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martes, 30 de enero de 2024

2024: EL DRAMÁTICO FINAL DE AMLOLANDIA






Anabel Hernández | 8 de enero de 2024

Este 2024 es el año del juicio a AMLO, la 4 T y Morena. El veredicto corresponde a los mexicanos cuando emitan su voto. Pero hay una intervención del presidente en las elecciones para perpetuar a su partido en el poder.

Tras cinco años de gobierno, la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llega a su fin de forma dramática. "AMLOlandia”, como bien podría bautizarse al fantasioso mundo feliz inventado por López Obrador a fuerza de propaganda y control, se topa en la recta final con el muro de la ineludible realidad que ni aún con montañas de mentiras puede esconderse.

La contundencia de los hechos que demuestran el fracaso del gobierno de AMLO en áreas prioritarias, como piedra contra el cristal, rompe el discurso triunfalista del presidente. Ni los funcionarios de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), ni la cargada del partido oficial Morena, ni el eco que hacen como autómatas periodistas y medios de comunicación - por adeptos, corruptos o por miedo- pueden soslayar el tsunami de hechos.

En el primer trimestre de su gobierno- en 2019- AMLO contaba con una aprobación general del 81 por ciento, según una encuesta realizada trimestralmente por el periódico El Financiero desde el primer semestre de 2019 hasta la fecha. En diciembre de 2023, la misma encuestadora reveló que tenía el 55 por ciento. Pero en los temas medulares que fueron el eje principal de las promesas de campaña que llevaron a López Obrador al poder en 2018 -economía, corrupción y seguridad pública-, la reprobación ciudadana es contundente, incluso entre aquellos que simpatizan con AMLO y Morena,

En materia económica, el 49 por ciento reprobó el trabajo hecho por el gobierno en el último trimestre del 2023, contra un 37 por ciento que emitió una opinión favorable. En materia de combate a la corrupción, el 45 por ciento dijo que lo estaba haciendo mal y solo el 32 por ciento piensa que lo está haciendo bien.

Respecto al tema de seguridad pública, medular, el 62 por ciento de los encuestados reprobó al gobierno de AMLO, y solo el 25 por ciento lo aprobó. Y es este, en mi opinión, el talón de Aquiles de AMLOlandia y la 4T, y será un punto fundamental en los comicios de este 2024.


El fin de AMLOlandia


El final es convulso. La violencia desbocada de 2023, que empeora cada día hasta en Tabasco, tierra natal y bastión político de AMLO, da razón a la desaprobación de los mexicanos.

Durante el año pasado, en varias ocasiones esta columna la dediqué a no dejar de poner el dedo en la llaga de la inseguridad pública pese a que el discurso de AMLO es que el país está en paz y no pasa nada: homicidios, desapariciones, aumento del control territorial de los grupos de la delincuencia organizada en varios estados mayoritariamente gobernados por el partido oficial Morena, y la brutalidad con la que se ensañan con los ciudadanos sin que haya una autoridad que les ponga un alto.

Y he señalado diversos ejemplos de cómo gobiernos emanados de MORENA, personajes cercanos a AMLO y a su candidata Claudia Sheinbaum, están coludidos directa e indirectamente con el crimen organizado, lo que muestra que su poderío existe no de modo casual sino causal, es decir, por la complicidad de autoridades.

La complicidad no es algo abstracto, sus consecuencias se miden en personas desaparecidas, masacres, ingobernabilidad, violencia cotidiana y pobreza. Aquí expongo siete ejemplos claros que contradicen el mito de "AMLOlandia”.

1: El 8 diciembre pasado ocurrió la masacre en Texcaltitlán, Estado de México, gobernado por la morenista Delfina Gómez. El enfrentamiento entre pobladores y miembros de la delincuencia organizada, con la total ausencia de la Guardia Nacional u otra autoridad. El saldo fueron 14 muertos y siete heridos. Tras el evento, una decena de civiles, entre los cuales se encuentran niños y niñas, fueron capturados en represalia por el grupo criminal ante las narices de autoridades. Nadie habla más del paradero de estas víctimas.

2: En una de las maniobras político-electorales más perversas del sexenio, el 14 de diciembre, AMLO y su gobierno dieron a conocer la cifra de AMLOlandia sobre los desaparecidos en su sexenio. El gobierno de López Obrador es el que presenta más casos de personas desaparecidas en lo que va del siglo. Al 7 de enero, existe un registro oficial de 114 mil personas desaparecidas o "no localizadas”. Al final del gobierno de Felipe Calderón la cifra era de 25 mil personas en esa situación. Al término del sexenio de Enrique Peña Nieto el número era de 36 mil 725. Es decir, con AMLO han desaparecido el triple de personas.


Protesta en el Día de los Desaparecidos el 30 de agosto de 2023, en México. Imagen: Eduardo Verdugo/AP Photo/picture Alliance

He tenido testimonios directos que señalan que algunas de las amables peticiones de gobernantes morenistas al crimen organizado es que no dejen los cadáveres de sus víctimas, porque eso daña la imagen del gobierno, que mejor los desaparezcan. Por eso, el número de fosas clandestinas crece. Pero ahora, como la cifra de desaparecidos es una daga que daña las aspiraciones de AMLO para perpetuar a su partido Morena en el poder, luego de desaparecer a los muertos ahora quieren desaparecer a los desaparecidos a través de manipulación de cifras y eufemismos.

Por más que manipule las matemáticas y el lenguaje, las pruebas y la lucha de los familiares en busca de sus seres queridos no permitirán que AMLOlandia los vuelva a desaparecer.

Masacres y caos


Los ‘abrazos y no balazos' de AMLO hacia la delincuencia organizada como política pública, han tenido consecuencias desastrosas para el país. Los hechos de violencia superlativa ocurridos en la última quincena de diciembre y los primeros días de enero, hablan de una violencia nunca antes vista, ni aún en las peores etapas de los gobiernos corruptos de Calderón y Peña Nieto.

Esto confirma lo que he planteado en los últimos dos años. Las cifras alegres de AMLOlandia, donde los crímenes y violencia disminuyen, no son mérito alguno de las acciones del gobierno. En buena parte son maquilladas- como los desaparecidos- y, por otro lado, cuando realmente bajan, no es por mérito de las autoridades que no tienen control alguno, sino que es la delincuencia quien dicta cuando hay calma y cuando hay guerra. Y esta vorágine de violencia no la podrá controlar López Obrador ni las instituciones que se ha encargado eficazmente de debilitar.

3: El 17 de diciembre, en Salvatierra, Guanajuato, estado gobernador por el partido Acción Nacional, un grupo armado irrumpió en una posada navideña y masacró a 11 jóvenes; 24 fueron heridos. AMLO, para disminuir el impacto negativo para su gobierno, que por ley es el único responsable en el combate a la delincuencia organizada, dijo que se trataba de un asunto de drogas, para hacer creer que era un ajuste de cuentas. No hay nada que pruebe tal cosa. Las victimas sobrevivientes señalan que luego de negarse a permitir la entrada a personas ajenas al festejo, un grupo armado irrumpió y disparó al azar contra los asistentes. Tengo las fotografías de la escena del crimen, son indescriptibles y dolorosas; la vestimenta de las victimas corresponde a la de los jóvenes que minutos antes se habían tomado una fotografía grupal para recordar el festejo entre amigos.
La realidad se impone hasta en casa de AMLO

4: El 30 de diciembre, en Tamaulipas, estado gobernado por Morena, fueron secuestrados 31 migrantes que viajaban en un autobús, entre ellos menores de edad. Durante más de dos días el gobierno federal dijo no tener información de los hechos. Luego la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, dijo que los migrantes no habían sido secuestradas, sino estaban en calidad de ‘personas buscadas', porque en AMLOlandia no hay "secuestros”.

Después, el gobierno federal dijo que sí estaban secuestrados, pero que el gobierno de Américo Villarreal y las fuerzas armadas los habían rescatado. Al final se supo que fueron liberados por los secuestradores luego de que algunos pagaron por su libertad, dejando a la luz la burda historieta oficial.

5: El 3 de enero, a plena luz del día en la colonia Agrícola Oriental, una zona muy concurrida de la Ciudad de México- gobernada por Morena-, hubo una balacera en la que murieron dos personas y 7 resultaron heridas, incluyendo mujeres y un niño de apenas un año que pasaban por el lugar. Fue a consecuencia de que comerciantes se negaron a pagar la extorsión cotidiana. Este crimen es el tercero con mayor proliferación en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Según Claudia Sheinbaum, quien apenas hasta hace unas semanas era la responsable de la CDMX, todos los delitos han bajado. En realidad, según la cifras oficiales del propio INEGI, del 2021 hasta las dadas a conocer en 2023, tal disminución real de los delitos no existe; al contrario, la tasa de delitos aumentó el 1,5 por ciento, siendo la cifra de incidencia delictiva (número de delitos) más alta del país. El 80,1 por ciento de la población capitalina se siente insegura en la ciudad.

6: Hasta en el epicentro de AMLOlandia, la caricatura de bienestar se desquebraja. El 4 de enero en Villahermosa, Tabasco, los ciudadanos estuvieron bajo ataque.

Morena gobierna a nivel estatal y en catorce de los diecisiete municipios, incluyendo Villahermosa. Ese día, cerca de 24 establecimientos comerciales fueron asaltados de manera coordinada. Como absurda justificación, López Obrador llamó a la calma y dijo que solo era un "reacomodo” de bandas. Hay informes militares oficiales que involucraban desde hace meses a autoridades morenistas con el crimen en ese estado.

7: Entre el jueves y sábado, en Guerrero, también gobernado por Morena, hubo diversas masacres que dejaron al menos 10 muertos, más de veinte heridos y 15 personas desaparecidas.

El año del juicio


Pero toda historia llega a su final, incluso ésta. Este 2024 es el año del juicio a AMLO, la 4 T y Morena, y pese a los cantos de victoria anticipada del Presidente, su candidata impuesta, Claudia Sheinbaum, y aspirantes a las gubernaturas, aún nada está dicho.

El 2 de junio se llevarán a cabo los comicios para elegir a quien encabezará la Presidencia por los próximos seis años, 128 senadurías, 500 diputaciones federales, la jefatura de la Ciudad de México y las gubernaturas de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, incluyendo sus respectivos municipios y diputaciones locales. En total, este año están en juego 19 mil cargos de elección popular. En próximas colaboraciones iré haciendo radiografías de cada estado.

Y aunque hasta ahora todas las encuestadoras dan ventaja a los candidatos morenistas- a excepción de las gubernaturas de Yucatán y Guanajuato- la realidad que cuestiona el relato oficial jugará como un factor protagónico.

López Obrador lo sabe, no hay como mantener la escenografía de cartón mientras el teatro se incendia. Ni siquiera las dádivas sociales le van a alcanzar para minimizar el resto de sus equívocos. Refiriéndome a la misma encuesta mencionada al inicio, el 56 por ciento aprobó la gestión den "apoyos sociales”, pero no le da para superar el 62 por ciento que reclama su fracaso en la seguridad pública. Ahí está la interrogante para el 2 de junio.

El veredicto corresponde a los mexicanos cuando emitan su voto, uno de los momentos más importantes de un ciudadano. Ahí, con la tinta y la boleta electoral, plasma el indisoluble vínculo que une a cada mexicano con la patria.

Pero para que ese juicio sea verdadero se requieren elecciones libres, que AMLO y las instituciones responsables de garantizar comicios limpios se mantengan imparciales. Eso no está sucediendo, hay una intervención de López Obrador clara y específica para perpetuar a su partido en el poder a través de Sheinbaum, porque sabe que llegó el fin de AMLOlandia y es ahora de confrontar la fantasía con la realidad.

Fuente:https://www.dw.com/es/2024-el-dram%C3%A1tico-final-de-amlolandia/a-67920544

lunes, 30 de octubre de 2023

UNA FOTO, ESTILO DE GOBERNAR

López Obrador enfiló hacia Acapulco en una acción impulsiva, desorganizada. Dejó al país sin presidente, porque viajó al corazón de la emergencia y se quedó incomunicado.



Estrictamente Personal

Raymundo Riva Palacio | octubre 27, 2023

Una fotografía dibujó sin proponérselo el estilo de gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador. Fue captado por un autor no identificado a bordo de un Jeep militar atascado en una brecha entre Chilpancingo y Acapulco, donde ni avanzaba ni retrocedía, atrapado como miles por la alteración de vida que causó el huracán Otis. Con una cara que podría describirse de preocupación e incertidumbre, el Presidente miraba al lodo, mientras militares y ayudantes trataban de sacarlo del atolladero. López Obrador estaba paralizado y había caído en una trampa natural, a donde él mismo se entregó por actuar con más estómago que cabeza. No lo pudieron sacar y un vecino entró a su rescate con una camioneta de redilas.

Horas antes, en la mañanera, había reconocido que no tenía información de Otis porque estaban incomunicados, pero abrió la posibilidad de visitar Guerrero e informó que varios secretarios iban en camino. Mientras, estaría “pendiente”. Parecía lo correcto. Una buena toma de decisiones se hace a partir del análisis técnico de la información con la que se dispone. Por lo mismo se entendía que no suspendiera su función diaria que se llevó casi tres horas. Sin embargo, hizo lo contrario.

Enfiló hacia Acapulco en una acción impulsiva pero desorganizada, activa pero anárquica, actuando como un jefe de Estado atento, pero que en los hechos dejó al país sin Presidente, porque en lugar de ocuparse del control y la coordinación de las tareas de emergencia en Guerrero, viajó al corazón de la emergencia y se quedó incomunicado. ¿Quién tomó las decisiones fundamentales en ese tiempo? Lo que se puede corregir es que fueron los funcionarios quienes, en su campo, ocuparon el vacío que dejó López Obrador, como el Ejército y la Comisión Federal de Electricidad, que pusieron a disposición de los medios voceros para que informaran sobre lo que estaban haciendo y evitar los rumores.

La Presidencia se quedó muda. López Obrador, que siempre quiere estar en el centro de todo, encontró su Catch-22 en algún punto entre Chilpancingo y Acapulco, para un recorrido, reportó la prensa, de 10 horas. No sabemos qué hizo en Acapulco porque no hay registro de nada. Ni siquiera hay evidencias de que visitara al puerto. Y si en realidad estuvo en la zona devastada, no se informó nada al respecto. Pero esto, que no tiene consecuencia alguna, por cuanto a los daños que causó Otis, habla de la forma atrabancada e irresponsable con la que actúa López Obrador.

No deja de ser una paradoja. López Obrador confiaba que sólo había tres cosas a las que les tenía miedo: que el corazón no le diera para terminar su sexenio, Estados Unidos y un desastre natural. Las dos primeras las podía controlar, con medicamentos y cuidados médicos, como ha sido, y un manejo de torero y concesiones, como hizo con Donald Trump y hace con Joe Biden. La tercera estaba completamente fuera de sus manos. Aun así, desapareció en 2020 el Fondo para Desastres Naturales y en nueve meses su gobierno gastó 300 mil millones de pesos.

López Obrador asegura que desapareció el Fonden, pero no sus recursos. Según la Secretaría de Hacienda, se dispone de 18 mil millones de pesos para desastres naturales, suficientes, afirmó el Presidente, para hacer frente a la reconstrucción de vías de comunicación, sitios turísticos y la infraestructura en Acapulco. Ya se verá cuando se tengan las estimaciones sobre los daños que provocó Otis, aunque si meramente como referencia se toman los costos provocados por Pauline, un huracán en 1997 que impactó en Guerrero, sin causar los destrozos en Acapulco como Otis, a valor actual, el gobierno apenas tendría para cubrir 10 por ciento del total. El Presidente dijo ayer que para emergencias, el presupuesto no tendrá límites. Ya veremos, porque en el pasado, incluso se ha negado a declarar estados de emergencia, para no usar dinero presupuestal.

Otis también puso en evidencia las deficiencias en la prevención. Otis fue un huracán atípico, ciertamente, y cobró una fuerza de manera súbita ante una temperatura inusual de 30 grados sobre el nivel del mar en el Pacífico. Sin embargo, hubo horas para actuar y sin hacerse nada.

El director del Centro Nacional de Huracanes (CNH) en Miami, Michael Brennan, le dijo a CNN en español que a la una de la tarde del martes los cazadores de huracanes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos detectaron que la tormenta era de 30 a 50 kilómetros por hora más fuerte de lo que habían estimado, lo que llevó a Eric Blake, meteorólogo del CNH, a prever un “escenario de pesadilla”.

El CNH pronosticó por primera vez el huracán a las tres de la mañana del martes, a más de 22 horas que Otis golpeara a Acapulco, con una posibilidad de “1 a 4 de fortalecimiento rápido durante las próximas 24 horas”. Al mediodía lo clasificaron como un huracán categoría 1. Para las tres de la tarde lo elevaron a categoría 3 y a las 6 ya era oficialmente categoría 4, “extremadamente peligroso”. Tres horas más tarde lo elevaron a categoría 5 con vientos de 250 kilómetros por hora. A las 12 de la noche con 25 minutos devastó Acapulco.

Con 24 horas de alertas, algunas dependencias reforzaron su personal en Acapulco, pero Protección Civil federal y el gobierno de Guerrero no parecen haber hecho nada. El reconocimiento de López Obrador de que no tenía información es inadmisible. El gobierno federal tiene teléfonos satelitales y comunicaciones militares seguras, pero la primera información fue proporcionada por turistas que registraron lo que estaban viviendo, y después los medios que lograron abrirse paso hasta Acapulco. Hasta 24 horas después, en la mañanera, hubo información concreta.

La fotografía en la brecha es la síntesis del colapso presidencial en la toma de decisiones, resultado no de un momento, sino consecuencia de una forma ultra personal de gobernar, sin orden ni delegación de funciones, sin recursos, prevención y, en muchos casos, sin capacidad. Su rescate en una estaquita comunitaria resumió la forma como sale de problemas.

¿DURMIÓ BIEN, SEÑOR PRESIDENTE?

Es mentira lo que dijo el Presidente, que la víspera comenzó a aplicarse el Plan DN-3 y el Plan Marina, porque éstos se ejecutan una vez que el siniestro pasó.



Raymundo Riva Palacio | octubre 30, 2023
Estrictamente Personal

El recuento de los daños por el huracán Otis avanza a cuentagotas, con una incapacidad para tener estimaciones oficiales de manera más expedita que apure la ayuda de emergencia, o con un ocultamiento deliberado para neutralizar el costo político para el gobierno, que es una externalidad común. Esta díada no es nueva y siempre detonan los desastres naturales –en México y otros países– una discusión paralela por la forma como actuó el gobierno en turno. La única diferencia hoy, en el primer desastre natural del sexenio, es cómo ha respondido el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El Presidente de piel ultrasensible ha dedicado más tiempo a denostar que a informar. Ninguno de sus antecesores se victimizó y, se puede argumentar, tampoco actuó tan erráticamente. El presidente Enrique Peña Nieto, criticado –incluso por López Obrador– fuertemente por su gestión en los sismos de 2017, tuvo un manejo más eficiente, si analizamos la toma decisiones entre ambos. Al presidente Miguel de la Madrid le fue peor en la crítica en los sismos de 1985, y aunque aún arrastra la mentira de que se escondió en Los Pinos, su manejo limitado y torpe en los primeros días no fue tan desastroso como ahora.

López Obrador y su gobierno se hundieron por desestimar irresponsablemente a Otis y, en algunos casos, de manera criminal. En este espacio se dio a conocer la semana pasada la hoja de ruta de Otis y la fuerza que iba siendo registrada por el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Miami, que tiene comunicación fluida con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que muestra cómo casi 12 horas antes de que golpeara Otis a Acapulco, se supo de su letalidad potencial, y a poco más de nueve horas que entrara al puerto, ya había sido considerado “extremadamente peligroso”.

López Obrador, ante las críticas por su gestión, dijo que sí informó del huracán, mostrando un mensaje en X a las 8:25 de la noche de ese día alertando, en efecto, que Otis llegaría con mucha fuerza y que estaban perifoneando en el puerto. A esa hora, todo era inútil por extemporáneo, pero lo más grave es cómo llegó el Presidente, junto su gobierno, a ese punto.

Primero, de acuerdo con una primera reconstrucción, porque López Obrador estuvo desconectado todo el día de la evolución de Otis. En Palacio Nacional minimizaron las alertas tempranas, y vieron a Otis como algo natural, no extraordinario. La noche del martes, la única instrucción que dio el Presidente fue a su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, para que escribiera la escueta alerta en las redes sociales. Nada más. Buenas noches. Y se fue a dormir.

Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, debió haber advertido al Presidente en lo que se estaba convirtiendo Otis, pero nunca sonó las alarmas en el gobierno pese a las banderas rojas que levantó el CNH. Hubo acciones preventivas individuales limitadas del Ejército y la Comisión Federal de Electricidad, reforzando su personal en Acapulco. La gobernadora Evelyn Salgado estaba en la Riviera Nayarita e ignoró la amenaza para su estado. En Acapulco, la vida nocturna siguió como siempre.

La columna Red Compartida del diario La Prensa reveló el sábado que el secretario general de Gobierno, Saúl López, inauguró la Convención Internacional Minera a las siete y media de la noche en Punta Diamante, e invitó a recorrer los stands y a la cena, a la que se quedó el comandante de la 27ª Zona Militar, general de Brigada Martín Gerardo Franco, a quien atrapó el huracán en el hotel donde era el evento, y se quedó varado hasta que al día siguiente, gracias a los teléfonos satelitales de los convencionistas, pudo pedir ayuda para que lo rescataran. La gobernadora Salgado fue obligada a regresar a Guerrero en un transporte aéreo de la Marina, y la primera acción presidencial a la mañana siguiente fue viajar por carretera a Acapulco, contra la sugerencia del general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, que tenía un helicóptero listo para llevarlo.

No es cierto, como dijo el Presidente, que la víspera comenzó a aplicarse el Plan DN-3 y el Plan Marina, porque éstos se ejecutan una vez que el siniestro pasó. Lo cierto es que no hizo nada de lo que hicieron sus antecesores en situaciones similares. Peña Nieto ordenó a una parte de su gabinete legal y ampliado irse a vivir a Los Cabos, cuando lo arrasó el huracán Odile, bajo la coordinación de la exsecretaria de Turismo Claudia Ruiz Massieu; López Obrador tiene a su gabinete más ocupado en preparar reportes y enlaces para sus clips y mañaneras que atender íntegramente la crisis. En 1997, cuando el huracán Paulina golpeó Guerrero, el presidente Ernesto Zedillo exigió el restablecimiento de la energía eléctrica y ayuda urgente para compensar la pérdida de los medios de subsistencia; López Obrador invierte más tiempo en atacar a la prensa y andar de gira, que en dedicarse de tiempo completo a la emergencia.

Sus fobias y limitaciones no le permiten ver algunas consecuencias del fenómeno. Por ejemplo, el pillaje. López Obrador ordenó retenes y cordón militar para evitar el saqueo, que tiene una razón distinta al vandalismo, aunque siempre hay quienes aprovechan cualquier coyuntura. Para una población que vive en efectivo y al día, como cerca de un millón de personas en Acapulco, la falta de energía eléctrica apagó los cajeros automáticos, a lo que se sumaron las instrucciones contradictorias del Presidente sobre la concentración y distribución de la ayuda. Esa debía ser la prioridad, con un enfoque social, no sólo con disuasión militar.

Otis fue un huracán atípico que a cualquier gobierno hubiera rebasado. La diferencia entre López Obrador y sus antecesores es que ninguno se fue a dormir y dejó la emergencia al garete. Todos instalaron gabinetes para la contingencia en lugar de irse a viajar a zonas alejadas del epicentro del desastre. Todos tenían un equipo profesional, no a una runfla de incompetentes que, en algunos casos, podrían llegar a ser acusados de homicidio culposo por omisión de responsabilidades.


martes, 29 de agosto de 2023

EL TRIUNFO DEL FRENTE

Incluso si gana Claudia Sheinbaum la presidencia, el país tendrá una oposición fortalecida y un Congreso sin mayorías calificadas para modificar la Constitución a placer del gobernante.





Pablo Hiriart | agosto 29, 2023

Hay buenas noticias para el país: la oposición salió de las tinieblas y está en posibilidad de ganar la presidencia de la República dentro de nueve meses.

Salvo que se cuartee el PRI por una decisión inconsulta de Alejandro Moreno sobre una inminente declinación de Beatriz Paredes, todo va mejor de lo esperado.

La encuesta publicada ayer en El Financiero muestra a Xóchitl Gálvez a nueve puntos de la precandidata oficial, algo que parecía inimaginable hace dos o tres meses.

Es una buena noticia para México, porque sí es posible frenar el dispendio demencial en elefantes blancos, rescatar el valor de la seguridad personal y patrimonial de los ciudadanos, trabajar en la reconstrucción del Estado de derecho y en la reconciliación nacional.

Incluso si gana Claudia Sheinbaum la Presidencia, el país tendrá una oposición fortalecida y un Congreso sin mayorías calificadas para modificar la Constitución a placer del gobernante.

Lo que se refleja hasta ahora en las encuestas es que nadie será “dueño” del Legislativo, y quien gobierne tendrá que acatar el mandato de lo que se vislumbra que traerán las urnas: pónganse de acuerdo.

En la ruina estaba la oposición hasta hace muy poco, y la sociedad civil la levantó para dar la pelea por México.

La ola rosa, esa que el gobierno dijo que la componían 7 mil personas, se extendió por el país, y sí será posible frenar la marcha hacia un régimen totalitario, de chavismo a la mexicana, sin división de poderes, con odio de clases, y que inevitablemente nos lleva a la bancarrota.

Sí, a la bancarrota. Sí, inevitable.

O se les frena en junio, o no habrá reversa.

Hasta ahora el gobierno puede presumir que ha gobernado sin quebrar al país (vaya logro).

En efecto, las reformas que desprecian por “neoliberales”, han evitado la ruina y la dictadura.

Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, Banco de México autónomo, Instituto Nacional Electoral, Tribunal Electoral, apertura a la sociedad de espacios que eran monopolio del gobierno, como el INAI. Prensa libre.

Pero nada es suficientemente fuerte para evitar la ruina si la pesadilla continúa otro sexenio.

Enrique Quintana explicó en estas páginas ayer que, entre enero de 2024 y junio de 2027, Pemex debe pagar 34 por ciento de su deuda total. Es decir, en el siguiente trienio deberá pagar 38 mil millones de dólares.

¿Con qué dinero? ¿De dónde?

Pemex no puede hacerlo, ya que en los últimos cuatro años sus pérdidas ascendieron a un billón 28 mil millones de pesos.

Es sólo un botón (importante) de las bombas económicas que dejará el actual gobierno a quien le suceda.

¿Quién va a pagar eso?

Usted, si conoció los estragos de la docena trágica (1970-1982), ya lo sabe.

Y si lo sabe, es indispensable que se lo explique a sus hijos para que nadie se quede sin votar.

Para fortuna del país, los partidos de oposición fueron sensibles al clamor de la ola rosa y con humildad antepusieron el bien de México por sobre sus intereses partidistas.

Que hubo, hay y habrá jaloneos al interior del Frente, es inevitable. Es política.

Hasta ahora ha sido encomiable la actitud de PAN, PRI y PRD, para evitar el colapso de la democracia y la economía, que no resisten otros seis años de conducción irresponsable.

No les ha ido mal a los partidos: el PRI ha dado una sorpresiva muestra de fortaleza: Beatriz Paredes tiene 32 por ciento de las preferencias en el Frente.

Por la noche, a través de un comunicado, Beatriz manifestó que no compartía, por ahora, la idea de declinar, que sugirió Alejandro Moreno; sin embargo, confió en que se ponderará la unidad del Frente.

Pero su precandidatura colaboró para poner al PRI nuevamente en el mapa.

Se consolidó la personalidad de Enrique de la Madrid, destinado a grandes cosas en los meses y años que vienen, pues a su talento añadió una indudable vocación para servir a México.

Acción Nacional se levantó del descrédito que le dejó su proceso de selección de candidato presidencial en 2018.

Es una fuerza política seria, con buenos y malos ejemplos (como en todos los partidos y grupos sociales), pero que sí es capaz de poner el bien común por delante de las legítimas aspiraciones de sus líderes. La actitud de Santiago Creel es tan digna como impensable en el bloque que hoy gobierna.

El PRD puede ser, otra vez, la casa de la izquierda.

Una izquierda comprometida con los valores de la democracia y las luchas sociales, así como por equilibrar el terreno para que en nuestro país no pierdan siempre los mismos.

Enorme éxito del Frente. Pase lo que pase, los mexicanos no estaremos solos, como lo estuvimos en el primer trienio del actual gobierno.

Salvo que el diablo meta su cola y algún dislate inesperado descarrile esta gran oportunidad que partidos y sociedad han creado.

Fuente:https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2023/08/29/el-triunfo-del-frente/

lunes, 14 de agosto de 2023

MÉXICO, SIN FUTURO COMO NACIÓN INDEPENDIENTE


Los libros de texto fueron sustituidos por otros que diluyen la enseñanza de matemáticas, lectura y escritura, y se da prioridad a los ‘saberes colectivos’ sobre el aprendizaje individual.



Pablo Hiriart | agosto 10, 2023

Hasta ahora el único camino para salir de pobre es la educación, y el gobierno le ha puesto los sellos de clausurado.

Y es la única manera de ser una nación independiente, como lo demuestran Estados Unidos, Japón, China, India, Corea del Sur, Suecia…

¿Cómo quiere Morena que los niños tengan una vida mejor, si les cierra la puerta de la educación?

Está la ruta del narco, o los programas sociales que mantienen a los beneficiados como dependientes permanentes del gobierno en turno, y de que éste tenga recursos.

López Obrador siempre ha sido un destructor, y en su sexenio se ha ensañado particularmente con los niños. Más específico aún: contra los niños pobres.

-Apenas llegó a la Presidencia cerró el programa de Estancias Infantiles que daba atención a 330 mil niños, hijos de madres trabajadoras. Eran cuidados por profesionales y recibían alimentación sana.

Los mandó a quedarse con la tía o los abuelitos, sin poder desarrollarse en la convivencia con otros niños y comiendo lo que les den.

-Cerró el programa Escuelas de Tiempo Completo, donde los niños de escasos recursos, con énfasis en zonas rurales e indígenas, recibían desayuno y comida con los nutrientes adecuados.

La idea era expandir el programa para que todos los niños pasen más tiempo en la escuela, con maestros preparados y alimentación balanceada para garantizar su sano desarrollo.

Pero López Obrador consideró que eso era neoliberal, y la consecuencia del cierre de Escuelas de Tiempo Completo ha sido niños que desayunan tortilla con sal, o tortilla y frijoles, o tortilla con chile.

Es triste imaginar el presente y el futuro de millones de niños que llegan mal alimentados al salón de clases y regresan temprano a sus casas donde no están sus padres porque trabajan. O porque los abandonaron (estos casos suman millones).

-Echó abajo la reforma educativa del presidente Peña Nieto, votada y elogiada hasta por el actual presidente de Morena, Mario Delgado, que después operó el deseo de su jefe, ‘El Destructor’, y la demolió.

Con la reforma se hacían obligatorios los concursos de oposición para una plaza. Se capacitaba a maestros, que eran evaluados con regularidad. Se sacó al sindicato de la toma de decisiones académicas. Se creó una comisión de evaluación docente. En las normales de maestros se introducía el inglés de forma intensiva y obligatoria para que los nuevos profesores fueran bilingües.

-AMLO anuló los libros de texto. Fueron sustituidos por otros que diluyen la enseñanza de matemáticas, lectura y escritura, y se da prioridad a los “saberes colectivos” sobre el aprendizaje individual, con énfasis en apología del delito.

En el Congreso, el bloque gobernante sostiene que las matemáticas siguen presentes, pero de mejor manera. Así lo explicó en tribuna la senadora Graciela Gaytán, del Partido Verde, maestra normalista:

“Que le digan, por ejemplo: el Sol brilla de día, en lugar que le digan ¿Cuál es la estrella que ustedes tienen ubicada en el espacio? Que tenga más significado. ¿Cuál es la estrella más cercana a la Tierra? Por ejemplo: ¿Cuántas regiones tenemos en el país de nosotros? Ahí van incluidas las matemáticas y va incluido el español. Esta educación va englobada”.

En esas manos quedan 24 millones de niños mexicanos.

Con ese tipo de contenidos educativos aprenderán matemáticas para luego salir a ganarse la vida, sin bases mínimas, en un mundo de comprensión de mensajes, de algoritmos e inteligencia artificial.

El resultado de la destrucción educativa hecha por el presidente López Obrador será la perpetuación de la desigualdad: los egresados de escuelas públicas no tendrán futuro. Los que salgan de escuelas privadas, sí.

Los contenidos de los libros de texto obligatorios, hechos en secreto, contra la ley, y distribuidos contra un mandato judicial, no son socialistas ni marxistas. Son peores.

Me lo explicó un amigo que estuvo en confección e instrumentación de la reforma educativa del sexenio pasado:

“Es la caída. Es la primera vez en la historia moderna que un gobierno hace abiertamente un plan de estudios en contra de la Ilustración”.

“La educación socialista del general Cárdenas nunca planteó un programa contra la Ilustración y la ciencia”.

“Estamos ante una aberración anti intelectual que se suma a la entrega de la carrera profesional de los docentes a los líderes sindicales. Es el oscurantismo”.

“Después de esto no hay vuelta atrás. Tendrá que ser un trabajo de años para revertir esta regresión irracional y anti intelectual.

“Lo tendremos que hacer, de lo contrario México no tendrá futuro como nación independiente.”

En efecto, así es.


Fuentehttps://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2023/08/10/mexico-sin-futuro-como-nacion-independiente/

martes, 8 de agosto de 2023

CON LOS NIÑOS NO, PRESIDENTE


Los libros de texto, impresos y distribuidos contra un mandato judicial, condensan todo lo que es López Obrador, y lo que quiere dejar como legado imborrable en la mente de los niños.



Pablo Hiriart | agosto 07, 2023

Quitar matemáticas e incluir el odio de clases en los libros de texto obligatorios para 24 millones de estudiantes mexicanos no es una ocurrencia más del Presidente: es un crimen contra la niñez.

López Obrador y sus asesores chavistas han lanzado un golpe que va directo a emponzoñar el alma de la nación.

Con los niños no, hay que decirle al Presidente.

Ya bastante daño ha hecho a la educación mexicana como para permitir que las nuevas generaciones queden a merced de los prejuicios ideológicos impresos en los libros de texto.

El Presidente ha dañado el presente y el futuro de cientos de miles de niños al quitarles las escuelas de tiempo completo, donde podían desayunar y comer, además de aprender a pensar.

Un millón 570 mil alumnos abandonaron las aulas de enseñanza básica y media superior en este gobierno. A la milpa, al narcomenudeo o de braceros a Estados Unidos.

Aquí hemos citado un estudio de la Universidad Iberoamericana que señala que, durante la pandemia, el porcentaje de alumnos de primaria con nivel insuficiente en matemáticas pasó de 59.1 a 78.3.

El nivel insuficiente de lenguaje pasó de 49.1 a 70.2 por ciento de los niños de primaria.

Ya basta. Con los niños no.

Ahora será obligatorio aprender, como si fueran verdades únicas, las fantasías y odios del Presidente.

Dicen los libros que él ganó la elección de 2006, pero se la quitaron mediante fraude. Se promueve a Claudia Sheinbaum en los libros de texto.

El autor de los libros, Marx Arriaga, aparece citado en ellos, y se eleva a categoría de héroes de la patria a Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, a secuestradores de empresarios, terroristas que son ensalzados porque, a mano armada, tomaron un avión con pasajeros y lo desviaron a Cuba.

Los grupos armados que se reivindican en los nuevos libros de texto no únicamente secuestraron o mataron a empresarios y soldados, también asesinaron a estudiantes a los que se llevaron de sus salones de clase para matarlos en nombre de la “justicia revolucionaria”.

Se ensalza a esos grupos criminales que mataban o secuestraban en nombre de una ideología, como “Los Enfermos”, de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Esa ideología, el marxismo, es la que profesan en la Secretaría de Educación Pública, y también la comparte el presidente López Obrador, aunque no se atreva a decirlo.

Hay apología del crimen, del asalto y del desacato a la legalidad. No es necesario interpretar: ahí está todo, en los nuevos libros de texto para los alumnos y guías para maestros a los que se instruye enseñar a los niños el odio de clases.

No se estudia la lucha de clases como el método de una doctrina –la marxista– para analizar la historia. No. Se pide a los maestros que enseñen a niños mexicanos a odiar a otros niños mexicanos.

Cuánta maldad siembra el Presidente de la República. Ya que le pare.

Un gran secretario de Educación Pública, Otto Granados, comentó este fin de semana: cuando había algo de sensatez y lucidez en México, una cosa que (el presidente) López Mateos encargó (a su secretario de Educación) Torres Bodet en 1959, al firmar el decreto que dio origen a los libros de texto, fue que velara por evitar “expresiones que susciten odios, rencores, prejuicios y estériles controversias”.

AMLO va derecho y hará conferencias vespertinas (como ocurrió con López-Gatell durante la pandemia) para defender esos textos.

Descalificó la crítica a sus libros: “Claro que se van a inconformar, pero tenemos que seguir fortaleciendo la revolución de las conciencias, porque lo único que va a quedar y no van a poder borrar es lo que vaya al pensamiento”.

Los libros de texto, impresos y distribuidos contra un mandato judicial, condensan todo lo que es y ha sido López Obrador, y lo que quiere dejar como legado imborrable en la mente de los niños.

En ellos está, como lo apuntó el viernes Rafael Pérez Gay con certera claridad, “el desprecio por el conocimiento, el encumbramiento de la ignorancia, la defensa anticientífica, el anti intelectualismo, la ideología dogmática de los años setenta, la ilegalidad como sello de la casa, el descuido de los programas y, desde luego, la ineptitud”.

Los libros de texto, como están, no deben pasar. Sería un crimen contra la niñez y contra el alma de la nación.


viernes, 28 de julio de 2023

LA BATALLA POR EL ALMA DE MÉXICO


En el caso del narco y su avance, las Fuerzas Armadas actúan como cuerpo de reacción a través de bomberazos sobre hechos consumados.





Pablo Hiriart | julio 24, 2023

Nadie –nadie– imaginó que la peor herencia de López Obrador sería la crisis moral que corroe a México.

Desde luego no es una crisis moral en sentido religioso, sino laico y universal.

Como lo planteó alguna vez David Brooks en The New York Times, las naciones y las personas tienen una esencia moral.

Palabras más palabras menos, dice Brooks que “el alma es donde están nuestros anhelos morales, las emociones que nos hacen sentir admiración ante la generosidad y repugnancia ante la crueldad”.

A nuestro Presidente no le repugna la crueldad. Su gobierno ha dañado el alma de México.

El tejido social del país está carcomido por el avance del quehacer criminal.

Ni el narco, ni las extorsiones ni los asesinatos y desapariciones se inventaron con López Obrador, pero su avance ha sido tan grande y la indiferencia del Presidente es tan pasmosa, que estamos perdiendo el país.

La soberanía no la perdemos ante Estados Unidos, sino ante los cárteles del narcotráfico y la extorsión.

Difícilmente encontraremos una colonia, o una manzana, donde no haya alguien que tenga un primo, un conocido, un novio, que no esté involucrado con grupos criminales o sea víctima de ellos.

Hay un gobierno paralelo, subterráneo, que actúa y manda al margen de las instituciones.

¿Quieres trabajar tranquilo en tu zapatería? Paga.

¿Quieres que tu restaurante siga funcionando sin que haya violencia? Paga.

¿Quieres que los trabajadores de tu fábrica o negocio regresen bien a sus casas? Paga.

¿No quieres que a tus hijos los recluten bandas de sicarios, vendedores de drogas o extorsionadores? Que se vayan del país.

Es la sociedad misma la que está en proceso de descomposición. No es el atávico problema de corrupción en las élites, que se corrige con sistemas de fiscalización transparente y rendición de cuentas.

Por eso la elección presidencial del próximo año va mucho más allá del petróleo sí o el petróleo no, o un aeropuerto aquí o una refinería.

Los comicios de junio próximo serán la batalla por el alma de la nación. Estamos perdiendo a México. O se le rescata, o no hay reversa.

Ahora los dos grandes cárteles están enfrentados, pero si llegaran a aliarse para combatir al Estado, las instituciones de la República no tienen la capacidad para someterlos.

La Guardia Nacional está en tareas de control de la inmigración y el Ejército distraído en funciones ajenas a la defensa de la integridad territorial, de la soberanía y de la protección de la población.

En el caso del narco y su avance, las Fuerzas Armadas actúan como cuerpo de reacción a través de bomberazos sobre hechos consumados. Masacre en Jalisco, van tantos soldados a Jalisco. Matanza en Guanajuato, van soldados a Guanajuato. Atentados criminales en Tamaulipas, para allá van tropas.

La ausencia de estrategia es producto de la indiferencia presidencial. Y la consecuencia es que el poder fáctico de los grupos criminales puede superar al poder del Estado.

La estrategia de “abrazos, no balazos”, resultó demagogia y complicidad.

El gobierno reparte culpas para zafarse de la discusión, porque el tema le tiene sin cuidado.

Puros pretextos, porque tuvieron tres años con mayoría calificada en el Congreso para realizar cambios constitucionales. Ahora tienen mayoría absoluta para aprobar leyes.

No hay respuestas a lo que se perfila como la derrota de México.

Las Fuerzas Armadas eran un recurso de emergencia para someter a organizaciones criminales que rebasaron los límites de la seguridad pública en algunos estados.

Después de 17 años en esa tarea se encuentran divididas, desnaturalizadas. Haberlas tenido tantos años en una función que debió ser provisional, las convirtió en parte del problema.

¿Cómo sacarlas de tareas temporales que se convirtieron en permanentes, y de los negocios que descomponen la integridad de los mandos de los institutos armados?

López Obrador tuvo todo el respaldo ciudadano para crear –o fortalecer– una corporación civil ampliamente dotada de presupuesto, armamento, bien capacitada, con solvencia para garantizar, en un plazo razonable, la vida normal de la población.

Su indolencia al dolor social echó por las borda esa oportunidad que tuvo para capitalizar en bien del país el respaldo popular. Casi todo México estaba con él.

Hasta la mayoría de la Conferencia Episcopal estuvo con AMLO en las pasadas elecciones presidenciales, y hoy se arrepienten de haberlo respaldado.

Cámaras empresariales, obispos y sacerdotes se equivocaron al darle un voto de confianza a Barrabás.

El cuerpo social está dañado. A pocos les importan las noticias de grupos criminales que tienen el control de poblados, ciudades, carreteras, tramos de la frontera, tráfico de personas, cuerpos de seres humanos descuartizados en la vía pública.

López Obrador reprocha que se hable y se exhiba lo que ocurre.

Ha sido un Presidente al que le resbala la crueldad. Su indiferencia permeó a la comunidad nacional.

El viernes recibió en Palacio a la dirigente de las abuelas buscadoras de desaparecidos por las dictaduras en Argentina.

Fue un acto de falsedad, para la foto. Esa imagen lo retrata.

Se niega a recibir a madres de desaparecidos en México, que si bien no hallarán en él la solución a su dolor, necesitan que su Presidente les dé la mano, las escuche, comparta con ellas su aflicción.

No hay generosidad en el portador de la banda tricolor.

Criminales tienen un poder que lo ejercen sin restricciones presupuestales para comprar armamento, no tienen freno para usarlo contra quienes sea, ni limitantes ético-protocolarias para emboscar a las fuerzas del Estado.

Tienen a su favor, además, que un político indiferente nos gobierna y quiere seguir mandando.

Lo que está de por medio es la sobrevivencia del alma de la nación.

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2023/07/24/la-batalla-por-el-alma-de-mexico/

lunes, 17 de julio de 2023

EL GOLPE Y EL REFLEJO

 


Jesús Silva-Herzog Márquez | en Reforma 17 Jul. 2023

El Presidente no sabe callar. No se da cuenta que sus palabras lastiman su causa. Durante un buen tiempo flotó en su discurso. Sus distracciones eran efectivas, dirigía la atención del público a donde le convenía. Los asuntos se discutían en sus términos. Pero ahora, ante la aparición de un liderazgo opositor, el Presidente pierde el control del relato público. El Presidente promueve a su antagonista. La opositora monta la ola que su enemigo levanta todas las mañanas desde Palacio Nacional.

El Presidente le niega cualquier mérito, la llama títere de los ricos, desprecia su esfuerzo, insinúa corrupción en sus empresas. A decir verdad, los ataques calan poco porque no tienen filo de novedad ni de pertinencia. No son críticas frescas ni mucho menos certeras. Hemos oído la cantaleta ya durante muchos años. Todos quienes toman un camino propio son lo mismo: enemigos del pueblo, corruptos al servicio de un par de malvados. El ataque es siempre idéntico, aunque en este caso se tope con un personaje que hace estallar sus prejuicios. Para que el ataque lastime debe embonar de alguna forma con la realidad, debe nombrar la lacra con alguna precisión. Pero el dogmático no puede más que repetirse. Cierra los ojos y dice lo mismo. Aunque la realidad cambie, su discurso sigue siendo el mismo. Xóchitl Gálvez no es el monigote que el régimen quisiera presentar como cara de la oposición. Ahí radica su fuerza. Pero el discurso del poder, en lugar de cuestionarla por sus ángulos débiles, repite sus consignas. Una corrupta que es instrumento de los privilegiados. El ataque desde el Palacio es repetido por todos los fieles, pero difícilmente puede convencer a quien tenga un pie fuera del templo. La propaganda del caricaturismo oficial hace mofa de la pobreza; los intelectuales amlólatras la condenan como una clasemediera que no proviene del pueblo profundo y bueno.

Pero si el golpe patina, el reflejo acierta. La senadora ha sabido reaccionar con extraordinaria agilidad a las provocaciones presidenciales. No es la primera que recibe su odio. Intelectuales, periodistas, viejos políticos han sentido, durante años, su inquina. Gálvez es una de las pocas personas que ha sabido responder con firmeza y gracia a los golpes del polarizador. Algunos han elegido permanecer callados, otros han respondido con enjundia. Hay quienes lo arremedan en sus rencores. Ninguna de esas estrategias ha funcionado. Gálvez es el primer personaje público de los últimos años que ha sabido responder con agilidad y reciedumbre a las ofensas del Presidente. No ha esperado un segundo para contestar a los infundios y las agresiones. Si algo ha demostrado la hidalguense son reflejos. Reflejos que no solamente muestran velocidad y soltura, sino también libertad de acción. Gálvez no es pieza de un aparato partidista, no es una acartonada y no es tampoco una pieza que alguien más mueve en el tablero. En la velocidad de sus respuestas, en la naturalidad de sus reacciones se muestra que el ninguneo presidencial es hueco. Ya sabemos lo que es un maniquí como Presidente. Un hombre que podía retratar bien y repetir un par de líneas de un instructivo que sus asesores le preparaban. Xóchitl Gálvez no es muñeco en el guiñol de los oligarcas.

Gálvez no ha dejado pasar un solo golpe sin respuesta. Ha defendido su historia personal de las burlas clasistas y misóginas del oficialismo, ha expuesto sus razones para incorporarse al servicio público y sus orgullos al frente de la política indigenista del gobierno de Fox, ha expuesto las razones de su éxito empresarial. El tono en que lo ha hecho es refrescante porque combina firmeza y gracia. El aplomo con el que Gálvez se planta ante el odio y las mentiras del Presidente no le quitan la sonrisa. No replica a la polarización con polarización, no imita los odios, no se escapa con divagaciones ideológicas. Reconoce méritos en el gobierno actual, admira funcionarios de este gobierno, coincide en su denuncia original. Si pudiera adivinarse una propuesta en sus intervenciones recientes sería la aparición de un centro dialogante. La ingeniera ofrece sensatez, ingenio y buen humor. Con soltura esquiva el ataque y exhibe las incongruencias del oficialismo. Se ve que, por lo pronto, la está pasando bien.

Fuente: https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?__rval=1&urlredirect=/el-golpe-y-el-reflejo-2023-07-17/op252908?utm_source=bcm_nl_hoyopinan_reforma&utm_medium=email&utm_campaign=nl_opinion_reforma_20230717&utm_term=usr_suscriptor

viernes, 14 de julio de 2023

MÉXICO SIN PILOTO


El violador número uno de la Constitución es quien juró cumplirla y hacerla cumplir. ¿Qué sigue? Obvio: la ley de la selva.

 

Pablo Hiriart | julio 13, 2023

A ver, ¿cómo es que el Cártel Jalisco Nueva Generación entierra explosivos y mata, mediante una trampa, a media docena de agentes ministeriales y a civiles, y el Presidente no reacciona ante el terrorismo del narco?

¿Cómo es que la gobernadora de Guerrero le pone una mesa de negociación al cártel de Los Ardillos a cambio de liberar rehenes?

¿Cómo es que en Michoacán hay minas antipersonales en municipios de la región de Tierra Caliente, y el Presidente ni se inmuta?

¿Cómo es que matan periodistas más que en ningún otro lugar del mundo y el Presidente sólo dice que lo lamenta?

¿Cómo llegamos a la cifra de 160 mil asesinatos en un sexenio al que le falta más de un año para terminar?

¿Cómo es que el narco interviene como brazo electoral de Morena en Sinaloa, Sonora y Michoacán, y no hay detenidos?

¿Cómo es que tuvimos las elecciones con más asesinatos y secuestros de candidatos, precandidatos y dirigentes en casi un siglo –las intermedias de 2021–, sin detenidos ni carpetas de investigación que se conozcan?

¿Cómo es que intentaron matar a uno de los periodistas más relevantes del país hace siete meses en la Ciudad de México, y aún no sepamos nada de lo que ocurrió ni por qué ocurrió?

Estamos dejando pasar, como si fueran normales, hechos de profunda anormalidad.

México está a la deriva porque López Obrador sólo sabe de venganzas y de campañas negras.

No hay quién le aplique la ley ni lo obligue a trabajar para lo que fue electo.

El violador número uno de la Constitución es quien juró cumplirla y hacerla cumplir. ¿Qué sigue? Obvio: la ley de la selva.

Violó la ley en las elecciones del Estado de México y Coahuila. Ya lo había hecho en Nuevo León. Violó la ley con el plan C que consiste en “ni un solo voto a la oposición”. Y ahora es una máquina de difamar contra el Frente Amplio y su más aventajada precandidata presidencial.

A Xóchitl Gálvez la ha insultado todos los días. ¿Con qué derecho la llama pelele de la oligarquía, globo, al servicio de corruptos, títere, vendedora de tamales?

No hay Presidente para gobernar México, y al país se lo comen el narco y sus múltiples organizaciones criminales.

Xóchitl se lo preguntó, luego de recibir los insultos del día martes: “¿No tiene un país que gobernar?”.

Ayer pidió “a Claudio X.” que investigue los contratos que Xóchitl recibió de Fox. Ella le contestó que sus empresas son tan fregonas que hasta la 4T ha requerido sus servicios.

¿Por qué no investiga a la empresa que provocó la caída de la Línea 12 del Metro y mató a 27 personas?

¿A la empresa, que de él depende, que causó la tragedia en una plataforma de Pemex en el sureste?

¿La contratación de empresas patito en el IMSS para el mantenimiento de elevadores?

¿La compra de medicinas adulteradas en el hospital de Pemex en Tabasco que mató a trabajadores petroleros?

¿Las empresas fantasma a las que se compró alimentos en Segalmex?

¿Las empresas del compadre de Rocío Nahle que han obtenido miles de millones de pesos, sin concurso, en la construcción de la refinería en Dos Bocas?

¿La adulteración de vacunas contra el covid que rebajaron con agua?

¿A las personas inexistentes que compraron leche subsidiada que era para los niños, para venderla?

¿Las compras sin licitar del sector público?

No acabaríamos con la lista de los negocios turbios realizados en el actual gobierno, que prometió gobernar con el ejemplo. ¿Cuál se ha investigado?

¿Con qué derecho el Presidente ataca al ciudadano Ángel Gurría, burlándose de él por ser el “ángel de la dependencia”?

Gurría fue el encargado presidencial de renegociar la deuda externa de México, y la bajó hasta 10 por ciento del PIB.

¿De qué se burla López Obrador?

Destruyó un aeropuerto de clase mundial, avanzado en 33 por ciento, y esa destrucción la seguiremos pagando del presupuesto.

Gastó en la construcción de otro aeropuerto, de poca monta, sin conectividad adecuada, donde las aerolíneas no quieren llegar.

Y ahora va a comprar una línea aérea para que funcione ese aeropuerto.

AMLO entregará un país destrozado el próximo año.

Presume como logro la paridad peso-dólar, que no es mérito suyo, sino de los que llama gobiernos neoliberales.

Es logro del Presidente que más menciona y que más detesta: le otorgó autonomía al Banco de México, y para ello contó con los votos del PRI y del PAN en el Congreso.

Y es logro de la economía que está en el corazón del neoliberalismo, Estados Unidos: contuvo la inflación y prevé frenar el alza a las tasas de interés (eso atrae dólares a México, que paga mayores tasas, por decisión del Banco de México).

Lo que depende de AMLO está a la deriva.

El país va sin piloto, porque el Presidente ocupa su tiempo en manejar personalmente las campañas negras y orquestar venganzas políticas.

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2023/07/13/mexico-sin-piloto/