte de una guerra informativa”, rechazó el presidente, aludiendo a que detrás hay una guerra comercial. “Una fake new, usando la expresión de nuestro querido Donald Trump”. >>[3]


III.- Sobre el cuidado de la Casa Común [4]


El 24 de mayo de 2015, el Papa Francisco dio a conocer su Carta Encíclica “Laudato si’ o “Sobre el cuidado de la Casa Común”. 

1. «Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba». 

2. Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura. 




8. Mencionemos, por ejemplo, esos pulmones del planeta repletos de biodiversidad que son la Amazonia y la cuenca fluvial del Congo, o los grandes acuíferos y los glaciares. No se ignora la importancia de esos lugares para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad. Los ecosistemas de las selvas tropicales tienen una biodiversidad con una enorme complejidad, casi imposible de reconocer integralmente, pero cuando esas selvas son quemadas o arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos años se pierden innumerables especies, cuando no se convierten en áridos desiertos. Sin embargo, un delicado equilibrio se impone a la hora de hablar sobre estos lugares, porque tampoco se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo el pretexto de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales. De hecho, existen «propuestas de internacionalización de la Amazonia, que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales». Es loable la tarea de organismos internacionales y de organizaciones de la sociedad civil que sensibilizan a las poblaciones y cooperan críticamente, también utilizando legítimos mecanismos de presión, para que cada gobierno cumpla con su propio e indelegable deber de preservar el ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a intereses espurios locales o internacionales. 


IV.-La raíz humana de la crisis ecológica [5]


101. No nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis ecológica. Hay un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla. ¿Por qué no podemos detenernos a pensarlo? En esta reflexión propongo que nos concentremos en el paradigma tecnocrático dominante y en el lugar del ser humano y de su acción en el mundo. 

102. La humanidad ha ingresado en una nueva era en la que el poderío tecnológico nos pone en una encrucijada. Somos los herederos de dos siglos de enormes olas de cambio: el motor a vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad, el automóvil, el avión, las industrias químicas, la medicina moderna, la informática y, más recientemente, la revolución digital, la robótica, las biotecnologías y las nanotecnologías. Es justo alegrarse ante estos avances, y entusiasmarse frente a las amplias posibilidades que nos abren estas constantes novedades, porque «la ciencia y la tecnología son un maravilloso producto de la creatividad humana donada por Dios» [81]. La modificación de la naturaleza con fines útiles es una característica de la humanidad desde sus inicios, y así la técnica «expresa la tensión del ánimo humano hacia la superación gradual de ciertos condicionamientos materiales» [82]. La tecnología ha remediado innumerables males que dañaban y limitaban al ser humano. No podemos dejar de valorar y de agradecer el progreso técnico, especialmente en la medicina, la ingeniería y las comunicaciones. ¿Y cómo no reconocer todos los esfuerzos de muchos científicos y técnicos, que han aportado alternativas para un desarrollo sostenible? 




104. Pero no podemos ignorar que la energía nuclear, la biotecnología, la informática, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Mejor dicho, dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo. […] 

105. Se tiende a creer «que todo incremento del poder constituye sin más un progreso, un aumento de seguridad, de utilidad, de bienestar, de energía vital, de plenitud de los valores» [83], como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico. El hecho es que «el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto» [84], porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia. Cada época tiende a desarrollar una escasa autoconciencia de sus propios límites. Por eso es posible que hoy la humanidad no advierta la seriedad de los desafíos que se presentan, y «la posibilidad de que el hombre utilice mal el poder crece constantemente » cuando no está « sometido a norma alguna reguladora de la libertad, sino únicamente a los supuestos imperativos de la utilidad y de la seguridad»[85]. El ser humano no es plenamente autónomo. Su libertad se enferma cuando se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo, de la violencia. En ese sentido, está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación.

Jorge Pérez Uribe


Notas:


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