Prestigiosos investigadores alertan de que el escenario del cambio climático en 2019 dibuja de aquí a tres décadas “un mundo de ‘caos absoluto’ en un camino hacia el fin de la civilización humana y de la sociedad moderna”
11 junio, 2019 | Josu de la Varga
Si seguimos actuando igual ante las consecuencias del cambio climático, “hay un gran riesgo de que acabemos con nuestra civilización. La especie humana sobrevivirá, pero destruiremos casi todo lo que hemos construido en los últimos dos mil años”, lo que podría suponer el fin de la humanidad.
Esta es la seria advertencia que lanza el informe científico ‘Existential climate-related security risk: A scenario approach’ (‘Riesgo de seguridad existencial relacionado con el clima: un enfoque del futuro escenario’), elaborado por el Centro Nacional para la Restauración del Clima (Breakthrough) y hecho público el pasado mes de mayo.
Sus autores, David Spratt, director de investigación del Breakthrough; y Ian Dunlop, miembro del Club de Roma, consideran que existe una “alta probabilidad de que la civilización humana llegue a su fin” en 2050.
Es por ello que los científicos consideran necesario, entre otras medidas, “construir un sistema industrial de cero emisiones para proteger la civilización humana”. De no ser así, se podría llegar a un escenario de “efecto invernadero” que podría “conducir al sistema climático de la Tierra a un punto de no retorno”.
Cabe recordar que, en octubre de 2018, la ONU advertía de que si se sigue a este ritmo de misión de gases “los efectos pueden ser devastadores”. De hecho, actualmente, la amenaza del cambio climático es más temida que la del Estado Islámico o la de los ciberataques; y España es uno de los países que más lo temen.
En el caso de España, este podría ser el pronóstico del tiempo en un 10 de agosto de 2050 si no se adoptan medidas urgentes para paliar las consecuencias del cambio climático:
Ante el escepticismo científico, “reducir el riesgo de muerte”
Una primera cuestión que aborda el informe, desde una visión general, es que “el clima se eleva y representa una variable de peligro para el manejo del riesgo de la salud humana”; e insiste en que, “para reducir el riesgo de muerte, es esencial desarrollar sistemas industriales de emisiones cero muy rápidamente”.
Los cambios climáticos contribuyen a “aumentar los ciclos de crisis humanitarias y políticas migratorias”, al afectar a “los alimentos y los sistemas del agua, la disminución de los campos de cultivo y el aumento de los precios de los alimentos conducidos por la sequía y los fallos en la cosecha”, añade el estudio.
Esta primera reflexión tiene que ver con la afirmación que hace de que hay un cierto escepticismo de la comunidad científica a la hora de predecir las consecuencias del cambio climático en el futuro.
El informe recuerda que “en 2007, los analistas de seguridad advirtieron de que, en las dos décadas anteriores, las predicciones científicas en la arena del cambio climático habían subestimado constantemente la gravedad de lo que realmente ocurrió”.
“Este problema persiste, especialmente en el trabajo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), cuyos Informes de Evaluación […] no incluyen todos los procesos que pueden contribuir al sistema de retroalimentaciones, eventos extremos compuestos y abruptos y/o cambios irreversibles”, añade el estudio.
Además, los políticos y los medios de comunicación a menudo plantean un enfoque que “presta menos atención a los más devastadores resultados, difíciles de cuantificar”.
Por ejemplo, el quinto informe de evaluación del IPCC en 2014 proyectó un aumento del nivel del mar de 0,55-0,82 metros para 2100, pero dijo que “los niveles por encima del rango probable no pueden ser evaluados de forma fiable”, cita el estudio.
“A modo de comparación, el mayor de dos escenarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos es un aumento de 2 metros en 2100, y el escenario ‘extremo’ desarrollado por una serie de agencias gubernamentales de los Estados Unidos es 2,5 metros para 2100”, cita el informe.
“El calentamiento de alto impacto podría ser catastrófico para 2050”, insiste el informe
Riesgo existencial real y “devastador”
A continuación, el informe hace algunas afirmaciones que constatan que, a diferencia del escepticismo de algunos científicos, hay un riesgo existencial real para los humanos si no se empieza a actuar para frenar las consecuencias del cambio climático.
“Un riesgo existencial para la civilización es aquel que plantea grandes consecuencias negativas permanentes para la humanidad que nunca se pueden deshacer, ya sea aniquilando vida inteligente o recortando de forma permanente y drástica su potencial”, aclaran los responsables del estudio.
Recuerdan que con los compromisos adquiridos por las naciones en el Acuerdo de París 2015 se preveía que, al ritmo actual, el calentamiento global sería de 3º C o más para el año 2100.
“Pero, esta cifra no incluye ‘a largo plazo’ retroalimentaciones del ciclo del carbono, que son materialmente relevantes ahora y en un futuro próximo debido a la inédita velocidad a la que la actividad humana perturba el sistema del clima”, añade el informe.
Teniendo esto en cuenta, el calentamiento global podría alcanzar los 5º C. En cualquier caso, “los científicos advierten que el calentamiento de 4° C es incompatible con una comunidad global organizada, es devastador para la mayoría de los ecosistemas”.
De hecho, ya en 2017, “3° C de calentamiento fue categorizado como ‘catastrófico’ con una advertencia de que, en un camino de emisiones no controladas, el calentamiento de alto impacto podría ser catastrófico para 2050”, insiste el informe.
La supervivencia de nuestra civilización, amenazada
Por su parte, el profesor Hans Joachim Schellnhuber, fundador y director emérito del Instituto Potsdam para la Investigación del Cambio Climático (PIK), afirma que “el cambio está llegando al final del juego, donde muy pronto la humanidad debe elegir entre tomar una acción sin precedentes, o aceptar que es demasiado tarde y soportar las consecuencias“.
Schellnhuber considera que, si seguimos por el actual camino, “hay un gran riesgo de que acabemos con nuestra civilización. La especie humana sobrevivirá de alguna manera, pero destruiremos casi todo lo que hemos construido en los últimos dos mil años”.
Por todo ello, se requiere una gestión prudente y “una mirada objetiva de los riesgos reales a los que estamos expuestos” ante unos eventos que pueden tener efectos dañinos más allá de la cuantificación y que “amenazan la supervivencia de la civilización humana”.
Las proyecciones del calentamiento global muestran una mayor probabilidad de que las consecuencias del cambio climático estén muy por encima de la cantidad media de calentamiento predicha en los modelos climáticos.
También advierte el informe de puntos de inflexión del clima potencial con cambios en el sistema climático que “lo harán ser irreversible en escalas de tiempo humanas-, como las capas de hielo polar (y por lo tanto los niveles del mar), el deshielo del permafrost y otros almacenes de carbono, donde los impactos del calentamiento global no son lineales y son difíciles de modelar con conocimiento científico actual”.
“Recientemente, se ha prestado atención a un escenario de ‘efecto invernadero de la Tierra’, en cuyas retroalimentaciones del sistema y su mutua interacción podría conducir el sistema climático de la Tierra a un punto de no retorno”.
Este umbral “podría existir con un aumento de temperatura tan bajo como 2° C, posiblemente incluso más bajo”, añade el estudio, que concluye en este apartado diciendo que las consecuencias son tan severas que podrían acarrear “tal vez el fin de la civilización humana global tal como la conocemos”.
En palabras del profesor Schellnhuber, “nunca debemos olvidar que estamos en una situación única sin precisión análoga histórica. El nivel de gases de efecto invernadero en la atmósfera es ahora más grande, y la tierra más cálida, que nunca antes los seres humanos han experimentado”.
Los riesgos del cambio climático “amenazan la supervivencia de la civilización humana”
¿El recorrido hacia el “fin de la humanidad”?
A partir de todo lo dicho, el informe esboza un cronológico y probable “escenario para 2050”, que apunta hacia un posible fin de la humanidad y que resumimos a continuación:
2020-2030: si los responsables de formular políticas no actúan según las medidas establecidas en el Acuerdo de París, “para 2030 los niveles de dióxido de carbono han alcanzado 437 partes por millón, lo que no tiene precedentes en los últimos 20 millones de años, y el calentamiento alcanza los 1,6° C”.
2030–2050: las emisiones son máximas en 2030, aunque comienzan a caer de forma consistente debido a una mayor concienciación por parte de los gobiernos. “Sin embargo, se produce otro 0,6° C de calentamiento, que lleva el total a 3° C en 2050, debido a la activación de una serie de retroalimentaciones del ciclo de carbono y niveles más altos de albedo”, entre otras consecuencias del uso de combustibles fósiles.
El colapso de 2050: Para 2050, existe una amplia aceptación científica de que se ha llegado a un punto de inflexión para las capas de hielo de la Antártida y el Ártico, y para la pérdida de permafrost generalizada a gran escala.
“El escenario de ‘efecto invernadero’ se ha completado, y la Tierra se dirige a otro grado o más de calentamiento, especialmente porque las emisiones humanas de efecto invernadero siguen siendo significativas”.
Al mismo tiempo, “los niveles del mar han aumentado 0,5 metros en 2050, el aumento puede ser de 2 a 3 metros para 2100”.
“El 35% de la superficie terrestre global, y el 55% de la población mundial, están sujetos a más de 20 días al año de condiciones de calor letal, más allá del umbral de la supervivencia humana”.
Los desajustes afectan a los sistemas de soporte vital en Europa, mientras “América del Norte sufre un devastador clima extremo incluyendo incendios forestales, olas de calor, sequía e inundación. Los monzones de verano en China están fallando, y el agua que fluye hacia los grandes ríos de Asia está severamente reducida por la pérdida de más de un tercio de la capa de hielo del Himalaya”, entre otras consecuencias.
Además, “la aridificación emerge en más del 30% de la superficie terrestre. La desertificación es severa en África del sur, el sur del Mediterráneo, oeste de Asia, Oriente Medio, el interior de Australia y en todo el sudoeste de los Estados Unidos”.
En 2050, el escenario de ‘efecto invernadero’ se habrá completado
Los mayores impactos
Entre los mayores impactos que dibuja el informe sobre las consecuencias del cambio climático, hay que resaltar que “una serie de ecosistemas colapsan, incluyendo los sistemas de arrecifes de coral, la selva amazónica y el Ártico”. Y advierte también de “desafíos perniciosos, como enfermedades pandémicas” e “inundaciones de comunidades costeras en todo el mundo”.
“Algunas naciones y regiones más pobres, que carecen de capacidad para proporcionar ambientes enfriados artificialmente por sus poblaciones, se vuelven inviables”.
“Hay condiciones persistentes de calor mortal por más de 100 días al año en África Occidental, Sudamérica tropical, Medio Oriente y el sudeste asiático, contribuyendo a más de mil millones de personas desplazadas de la zona tropical”.
Al mismo tiempo, “la disponibilidad de agua disminuye bruscamente, […] afectando a unos dos mil millones de personas en todo el mundo”.
“La agricultura se vuelve inviable” y hay “una caída significativa en la producción de alimentos”, que resulta “inadecuada para alimentar a la población mundial”.
“Incluso para 2° C de calentamiento, más de mil millones de personas es posible que deban ser reubicadas” y, en escenarios más altos, hay una “alta probabilidad de que la civilización humana esté llegando a su fin”.
Habrá “conflictos armados entre naciones por recursos, tales como el Nilo y sus afluentes, y la guerra nuclear es posible. Las consecuencias sociales van desde el aumento del fervor religioso al absoluto caos”.
El informe concluye este apartado insistiendo en que “este escenario ofrece una visión de un mundo de ‘caos absoluto’ en un camino hacia el fin de la civilización humana y de la sociedad moderna como la conocemos”.
El futuro de la Tierra está en nuestras manos: “se requiere una acción dramática en esta década” para frenar el cambio climático
¿Cómo evitar un futuro catastrófico?
En sus conclusiones finales, los responsables del informe se preguntan “qué se puede hacer para evitar un caso tan probable de futuro catastrófico” y la respuesta no es fácil.
Está claro que a partir del escenario dibujado “se requiere de una acción dramática en esta década” si se quieren evitar las consecuencias del “efecto invernadero de la Tierra”.
“Para reducir este riesgo y proteger la civilización humana, se necesita una movilización global masiva de recursos en la próxima década para construir cero emisiones en el sistema industrial y puesta en marcha de la restauración de un clima seguro”.
“Esto sería similar en escala a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial”, si se quiere conseguir “un cambio drástico en toda la economía dentro de la próxima década, consistente en limitar el calentamiento a 1,5° C”, lo que evitaría el desastre.
Para ello, el informe plantea algunas “recomendaciones políticas”:
– Reconocer las limitaciones de las políticas relevantes en la investigación del cambio climáticoque puede exhibir reticencia científica.
– Adoptar un enfoque de escenario y prestar atención específica a las altas posibilidades de calentamiento en la comprensión del medio ambiente (mediados de siglo) clima y riesgos de seguridad, sobre todo por las implicaciones existenciales.
– Dar un enfoque analítico al papel de la acción a corto plazo como determinante en la prevención planetaria y los sistemas humanos al alcanzar un “punto de no retorno” a mediados de siglo, en el que la perspectiva de una Tierra inhabitable conduce a la ruptura de las naciones y el orden internacional.
– Examinar con urgencia el papel que tiene el sector nacional de la seguridad, que puede proporcionar liderazgo y capacidad para un corto plazo a nivel de la sociedad, movilización de emergencia de mano de obra y recursos de una escala sin precedentes en tiempos de paz para construir un sistema industrial de cero emisiones y reducción del carbono para proteger la civilización humana.
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