jueves, 26 de octubre de 2017

LA CUESTIÓN KURDA (OTRA VEZ SIN PAÍS)




Nefasta ha sido la intervención de Europa y Estados Unidos en el Medio Oriente, durante el siglo XX y XXI. Intervención cómplice de Turquía en su genocidio del pueblo armenio y en el despojo al pueblo kurdo de la mayoría de su territorio en lo que ahora es Turquía, Iraq e Irán; así como de que no pueda el pueblo kurdo, constituir un país con un territorio propio y extraer el petróleo y gas de su subsuelo.

El Kurdistán


<<Conocemos como Kurdistán a la región montañosa que une Anatolia con Oriente Próximo, históricamente habitada por el pueblo kurdo. Es esencial remarcar la difícil orografía que forma la superficie kurda, pues, si bien les ha permitida vivir bajo una relativa autonomía, también marca el carácter fuertemente tribal de la sociedad kurda y su dificultad para formar una organización administrativa central. Por otra parte, hemos de subrayar que en el subsuelo del Kurdistán se encuentran una de las mayores reservas de petróleo de Oriente Próximo.>>[1]

En esta nación, más no país, habitan entre 30 o 45 millones de habitantes (según quien realice las estadísticas).

La historia del Kurdistán, se remonta a más de seis mil años. Los kurdos, el mayor cuarto grupo étnico del Medio Oriente– pertenecen a la rama iraní de la etnia indo-europea con la que comparten muchas costumbres, como el Nouruz (fiesta primaveral), y se han caracterizado por tener estupendos guerreros: los célebres peshmergas (quienes buscan la muerte), gracias a los cuales se pudo contener el avance del Ejército Islámico en la región de Mosul (Irak) y en la frontera de Siria con Turquía.

Entre sus legendarios guerreros se encuentra el sultán Saladino, quien, pese a ser kurdo, encabezó a los árabes frente a la Tercera Cruzada.

Es importante añadir que en su aplastante mayoría, los kurdos no-árabes son sunnitas.

Kurdistán, el país inexistente


<<Al inicio de la Primera Guerra Mundial, la mayor parte del Kurdistán se encontraba bajo el dominio del Imperio otomano, el cual participó en la contienda junto a la coalición de los Imperios Centrales. La derrota de éstos en 1918 dará lugar al armisticio de Mudros entre el Imperio otomano y los Aliados, donde se decretaba la partición del Imperio otomano entre las potencias ganadoras. En él se establecía que el Imperio otomano, aún bajo el mandato del sultán Mehmed VI, quedaría reducido a tres cuartas partes de su territorio, mientras que su ejército sería desmovilizado.

Ante esta situación, emergió una corriente de resistencia turca contra la ocupación de los ejércitos aliados. Como líder de este movimiento, surgió la figura del militar Mustafá Kemal, el cual, considerando que el poder imperial de Estambul no podía asegurar la independencia y unidad de los turcos, creó un gobierno provisional con sede en Ankara. El gobierno de Mustafá Kemal no reconocería cualquier tratado firmado por el gobierno del sultán.

El espíritu del armisticio de Mudros sería recogido, en agosto de 1920, en el Tratado de Sèvres. Bajo este tratado, que recogía la doctrina del presidente de los EEUU Woodrow Wilson sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, el Imperio otomano quedaba limitado a Estambul y parte de Anatolia; se establecía la creación de un Estado para los armenios; Grecia recibía la Tracia Oriental; Irak, Palestina y Transjordania pasaban a administración británica; y Siria y Líbano a administración francesa. Por lo que respecta a los kurdos, Sèvres preveía la creación de un Estado kurdo. El Kurdistán diseñado, por otra parte, no englobaba la totalidad de la superficie kurda, limitándose a una reducida franja al sur de Armenia y obviando los demás territorios de mayoría kurda. Además, la constitución del nuevo Estado kurdo debía contar con el apoyo expreso de sus habitantes y, en última instancia, de Turquía. Más allá de las dificultades, el Tratado de Sèvres suponía el reconocimiento internacional de la cuestión kurda. Para desgracia de los intereses del pueblo kurdo, sin embargo, las circunstancias pronto cambiarían.


La interesada alianza entre Mustafá Kemal [2] y la recién establecida URSS supondría el impulso necesario para que el gobierno de Ankara se impusiera al poder imperial otomano y, por consiguiente, expulsara a las potencias aliadas de Anatolia. El nuevo escenario turco forzó a los países occidentales a reunirse de nuevo para definir el estatus político de Turquía. El resultado será el Tratado de Lausana, firmado en junio de 1923, y que significará el reconocimiento internacional de la nueva Turquía de Mustafá Kemal, que recupera así el control de Anatolia, incluyendo regiones armenias y kurdas. Los kurdos, que no pudieron enviar ningún representante a Lausana, verían como finalmente su territorio quedaba dividido en cuatros Estados: Turquía, Irak, Irak y Siria.

¿Por qué las potencias aliadas, en apenas tres años, modificaron sus políticas respecto a la situación política de Turquía? ¿Por qué, de Sèvres a Lausana, negaron la opción del Kurdistán de formar un Estado? Para contestar a ello, tenemos que tener presente el nulo interés de ingleses y franceses de iniciar un nuevo conflicto con los turcos después del horror de la Primera Guerra Mundial. Además, habían conseguido, respectivamente, sus objetivos territoriales en Oriente Próximo, incluyendo tierras kurdas. En relación al olvido de la causa kurda, sumado a la hipocresía y al interés geoestratégico y económico de los países occidentales respecto al Kurdistán, hemos de añadir la división interna entre los diferentes clanes kurdos, así como su diversidad religiosa, lo cual dificultó la creación de un proyecto común para la totalidad del pueblo kurdo.

A partir de la negación de Sèvres y de la declaración de Lausana, la visión conjunta kurda se dividirá en los cuatro Estados que forman actualmente el Kurdistán, cada cual con las disparidades propias de la desigual evolución política y social de Turquía, Irán, Irak, y Siria.>>[3]


El Estado Islámico, borró fronteras y exacerbó nacionalismos


La fusión de grupos yihadistas financiados por Arabia Saudí y Catar, armados y entrenados por Estados Unidos en suelo turco, finalmente fructificó en un grupo poderoso y con la mística de reestablecer el Califato islámico en Siria, Irak y Turquía. El surgimiento del Estado Islámico (EI), ISIS o DAESH a fines de junio de 2014 se expandió por una agobiada Siria, tras varios años de lucha con grupos rebeldes, y un desmotivado Irak, pero al norte de ambos países topó con los peshmergas kurdos que armados también por Estados Unidos, presentaron una feroz resistencia.

Se borraron las fronteras entre Siria, Iraq y Turquía para dar paso al Califato del Estado Islámico, que día a día se expandía. Finalmente con la intervención de Rusia apoyando a Siria y la salida del presidente Obama, el Estado Islámico, empezó a perder sus conquistas y los kurdos se expandieron por lo que fueron sus territorios ancestrales.

Desde la invasión de Estados Unidos a Irak y la caída de Saddam Husein en 2003, los kurdos controlaron Kirkuk y áreas de Nínive (norte), Diyala y Salah al-Din (al norte de Bagdad). Kirkuk es una sociedad multiétnica, donde conviven árabes, kurdos, turcomanos y asirios. Desde que el petróleo comenzó a brotar en Irak, esa ciudad de más de 600 mil habitantes es un centro de disputa entre los poderes iraquíes.

Ante un débil gobierno en Irak, títere de Estados Unidos, y con un territorio kurdistaní ocupado por los peshmergas, pareciera que fuera el momento de rehacer el mapa de la asignación territorial del Cercano Oriente, incluyendo un país de los kurdos, que envalentonados efectuaron un referéndum el 25 de septiembre pasado.


El referéndum kurdo


<<A la riqueza en la zona de Kirkuk -en la que existen vastas reservas de crudo, además de refinerías y están ubicados los oleoductos hacia Ceyhan (Turquía) y Baniyas (Siria), en el Mediterráneo-, se le sumó la crisis desatada por el referéndum autonómico (no vinculante) impulsado por el gobierno de Bashur el pasado 25 de septiembre. La consulta fue organizada por el Partido Democrático de Kurdistán (PDK), que gobierna de manera férrea desde hace varios años. Barzani, el principal dirigente del PDK y hombre ajeno a dejar el poder (hace dos años tendría que haber dejado la presidencia de la región semi-autónoma), presentó con bombos y platillos el referéndum como solución a la cuestión kurda. Sin el objetivo claro de alcanzar la libertad del pueblo kurdo, Barzani impulsó la consulta para aplacar la crisis interna en el Kurdistán iraquí que, pese a ser la región con las mayores reservas petroleras del país, sufre la desocupación entre el pueblo y una corrupción extendida en la clase empresarias y política del PDK.

El referéndum tuvo varias consecuencias. La principal es que el pueblo kurdo de Irak salió masivamente a votar, superando el 90 por ciento el respaldo a la independencia. El PDK propuso crear un Estado kurdo independiente, aunque muchos sectores de la sociedad no compartan esta idea y propongan una “autonomía democrática” para las cuatro partes de Kurdistán. La aprobación en el referéndum fue, sobre todo, una demostración de fuerza del pueblo kurdo que reafirmó su anhelo por alcanzar plenas libertades y construir una sociedad nueva. Otra consecuencia es que las alianzas del PDK atraviesan un estado de profunda fragilidad. Salvo el Estado de Israel, Turquía, Estados Unidos y el propio gobierno de Bagdad rechazaron el referéndum>>.[4]

Si bien The Daily Star señaló que Masud Barzani había amenazado con violencia en caso de que las tropas de Irak o las milicias chiítas intentan moverse a los territorios en disputa que ahora se encontraban bajo el control de los pershmergas, específicamente en la pletórica ciudad petrolera de Kirkuk; finalmente lo que ocurrió fue el retiro de las fuerzas kurdas casi sin presentar resistencia ante las tropas de Irak.

Todo vuelve a la normalidad


El parte noticioso de anteayer informaba: << (ADI).- Las fuerzas peshmerga y el Ejército iraquí intercambiaron fuego de mortero cerca de la frontera con Siria en medio de un aumento de la tensión tras la campaña militar lanzada por Bagdad para recuperar el control de las regiones disputadas que estaban en manos de los kurdos […]

El pasado 16 de octubre, el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, anunció una operación para “imponer la seguridad” en las provincias que se encuentran fuera de las fronteras administrativas del Kurdistán iraquí, pero que las autoridades regionales reclaman como suyas.

Dichas operaciones comenzaron como respuesta a la celebración en la región autónoma, el pasado 25 de septiembre, de un referéndum de independencia, rechazado por Irak y las autoridades judiciales, que causó el aumento de la tensión entre las dos partes.>>[5]


Jorge Pérez Uribe

Notas:
[1] Kurdistán: el país inexistente, David García Gutiérrez para la revistadehistoria.es, octubre 2017 
[2] Pasaría a la historia como Kemal Ataturk (nota del blogger) 
[3] Ibídem 
[4] http://www.resumenmediooriente.org/2017/10/19/kirkuk-el-nuevo-ojo-del-huracan-en-medio-oriente/
[5] http://amigosdeirak.net/2017/10/24/intercambio-fuego-mortero-las-fuerzas-kurdas-e-iraquies-la-frontera-siria/

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