Virgen de Guadalupe Señora, mi Señora, dueña mía y, mi esperanza, tú que nos viniste a sembrar de ternura, de fe… ven a cosechar tus frutos, ven a llenarnos de luz que con el tiempo se ha ido extinguiendo… parece mentira estarte suplicando que hagas tu quinta aparición, si ya te apareciste, si te estás apareciendo a cada instante aunque nos hayas dado ojos para ver y no veamos tu grandeza… Señora, mi Señora dueña mía y mi esperanza, vestida de turquesa y luz viniste, te tuviste que materializar para poder cobijarnos bajo tu embrujo celestial… Porque te tuviste que parar en la luna, reflejo del misterio y la intuición? Porque no sobre la tierra para que no cuidaras de los sueños de tus hijos sino de sus realidades… Hazte realidad de nuevo, te pido desde mis precarios sentidos, aunque una realidad tan grande seas… y por ello no te podemos apreciar. Déjame ser una estrella de tu vestido o el cordón negro que ciñe tu talla. Señora, mi señora, dueña mía y, mi esperanza y mi esperanza será poder siempre en tu nombre ayudar!
Mado*, diciembre 12, 2009
*Poetisa española radicada en México, su nombre es María Dolores Dyn
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