viernes, 28 de julio de 2023

LA BATALLA POR EL ALMA DE MÉXICO


En el caso del narco y su avance, las Fuerzas Armadas actúan como cuerpo de reacción a través de bomberazos sobre hechos consumados.





Pablo Hiriart | julio 24, 2023

Nadie –nadie– imaginó que la peor herencia de López Obrador sería la crisis moral que corroe a México.

Desde luego no es una crisis moral en sentido religioso, sino laico y universal.

Como lo planteó alguna vez David Brooks en The New York Times, las naciones y las personas tienen una esencia moral.

Palabras más palabras menos, dice Brooks que “el alma es donde están nuestros anhelos morales, las emociones que nos hacen sentir admiración ante la generosidad y repugnancia ante la crueldad”.

A nuestro Presidente no le repugna la crueldad. Su gobierno ha dañado el alma de México.

El tejido social del país está carcomido por el avance del quehacer criminal.

Ni el narco, ni las extorsiones ni los asesinatos y desapariciones se inventaron con López Obrador, pero su avance ha sido tan grande y la indiferencia del Presidente es tan pasmosa, que estamos perdiendo el país.

La soberanía no la perdemos ante Estados Unidos, sino ante los cárteles del narcotráfico y la extorsión.

Difícilmente encontraremos una colonia, o una manzana, donde no haya alguien que tenga un primo, un conocido, un novio, que no esté involucrado con grupos criminales o sea víctima de ellos.

Hay un gobierno paralelo, subterráneo, que actúa y manda al margen de las instituciones.

¿Quieres trabajar tranquilo en tu zapatería? Paga.

¿Quieres que tu restaurante siga funcionando sin que haya violencia? Paga.

¿Quieres que los trabajadores de tu fábrica o negocio regresen bien a sus casas? Paga.

¿No quieres que a tus hijos los recluten bandas de sicarios, vendedores de drogas o extorsionadores? Que se vayan del país.

Es la sociedad misma la que está en proceso de descomposición. No es el atávico problema de corrupción en las élites, que se corrige con sistemas de fiscalización transparente y rendición de cuentas.

Por eso la elección presidencial del próximo año va mucho más allá del petróleo sí o el petróleo no, o un aeropuerto aquí o una refinería.

Los comicios de junio próximo serán la batalla por el alma de la nación. Estamos perdiendo a México. O se le rescata, o no hay reversa.

Ahora los dos grandes cárteles están enfrentados, pero si llegaran a aliarse para combatir al Estado, las instituciones de la República no tienen la capacidad para someterlos.

La Guardia Nacional está en tareas de control de la inmigración y el Ejército distraído en funciones ajenas a la defensa de la integridad territorial, de la soberanía y de la protección de la población.

En el caso del narco y su avance, las Fuerzas Armadas actúan como cuerpo de reacción a través de bomberazos sobre hechos consumados. Masacre en Jalisco, van tantos soldados a Jalisco. Matanza en Guanajuato, van soldados a Guanajuato. Atentados criminales en Tamaulipas, para allá van tropas.

La ausencia de estrategia es producto de la indiferencia presidencial. Y la consecuencia es que el poder fáctico de los grupos criminales puede superar al poder del Estado.

La estrategia de “abrazos, no balazos”, resultó demagogia y complicidad.

El gobierno reparte culpas para zafarse de la discusión, porque el tema le tiene sin cuidado.

Puros pretextos, porque tuvieron tres años con mayoría calificada en el Congreso para realizar cambios constitucionales. Ahora tienen mayoría absoluta para aprobar leyes.

No hay respuestas a lo que se perfila como la derrota de México.

Las Fuerzas Armadas eran un recurso de emergencia para someter a organizaciones criminales que rebasaron los límites de la seguridad pública en algunos estados.

Después de 17 años en esa tarea se encuentran divididas, desnaturalizadas. Haberlas tenido tantos años en una función que debió ser provisional, las convirtió en parte del problema.

¿Cómo sacarlas de tareas temporales que se convirtieron en permanentes, y de los negocios que descomponen la integridad de los mandos de los institutos armados?

López Obrador tuvo todo el respaldo ciudadano para crear –o fortalecer– una corporación civil ampliamente dotada de presupuesto, armamento, bien capacitada, con solvencia para garantizar, en un plazo razonable, la vida normal de la población.

Su indolencia al dolor social echó por las borda esa oportunidad que tuvo para capitalizar en bien del país el respaldo popular. Casi todo México estaba con él.

Hasta la mayoría de la Conferencia Episcopal estuvo con AMLO en las pasadas elecciones presidenciales, y hoy se arrepienten de haberlo respaldado.

Cámaras empresariales, obispos y sacerdotes se equivocaron al darle un voto de confianza a Barrabás.

El cuerpo social está dañado. A pocos les importan las noticias de grupos criminales que tienen el control de poblados, ciudades, carreteras, tramos de la frontera, tráfico de personas, cuerpos de seres humanos descuartizados en la vía pública.

López Obrador reprocha que se hable y se exhiba lo que ocurre.

Ha sido un Presidente al que le resbala la crueldad. Su indiferencia permeó a la comunidad nacional.

El viernes recibió en Palacio a la dirigente de las abuelas buscadoras de desaparecidos por las dictaduras en Argentina.

Fue un acto de falsedad, para la foto. Esa imagen lo retrata.

Se niega a recibir a madres de desaparecidos en México, que si bien no hallarán en él la solución a su dolor, necesitan que su Presidente les dé la mano, las escuche, comparta con ellas su aflicción.

No hay generosidad en el portador de la banda tricolor.

Criminales tienen un poder que lo ejercen sin restricciones presupuestales para comprar armamento, no tienen freno para usarlo contra quienes sea, ni limitantes ético-protocolarias para emboscar a las fuerzas del Estado.

Tienen a su favor, además, que un político indiferente nos gobierna y quiere seguir mandando.

Lo que está de por medio es la sobrevivencia del alma de la nación.

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2023/07/24/la-batalla-por-el-alma-de-mexico/

lunes, 17 de julio de 2023

EL GOLPE Y EL REFLEJO

 


Jesús Silva-Herzog Márquez | en Reforma 17 Jul. 2023

El Presidente no sabe callar. No se da cuenta que sus palabras lastiman su causa. Durante un buen tiempo flotó en su discurso. Sus distracciones eran efectivas, dirigía la atención del público a donde le convenía. Los asuntos se discutían en sus términos. Pero ahora, ante la aparición de un liderazgo opositor, el Presidente pierde el control del relato público. El Presidente promueve a su antagonista. La opositora monta la ola que su enemigo levanta todas las mañanas desde Palacio Nacional.

El Presidente le niega cualquier mérito, la llama títere de los ricos, desprecia su esfuerzo, insinúa corrupción en sus empresas. A decir verdad, los ataques calan poco porque no tienen filo de novedad ni de pertinencia. No son críticas frescas ni mucho menos certeras. Hemos oído la cantaleta ya durante muchos años. Todos quienes toman un camino propio son lo mismo: enemigos del pueblo, corruptos al servicio de un par de malvados. El ataque es siempre idéntico, aunque en este caso se tope con un personaje que hace estallar sus prejuicios. Para que el ataque lastime debe embonar de alguna forma con la realidad, debe nombrar la lacra con alguna precisión. Pero el dogmático no puede más que repetirse. Cierra los ojos y dice lo mismo. Aunque la realidad cambie, su discurso sigue siendo el mismo. Xóchitl Gálvez no es el monigote que el régimen quisiera presentar como cara de la oposición. Ahí radica su fuerza. Pero el discurso del poder, en lugar de cuestionarla por sus ángulos débiles, repite sus consignas. Una corrupta que es instrumento de los privilegiados. El ataque desde el Palacio es repetido por todos los fieles, pero difícilmente puede convencer a quien tenga un pie fuera del templo. La propaganda del caricaturismo oficial hace mofa de la pobreza; los intelectuales amlólatras la condenan como una clasemediera que no proviene del pueblo profundo y bueno.

Pero si el golpe patina, el reflejo acierta. La senadora ha sabido reaccionar con extraordinaria agilidad a las provocaciones presidenciales. No es la primera que recibe su odio. Intelectuales, periodistas, viejos políticos han sentido, durante años, su inquina. Gálvez es una de las pocas personas que ha sabido responder con firmeza y gracia a los golpes del polarizador. Algunos han elegido permanecer callados, otros han respondido con enjundia. Hay quienes lo arremedan en sus rencores. Ninguna de esas estrategias ha funcionado. Gálvez es el primer personaje público de los últimos años que ha sabido responder con agilidad y reciedumbre a las ofensas del Presidente. No ha esperado un segundo para contestar a los infundios y las agresiones. Si algo ha demostrado la hidalguense son reflejos. Reflejos que no solamente muestran velocidad y soltura, sino también libertad de acción. Gálvez no es pieza de un aparato partidista, no es una acartonada y no es tampoco una pieza que alguien más mueve en el tablero. En la velocidad de sus respuestas, en la naturalidad de sus reacciones se muestra que el ninguneo presidencial es hueco. Ya sabemos lo que es un maniquí como Presidente. Un hombre que podía retratar bien y repetir un par de líneas de un instructivo que sus asesores le preparaban. Xóchitl Gálvez no es muñeco en el guiñol de los oligarcas.

Gálvez no ha dejado pasar un solo golpe sin respuesta. Ha defendido su historia personal de las burlas clasistas y misóginas del oficialismo, ha expuesto sus razones para incorporarse al servicio público y sus orgullos al frente de la política indigenista del gobierno de Fox, ha expuesto las razones de su éxito empresarial. El tono en que lo ha hecho es refrescante porque combina firmeza y gracia. El aplomo con el que Gálvez se planta ante el odio y las mentiras del Presidente no le quitan la sonrisa. No replica a la polarización con polarización, no imita los odios, no se escapa con divagaciones ideológicas. Reconoce méritos en el gobierno actual, admira funcionarios de este gobierno, coincide en su denuncia original. Si pudiera adivinarse una propuesta en sus intervenciones recientes sería la aparición de un centro dialogante. La ingeniera ofrece sensatez, ingenio y buen humor. Con soltura esquiva el ataque y exhibe las incongruencias del oficialismo. Se ve que, por lo pronto, la está pasando bien.

Fuente: https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?__rval=1&urlredirect=/el-golpe-y-el-reflejo-2023-07-17/op252908?utm_source=bcm_nl_hoyopinan_reforma&utm_medium=email&utm_campaign=nl_opinion_reforma_20230717&utm_term=usr_suscriptor

viernes, 14 de julio de 2023

MÉXICO SIN PILOTO


El violador número uno de la Constitución es quien juró cumplirla y hacerla cumplir. ¿Qué sigue? Obvio: la ley de la selva.

 

Pablo Hiriart | julio 13, 2023

A ver, ¿cómo es que el Cártel Jalisco Nueva Generación entierra explosivos y mata, mediante una trampa, a media docena de agentes ministeriales y a civiles, y el Presidente no reacciona ante el terrorismo del narco?

¿Cómo es que la gobernadora de Guerrero le pone una mesa de negociación al cártel de Los Ardillos a cambio de liberar rehenes?

¿Cómo es que en Michoacán hay minas antipersonales en municipios de la región de Tierra Caliente, y el Presidente ni se inmuta?

¿Cómo es que matan periodistas más que en ningún otro lugar del mundo y el Presidente sólo dice que lo lamenta?

¿Cómo llegamos a la cifra de 160 mil asesinatos en un sexenio al que le falta más de un año para terminar?

¿Cómo es que el narco interviene como brazo electoral de Morena en Sinaloa, Sonora y Michoacán, y no hay detenidos?

¿Cómo es que tuvimos las elecciones con más asesinatos y secuestros de candidatos, precandidatos y dirigentes en casi un siglo –las intermedias de 2021–, sin detenidos ni carpetas de investigación que se conozcan?

¿Cómo es que intentaron matar a uno de los periodistas más relevantes del país hace siete meses en la Ciudad de México, y aún no sepamos nada de lo que ocurrió ni por qué ocurrió?

Estamos dejando pasar, como si fueran normales, hechos de profunda anormalidad.

México está a la deriva porque López Obrador sólo sabe de venganzas y de campañas negras.

No hay quién le aplique la ley ni lo obligue a trabajar para lo que fue electo.

El violador número uno de la Constitución es quien juró cumplirla y hacerla cumplir. ¿Qué sigue? Obvio: la ley de la selva.

Violó la ley en las elecciones del Estado de México y Coahuila. Ya lo había hecho en Nuevo León. Violó la ley con el plan C que consiste en “ni un solo voto a la oposición”. Y ahora es una máquina de difamar contra el Frente Amplio y su más aventajada precandidata presidencial.

A Xóchitl Gálvez la ha insultado todos los días. ¿Con qué derecho la llama pelele de la oligarquía, globo, al servicio de corruptos, títere, vendedora de tamales?

No hay Presidente para gobernar México, y al país se lo comen el narco y sus múltiples organizaciones criminales.

Xóchitl se lo preguntó, luego de recibir los insultos del día martes: “¿No tiene un país que gobernar?”.

Ayer pidió “a Claudio X.” que investigue los contratos que Xóchitl recibió de Fox. Ella le contestó que sus empresas son tan fregonas que hasta la 4T ha requerido sus servicios.

¿Por qué no investiga a la empresa que provocó la caída de la Línea 12 del Metro y mató a 27 personas?

¿A la empresa, que de él depende, que causó la tragedia en una plataforma de Pemex en el sureste?

¿La contratación de empresas patito en el IMSS para el mantenimiento de elevadores?

¿La compra de medicinas adulteradas en el hospital de Pemex en Tabasco que mató a trabajadores petroleros?

¿Las empresas fantasma a las que se compró alimentos en Segalmex?

¿Las empresas del compadre de Rocío Nahle que han obtenido miles de millones de pesos, sin concurso, en la construcción de la refinería en Dos Bocas?

¿La adulteración de vacunas contra el covid que rebajaron con agua?

¿A las personas inexistentes que compraron leche subsidiada que era para los niños, para venderla?

¿Las compras sin licitar del sector público?

No acabaríamos con la lista de los negocios turbios realizados en el actual gobierno, que prometió gobernar con el ejemplo. ¿Cuál se ha investigado?

¿Con qué derecho el Presidente ataca al ciudadano Ángel Gurría, burlándose de él por ser el “ángel de la dependencia”?

Gurría fue el encargado presidencial de renegociar la deuda externa de México, y la bajó hasta 10 por ciento del PIB.

¿De qué se burla López Obrador?

Destruyó un aeropuerto de clase mundial, avanzado en 33 por ciento, y esa destrucción la seguiremos pagando del presupuesto.

Gastó en la construcción de otro aeropuerto, de poca monta, sin conectividad adecuada, donde las aerolíneas no quieren llegar.

Y ahora va a comprar una línea aérea para que funcione ese aeropuerto.

AMLO entregará un país destrozado el próximo año.

Presume como logro la paridad peso-dólar, que no es mérito suyo, sino de los que llama gobiernos neoliberales.

Es logro del Presidente que más menciona y que más detesta: le otorgó autonomía al Banco de México, y para ello contó con los votos del PRI y del PAN en el Congreso.

Y es logro de la economía que está en el corazón del neoliberalismo, Estados Unidos: contuvo la inflación y prevé frenar el alza a las tasas de interés (eso atrae dólares a México, que paga mayores tasas, por decisión del Banco de México).

Lo que depende de AMLO está a la deriva.

El país va sin piloto, porque el Presidente ocupa su tiempo en manejar personalmente las campañas negras y orquestar venganzas políticas.

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2023/07/13/mexico-sin-piloto/