Mostrando entradas con la etiqueta Europa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Europa. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de agosto de 2018

HUNGRÍA: UN PAÍS QUE AFRONTA SU FUTURO CON RESPONSABILIDAD



La embajadora de Hungría en España, Enikö Györi, concedió una entrevista a Juan María Piñeiro de algunos de los temas de actualidad para Hungría, España y Europa:


¿Cómo es vivir a contracorriente en la UE?


Yo creo que llevamos varios años así. Prácticamente desde 2010 cuando el gobierno de Viktor Orban obtuvo dos tercios de los diputados; desde aquel entonces siempre hay críticas. Lo que está haciendo Hungría desde hace varios años tiene una línea muy clara: creemos fuertemente en la Europa original creada por los padres fundadores hace bastantes años ya, más de 60 años, y pensamos que hay que protegerla y conservarla para las futuras generaciones, para nuestros hijos y nietos. Y vemos que hay cosas pasando en Europa que desafían este modelo de Europa, mientras que nosotros estamos convencidos de que esto va contra los intereses de los ciudadanos europeos. Tenemos una línea bien clara.

Nosotros no decimos que la única verdad está con nosotros. Sólo pedimos que nos dejen gobernar nuestro país según los valores y principios en los que la mayoría de los húngaros creen; y hacer políticas con las que los húngaros, con una muy clara mayoría que fue confirmada ya dos veces en elecciones libres, dijeron estar de acuerdo.

“Europa está perdiendo su identidad original. Europa es una civilización con raíces en la cultura judeocristiana. Si continuamos con las políticas actuales vamos a perderla”

Sí hay diferencias. Pero creo que en los fundamentos, en la democracia, el Estado de Derecho o valores fundamentales no hay diferencia. Pero unos piensan que lo que nosotros protegemos o intentamos proteger, la Europa original, va contra el siglo XXI. Mientras que nosotros pensamos que no es obsoleto hablar de democracia cristiana, no es obsoleto hablar de familia, de una sociedad libre, de la libertad en su sentido original.

Todo esto se ha manifestado mucho más tras el inicio de la crisis de inmigración cuando mi primer ministro, desde el principio, tuvo una política muy articulada, muy clara, sin ningún cambio. Prácticamente somos el único país que en el curso de estos tres años no ha cambiado su posición. Y por eso estamos sufriendo varios ataques.



¿Qué diferencias hay entre los padres fundadores de la UE y la UE actual?







Pensamos que Europa está perdiendo su identidad original. Europa para nosotros es una civilización con raíces en la cultura judeocristiana. Tenemos una cultura muy rica, tenemos que estar orgullosos de todo lo que pasó en nuestro continente en más de 2000 años y pensamos que los fundamentos de esta civilización tienen que regir y continuar. Y que si continuamos con las políticas actuales gradualmente vamos a perderla.


Hay que abrir un debate. En este mundo, el que se ha creado en Europa en estos 2.000 años con toda la herencia que tuvimos, ¿hay otra manera de hacer nuestras cosas o la única manera de hacerlo es con la democracia liberal, como se está haciendo en los últimos años?

Pensamos que Europa se ha vuelto demasiado individualista. Estamos pensando demasiado solo en los individuos y mucho menos en las comunidades, ya sean más pequeñas como las familias, o más grandes como las comunidades de un pueblo, de una ciudad, de una nación. Pensamos en una Europa que está formada por estas comunidades, por estas unidades básicas de la sociedad. 

Y no quisiéramos perderlas. Y hay ciertos derechos que la comunidad tiene que gozar y no necesariamente el individuo. Porque si somos muy individualistas vamos a perder mucho de la Europa original, de los padres fundadores. Se puede exagerar pero no es ridículo. Si uno cita a uno de los padres fundadores de Europa, Jean Monnet, que dijo “Europa será cristiana o no será”, le acusan de ir contra las libertades básicas. Yo creo que esto es ridículo.

La Europa original sigue siendo una alternativa válida que y pensamos que no es obsoleta, y los retos de hoy se podrían afrontar mejor según sus ideas, valores y convicciones.

La alternativa, que es la Europa original, sigue siendo una alternativa válida que se puede creer y pensamos que no es obsoleta, ni demasiado antigua y los retos de hoy se podrían afrontar mejor según las ideas, valores y convicciones de la Europa original que con la democracia liberal en su expresión extremista.

Pero hablando de esto hay que afirmar que Hungría es muy favorable a los derechos y los fundamentos de los Derechos Humanos, las libertades básicas y no vemos ninguna contradicción en esto.

Por ejemplo, si hablamos de los problemas y los retos de la crisis económica. Vimos muy bien que pensando solo en el libre mercado, nos encontramos en una situación muy grave, en la que mucha gente perdió su trabajo, perdió su hogar, perdió su familia, e incluso varias personas se suicidaron por no poder afrontar todos estos problemas. Tal vez esta economía que hemos creado no ha funcionado y se puede proteger mejor a los ciudadanos, que sean un poco más responsables o menos responsables –aquí siempre hay una responsabilidad individual- pero el Estado tiene que estar muy atento y no dejar unas prácticas demasiado liberales que al final del día ponen en riesgo la propiedad o la vida de muchas personas.

Otro tema es la inmigración. ¿Si continuamos con este ritmo de flujos es seguro que en 20, 30, 50 años Europa será como la queremos, la amamos, como la actual o será otro tipo de civilización? Tenemos problemas demográficos y hay que hablar libremente. Si vamos a resolver la crisis demográfica con inmigración o pensamos en fortalecer la familia tradicional e intentar cambiar un poco el sistema de valores y el mundo en que estamos viviendo para que la gente intente valorar un poco más la familia, para que la gente pueda tomar la decisión de tener hijos. Hungría decidió ir con este último. Y así vamos a formar otro tipo de sociedad. ¿Por qué no se puede hablar de estos temas? Son los temas más importantes de la vida actual, los desafíos del siglo XXI. Pienso que se puede dar otro tipo de respuesta diferente a la que la mayoría de la Unión Europea, los países miembros o las instituciones europeas han dado últimamente. Hay que tener un diálogo y que no descalifiquemos un tipo de discurso –el que viene de Europa central o de Hungría- como algo que va contra los fundamentos de la Unión Europea mientras estamos convencidos de que somos nosotros quienes representamos los fundamentos originales de nuestra civilización.


¿Existe una Europa de dos velocidades –ideológicamente hablando-, una Europa oriental y otra occidental?







Creo que lo que hace muy bonita a la Unión Europea es que es muy colorida. Está compuesta de 28 países miembros que son muy distintos. ¿Qué tiene que ver Suecia con Portugal o Rumanía con Irlanda? Pero creemos lo mismo en muchas cosas, valores y principios y en algún tipo de organización y hacer juntos las cosas mejor porque estamos convencidos de que sirven para el interés de todo el mundo. No podemos forzar y hacer políticas que vayan contra las convicciones de algunos de los países miembros. Eso está muy mal.

Todos tenemos nuestro pasado, nuestras peculiaridades económicas, históricas, pero hay que ver todo lo que nos une y no todo lo que nos separa

Hay que creer en la cooperación leal pero al mismo tiempo ningún país puede sentirse dañado en cosas fundamentales por políticas de la UE. Cuando alguien abusa al tomar decisiones con la mayoría absoluta contra la voluntad de alguno cuando hablamos de temas básicos de soberanía como quién vive en tu territorio, ¿lo decides tú, con tu gobierno, el Parlamento y según tus propias reglas o alguien puede imponerte algo en este tema?. Yo creo que aquí se ha violado esta cooperación leal y la comprensión y el entendimiento mutuos que son unos de los fundamentos de la UE. Todo esto se ha producido por la crisis de la inmigración.

En cuanto a las varias velocidades, es un hecho. Hay países dentro de la misma UE que están en Schengen y hay otros que todavía no se han cualificado. Hay países que utilizan la moneda común, el euro, mientras otros no. La Europa de varias velocidades existe. Llevamos muchos años y creo que no ha habido ningún problema con esto. Hay países que quieren profundizar su cooperación, existen reglas muy claras para hacerlo, como la cooperación reforzada, y sí se puede profundizar la cooperación. Pero no todos los países tienen que ir juntos, pero algunos, si quieren, lo deciden y pueden hacerlo. Yo creo que esta arquitectura, que tiene sus fundamentos desde muy al inicio -1957- y sigue funcionando sorprendentemente bien. Empezaron seis países y ahora somos 28, aunque lamentablemente vamos a perder uno y creo que hay que pensar por qué ellos se van. Y Bruselas quizás tiene alguna culpa, para que un país importante de 60 millones de personas decida irse. Y es algo grave, unos problemas que hay que entender y encontrar la medicina para curar la civilización juntos. No hay que hablar demasiado de estas divisiones –norte contra el sur, oeste contra el este…-. Todos tenemos nuestro pasado, nuestras peculiaridades económicas, históricas, pero hay que ver todo lo que nos une y no todo lo que nos separa. No forzar demasiado y respetar, tolerar las diferencias.



Países como Austria o Alemania empiezan a tomar medidas contra la inmigración. Cuando lo hizo Hungría fue criticada. ¿Ha sido Hungría un modelo?



Es un tema muy complicado porque es cierto que hace tres años cuando éramos los únicos que dijimos que así no se podía continuar y que había que parar los flujos, y distinguir entre verdaderos refugiados e inmigrantes económicos, cuando tuvimos 10.000 llegadas al día por bosques, campos, entraron por todas partes en nuestra frontera del sur, dijeron que éramos crueles. No. Intentamos cumplir con nuestras obligaciones porque hay reglas de Dublín, de Schengen, que no son opcionales, sino que son obligatorias para cada gobierno. Controlar las fronteras. Si tus fronteras no están controladas no eres país. Si no dominas en tu territorio no eres nadie. Esto son fundamentos de la existencia de los países. ¿De qué estamos hablando? Echarnos la culpa por lo que hicimos parece ridículo. No era fácil soportarlo. Mucha gente en España me decía que España sufrió algo semejante en los años 2005-2006, con la crisis en Canarias. Claramente los tamaños eran distintos porque en aquel entonces España sufrió como 40.000 llegadas y era el único país que lo sufrió y era muy poco comprendido en Europa. Además como era el único país y por la situación geográfica, le tocó solo a ella y por ser en las Islas Canarias no era tan fácil moverse por todas partes en Europa. Era otro tipo de crisis.

Lo que están haciendo algunos países es cerrar las fronteras interiores en el espacio de Schengen y hacer imposible uno de los fundamentos de la UE que es la libre circulación

Mientras que en este caso llegaron a Hungría pero querían continuar a los países que tienen un sistema social de subsidios mucho más generoso que el nuestro y pensaban que Alemania y Suecia eran el paraíso mismo. Ahora estos países ya se están dando cuenta de que era un error. 

Nunca lo van a decir, nunca lo van a admitir pero es así. Lo que nos preocupa es que después de abrir las fronteras, sufrir las consecuencias y tener millones de personas, una parte de ellas casi sin ser identificadas y sin razones legítimas de permanencia, porque no se catalogaron como refugiadas pero desaparecen en el sistema y es casi imposible devolverlas a sus países de origen o con mucha dificultad, los países comenzaron a darse cuenta de que así no se podía continuar. 

Y lo que están haciendo es cerrar las fronteras interiores en el espacio de Schengen y hacer imposible lo que es uno de los fundamentos de la Unión Europea que es la libre circulación. Y esto es lo que nuestros ciudadanos más aprecian. Que desde Portugal hasta Polonia puedan ir sin mostrar su pasaporte. Es un valor. Esto ayuda económicamente a los países, que los camiones no tengan que pararse… Si imponen fronteras interiores rompemos lo que edificamos juntos –Hungría con su adhesión, lamentablemente por el pasado comunista llegamos tarde-, algo que es único en el mundo. Y corregimos políticas equivocadas de hace tres años con otras nuevas equivocadas en vez de fortalecer la frontera exterior y parar los flujos, y en el país de origen decidir a quién se acepta como refugiado. A los refugiados hay que dejarles entrar pero cuando la situación en su país de origen se arregle y hay que ayudar a estos países a que la situación se arregle, que regresen a su país. Porque tampoco está bien vaciar estos países porque entonces nunca podrán funcionar bien, nunca tendrán la posibilidad de hacer prosperar su propio país.

El Gobierno húngaro se esfuerza al máximo para proporcionar unas condiciones de vida en los países de origen de los refugiados que permitan evitar que millones de personas se vean obligadas a abandonar sus hogares. La reunión de Péter Szijjártó con líderes religiosos en Oriente Próximo también confirmó la existencia de la necesidad de prestar apoyo local in situ.




¿Aceptaría Hungría a inmigrantes que fueran cristianos perseguidos en su país de origen?




Es el mayor tabú de toda la crisis y está prácticamente prohibido hablar de esto. Creo que somos prácticamente el único país cuyo primer ministro habla abiertamente de esto. Lamentablemente mucha gente está escondiendo muchas cosas, muchos políticos están evitando el tema o rechazan hablar de esto porque sí hay problemas de integración con inmigrantes que llevan aquí ya varias generaciones. Tenemos inmigración en Francia, Alemania -millones de personas-, en Europa tenemos ya una tercera generación de inmigrantes no cristianos. La libertad de expresión es importante y por eso tenemos que tener un debate abierto sobre este tema, que reconozco que es difícil: si hay un problema de integración o no. Y creo que sí lo hay porque hay varias ciudades grandes en Europa occidental, en lo que hay guetos donde las policías locales no les gusta entrar porque es peligroso, donde hay problemas de criminalidad, problemas de paro, de educación… Y vemos que estos problemas se producen en mayor porcentaje en las comunidades de inmigrantes que en las comunidades autóctonas europeas. 

¿Por qué no se puede hablar de eso? Somos distintas civilizaciones en el mundo. Nuestros valores y reglas de convivencia son distintos. Hay cosas en común, pero hay reglas muy distintas. Y menciono solo una. La relación entre el hombre y la mujer es muy distinta en el islam en comparación con nuestra cultura cristiana. ¿Por qué no se puede decir esto? Y hay que pensar un poco: si cambiamos, si dejamos cambiar nuestra civilización… entonces estas reglas –la igualdad que está tan de moda en Europa- ¿la podríamos proteger, cultivar en 20 o 50 años? ¿Quién se va a adaptar a quién si miramos el ritmo de nacimientos, las tasas de fecundidad?… Son temas muy complicados, muy difíciles.

Hungría siempre ha estado en el cruce de varios movimientos durante la historia; fuimos invadidos mil veces, Europa central nunca fue un territorio fácil, siempre muy complicado, y mucha gente quería dominarnos. Hemos tenido flujos grandes de inmigración como los refugiados en el 89 de Rumanía, con la revolución de Ceaucescu, gran parte de ellos húngaros que vivían en Transilvania, con las guerras de los Balcanes con muchísimos refugiados de guerra europeos, cristianos, ortodoxos y también musulmanes, porque los Balcanes tenían las tres civilizaciones… Así que siempre hemos tenido esos desafíos.

Hay que hablar claramente de los temas de civilización, de cultura, de religión y si hay problemas de integración hay que hablar de estos

Para nosotros los Balcanes es Europa. Los tratados dicen que todos los países europeos se cualifican para poder pedir su adhesión a la UE. Pensamos que tenemos que integrarles, ayudarles porque nuestra seguridad depende de ellos. Son tres civilizaciones y si no las integramos nosotros en la UE tendremos otros poderes que están muy interesados en tener relaciones más estrechas con ellos. Si no hablamos de esto porque este territorio no está hoy en día en llamas, tal vez lo estará en dos días y entonces será muy tarde. Hay que hablar claramente de los temas de civilización, de cultura, de religión y si hay problemas de integración hay que hablar de estos. Porque la gente vive esos problemas, con los atentados terroristas. No todos los inmigrantes son terroristas. Es una locura. Pero si miramos, quienes cometieron los atentados eran primera, segunda o tercera generación de inmigrantes. ¿Por qué no se puede decir? Es una verdad que todo el mundo sabe. Si la gente viviendo en grandes ciudades occidentales sufre las consecuencias de la no integración de los inmigrantes, por qué no se puede hablar de ello. Porque así tendremos más confianza con los ciudadanos y van a entender que los políticos intentan encontrar una solución que de verdad representa sus intereses y no vamos a tener a los políticos muy alejados, con una gran brecha entre políticos y ciudadanos, votantes, que van a votar entonces a partidos extremos. Es mejor el diálogo, la charla clara de los temas que la gente vive en su vida cotidiana.


¿Cómo ven en Europa la idea de Hungría de fomentar que tener hijos esté de moda?





Esto es un experimento en Europa porque lo que está de moda es que haya problemas demográficos pero afirman que lo van a resolver con inmigración. Mientras que nosotros afirmamos que para conservar nuestro país como es, para conservar Europa, tenemos que intentar influir en nuestros ciudadanos para que tengan más hijos.


Es un tema muy complejo y sobre todo funciona solo a largo plazo. No es una inversión para mañana sino que es una inversión que en 20 o 30 años puede traerte frutos. Pero algo sí que se puede alcanzar. En Hungría en ocho años la tasa de fecundidad ha subido de 1,23 a 1,5, que no está mal, pero que no es suficiente porque hasta no alcanzar el 2, que una mujer tenga dos hijos, no puedes decir que todo funciona de maravilla.


Hay que intentar crear un ambiente donde las parejas jóvenes se encuentren bien y que tengan ganas [de formar una familia]



Es un tema al que puedes ayudar con temas financieros y por eso gastamos ya el 5% del PIB en la promoción de la familia, de las mujeres. Cuando preguntamos a las parejas jóvenes que cuántos hijos quieren tener, en general dicen al menos dos o tres, pero cuando llega el momento tienen solo uno o máximo dos. Y entonces hay que mirar cuáles son los obstáculos, qué les pasa para que estos niños planificados no nazcan; y dicen que es muy difícil tener un primer hogar, que están en la universidad y ahora no quieren interrumpir los estudios y si interrumpen los estudios se quedan sin fondos; o es muy difícil regresar al mercado laboral… Hay que mirar todo esto. Las familias que se encargan de tener tres hijos ya reciben, no solo un préstamo, sino una ayuda económica de casi 30.000 euros, y además el sistema tributario favorece a las familias –una familia de tres hijos ya casi no paga IRPF-, hay que tener guarderías, escuelas infantiles, las empresas que emplean madres jóvenes pagan menos a la seguridad social… Todo este conjunto de instrumentos ayuda porque así al menos los obstáculos financieros, no digo que desaparezcan, pero los reduces para que esto ya no sea una consideración negativa cuando tomes la decisión.

Hay que intentar crear un ambiente donde las parejas jóvenes se encuentren bien y que tengan ganas. Hay que reflejar valores. Esto es fundamental. Aunque es muy difícil porque siempre es una decisión individual que toman las parejas, pero pensamos que la sociedad a largo plazo tendría que funcionar así, con personas responsables, hombres y mujeres, con las familias en el sentido tradicional de la palabra porque así podemos guardar nuestro sistema de valores. Es un experimento. Estamos en ello, vamos a ver cómo funciona y ojalá tengamos más socios, más aliados en esto, que es una de las claves del mantenimiento y supervivencia de la civilización europea.



Fuente: 
https://www.actuall.com/entrevista/familia/embajadora-de-hungria-hay-que-hablar-de-los-problemas-de-integracion-de-los-inmigrantes/?utm_campaign=El%20Brief%20de%20Actuall&utm_source=hs_email&utm_medium=email&utm_content=64960567&_hsenc=p2ANqtz--1FmjknRs9zmS8ng9HE_LSJFt0pdMZ9c57BDActKFgjRuqHlyGlST8rD-HcP3Tff1tPrtHz20C5fAobl1uTedUnb7X0w&_hsmi=64960567

lunes, 3 de julio de 2017

IDEOLOGÍA DE GÉNERO: EL NUEVO TELÓN DE ACERO CAE SOBRE OCCIDENTE


Vladimir Putin (Rusia), Beata Szydlo (Polonia) y Víktor Orban (Hungría)

Alemania ha cedido al lobby LGTB. Sólo los países del Este, los que sufrieron la bota soviética, siguen defendiendo la familia y la libertad frente a la Ideología de Género. La Europa del Este es el Fantasma de las Navidades Pasadas, es espejo del camino que podríamos tomar si quisiéramos.



Candela Sande  | 02/07/2017

Hace 221 años, el médico británico Edward Jenner observó que quienes sobrevivían a enfermedades infecciosas no volvían a contraerlas, y conjeturó que inoculando gérmenes débiles de una patología podía prevenirse que el sujeto enfermara de ella. Así nacían las vacunas, que tantos millones de vidas han salvado.

Quizá sea exagerado, e incluso insultante para tantos mártires, llamar ‘cepa débil’ al férreo régimen soviético impuesto a la Europa del otro lado del Telón de Acero, pero sí da la sensación de que esos países tienen pocas probabilidades de volver a optar por una ideología que aún tiene predicamente, prestigio y curiosas variedades de lo más exitosas de este lado.

Están vacunados de comunismo y, de rebote, prácticamente inmunes a esa cepa mutada, lo ‘políticamente correcto’.

Alemania ya tiene, como casi todos los países occidentales, su ‘matrimonio igualitario’ por ley, aunque siga siendo de hecho tan imposible hoy como hace cien años o dentro de otros cien.

Decía Chesterton que si os empeñáis en llamar ‘margarita’ a todas las flores, no habréis conseguido nada más que destruir un hermoso nombre.

De los grandes, solo Italia resiste, y pueden apostar a que le quedan dos telediarios. La canciller Merkel ha votado personalmente en contra, si eso tiene alguna validez fuera del cálculo electoral de tirar la piedra y esconder la mano. De hecho, en su partido, la CDU, una holgada mayoría se ha opuesto. En el resto, la unanimidad ha sido absoluta.

En Irlanda están ya en ese runrún previo que tan bien conocemos para acabar con esa antigualla que es la penalización del aborto. El progreso, ya saben, que avanza disciplinadamente por el camino que marcan nuestras élites, que para eso son las que definen el progresismo.

Y luego está el Este. Es curioso el destino de estos países. Han pasado medio siglo disfrutando, si bien a la fuerza, del régimen más progresista imaginable, el culmen del progreso, lo que Sartre llamaba “la filosofía insuperable de nuestro tiempo”, el comunismo. Y cuando al fin han salido de cincuenta años de aislamiento para unirse en un fraternal abrazo con el resto de sus hermanos europeos, ha sido para encontrar una recepción notablemente fría.

Mientras dormían el largo letargo comunista, el ‘mundo libre’ vivía un proceso del que ellos -algo bueno tiene que tener la tiranía- se mantuvieron ajenos. Ellos volvían a la Europa democrática y libre que recordaban, a retomar donde lo habían dejado antes de que los tanques soviéticos les convenciesen de las bondades del marxismo-leninismo.

Pero, como un sujeto que despierta de un prolongado coma, descubren que todo su entorno ha cambiado hasta hacerse irreconocible. Por eso a veces parecen una reliquia.

Pero no lo son. Son, en un sentido, un recordatorio de que todo es posible, de que el ‘progreso’ no tiene por qué estar previamente marcado, y en una dirección que hace inviable cualquier futuro a largo plazo.

Europa del Este es el Fantasma de las Navidades Pasadas, es espejo del camino que podríamos tomar si quisiéramos. Son sociedades democráticas, de libre mercado, muchas dentro de la Unión Europea y de la OTAN… Pero sus pueblos toman decisiones que van a contrapelo de lo que es norma al otro lado del ya invisible Muro.

Podría decirse, en palabras del ex presidente norteamericano Barak Obama, que están “en el lado equivocado de la Historia”, una magnífica expresión que delata hasta qué punto el progresismo es una fe. En la realidad, la Historia no tiene un “lado correcto”, no describe una línea invariable desde “lo malo” hasta “lo bueno”.

Lo que constituye dogma en Occidente -una islita que avanza a toda velocidad hacia la irrelevancia planetaria- podría definirse como una receta para la extinción.

Sencillamente, sucede, y si hay que usar una analogía geométrica para definirla, aunque ninguna sea exacta, ‘circular’ responde algo mejor a lo observado que ‘lineal’.

De hecho, lo que supuestamente está en “el lado correcto”, lo que constituye dogma en Occidente -una islita que avanza a toda velocidad hacia la irrelevancia planetaria- podría definirse como una receta para la extinción.

Si alguien se toma la molestia de reflexionar sobre las consecuencias lógicas, prácticas, de las causas de moda tendrá que concluir que apuntan más a la desaparición de nuestra civilización que a su prosperidad y avance.

Quién iba a decirlo, que del otro lado de Europa llegarían para recordarnos al ‘mundo libre’ que otro Occidente es posible.


Fuente: https://www.actuall.com/criterio/familia/cruda-realidad-ideologia-genero-nuevo-telon-acero-cae-occidente/

sábado, 24 de junio de 2017

EL CRISTIANISMO DESAPARECERÁ DE EUROPA COMO DESAPARECIÓ DEL NORTE DE ÁFRICA.





por Giulio Meotti, 16 mayo 2017



“Temo que nos estemos acercando a algo parecido al trágico destino del cristianismo en el norte de África en los primeros tiempos del islam”, advirtió el obispo luterano Jobst Schoene hace unos años. En la antigüedad, Argelia y Túnez, totalmente cristianas, nos dieron grandes pensadores, como Tertuliano y San Agustín. Dos siglos después, el cristianismo había desaparecido, sustituido por la civilización árabe-islámica.

¿Va a correr Europa la misma suerte?

“El cristianismo se ha terminado en Irak” a causa del extremismo islámico; en Europa, el cristianismo se está suicidando.

En veinte años nacerán más niños de mujeres musulmanas que de cristianas en todo el mundo. Esta es sólo la última señal del rápido crecimiento del islam, que lleva camino de convertirse la mayor religión del mundo al acabar el siglo, según un nuevo estudio publicado por el Pew Research Center.

“El cristianismo está literalmente agonizando en Europa”, dijo Conrad Hackett, jefe del equipo de investigadores del informe del Pew, según el cual entre 2010 y 2015 la población mundial musulmana se incrementó en más de 150 millones de personas, hasta llegar a los 1.800 millones.

En Europa, ¿cuántos cristianos se han perdido? Entre 2010 y 2015, “la cifra de muertes superó a la de nacimientos en casi 6 millones”.

A este ritmo, el cristianismo desaparecerá de Europa.

En el mismo marco temporal, en la mayoría de los países europeos –Gran Bretaña, Alemania, Italia y Rusia incluidos– las muertes superaron a los nacimientos entre los cristianos. “Sólo en Alemania, por ejemplo, se calcula que hubo 1,4 millones más de muertes que de nacimientos de cristianos entre 2010 y 2015, una pauta que se prevé se mantenga en gran parte de Europa en las próximas décadas”, descubrió el Pew. Hay patrones claros en las tendencias demográficas, los niveles de asistencia a las iglesias, el número de parroquias cerradas y la menguante cifra de sacerdotes.

Estos patrones son la razón de que los líderes islámicos como el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, estén librando una guerra demográfica contra Europa. “No tengáis tres, sino cinco hijos”, pidió Erdogan a los musulmanes del Viejo Continente. “Sois el futuro de Europa”. Este plan se llama, en el islam, hégira: expandir el islam mediante la migración, inspirándose en la huida de Mahoma de La Meca a Medina en 622.

En Europa septentrional el cristianismo ya ha sido debilitado por el ateísmo, tendencia posiblemente acelerada por los avances médicos y científicos. Después de pasar más de un año en Escandinavia, el sociólogo estadounidense Phil Zuckerman publicó el libro Society Without God(La sociedad sin dios). Recientemente, tras una campaña publicitaria a escala nacional de la Sociedad Atea, miles de personas abandonaron la Iglesia de Dinamarca. La iglesia estatal de Noruega perdió más de 25.000 miembros en un solo mes. En 2016, más de 90.000 personas decidieron dejar de pertenecer a la Iglesia de Suecia, casi el doble que el año anterior; entre tanto, en un año, 163.000 migrantes, la mayoría de ellos musulmanes, entraron en el país.

El cristianismo también está colapsando en el Reino Unido. Veinte iglesias cerrarán pronto en el Gran Manchester. Según algunas informaciones, el anglicanismo habrá desaparecido de Gran Bretaña para 2033. La Archidiócesis de la Iglesia Católica de San Andrés y Edimburgo prevé reducir el número de parroquias de más de cien a treinta. La Archidiócesis de Glasgow, la mayor del país con creces, tendrá pronto –en las próximas dos décadas– sólo 45 sacerdotes, y probablemente cerrará la mitad de sus parroquias. Imagínense: una inmensa comunidad católica va a cerrar la mitad de sus iglesias.

En Holanda los católicos también están asumiendo un “futuro sin iglesias”. El cardenal Willem Eijk, arzobispo de Utrecht, anunció que para 2025 un millar de parroquias católicas habrán sido clausuradas. “Predecimos que un tercio de las iglesias católicas habrán cerrado para 2020, y dos tercios para 2025”, declaró.

La mayoría de las iglesias de Bruselas también cerrarán; 108 de ellas. La Archidiócesis de Viena, en Austria, también liquidará la mayoría de sus iglesias –concretamente 660– en los próximos diez años. Las fusionará en 150 parroquias más grandes.

Se encuentran cifras similares en toda parte de Europa, desde la católica España al protestante Reino Unido.

El padre Benedict Kiely, cura católico y fundador de nasarean.org, que ayuda a los cristianos perseguidos en Oriente Medio, se reunió hace poco con algunos cristianos perseguidos por el ISIS en Irak. Cuando se marchaba del país, otro cura anciano, él mismo un refugiado, le cogió la mano y le dijo en árabe: “Ten cuidado, ten mucho cuidado. Lo que ha pasado aquí llegará hasta ti”.

Como nos recuerdan los ataques contra dos iglesias cristianas coptas en Egipto el pasado Domingo de Ramos, se está librando una auténtica guerra de exterminio contra los cristianos en Oriente Medio.

El filósofo canadiense Mathieu Bock-Côte ha escrito en Le Figaro:

· Occidente se acostumbró hace mucho tiempo a la persecución de los cristianos en Oriente Medio, como si sus desgracias fuesen inevitables y tuviesen que aceptarse sin más. ¿No debería el problema de los cristianos en Oriente Medio abrir los ojos a la civilización europea sobre su identidad esencial? ¿No deberíamos, en Europa y Occidente, tomar conciencia de que estos ataques también van dirigidos a nosotros?

Europa lleva algún tiempo experimentando esta guerra contra el cristianismo en su propio suelo: el atentado en una iglesia de Normandía, en la que extremistas islámicos asesinaron a un sacerdote ante el altar; el complot terrorista contra la catedral de Notre Dame, la amenaza del ISIS de convertir la catedral de San Pedro en una mezquita o el letal ataque terrorista contra un mercado navideño de Berlín son sólo unos ejemplos.

“La lengua materna de Europa es el cristianismo”, dijo el gran escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, no un papa. Tal vez esa lengua vuelva a ser fuerte en el futuro. Tal vez los sacerdotes mantengan vivo el cristianismo en Londres, Bruselas y París. Tal vez. Pero no fue eso lo que pasó en África del Norte.

Por ahora, la “lengua materna” de que hablaba Goethe se ha reducido, en Europa, a un susurro apenas perceptible. En su lugar, se puede oír, cada vez más poderosa, la “lengua islámica”

© Versión original (en inglés): Gatestone Institute

viernes, 26 de mayo de 2017

REINO UNIDO, CAMPO MINADO DEL YIHADISMO A PUNTO DE ESTALLAR




Medio millar de iglesias han cerrado en Londres, y se han abierto más de 400 mezquitas. La población musulmana se ha duplicado en el Reino Unido hasta los 3,1 millones, singularmente en la city, Birmingham o Manchester. Lo cual es terreno abonado para la amenaza yihadista.


Javier Torres

Salman Abedi, autor del atentado que ha costado la vida a 22 personas en Manchester el pasado lunes, era hijo de libios, pero nacido en Reino Unido, como muchos de los terroristas que en los últimos años han cometido atentados en suelo europeo. Sus padres eran refugiados que llegaron a las islas huyendo del régimen de Gadafi.

Tras este nuevo atentado Europa se lamenta de que el enemigo está en casa al tiempo que se pregunta cómo se ha llegado a este punto.

Pero la realidad es que las autoridades han fomentado que en las últimas cuatro décadas el auge de la inmigración haya modificado el paisaje y hasta los modos de vida en muchas de las grandes ciudades del continente.

Pocos países han acogido a más inmigrantes -especialmente de origen islámico- que el Reino Unido, donde actualmente viven 3,1 millones de musulmanes, lo que representa el 4,8% del total de la población.




La policía inglesa prohibió a los ciudadanos salir de los edificios que se encuentran cerca del Parlamento británico tras el atentado islamista / EFE

Londres es la ciudad en la que vive el mayor número de ellos: hasta un millón, lo que representa el 12,4% de los habitantes, según el Muslim Council of Britain. En la cima del multiculturalismo, de los 8,6 millones de habitantes de la capital, el 44% pertenece a una minoría étnica.

Además de la capital, los musulmanes tienen una presencia importante en todas las grandes ciudades: Manchester (15,8%), Birmingham (21,8%) y Bradford (24,7%).


El número de musulmanes en las islas ha crecido más del doble en los últimos 13 años: pasó de 1,5 millones en 2001 a 3,1 millones en 2014

En el Reino Unido la población de origen musulmán ha crecido más del doble en los últimos 13 años: pasó de 1,5 millones en 2001 a 3,1 en 2014. Actualmente el porcentaje de musulmanes en Inglaterra y Gales es del 5%.

Y todo ello se ha convertido en caldo de cultivo para la amenaza yihadista. Sobre todo desde que Bin Laden enseñó los dientes a Occidente y demostró, con el ataque del 11-S que EEUU y Europa eran vulnerables.

De Nueva York a Londres


La llegada del siglo XXI estuvo marcada por el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 que costó la vida a casi 3.000 personas. Desde ese momento el terrorismo islámico ha crecido con fuerza hasta el punto de atacar otras de las ciudades más importantes del mundo: Londres.

El 7 de julio de 2005 varios yihadistas sembraron el pánico en la capital británica con varios ataques en el metro y en un autobús público. El atentado terrorista acabó con la vida de 56 personas y dejó 700 heridos.

Desde luego no puede decirse que la influencia islámica en las islas sea menor. Reino Unido tiene 1.700 mezquitas, de las cuales 427 están en Londres. Esta situación contrasta con el hecho de que entre 2001 y 2017 hasta 500 iglesias cerraron en la capital británica. Una cultura, la cristiana, desaparece y otra, la musulmana, ocupa su lugar.


Mezquita de Woolwich, Londres / EFE
El empuje cada vez más fuerte del islam en el país explica que ahora haya zonas en las que predomine la ley islámica como si se tratara de un territorio independiente del británico.

Hace años que el Reino Unido y Europa miran hacia otro lado para tapar una de sus mayores vergüenzas: las ‘no go zones’, esos territorios en los que impera la sharia (ley islámica) al margen de la legislación del propio país.

Barrios en los que no llega el Estado de Derecho y el europeo autóctono prefiere no poner un pie por cuestiones evidentes: la seguridad no está garantizada, y menos aún para las mujeres europeas, habitual objeto de los insultos, vejaciones e incluso violaciones por parte de ciudadanos musulmanes. 

Propaganda en cárceles


El auge de esta ‘justicia comunitaria’ provoca que delitos que serían castigados con dureza -ya sean violaciones o incluso homicidios- no se denuncien por miedo a carteles como “Usted está entrando en una zona controlada por la sharia: reglas islámicas obligatorias”.

El Este de Londres alberga barrios como Tower Hamlets y Newham, hoy convertidos en guetos islamistas, ambos tutelados por el Islamic Forum of Europe, grupo radical que difunde el islamismo radical.

A estas alturas a nadie le sorprende que Mohammed fuese el nombre más elegido por los padres para los niños que nacieron en Londres en el año 2014.

Según ‘The Independent’ los imanes encargados de la atención a los presos musulmanes difunden propaganda yihadista y les animan a asesinar a los que rechazan la fe de Mahoma

En estas zonas tampoco se deja ver por allí la policía con la frecuencia debida. “Hay barrios en París en los que la gente te dice: ‘esto es la guerra’. Los franceses los llaman ‘zonas de no derecho’ porque no rige la ley. A partir de las 7 de la tarde no entran ni policías, ni bomberos ni ambulancias”, aseguró Jorge Verstrynge en una entrevista a Actuall.

Una década sangrienta


En una encuesta realizada en Gran Bretaña el verano de 2015, el 51% de los musulmanes británicos estaban a favor de poder elegir someterse a la jurisdicción de la sharia, el 20% respondió que la violencia estaba justificada para hacer la sharia la ley en el país. Otro 25% apoyaba la violencia contra aquellos que ofenden al islam.

El diario inglés The Independent publicó un investigación realizada en las prisiones británicas en la que se desvela que, al menos en diez prisiones, los imanes encargados de la atención a los presos musulmanes difunden propaganda yihadista y les animan a “asesinar a los apóstatas o a los que rechazan la fe musulmana”. A principios de 2016 habían 12.000 musulmanes presos en Inglaterra y Gales.

Y aunque hay una inmensa mayoría de musulmanes pacíficos, que solo quieren trabajar y sacar a sus familias adelante, la infiltración de las corrientes más radicales a través de mezquitas, escuelas coránicas y los guetos aislados donde los ‘bobbies’ no se atreven a poner el pie se ha convertido en “cajas de reclutamiento” de jóvenes yihadistas.

No hay más que ver el rosario de atentados de la última década, que han golpeado a la sociedad británica.

Desde 2005 el Reino Unido ha sufrido numerosos ataques terroristas de signo islamista. En Glasgow un coche cargado con bombonas de gas impactó contra la terminal del aeropuerto en junio de 2007. Afortunadamente no estalló.


Policías patrullan los alrededores del Manchester Arena horas después de que un terrorista islámico matara a 22 personas al hacer explotar un artefacto durante el concierto de la cantante Ariana Grande. / EFE
No puede decirse lo mismo de lo que ocurrió en Londres en mayo de 2013, cuando dos hombres de origen nigeriano atropellaron y degollaron a un soldado.

O cuando un somalí acuchilló a dos personas en el metro de Londres en diciembre de 2015. 

Más reciente fue el atentado que costó la vida a seis personas en el atropello múltiple y apuñalamiento de un policía en Westminster el pasado mes de marzo. En total, entre 2005 y 2017 han muerto 85 personas a causa del terrorismo yihadista en el Reino Unido. 

Pero todo indica que esto es solo el principio. Porque el enemigo está en casa y porque las autoridades no saben como combatirlo.

El Estado Islámico lo ha dejado bien claro, al reivindicar el atentado de Manchester: esto no ha hecho más que empezar.

“Lo que se avecina será aún más duro para los fieles de la cruz y sus aliados, con el permiso de Dios”, amenaza el texto que considera el ataque una “venganza”, un acto más de los “los esfuerzos para aterrorizar a los incrédulos” y “una respuesta a las agresiones contra las tierras de los musulmanes”.

Por ello la primera ministra Theresa May ha elevado la amenaza terrorista al Reino Unido a un nivel crítico -el más alto-, lo que significa que los servicios de inteligencia tienen información de un atentado inminente.

Precisamente en la mañana del miércoles la policía ha realizado tres detenciones más relacionadas con los atentados de Manchester.


Fuente:http://www.actuall.com/criterio/democracia/reino-unido-el-campo-minado-del-yihadismo-que-esta-a-punto-de-estallar/

viernes, 2 de septiembre de 2016

RETOS DE LAS FAMILIAS CATÓLICAS EN EUROPA (EL CASO DE HOLANDA)







Por Juan Santana Corte*

En los 10 años que he vivido en los Países Bajos (y otros tantos en Inglaterra) he presenciado una serie de acontecimientos que me han dejado una clara impresión de lo que afecta a la sociedad europea en general en diversos aspectos, pero sobre todo en lo social y religioso y en particular en el caso de los Países Bajos. 

Dicen que los Holandeses o creen todo o no creen en nada. Pareciera que así es. En este país la gran mayoría de los fieles católicos han dejado a un lado sus creencias y su herencia e identidad religiosa, la cual históricamente ha sido parte de su identidad cultural y nacional. Con una asistencia a las iglesias menor a los 200,000 fieles cada domingo en un país de casi 17 millones de habitantes, la iglesia esta desanimada y aletargada, y aun peor, resignada a aceptar esta situación sin hacer un esfuerzo por cambiar el rumbo. La gran mayoría de los “fieles” que aun participan en la misa dominical están más preocupados por los derechos de los homosexuales, discutir sobre temas de política, el relativismo y la obsesión por el multiculturalismo, etc., que en enseñar el catecismo a los niños, visitar a los enfermos o de vez en cuando llevar algo a los presos. 

Es triste ver como después de la primera comunión los niños no vuelven a presentarse en la iglesia excepto quizás cuando muere algún abuelo o en la misa de Navidad. A nadie parece preocuparle esta situación, existe una resignación e indiferencia que más que preocupante es decepcionante. Solo en un caso, en lo que es conocido en holandés como el “Bibelgordel” o cinturón de la Biblia, principalmente compuesto por Iglesias Protestantes es en donde aún puede verse una asistencia relativamente numerosa de familias completas a sus servicios religiosos. Se trata de familias muy comprometidas con sus creencias y tradiciones, lo cual es digno de alabanza y estudio. De alguna manera esta zona de los Países Bajos han querido conservar su identidad y pasarla a las nuevas generaciones.

La falta de sacerdotes es un problema que parece no preocupar a nadie, frecuentemente los domingos solo se hacen las lecturas, se entonan algunos himnos y salmos y se reparte la comunión previamente consagrada por alguno de los sacerdotes que aún quedan en la parroquia. Indiferencia es el principal problema.
Después de la muerte de uno de los sacerdotes de nuestro pueblo se me ocurrió ponerme en contacto con un seminario en la India donde se forman jóvenes sacerdotes ansiosos de salir al mundo a cubrir los puestos de los sacerdotes que han fallecido o de nuevas parroquias. El rector del seminario me hizo saber que lo único que necesitaba para que enviaran uno de esos jóvenes sacerdotes a nuestra parroquia era una carta del obispo solicitándole un sacerdote recién ordenado. 

Con mucho gusto comente estas “buenas noticias” a una de las personas responsables del grupo local de nuestra iglesia, sin mucho discutirlo me lleve una decepcionante respuesta. En alguna ocasión trajeron a un sacerdote polaco que al parecer no se adaptó al país, y eso los hizo desistir al parecer para siempre, de invitar a otros sacerdotes extranjeros a venir a encargarse de esta parroquia. Esto es un problema muy serio que pocos feligreses quieren resolver o aunque sea discutirlo al obispo. De hecho en estos países no es el obispo quien designa un sacerdote para una parroquia en particular, sino un consejo de feligreses, y en muchas ocasiones el obispo tiene que hacer un muy duro trabajo para que el sacerdote candidato a ocupar el puesto sea aceptado por este consejo.

En contraste con este sistema de los Países Bajos me encontré con un muy activo grupo en Lovaina, Bélgica, donde constantemente acudo a las misas de los jueves, celebradas en casi todas las veces por sacerdotes del Congo, de la India, de EUA y algunos Belgas. No es raro que esto suceda en Lovaina puesto que esta ciudad tiene una facultad de Teología muy activa y respetada en todo el mundo y que pertenece a la “Katholieke Universiteit Leuven” o KUE por sus siglas en Holandés. Aquí llegan muchos jóvenes sacerdotes y novicios de todo el mundo a estudiar por uno o varios años y al mismo tiempo participan como capellanes o párrocos de alguna de las tantas iglesias de esta ciudad. Al menos en este aspecto la iglesia en Bélgica es un poco más activa, aunque la asistencia dominical a la Santa Misa solo llega al 5% de la población. Con este resumen sobre el estado de la Iglesia Católica en mi entorno quisiera hacer mención de otros gravísimos problemas que están acabando por destruir a la sociedad europea y al creyente común y corriente, al menos en el oeste del continente, y son: el temor a lo políticamente incorrecto, la pérdida del orgullo en nuestros avances sociales y culturales gracias a nuestra herencia judeo-cristiana, el relativismo cultural, la “islamofilia” (que es quizás el mayor problema en Europa), las leyes sobre el “hate speech” y finalmente un sentimiento de culpa por errores del pasado (colonialismo, guerras, esclavitud, las cruzadas) y que continuamente se mencionan en diversos foros y por desgracia hasta en los sermones en las iglesias, sin recordar que esos “errores” ya fueron pagados por Nuestro Señor Jesucristo y no tenemos por qué sentirnos culpables de los errores de nuestros antepasados, y mucho menos hacer caridad con la intención de sentir que con eso se reduce un poco ese sentimiento de culpa. 

Frecuentemente las familias católicas tienen que afrontar uno o varios de estos problemas en su vida diaria, tanto los adultos como los jóvenes. Es a los jóvenes a quienes es necesario educar en la Fe y en el correcto entendimiento de nuestra religión para que en el futuro puedan ellos corregir el rumbo o al menos oponerse a nuestro legítimo derecho a preservar nuestra identidad religiosa y cultural. “Poner la otra mejilla” no es aceptar todas y cuantas ofensas o calumnias vengan de grupos como los de la comunidad LGBT, grupos musulmanes, etc. La reciente visita de Su Santidad a Armenia y la mención específica sobre el genocidio Armenio, son muestras que deben animar a la sociedad a hablar con la verdad y sin necesidad de temer las represalias que gobiernos o grupos que pudieran tomar en contra de los fieles. 

Por ultimo la crisis de los refugiados y los ataques terroristas en Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra, son un problema constante y extremadamente preocupante por la falta de medidas efectivas, serias y contundentes para tratar esta crisis, los polacos y los húngaros lo tienen claro, no van a comprometer su herencia cristiana a pesar de las amenazas de la Unión Europea. ¿Cómo explicar a nuestros hijos que “debemos” vivir con esta amenaza terrorista islámica en nuestra vida diaria? ¿Nos resignamos a vivir con miedo a expresar y preservar nuestra religión? ¿Les hablamos con la verdad sobre otras religiones y tendencias sociales o los hacemos valientes y fuertes en su herencia religiosa para que afronten esta situación? Aquí es donde se está decidiendo el futuro de Europa.

Físico por la Facultad de Ciencias de la UNAM y Maestría y Doctorado por la Universidad de Lancaster, U.K. Actualmente vive en Nuenen, Holanda y trabaja en Lovaina, Belgica


En el fondo la Iglesia Reformada Holandesa (hoy Van Goghkerkje ) donde el padre de Vincent van Gogh, sirvió como Vicario.

jueves, 14 de julio de 2016

EL `BREXIT´ Y SUS REPERCUSIONES






La primera impresión es que el brexit, término derivado de `British Exit´ ('salida británica´) fue consecuencia de una pésima jugada política del primer ministro David Cameron, que estimaba que los ingleses votarían por la permanencia en la Unión Europea (UE), pero que rebasado por la realidad, una hora después de conocer el inesperado resultado, anunció que en los próximos meses renunciaría a su cargo y que su sucesor sería el encargado de iniciar el proceso de separación de la UE. La motivación de Cameron era la de unificar a su dividido partido, precisamente en este punto. Para ello basaba su esperanza en el voto de los jóvenes –partidarios de la permanencia-, pero que para su mala suerte no acudieron a las urnas como se esperaba. 

Los hechos 



El jueves 23 de junio en todo el Reino Unido se realizó un referéndum para decidir la permanencia (remain) o separación (exit) de la UE tras 43 años de permanecer en ella. El resultado es que el 51.9% votaron por la salida y solo 48.1% por la permanencia en la UE. 

De conformidad con las estadísticas, la participación del voto en el tercer histórico referéndum de Gran Bretaña fue de 72.2% con más de 30 millones de electores, el más alto desde 1992. 

La votación en Londres, Escocia e Irlanda del Norte, demostró que estaban a favor de la UE; no así las otroras ciudades industriales de Newcastle, Birmingham, Suderland y Durham. Gales y los condados rurales ingleses también se manifestaron a favor de la salida.


El peso de la monarquía



El sitio Web Real insiste en que, "Como Jefe de Estado la reina tiene que ser estrictamente neutral, con respecto a asuntos políticos." La reina no vota, nunca lo hace. Sin embargo trascendió que en una cena celebrada unos días antes, la Reina Isabel II había pedido a sus huéspedes darle tres razones por las que Gran Bretaña debería permanecer en Europa. El biógrafo de Su Majestad, Robert Lacey, publicó los comentarios de la Reina y sugirió que podrían significar la retirada de los favores de la reina a la UE.


Las consecuencias financiero-económicas 


La misma noche de jueves, a medida que se avizoraba la victoria del brexit, el euro cayó a 1,0913 dólares. Al día siguiente, la libra esterlina experimentó una devaluación del 12% con respecto al dólar, llegando así a alcanzar su cotización más baja en los últimos 31 años. Por su parte, el oro -que suele ser considerado el valor refugio por excelencia- alcanzó su punto más alto desde 2014 y llegó a cotizarse a $ 1.315 por onza. 

Un ‘viernes negro’ experimentaron los mercados de valores. Según informó AFP, las bolsas europeas se desplomaron y registraron pérdidas significativas. El índice Footsie-100 de Londres perdió 3,15%, el Dax-30 de Fráncfort 6,82%, el CAC-40 de París 8,04%, el Ibex-35 de Madrid 12,35% y el FTSE-Mib de Milán 12,48%. 

Gran Bretaña es la quinta economía mundial, medida en dólares corrientes, o la novena, corrigiendo por poder adquisitivo 

Los analistas financieros han recortado los pronósticos de crecimiento para el Reino Unido: de 2 a 1.5% para este año, y de 2.4% a 0.2% para 2017. Y han advertido que el país “muy probablemente” entre en recesión y que pierda su calificación triple A, lo que le significará mayores costos a la hora de pedir créditos internacionales. 


Una ardua labor de renegociación 


Para iniciar el proceso de separación de la UE, el gobierno británico deberá invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa. Durante el periodo de dos años de negociaciones posterior a la invocación del artículo 50, el Reino Unido y la UE también deberán alcanzar nuevos acuerdos de comercio, pero se espera que estas discusiones continúen por lo menos cinco o siete años. 

El Reino Unido podría comerciar con la UE bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio. Ello significará que los exportadores británicos tendrán que pagar nuevas tarifas europeas, del mismo modo que lo hacen Estados Unidos y China. El sector de servicios del Reino Unido, que representa 80% de la economía británica, perderá el acceso preferencial al mercado único europeo. Y los acuerdos de libre comercio que la UE negoció con 53 países, entre ellos México, ya no incluirán al Reino Unido. Londres deberá renegociar con cada uno de esos países por separado. 


Las repercusiones sociales 



Si bien el Reino Unido ahorrará 11 mil millones de euros que el Tesoro británico destina a las arcas europeas y podrán ser destinados a mejorar el Servicio Nacional de Salud –como había prometido la campaña por la salida de la UE–, o para abolir el IVA en los combustibles; por el contrario los granjeros británicos dejarán de recibir subsidios de la UE, estimados en 2 mil 910 millones de euros en 2015. También las regiones más pobres de Gran Bretaña, dejarán de contar con subsidios regionales de la UE. En total, el Reino Unido recibía cerca de 7 mil 200 millones de euros al año en subsidios y ayudas. 

La migración será otro de los puntos clave en el divorcio respecto de la UE, ya que el Reino Unido buscará reducir los niveles de inmigración, probablemente a partir de un sistema de puntos como el de Australia, basado en experiencia laboral, salario, educación y nivel de inglés. Se espera que millones de inmigrantes europeos sean deportados si no cuentan con esos niveles de experiencia laboral o salarial. 

También el Reino Unido deberá clarificar el estatus de unos 2.2 millones de trabajadores europeos que viven en el país. Por contra, 2 millones de británicos, en su mayoría pensionados, estudiantes o trabajadores del sector financiero, viven en países de la UE, así que cualquier medida tomada por Londres que perjudique a los inmigrantes europeos podría provocar represalias contra los británicos. 

Se estima que más de 800 mil personas podrían perder su empleo. 


En un país roto, el reloj de la desincorporación se ha hechado a andar


“El destino de nuestro país ha sido decidido por personas que añoran un pasado que nunca existió y han creado un futuro que es sombrío” escribió Rebecca W @ReallyWe, entre decenas de miles de comentarios que expresaban amargura y decepción.

Los jóvenes entre los 18 y los 24 años fueron los que más votaron por el remain (según la casa de encuestas YouGov fue de un 75%, en tanto que en el rango de 25 a 49% su preferencia por permanecer fue del 56%).


Pocos días después del referendum en Reino Unido, una petición en línea para que se realice una segunda consulta pública alcanzó un millón 925 mil personas.

David Cameron quien gobernó de 2010 a 2016 presentó su renuncia a la reina Isabel -este miércoles 13 de julio- durante una audiencia privada en el Palacio de Buckingham. La nueva líder de los tories, Theresa May, asumió el cargo de primer ministro esta misma noche, en tanto que la UE le envió una mesurada felicitación.

May será la encargada de notificar formalmente a la UE la decisión de su país de abandonar la mancomunidad y de negociar con los europeos los términos de la separación.

Jorge Pérez Uribe


domingo, 3 de julio de 2016

EL BREXIT, UN SÍNTOMA DEL EUROESCEPTICISMO QUE SE EXTIENDE POR LA UE



El euroescepticismo no se acaba en el Brexit: un 47% de los europeos tiene una opinión desfavorable de la UE


El desencanto con la Unión Europea alcanza al 47% de los europeos, que además desaprueban la gestión de la economía y los refugiados. Los jóvenes, los más favorables a la UE. Los españoles lideran el aumento de euroescépticos y ya hay más en contra que a favor



Josu de la Varga | 20 junio, 2016
Este jueves, 23 de junio, los ciudadanos del Reino Unido decidirán en referéndum su salida o permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE). Es lo que ha dado en llamarse Brexit, y la trascendencia del resultado de la votación se ha convertido en el evento político más importante y con más repercusión mediática en toda Europa.

Desde que el pasado jueves asesinaran a la diputada laborista Jo Cox, el apoyo al Brexit ha perdido fuelle entre los británicos: el 46% respalda la opción de la permanencia, frente al 43% partidario de la salida, según un último sondeo de BMG para el diario The Herald.

Aun así, la diferencia sigue siendo mínima y los analistas advierten de que todo está aún en el aire. De hecho, un 11% de los más de 1.000 encuestados reconoce que aún no ha decidido hacia dónde se inclinará su voto.

Pero, el descontento con el funcionamiento de la UE no es solo cosa de los ciudadanos del Reino Unido y el Brexit es, cada vez más, el síntoma de un euroescepticismo que se extiende por toda Europa.

Así lo constata el estudio ‘Euroescepticismo más allá del Brexit’, elaborado por el Pew Research Center en base a 10.491 encuestas realizadas en 10 países de la UE del 4 de abril al 12 de mayo de 2016.

Las conclusiones de ese estudio muestran que el desencanto con la Unión Europea alcanza al 47% de los europeos. En ese sentido, los españoles lideran el aumento del porcentaje de euroescépticos en la última década, y ya hay más personas en contra que a favor.

Al mismo tiempo, los datos de la encuesta revelan que los jóvenes son más favorables a la UE que las personas de mayor edad; y los ciudadanos de la UE desaprueban la gestión de la crisis económica y de los refugiados que se está llevando a cabo desde Bruselas.

Las dos caras del Brexit, enfrentadas en el puente de Westminster


Una visión partida en dos


Casi coincidiendo con el sondeo realizado por The Herald, pero en relación no solo a los británicos sino a los europeos, el estudio del Pew Research muestra que solo un 51% de los ciudadanos de la UE tiene una opinión favorable de la Unión Europea; mientras la opinión del 47% es desfavorable, como se puede observar en el siguiente gráfico, reproducido a partir del estudio.



El 70% de los encuestados cree que es negativo que el Reino Unido abandone la UE


Al mismo tiempo, el 70% de los encuestados considera que es una “mala cosa” que Reino Unido abandone la UE y solo el 16% cree que sería una “buena cosa”.

Por otra parte, sobre el futuro de la UE, en el gráfico se puede ver que un 42% cree que algunos poderes deberían ser devueltos al Gobierno de cada país; un 19% que los gobiernos nacionales deben transferir más poderes a la UE; y un 27% que la división de poderes debe seguir igual.

La opinión pública europea está prácticamente partida en dos a la hora de valorar la UE

España dispara su euroescepticismo


Otra cuestión interesante que plantea el estudio del Pew Research es la evolución que han seguido los diferentes países de la UE en cuanto a su opinión favorable, o no, a la UE.

En este otro gráfico se puede ver que España es el país que más ha incrementado su euroescepticismo en la última década. Si en 2007 la opinión favorable era del 80%, en 2016 ese porcentaje ha caído hasta el 47%, es decir un descenso de 33 puntos porcentuales en nueve años.

El país que refleja un mayor rechazo hacia la UE es Grecia, con solo un 27% de encuestados que se muestran favorables, mientras en 2012 ese porcentaje ya era del 37%, es decir con un descenso de 10 puntos porcentuales.

Los otros países que reflejan una mayor caída en su consideración a favor de la Unión Europea son Francia, que ha pasado del 69% en 2004 al 38% en 2016 (31 puntos menos); Italia, del 78% en 2007 al 58% en la actualidad (-20 puntos); Polonia, del 83% en 2007 al 72% nueve años después (-11); Reino Unido, que ha pasado del 54% en 2004 al 44% actual (-10); y Alemania, del 58% en 2004 al 50% en 2016 (-8 puntos porcentuales).

Todos los países analizados aumentan su euroescepticismo, España el que más


Los jóvenes, más favorables que los mayores


En cuanto a la valoración de la UE por edades, el estudio constata un hecho interesante: “los jóvenes -aquellos entre 18 y 34 años- son más favorables hacia la Unión Europea que las personas de 50 años o más” en nueve de los diez países encuestados.

Así, como se ve en este otro gráfico, las diferencias entre estos dos colectivos de encuestados en las franjas que van de los 18-34 años y las de 50+ son las siguientes: Francia, 25 puntos porcentuales más entre los jóvenes que entre los mayores (56%-31%); Reino Unido, 19 puntos más (57%-38%); Holanda, 16 puntos más (62%-46%); Polonia y Alemania, 14 puntos más (79%-65% y 60%-46%, respectivamente); Grecia, 13 puntos más (37%-24%); España, 9 puntos más (53%-44%); Suecia, 5 puntos más (56%-51%); y Hungría, 3 puntos más (63%-60%). Solo Italia muestra porcentajes en sentido contrario: 1 punto menos los jóvenes que los mayores (55%-56%.


“Los jóvenes son más favorables hacia la Unión Europea que las personas de 50 años o más”


El estudio añade que “la caída en el apoyo general hacia la UE en los países clave en el último año ha sido impulsado por una caída de quienes están a favor entre las personas mayores en particular”.

“En Francia, el respaldo de la UE entre las edades de 50 años o más se redujo 19 puntos. En España se redujo 16 puntos y en Alemania 11 puntos”, concreta el informe.

Descontentos ante el drama de los refugiados


Otra cuestión que critican los europeos a los responsables de la Unión Europea en Bruselas y que está causando “gran parte del descontento con la UE” es la gestión que están haciendo de los refugiados.

En este gráfico se observan los porcentajes de desaprobación o aprobación por parte de los encuestados respecto a esta cuestión.

La gestión de Bruselas del drama de los refugiados es criticada por la gran mayoría de los encuestados


“En todos los países estudiados, una mayoría abrumadora desaprueba la forma en que Bruselas ha tratado el problema. Esto incluye el 94% de los griegos, el 88% de los suecos y el 77% de los italianos”, concreta el estudio.

Pero también España (75%), Hungría (72%), Polonia (71%), Reino Unido y Francia (70%), Alemania (67%) y Holanda (63%) consideran mayoritariamente que se está haciendo una pésima actuación.


Suspenso a la gestión económica


Los encuestados consideran de forma mayoritaria, además, que las autoridades de la UE están haciendo una pésima gestión económica, como se ve en este gráfico.

Suspenso para los dirigentes de la UE en la gestión de la crisis económica


“Alrededor de un nueve de cada diez griegos (92%) desaprueba la forma en que la UE se ha ocupado de la crisis económica en curso. Aproximadamente dos tercios de los italianos (68%), franceses (66%) y españoles (65%) de manera similar lo desaprueban”, dicen las conclusiones del estudio del Pew Research.

También están más en contra que a favor de la forma en que la UE hace frente a los retos económicos Suecia (59% frente al 34% a favor); Reino Unido (55%-28%); Holanda (49%-42%) y Hungría (48%-38%).

“La aprobación más fuerte de los esfuerzos económicos de Bruselas es en Polonia y Alemania (ambos con el 47%)”, dice el estudio, mientras desaprueban la gestión el 33% y el 38%, respectivamente.

¿Cuánto perjudica el Brexit a la UE?


Una última cuestión, entre otras, a destacar del informe del Pew Research Center tiene que ver con el gráfico donde se muestra como “los europeos están mayoritariamente de acuerdo en que la salida del Reino Unido dañaría la UE”.


“Los europeos están mayoritariamente de acuerdo en que la salida del Reino Unido dañaría la UE”


Así, “existe el sentimiento abrumador en toda Europa de que el Brexit sería una mala cosa para la institución europea: 89% en Suecia, el 75% en los Países Bajos y el 74% en Alemania dicen que la salida británica no es buena para la UE”.

Pero también Hungría y España (70%); Polonia (66%); Grecia (65%); Francia (62%) e Italia (57%) lo consideran así.

“Francia es el único país en el que más de una cuarta parte (32%) del público dice que sería positivo para la UE si el Reino Unido se fuera”, concluye el estudio en este apartado.



http://www.forumlibertas.com/brexit-sintoma-del-euroescepticismo-se-extiende-la-ue/