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martes, 15 de marzo de 2016

MÉXICO; LA VERDAD TRAS EL «DESDE LA FE-GATE»



Las razones hasta ahora desconocidas por las cuales el Papa Francisco pidió a los obispos mexicanos “pelear como hombres” y “decirse las cosas de frente”. Con un protagonista: el cardenal Norberto Rivera Carrera


Andrés Beltramo Álvarez*

Ciudad del Vaticano 13 de marzo de 2016

En México ya lo llaman el “Desde la fe-gate”. Un escándalo mediático abierto por un editorial del semanario que lleva ese título. El texto pretendió dar una nueva lectura al discurso de Francisco a los obispos mexicanos del 13 de febrero pasado. Y denunció que el Papa se equivocó, porque fue “mal aconsejado”. Pero cuando el pontífice habló de “peleas” entre los pastores y les instó a “decirse las cosas en la cara”, lo hizo tras semanas de alta tensión. Confrontaciones internas reales con un protagonista: el cardenal Norberto Rivera Carrera.

La nota apareció en “Desde la fe” el 6 de marzo. Inmediatamente fue interpretada por los periodistas –en Roma y en México- como un mensaje directo contra el líder católico. Sobre todo porque centró su crítica en una frase improvisada de aquel mensaje al episcopado, en la cual Bergoglio asentó: “Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decirse cosas, se las digan; pero como hombres, en la cara, y como hombres de Dios que después van a rezar juntos. Y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón, pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal”.

Para la editorial, esas palabras no constituyeron un regaño del Papa a los obispos sino la “solícita urgencia para actuar con audacia evangélica” contra “las propuestas alienantes que quieren arrinconar a la Iglesia”. Denunció la existencia de una “mano de la discordia” que intentó “demeritar el trabajo de los obispos mexicanos”. Y sentenció: “¿Quién mal aconsejó al Papa?”. Pero la realidad no da la razón a esas argumentaciones.

“Desde la fe” es el órgano de información de la Arquidiócesis primada de México. Sus artículos nunca pasan desapercibidos. En el pasado quedaron en medio de intensas polémicas públicas. En especial sus editoriales, que siempre toman posición política o eclesiástica. Son textos no firmados y eso, en periodismo, significa una sola cosa: el contenido manifiesta la postura del responsable de la publicación, es decir la arquidiócesis y su cabeza, el arzobispo.

Pero el portavoz Hugo Valdemar sostiene lo contrario. Dice que esos escritos no responden al cardenal Rivera, sino a un Consejo Editorial. Y que el purpurado nada tiene que ver con las opiniones allí vertidas. Aunque existen pruebas que demuestran lo contrario. Una de ellas tiene que ver con la visita del Papa a México.

El 8 de noviembre de 2015 el semanario anticipó, en una nota sin firma, casi por completo la agenda del viaje apostólico de Francisco al país. Pero para esa fecha sólo unas cuantas personas conocían los detalles del itinerario. Una de estas era el propio Rivera.

Aquella publicación contravino indicaciones directas del Vaticano de no dar a conocer ningún dato de la visita hasta el 12 de diciembre, cuando Francisco la anunciaría de manera oficial durante una misa para la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro.

Ese fue sólo un episodio de una larga lista de altercados que elevaron la tensión en torno al viaje papal y fueron protagonizados por Rivera Carrera. Un ejemplo: aunque todas las partes habían convenido no difundir datos reservados sobre la gira, el propio arzobispo de México reveló la fecha de llegada del líder católico, el 12 de febrero por la tarde. Lo hizo en el sermón de su misa dominical del 1 de noviembre de 2015, en la Catedral metropolitana.

Ese anuncio extemporáneo molestó también a la Presidencia mexicana, que estaba al margen de la disputa interna eclesiástica. Apenas tres días después, el miércoles 4, Rivera Carrera apareció de repente en una reunión privada entre los organizadores de la visita, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), y las autoridades competentes del gobierno federal.

A esa cita el cardenal no había sido invitado, pero finalmente pudo participar. Supo por boca del aún organizador de los viajes papales, Alberto Gasbarri, la agenda pontificia tentativa y también oyó la petición estricta de no difundir detalle alguno hasta el anuncio oficial del Papa. Cuatro días más tarde, buena parte de esa información fue publicada en “Desde la fe” (08.11.2015).

Lo que nunca aceptó Rivera fue perder el control de la visita papal en su diócesis y eso quedó de manifiesto en otra editorial del mismo semanario que lamentó “el protagonismo de responsables” que “concentraron demasiadas funciones” poniendo en riesgo la efectiva preparación “que debería haber correspondido a cada una de las diócesis visitadas”(21.02.2016).

Un malestar que pareció dirigirse contra el nuncio apostólico Christophe Pierre y el secretario general del episcopado, Eugenio Lira Rugarcía, responsable último del viaje apostólico. Pero ellos actuaron con el acuerdo directo de Francisco, que ya había aclarado que “si no fuera por la Virgen de Guadalupe no iba a la Ciudad de México” (01.12.2015).

En su contrariedad el cardenal exigió le fuesen entregados todos los billetes para la misa pontificia en la Basílica de Guadalupe, de la cual es legítimo custodio. Pero desde Roma se le aclaró que ese era un encuentro del Papa con el pueblo de México. Y, por lo tanto, tocó al comité central gestionar los accesos y distribuirlos entre todas las diócesis del país.

Además el purpurado no quedó contento con la elección del hospital pediátrico “Federico Gómez” para el recorrido de Francisco. Y tampoco le cayó bien la cancelación del encuentro con el mundo de la cultura en el Auditorio Nacional, que él había propuesto para la tarde del domingo 14 de febrero. Una decisión exclusiva de Jorge Mario Bergoglio.

En respuesta, llegó a “bloquear” a personas de la organización oficial, para después “desbloquearlas” tras tensas reuniones, e incluso retuvo copia de su discurso en la catedral, que no estuvo disponible para los periodistas con anterioridad (como es costumbre).

A la luz de todos estos episodios ahora resulta claro por qué el Papa instó a los obispos de México a rechazar las “habladurías e intrigas”, los “vanos proyectos de carrera”, los “vacíos planes de hegemonía” y los infecundos “clubes de intereses o de consorterías”.

Pero detrás de estos chispazos mediáticos se esconden otras situaciones clave para el futuro de la Iglesia mexicana. En abril próximo se renovará toda la directiva de la Conferencia del Episcopado. En junio de 2017 Norberto Rivera cumplirá 75 años y deberá presentar su renuncia –obligada por límite de edad- al puesto de arzobispo. Mientras Pierre está pronto a un traslado, tras nueve años como nuncio en el país. Todo indica que será promovido a una de las embajadas vaticanas más prestigiosas del mundo, la de Washington.


* Argentino, corresponsal en Roma de la agencia mexicana Notimex y de Radio La Red de Buenos Aires. Escribe para Vatican Insider de La Stampa de Turín.

jueves, 18 de febrero de 2016

LA ENTREVISTA ENTRE EL PATRIARCA KIRILL Y EL PAPA FRANCISCO



El Papa Francisco, de 79 años, tras 11 horas de vuelo, desembarcó con buen ánimo en el aeropuerto internacional José Martí, en La Habana. El sentir de Francisco se podía constatar en el Twitter de su cuenta Pontifex, publicado durante el vuelo: “Hoy es un día de gracia. Es un regalo de Dios este encuentro con el Patriarca Kirill. Recen por nosotros”.

El presidente cubano, Raúl Castro, le esperaba al pie de la escalerilla, junto con dignatarios civiles y religiosos de la isla. Su encuentro en la sala presidencial del aeropuerto fue breve y rápidamente pasó a la reunión privada con el Patriarca Cirilo (Kirill) de Moscú.



El momento y lugar correcto


Los dos líderes cristianos se estrecharon las manos, se besaron tres veces y Kirill preguntó por el vuelo, comentando que "hoy por hoy las distancias largas no son realmente barreras". "Siento que nos encontramos en el momento correcto y el lugar correcto", dijo el jerarca ruso. Francisco respondió: "Doy gracias a la Santa Trinidad por haber tenido esta posibilidad". Expresó que esperaba el encuentro "de corazón". 

El Patriarca comentó: "Me pareció que esto podría haber sucedido antes, pero los acontecimientos de los últimos años han creado ciertas dificultades, pero pese a las circunstancias difíciles hoy tenemos la posibilidad de hablar" (refiriéndose probablemente a la guerra en Ucrania). El Patriarca insistió: "Una vez más quiero subrayar que esto [la reunión] ha sucedido por la voluntad de Dios". Y dejó caer a la prensa rusa (se ve en el portal ortodoxo Pravmir.ru) que "no hay ningún impedimento por ninguna de las partes para que haya más encuentros".

Un documento de 30 puntos


Después se reunieron en privado durante dos horas. Sobre la mesa tenían un documento largo, de varias páginas, en italiano y en ruso, que las diplomacias eclesiales de Roma y Moscú han estado trabajando durante mucho tiempo y que aún el pasado miércoles recibía modificaciones, según admitió el metropolita Hilarión, responsable de relaciones exteriores de la Iglesia Ortodoxa Rusa. El documento tiene 30 puntos, habla de la unidad en 5 ocasiones y se titula según 2 Cor 13,13: "Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la participación del Espíritu Santo estén con vosotros".

Al acabar la reunión, el Papa y el Patriarca se presentaron para firmar en público la declaración en italiano y en ruso. Lo hicieron acompañando la firma con un abrazo.



Discurso del Patriarca: cooperar, por el bien de la humanidad


Después, habló el Patriarca: "Durante dos horas hemos sostenido una discusión abierta y fraterna, con pleno entendimiento de la responsabilidad de nuestras iglesias y de nuestro pueblo creyente por el futuro del cristianismo y por el futuro de la civilización humana. Fue una conversación con mucho contenido que nos dio la oportunidad de entender y sentir las posiciones de uno y otro. El resultado es que hoy las dos iglesias pueden cooperar para defender a los cristianos de todo el mundo. Trabajar conjuntamente para que no haya guerra, para que la vida humana se respete en todo el mundo y se fortalezcan los valores de la moral personal, familiar y social y que a través de la participación de la iglesia en la vida social sea glorificado el santísimo nombre de Jesucristo y el Espíritu Santo".

Como se ve, Kirill no usó en ningún momento la palabra "unidad", y se centró en hablar de "trabajo conjunto" para defender a los cristianos. No menciona al Islam o el yihadismo, sino a "la moral social" y "la participación de la Iglesia en la vida social". Y este trabajo debe beneficiar al "futuro de la civilización humana". 

Francisco habló de los "deseos de unidad" de Kirill



El contrario, el Papa Francisco, en su alocución, sí mencionó 3 veces la palabra unidad. Estas son las palabras de Francisco: "Hablamos como hermanos. Tenemos el mismo bautismo. Somos obispos. Coincidimos en que la unidad se hace caminando. Hablamos claramente, sin medias palabras. Yo le confieso que he sentido la consolación del Espíritu en este diálogo. Agradezco la humildad de Su Santidad, humildad fraterna y sus buenos deseos de unidad. Hemos emprendido una serie de iniciativas que creo que son viables y se podrán realizar. Por eso quiero agradecer a Su Santidad su benévola acogida". 

El Papa después dio gracias a los gestores diplomáticos del encuentro (el cardenal Koch y el metropolita Hilarión). Y a continuación, bajo la mirada divertida del Patriarca ruso, añadió:

"No quiero irme sin dar un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su presidente, aquí presente. Agradezco su disponibilidad activa. Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad. Y que todo esto sea para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, para el bien del santo pueblo fiel de Dios bajo el manto de la Santa Madre de Dios". 

Tras la firma, ambos jerarcas saludaron a los integrantes de cada séquito y a los miembros del episcopado cubano allí presentes y entregaron algunos regalos. Raúl Castro, que estaba apenas un poco retirado detrás del Patriarca, también recibió saludos de algunos miembros de cada séquito. 

Terminado el acto se retiraron; al Papa le quedaban aún unas horas hasta México.


Fuente: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=kirill-hablo-de-entendimiento-por-el-cristianismo-y-la-humanidad-francisco-47750


Declaración conjunta del Papa Francisco y del Patriarca Kiril de Moscú y Toda Rusia




“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la participación del Espíritu Santo estén con todos vosotros” (2 Corintios 13,13).

1. Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa y Obispo de Roma, y Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia, reunimos hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia.

Con alegría, nos reunimos como hermanos en la fe cristiana que se encontraron para “hablar… personalmente” (2 Juan, 12), de corazón a corazón, y discutir las relaciones mutuas entre las Iglesias, los problemas palpitantes de nuestro rebaño y las perspectivas del desarrollo de la civilización humana.

2. Nuestro encuentro fraterno se llevó a cabo en Cuba, en la encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta isla, un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestras palabras a todas las naciones de América Latina y de otros continentes.

Nos alegra el hecho de que hoy en día aquí la fe cristiana evoluciona dinámicamente. El potencial religioso de gran alcance en América Latina, sus tradiciones cristianas multiseculares, manifestadas en la experiencia personal de millones de personas, son clave para un gran futuro de esta región.

3. Al reunirnos a distancia de las antiguas disputas del Viejo Mundo, sentimos muy fuertemente la necesidad de colaboración entre los católicos y los ortodoxos, que deben estar siempre preparados para responder a cualquiera que les pida razón de la esperanza (1 Pedro 3, 15).

4. Damos gracias a Dios por los dones que hemos recibido a través de la venida al mundo de su Hijo Unigénito. Compartimos la Tradición espiritual común del primer milenio del cristianismo. Los testigos de esta Tradición son la Santísima Madre de Dios, la Virgen María, y los santos a quienes veneramos. Entre ellos están innumerables mártires que mostraron su fidelidad a Cristo y se convirtieron en “la semilla de cristianos”.

5. A pesar de tener la Tradición común de diez primeros siglos, los católicos y los ortodoxos, durante casi mil años, están privados de comunicación en la Eucaristía. Permanecimos divididos dado a las heridas causadas por los conflictos del pasado lejano y reciente, por las diferencias heredadas de nuestros antepasados, en la comprensión y la explicación de nuestra fe en Dios, un ser único que existe como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lamentamos la pérdida de la unidad, que era una consecuencia de la debilidad y la pecaminosidad humana, que se produjo a despecho de la oración del Primer Sacerdote, Cristo Salvador: “Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17, 21).

6. Conscientes de muchos obstáculos que hay que superar, esperamos que nuestro encuentro contribuya a la obtención de la unidad mandada por Dios, por la que Cristo había rezado. Que nuestro encuentro inspire a los cristianos de todo el mundo para invocar con el nuevo fervor al Señor, orando sobre la plena unidad de todos sus discípulos. Que ésta, en el mundo que espera de nosotros no sólo palabras, sino acciones, sea un signo de esperanza para todas las personas de buena voluntad.

7. Teniendo firmeza en hacer todo lo necesario para superar las diferencias históricas heredadas por nosotros, queremos reunir nuestros esfuerzos a fin de dar testimonio del Evangelio de Cristo y del patrimonio común de la Iglesia del primer milenio, respondiendo conjuntamente a los desafíos del mundo moderno. Los ortodoxos y los católicos deben aprender a llevar el testimonio común de la verdad en aquellas áreas, en las que es posible y necesario. La civilización humana ha entrado en un período de cambios epocales. La conciencia cristiana y la responsabilidad pastoral no nos permiten que permanezcamos indiferentes ante los desafíos que requieren una respuesta conjunta.

8. Nuestra atención está dirigida principalmente hacia aquellas regiones del mundo donde los cristianos están sometidos a persecución. En muchos países de Oriente Medio y África del Norte, se exterminan familias completas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, pueblos y ciudades enteros habitados por ellos. Sus templos están sometidos a la destrucción bárbara y a los saqueos, los santuarios – a la profanación, los monumentos – a la demolición. En Siria, Irak y otros países de Oriente Medio observamos con dolor el éxodo masivo de cristianos de la tierra donde nuestra fe comenzó a extenderse, y donde ellos vivían a partir de los tiempos apostólicos, junto con otras comunidades religiosas.

9. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas para evitar un mayor desplazamiento de los cristianos de Oriente Medio. Levantando nuestras voces en defensa de los cristianos perseguidos, también solidarizamos con sufrimientos de seguidores de otras tradiciones religiosas, que se han convertido en víctimas de la guerra civil, el caos y la violencia terrorista.

10. En Siria e Irak esta violencia ha cobrado miles de vidas, dejando sin hogares y medios de vida a unos millones de personas. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a unirse para poner fin a la violencia y al terrorismo y al mismo tiempo, a través del diálogo, a contribuir a la pronta obtención de la paz civil. Se requiere una ayuda humanitaria de gran escala para el pueblo que sufre, y para muchos refugiados en los países vecinos.

Solicitamos a todos los que pueden, influir en el destino de todos los secuestrados, incluyendo a los Metropolitas de Alepo, Pablo y Juan Ibrahim, capturados en abril de 2013, para hacer todo lo necesario a fin de su pronta liberación.

11. Enviamos oraciones a Cristo, Salvador del mundo, sobre el establecimiento en suelo de Oriente Medio de la paz, que es producto de la justicia (Isaías 32, 17), sobre el fortalecimiento de la convivencia fraterna entre diversos pueblos, Iglesias y religiones situados en esta tierra, sobre el regreso de los refugiados a sus casas, sobre la curación de los heridos y el reposo de almas de las víctimas inocentes.

Dirigimos a todas las partes que puedan estar involucradas en los conflictos, un ferviente llamamiento para manifestar buena voluntad y llegar a la mesa de negociación. Al mismo tiempo, es necesario que la comunidad internacional haga todos los esfuerzos posibles para poner fin al terrorismo mediante acciones comunes, conjuntas y sincronizadas. Hacemos un llamamiento a todos los países involucrados en la lucha contra el terrorismo, a las acciones responsables y prudentes. Hacemos un llamado a todos los cristianos y a todos los creyentes en Dios para rezar al Señor Creador y Providente que cuida el mundo, que guarde su creación de la destrucción y no permita una nueva guerra mundial. Para que la paz sea duradera y fiable, se requieren esfuerzos especiales destinadas al regreso a los valores comunes, que nos unen, basados en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

12. Admiramos la valentía de aquellos que entregan sus vidas por haber dado testimonio de la verdad del Evangelio, prefiriendo la muerte ante la abjuración de Cristo. Creemos que los mártires de nuestros tiempos, procedentes de diferentes Iglesias, pero unidos por un sufrimiento común, son la clave para la unidad de los cristianos. A vosotros, los que sufren por Cristo, dirige su palabra el Apóstol del Señor: “Queridos hermanos,… alegraos de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también os llenéis de alegría cuando su gloria se manifieste” (1 Pedro 4, 12-13).

13. En esta época turbadora se necesita el diálogo interreligioso. Las diferencias en comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de diversas religiones vivan en paz y armonía. En las circunstancias actuales, los líderes religiosos tienen una responsabilidad especial por la educación de su rebaño en el espíritu de respeto por las creencias de aquellos que pertenecen a otras tradiciones religiosas. Los intentos de justificar actos criminales por consignas religiosas son absolutamente inaceptables. Ningún crimen puede ser cometido en el nombre de Dios, “porque Dios es Dios de paz y no de confusión” (1 Corintios 14, 33).

14. Atestiguando el alto valor de la libertad religiosa, damos gracias a Dios por el renacimiento sin precedentes de la fe cristiana que ahora se lleva a cabo en Rusia y muchos países de Europa del Este, donde por décadas han gobernado regímenes ateos. Hoy en día, las cadenas del ateísmo militante cayeron, y en muchos lugares los cristianos son libres de profesar su fe. Durante un cuarto de siglo, aquí se erigieron decenas de miles de nuevos templos, se abrieron cientos de monasterios y escuelas teológicas. Las comunidades cristianas realizan amplias actividades caritativas y sociales, prestando diversa asistencia a los necesitados. Los ortodoxos y los católicos a menudo trabajan hombro con hombro. Ellos defienden la base espiritual común de la sociedad humana, dando testimonio de los valores evangélicos.

15. Al mismo tiempo, nos preocupa la situación que tiene lugar en tantos países, donde los cristianos enfrentan cada vez más la restricción de la libertad religiosa y del derecho a dar testimonio sobre sus creencias y a vivir de acuerdo con ellas. En particular, vemos que la transformación de algunos países en las sociedades secularizadas, ajenas de cualquier memoria de Dios y su verdad, implica una grave amenaza para la libertad religiosa. Estamos preocupados por la limitación de los derechos de los cristianos, por no hablar de la discriminación contra ellos, cuando algunas fuerzas políticas, guiadas por la ideología del secularismo que en numerosos casos se vuelve agresivo, tienden a empujarles a los márgenes de la vida pública.

16. El proceso de la integración europea, que comenzó después de siglos de conflictos sangrientos, fue acogido por muchas personas con esperanza, como prenda de paz y seguridad. Al mismo tiempo, advertimos en contra de aquella clase de integración que no respeta la identidad religiosa. Respetamos la contribución de otras religiones a nuestra civilización, pero estamos convencidos de que Europa debe mantener la fidelidad a sus raíces cristianos. Hacemos un llamamiento a los cristianos en Europa Occidental y Europa Oriental a unirse a fin de dar testimonio conjunto sobre Cristo y el Evangelio, para que Europa mantenga su alma formada por dos mil años de la tradición cristiana.

17. Nuestra atención está destinada a las personas que se encuentran en una situación desesperada, viven en la pobreza extrema en el momento en que la riqueza de la humanidad está creciendo. No podemos permanecer indiferentes al destino de millones de migrantes y refugiados que tocan a las puertas de los países ricos. El consumo incontrolado, típico para algunos estados más desarrollados, agota rápidamente los recursos de nuestro planeta. La creciente desigualdad en la distribución de bienes terrenales, aumenta el sentido de la injusticia del sistema de las relaciones internacionales que se está implantando.

18. Las Iglesias cristianas están llamadas a defender exigencias de la justicia, del respeto a las tradiciones nacionales y de la solidaridad efectiva con todos los que sufren. Nosotros, los cristianos, no debemos olvidar que “para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes ha escogido a los que el mundo tiene por débiles. Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo. Así nadie podrá presumir delante de Dios” (1 Corintios 1, 27-29).

19. La familia es el centro natural de la vida de un ser humano y de la sociedad. Estamos preocupados por la crisis de la familia en muchos países. Los ortodoxos y los católicos, compartiendo la misma visión de la familia, están llamados a testificar acerca de la familia como de un camino hacia la santidad, que se manifiesta en la fidelidad mutua de los cónyuges, su disponibilidad para dar a luz a los niños y formarles, en la solidaridad entre las generaciones y el respeto hacia los enfermizos.

20. La familia es fundada sobre el matrimonio que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer. El amor fortalece su unión, les enseña a aceptar uno a otros como a un don. El matrimonio es la escuela del amor y de la fidelidad. Lamentamos que otras formas de convivencia se equiparan ahora con esta unión, y la visión de la paternidad y la maternidad como de especial vocación del hombre y de la mujer en el matrimonio, santificada por la tradición bíblica, se expulsa de la conciencia pública.

21. Hacemos un llamamiento a todos para respetar el derecho inalienable a la vida. Unos millones de bebés están privados de la propia posibilidad de aparecer a la luz. La sangre de los niños no nacidos pide a gritos a Dios que haga justicia. (Génesis 4, 10).

La divulgación de la así llamada eutanasia conduce al hecho de que los ancianos y enfermos comienzan a sentirse carga excesiva para su familia y la sociedad en conjunto.

Expresamos nuestra preocupación por el uso cada vez más extendido de las tecnologías biomédicas de reproducción, porque la manipulación de la vida humana es un ataque contra los fundamentos del ser de la persona creada a imagen de Dios. Consideramos que nuestro deber es hacer acordarse sobre la inmutabilidad de los principios morales cristianos, basados en el respeto por la dignidad de la persona que está destinada a la vida de acuerdo con el plan de su Creador.

22. Queremos hoy dirigir unas palabras especiales a la juventud cristiana. Vosotros, los jóvenes, no debéis esconder dinero en la tierra (Mateo 25, 25), sino usar todas las dotes dadas por Dios, para afirmar la verdad de Cristo en el mundo, realizar los mandamientos evangélicos del amor a Dios y al prójimo. No tengáis miedo de ir contra la corriente, defendiendo la verdad de Dios, con la que no siempre se ajustan las normas seculares modernas.

23. Dios os ama y espera de cada uno de vosotros que seáis sus discípulos y apóstoles. Sed la luz de este mundo, para que otros, viendo el bien que hacéis, alaben todos a vuestro Padre que está en el cielo (Mateo 5, 14-16). Educad a los niños en la fe cristiana para entregarles la perla preciosa de la fe (Mateo 13, 46) que recibisteis de vuestros padres y antepasados. No olvidéis que “Dios os ha comprado por un precio” (1 Corintios 6, 20), el precio de la muerte en la cruz de Dios Hombre, Jesucristo.

24. Los ortodoxos y los católicos están unidos no sólo por la Tradición común de la Iglesia del primer milenio, sino también por la misión de predicar el Evangelio de Cristo en el mundo contemporáneo. Esta misión requiere respeto mutuo entre los miembros de las comunidades cristianas, excluye cualquier forma del proselitismo.

No somos competidores, sino hermanos: debemos arrancar de este concepto ejecutando todas actividades relacionadas con nuestros lazos y contactos con el mundo exterior.

Instamos a los católicos y a los ortodoxos de todo el mundo para aprender a vivir juntos en paz, amor y armonía unos con otros (Romanos 15, 5). Es inaceptable el uso de medios incorrectos para obligar a los fieles a pasar de una Iglesia a otra, dejando de lado su libertad religiosa y sus propias tradiciones. Estamos llamados a poner en práctica el mandamiento de San Pablo Apóstol y “anunciar el evangelio donde nunca antes se había oído hablar de Cristo, para no construir sobre cimientos puestos por otros” (Romanos 15, 20).

25. Esperamos que nuestro encuentro contribuya a la reconciliación donde hay tensiones entre los greco-católicos y los ortodoxos. Hoy en día es obvio que el método de “la unión” de los siglos pasados que implica la unidad de una comunidad con la otra a costa de la separación de su Iglesia, no es la manera de restaurar la unidad. Al mismo tiempo, las comunidades eclesiásticas que han aparecido como resultado de circunstancias históricas tienen derecho a existir y hacer todo lo necesario para satisfacer menesteres espirituales de sus fieles, buscando la paz con sus vecinos. Los ortodoxos y los greco-católicos necesitan la reconciliación y la búsqueda de formas de convivencia mutuamente aceptables.

26. Lamentamos el enfrentamiento en Ucrania que ya cobró muchas vidas, causó sufrimientos innumerables a los civiles, hundió la sociedad en una profunda crisis económica y humanitaria. Hacemos un llamamiento a todas las partes del conflicto a tener prudencia, mostrar la solidaridad social y trabajar activamente para el establecimiento de la paz. Instamos a nuestras Iglesias en Ucrania a trabajar para lograr la armonía social, abstenerse de participar en la confrontación y de apoyar el desarrollo del conflicto.

27. Esperamos que la división entre los creyentes ortodoxos en Ucrania sea vencida sobre la base de las normas canónicas existentes, que todos los cristianos ortodoxos de Ucrania vivan en paz y armonía, y que las comunidades católicas del país contribuyan a ello, para que nuestra hermandad cristiana sea aún más evidente.

28. En el mundo de hoy, multifacético y al mismo tiempo unido por el destino común, los católicos y los ortodoxos están llamados a colaborar fraternamente para anunciar el Evangelio de la salvación, dar testimonio común de la dignidad moral y la auténtica libertad humana, “para que el mundo crea” (Juan 17, 21). Este mundo, en el que se están socavando rápidamente los fundamentos morales de la existencia humana, espera de nosotros el fuerte testimonio cristiano en todos los ámbitos de la vida personal y social. ¿Podremos en la época crucial dar testimonio conjunto del Espíritu de la verdad? De esto depende, en gran medida, el futuro de la humanidad.

29. Que Jesucristo, Dios Hombre, Nuestro Señor y Salvador, nos ayude en el anuncio valiente de la verdad de Dios y de la Buena Noticia de salvación. El Señor nos fortalece espiritualmente con su promesa infalible: “No tengáis miedo, pequeño rebaño, que el Padre, en su bondad, ha decidido daros el reino” (Lucas 12, 32).

Cristo es una fuente de alegría y de esperanza. La fe en él transfigura la vida del ser humano, la llena de significado. Lo han vivido por su propia experiencia todos aquellos de los que se puede decir con las palabras de San Pedro Apóstol: “Antes, ni siquiera erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; antes Dios no os tenía compasión, pero ahora tiene compasión de vosotros” (1 Pedro 2, 10).

30. Llenos de gratitud por el don de comprensión mutua que se manifestó en nuestra reunión, nos dirigimos con esperanza a la Santísima Madre de Dios, haciendo solicitud con las palabras de la antigua oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios”. Que la Santísima Virgen María con su amparo fortalezca la hermandad de todos que la veneran, para que ellos, en un momento determinado por Dios, se junten, en paz y concordia, en el único pueblo de Dios, ¡sea glorificado el nombre de la Trinidad Consustancial e Inseparable!


Francisco, Obispo de Roma, Papa de la Iglesia Católica

Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia

jueves, 11 de febrero de 2016

POR VEZ PRIMERA EN LA HISTORIA SE REÚNEN UN PAPA Y EL PATRIARCA DE TODAS LAS RUSIAS





Un largo camino a la unidad


Hasta Pío XII, la Iglesia Católica, mantuvo una posición de aislamiento <<esperando que los herejes y los cismáticos recuperasen la sensatez y los materialistas abandonarán su materialismo ateo. La Iglesia podía esperar, como había esperado antes… >>[1]

Pero en 1958 el viento del Espíritu empezó a soplar en otro sentido. Había que ir en busca de los herejes y cismáticos, con un espíritu de hermandad y humildad. Juan XXIII inauguró un movimiento ecuménico centrado en Roma y lo puso bajo la dirección de un secretariado encabezado por el jesuita y diplomático alemán el cardenal Bea.

Además aprovechando su encargo anterior de delegado apostólico en Turquía y Grecia cultivó una amistad con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenágoras I, la cual fructificaría en el pontificado de su sucesor.

Pablo VI se reunió con el Patriarca Armenio y el Patriarca Ecuménico de Jerusalén. Posteriormente con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Atenágoras I y el 7 de diciembre de 1965, ambos levantaron las excomuniones mutuamente otorgadas cinco siglos atrás. A partir de entonces se establecieron relaciones que se han estrechado cada vez más.


La lejana Tercera Roma


En la historia de la Iglesia Ortodoxa, se llamó “Segunda Roma” al Patriarcado de Constantinopla en los tiempos del Imperio Bizantino que era el más poderoso, hasta su dominación por los turcos en el año 1453 d. c. Fue entonces que Moscú asumió el papel de la llamada "Tercera Roma", como aglutinador de las iglesias ortodoxas.

La Iglesia Ortodoxa Rusa, muy ligada a los zares, sufrió la sustitución de esta casa imperial por otra: la de los soviets comunistas, para los que la religión era el “opio del Pueblo”. La Iglesia Ortodoxa fue perseguida y sobrevivió en las catacumbas. Por ello el acercamiento del vaticano no se podría dar, sino hasta el derrumbamiento del régimen comunista.

El gran sueño de Juan Pablo II fue que el patriarca Alexis II lo invitará a visitar Rusia, pero esto nunca ocurrió. Fue hasta la muerte de Alexis II, en 2008 cuando con el nuevo patriarca Kirill I (Cirilo en español) empezaron a cambiar las cosas. Podríamos decir que el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias fue movido por el mismo Espíritu que inspiró a Juan XXIII, ya que abandonó el tradicional aislamiento de la Iglesia Ortodoxa Rusa y sorprendió con una visita a su ancestral enemigo Polonia.

En septiembre de 2009 el arzobispo Hilarión estuvo en Roma cinco días, como representante del nuevo Patriarca Ortodoxo ruso Kirill de Moscú. Y el 18 de septiembre de 2009, se encontró con Benedicto XVI durante casi dos horas, en Castel Gandolfo, el palacio de verano de los Papas situado a unos 30 km de Roma.



Vino la renuncia de Benedicto XVI y la elección del Papa Francisco. Parecía que los esfuerzos de acercamiento se habían cancelado, hasta que una nota periodística del día 5 de febrero de este año informó: <<Pese a que hace pocos días el servicio de prensa del Patriarcado de Moscú lo había negado a la agencia Interfax, una nota conjunta del Vaticano y el Patriarcado lo confirma ahora: Francisco se reunirá en Cuba con el Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Cirilo, el 12 de febrero […] Ambas partes lo consideran un "encuentro histórico" y dicen que ha sido "largamente preparado">>  (nada menos que por dos años).


Programa del histórico encuentro del 12 de febrero


El jueves, 11 de febrero el Patriarca Cirilo llegará a Cuba en su primera visita al continente americano en el marco de una gira que incluye Brasil, Chile y Paraguay

El Papa Francisco partirá de Roma el viernes 12 a las 7:45 horas y arribará en el aeropuerto José Martí de La Habana (Cuba), a las 14:00 horas. Quince minutos después se realizará el encuentro privado entre ambos líderes religiosos.

Luego del encuentro privado, a las 16:15 horas tendrá lugar el intercambio de regalos y diez minutos después se firmará una declaración conjunta. Luego el Papa Francisco y el Patriarca Kirill pronunciarán un discurso cada uno.

A las 17:00 horas será la presentación de delegaciones y media hora después el Santo Padre partirá hacia México, a donde llegará a las 19:30 horas.


¿Por qué Francisco y no Juan Pablo II o Benedicto XVI?


Razones de nacionalidad e históricas tiene que ver con esta decisión: tanto polacos como alemanes han estado a menudo en guerra con los rusos, pero los argentinos, no. Rusia siempre ha tenido admiración por la orden jesuita, a la que pertenece Francisco, quien además conoce bien el cristianismo oriental.

Influyen además, el recrudecimiento de la persecución a los cristianos en todo el mundo, la fluida relación de Francisco con el Patriarca Bartolomé de Constantinopla y la cercanía del Concilio Pan-Ortodoxo que se celebrará en Creta.



El Concilio Pan-Ortodoxo


Después de más de 1000 años, en el año de 2014 el Patriarca Bartolomé I de Constantinopla ha convocado a un Concilio Pan-ortodoxo. Se venía hablando de él hace 50 años y finalmente se dará con la participación de los líderes de todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas. Tendrá lugar 19 de junio de este año, en la isla de Creta aprovechando la fiesta litúrgica del Pentecostés ortodoxo.

En la agenda de este Concilio Pan-Ortodoxo, esta la plena comunión con la Iglesia de Roma ya que la Iglesia Ortodoxa considera a los papas como los legítimos sucesores del apóstol San Pedro y también como “Patriarcas de la Iglesia de Oriente”. No obstante lo anterior, Benedicto XVI renunció a este título para facilitar el diálogo con las iglesias ortodoxas –hecho que en lugar de dividir, ha acercado más a ambas iglesias.



¿Cumplimiento de la profecía de la Virgen de Fátima?


La segunda parte de la profecía de la Virgen de Fátima revelada a los pastorcillos, el 13 de junio de 1917, establece lo siguiente: 





<<Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará[2]. Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor[3]. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia[4], que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.>>

Es decir, Rusia fue consagrada por Juan Pablo II en 1984, cinco años después se derrumba estrepitosamente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con ella el régimen comunista y ateo, lo que trae un florecimiento de la religión ortodoxa.

Por lo que parece la “conversión” de Rusia se dará mediante el Ecumenismo, es decir, la integración paulatina entre las dos Iglesias, proceso cuyo tiempo solo Dios conoce, ya que puede tomar muchos años, dado que aún hay muchas resistencias por resolver, sobre todo en la parte Ortodoxa.



Jorge Pérez Uribe


Notas:
[1] Paul Johnson, La historia del cristianismo, Ediciones B, S. A., 2010, España
[2] Se refiere a la I Guerra Mundial
[3] Se refiere a la II Guerra Mundial
[4] La consagración válida fue hecha por Juan Pablo II, el 25 de marzo de 1984 (hubo dos consagraciones anteriores: una en 1942 por Pío XII y otra en 1982 por el mismo Juan Pablo II, pero al decir de la hermana Lucia –única vidente sobreviviente-, no fueron aceptadas por la Virgen.)

miércoles, 3 de febrero de 2016

¿A QUÉ VIENE A MÉXICO EL PAPA FRANCISCO?



A la víspera del viaje a México, el Papa Francisco dialogó a distancia y en diferido con 33 mexicanos de diez ciudades distintas que le dirigieron sus preguntas y expectativas respecto al viaje pastoral que realizará del 12 al 17 de febrero. “Voy a buscar la riqueza de fe que tienen los mexicanos”.

El Papa, conocido por su devoción mariana, escuchó las preguntas de los mexicanos, desde su casa, la residencia de Santa Marta en el Vaticano, a través de una conexión organizada por Notimex, Agencia de Noticias del Estado Mexicano en colaboración con el Centro Televisivo Vaticano, difundida este martes 3 de febrero.

El Sucesor de Pedro llenará su maletín negro con 13 discursos y anticipó de alguna manera una parte de sus contenidos. “Si yo voy ahí, es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas de violencia, de corrupción y todo lo que ustedes saben que está sucediendo, se solucionen”, constató.


Pero oigamos de su propia voz, cuales son los motivos que lo traen a México (video de 4 minutos):






Texto de la transcripción del video


¿Qué nos viene a traer a México?, preguntó Jorge Armando desde Ciudad de México al Papa.

“Yo voy a México no como un Rey Mago cargado de cosas para llevar, mensajes, ideas, soluciones a problemas, no sé pensemos todas esas cosas. Yo voy a México como un peregrino, voy a buscar en el pueblo mexicano, que me den algo. No voy a pasar la canastita, quédense tranquilos, pero voy a buscar la riqueza de fe que tienen ustedes, voy a buscar contagiarme de esa riqueza de fe.


Tengo ganas de ir a México para vivir esa fe con ustedes. O sea que voy con el corazón abierto para que se llene de todo aquello que ustedes me pueden dar. Ustedes tienen una idiosincrasia, una manera de ser que es fruto de un camino muy largo, de una historia que se fue forjando lentamente, con dolores, con éxitos, con fracasos, con búsquedas, pero hay como un hilo conductor.


Ustedes tienen mucha riqueza en el corazón y, sobre todo, ustedes no son un pueblo huérfano porque se glorían de tener Madre, y cuando un hombre, o una mujer, o un pueblo no se olvida de su Madre, te da una riqueza que vos no la podés describir, la recibís, la transmitís.
Bueno, yo voy a buscar un poco todo eso en ustedes. Un pueblo que no se olvida de su Madre, esa madre mestiza, esa madre que lo forjó en la esperanza. Conocen ustedes el chiste de aquel mexicano que decía: “Yo soy ateo pero soy guadalupano”. Tenía sentido, de un pueblo que no quiere ser huérfano. Por ahí, quizás está la gran riqueza que yo voy a buscar. Voy como peregrino de ustedes y ¡gracias por recibirme!


Fuente http://es.aleteia.org/2016/02/03/que-siente-por-virgen-de-guadalupe-el-papa-francisco-seguridad-ternura/


jueves, 3 de diciembre de 2015

EL AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA, ANTE UN MUNDO CONVULSIONADO






No me cabe la menor duda que el Dios de los cristianos, no es creación del hombre, ya que su lógica es totalmente opuesta a la nuestra, toda vez que, a más iniquidad -en vez de castigo y destrucción- nos ofrece más perdón, más misericordia.



<<El Papa Francisco anunció el viernes 13 de marzo en la Basílica de San Pedro la celebración de un Jubileo de la Misericordia, un Año Santo extraordinario.

Este Jubileo comenzará con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la Solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Cristo Rey del Universo.

El Pontífice anunció el Año Santo así: “queridos hermanos y hermanas, he pensado a menudo en cómo la Iglesia puede poner más en evidencia su misión de ser testimonio de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual. Por esto he decidido convocar un Jubileo extraordinario que coloque en el centro la misericordia de Dios. Será un Año Santo de la Misericordia, Lo queremos vivir a la luz de la palabra del Señor: 'Seamos misericordiosos como el Padre'”.

“Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo. Lo confiamos a partir de ahora a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino” exclamó el papa Francisco en la convocatoria.

Los orígenes del Jubileo se remontan al judaísmo. Este Año santo se celebraba cada 50 años, y durante el mismo se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal.

Por otro lado, a los ricos, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos.

La Iglesia inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300, quién previó la realización de un jubileo cada siglo.

Desde el año 1475 –para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo- el jubileo ordinario comenzó a espaciarse cada 25 años. >>[1]

Hasta la fecha se ha celebrado 26 Años Santos ordinarios. El último fue el Jubileo del año 2000, proclamado por San Juan Pablo II.

<<El rito inicial del Jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor.


El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación. Luego de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores.>>[2]

La “vía extraordinaria” hacia la salvación, consiste en la indulgencia plenaria, es decir, la condonación total de la pena que nos puede llevar al purgatorio; si el penitente escucha misa, se confiesa y comulga, de acuerdo con las normas de la Iglesia. Los fieles podrán ganar las indulgencias plenarias una vez por día, y aplicarlas a la remisión de los pecados en el Purgatorio de las personas fallecidas.

En un acto inusitado –el pasado 29 de noviembre, en su visita a tres naciones de África- el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Catedral de Bangui en la República Centroafricana como un importante gesto para alentar la paz en este país y el mundo. Esta es la primera vez que un Pontífice realiza este gesto fuera de Roma y en un templo distinto a las basílicas papales de la Ciudad Eterna.

<<El Santo Padre dijo antes de abrir la Puerta Santa que “en esta tierra sufriente también están todos los países del mundo que están pasando por la cruz de la guerra. Bangui se convierte en la capital espiritual del mundo”.

“Todos nosotros pedimos paz, misericordia, reconciliación, perdón, amor. En toda la República Centroafricana y en todos los países del mundo que sufren la guerra, pidamos la paz. Y todos juntos pidamos amor y paz. Pidamos juntos”.

El pedido del Pontífice resonó entre la multitud que coreaba el pedido de paz en la lengua nativa de la región.>>[3]

Unos 5 mil obispos en todo el mundo estarán abriendo las puertas santas de sus catedrales de manera simultánea el 13 de diciembre, En el caso de la ciudad de México, además se habilitarán una Puerta Santa en la Basílica de Guadalupe y en las ocho Vicarías Episcopales que tienen al frente un obispo auxiliar. En todas ellas se podrá obtener la indulgencia plenaria.


Jorge Pérez Uribe



[1]https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-anuncia-un-ano-santo-de-la-misericordia-85927/ 
[2] Íbidem 
[3] https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-primer-pontifice-en-abrir-una-puerta-santa-fuera-de-roma-62251/

miércoles, 14 de octubre de 2015

PARA ENTENDER EL SÍNODO DE LA FAMILIA




¿Qué piensa el actual Pontífice, sobre la familia de la actualidad, sobre el objetivo y temas a tratar y sobre la metodología a seguir, en el Sínodo de la Familia que se celebra del 5 al 25 de octubre?

En la Vigilia de Oración organizada por la Conferencia Episcopal Italiana para rezar por el Sínodo de los Obispos, el día 3 de octubre, Francisco pronunció una homilía, destacando entre otros aspectos:

Necesidad y espíritu del Sínodo


<<¿Vale la pena encender una pequeña vela en la oscuridad que nos rodea? ¿No se necesitaría algo más para disipar la oscuridad? Pero, ¿se pueden vencer las tinieblas?

En ciertas épocas de la vida –de esta vida llena de recursos estupendos–, preguntas como esta se imponen con apremio. Frente a las exigencias de la existencia, existe la tentación de echarse para atrás, de desertar y encerrarse, a lo mejor en nombre de la prudencia y del realismo, escapando así de la responsabilidad de cumplir a fondo el propio deber.>>

Entonces se refirió a la experiencia del profeta Elías, quién por miedo huye hasta el Horeb, el monte de Dios. Pero ahí le llega la palabra del Señor preguntando: “¿Qué haces aquí, Elías?” (1 R 19,3.8-9). <<La gracia de Dios no levanta la voz, es un rumor que llega a cuantos están dispuestos a escuchar la suave brisa: los exhorta a salir, a regresar al mundo, a ser testigos del amor de Dios por el hombre, para que el mundo crea...

Con este espíritu, hace precisamente un año, en esta misma plaza, invocábamos al Espíritu Santo pidiéndole que los Padres sinodales –al poner atención en el tema de la familia – supieran escuchar y confrontarse teniendo fija la mirada en Jesús, Palabra última del Padre y criterio de interpretación de la realidad.

Esta noche, nuestra oración no puede ser diferente. Pues, como recordaba el Patriarca Atenágoras, sin el Espíritu Santo, Dios resulta lejano, Cristo permanece en el pasado, la Iglesia se convierte en una simple organización, la autoridad se transforma en dominio, la misión en propaganda, el culto en evocación y el actuar de los cristianos en una moral de esclavos.

Oremos, pues, para que el Sínodo que se abre mañana sepa reorientar la experiencia conyugal y familiar hacia una imagen plena del hombre; que sepa reconocer, valorizar y proponer todo lo bello, bueno y santo que hay en ella; abrazar las situaciones de vulnerabilidad que la ponen a prueba: la pobreza, la guerra, la enfermedad, el luto, las relaciones laceradas y deshilachadas de las que brotan dificultades, resentimientos y rupturas; que recuerde a estas familias, y a todas las familias, que el Evangelio sigue siendo la «buena noticia» desde la que se puede comenzar de nuevo. Que los Padres sepan sacar del tesoro de la tradición viva palabras de consuelo y orientaciones esperanzadoras para las familias, que están llamadas en este tiempo a construir el futuro de la comunidad eclesial y de la ciudad del hombre.

Cada familia es siempre una luz, por más débil que sea, en medio de la oscuridad del mundo. La andadura misma de Jesús entre los hombres toma forma en el seno de una familia, en la cual permaneció treinta años. Una familia como tantas otras, asentada en una aldea insignificante de la periferia del Imperio. […]

La Iglesia es una casa abierta, lejos de grandezas exteriores, acogedora en el estilo sobrio de sus miembros y, precisamente por ello, accesible a la esperanza de paz que hay dentro de cada hombre, incluidos aquellos que –probados por la vida– tienen el corazón lacerado y dolorido.

Esta Iglesia puede verdaderamente iluminar la noche del hombre, indicarle con credibilidad la meta y compartir su camino, sencillamente porque ella es la primera que vive la experiencia de ser incesantemente renovada en el corazón misericordioso del Padre.>>

El drama de la soledad, el amor entre el hombre y la mujer, y la familia.


Al día siguiente, 4 de octubre, se celebró la misa la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. A ella asistieron los Padres Sinodales y demás invitados a la Asamblea de los Obispos.

Las lecturas se centraron en tres aspectos: el drama de la soledad, el amor entre el hombre y la mujer, y la familia.

El drama de la soledad

<<Adán… vivía en el Paraíso, ponía los nombres a las demás creaturas, ejerciendo un dominio que demuestra su indiscutible e incomparable superioridad, pero aun así se sentía solo, porque «no encontraba ninguno como él que lo ayudase» (Gn 2,20) y experimentaba la soledad.

La soledad, el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres. Pienso en los ancianos abandonados incluso por sus seres queridos y sus propios hijos; en los viudos y viudas; en tantos hombres y mujeres dejados por su propia esposa y por su propio marido; en tantas personas que de hecho se sienten solas, no comprendidas y no escuchadas; en los emigrantes y los refugiados que huyen de la guerra y la persecución; y en tantos jóvenes víctimas de la cultura del consumo, del usar y tirar, y de la cultura del descarte.

Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantas casas de lujo y edificios de gran altura, pero cada vez menos calor de hogar y de familia; muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para vivir lo que se ha logrado; tantos medios sofisticados de diversión, pero cada vez más un profundo vacío en el corazón; muchos placeres, pero poco amor; tanta libertad, pero poca autonomía... Son cada vez más las personas que se sienten solas, y las que se encierran en el egoísmo, en la melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del dios dinero.

Hoy vivimos en cierto sentido la misma experiencia de Adán: tanto poder acompañado de tanta soledad y vulnerabilidad; y la familia es su imagen. Cada vez menos seriedad en llevar adelante una relación sólida y fecunda de amor: en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la buena y en la mala suerte. El amor duradero, fiel, recto, estable, fértil es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado. Parecería que las sociedades más avanzadas son precisamente las que tienen el porcentaje más bajo de tasa de natalidad y el mayor promedio de abortos, de divorcios, de suicidios y de contaminación ambiental y social.>>

El amor entre el hombre y la mujer

<<… el corazón de Dios se entristeció al ver la soledad de Adán y dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude» (Gn 2,18). Estas palabras muestran que nada hace más feliz al hombre que un corazón que se asemeje a él, que le corresponda, que lo ame y que acabe con la soledad y el sentirse solo. Muestran también que Dios no ha creado el ser humano para vivir en la tristeza o para estar solo, sino para la felicidad, para compartir su camino con otra persona que es su complemento; para vivir la extraordinaria experiencia del amor: es decir de amar y ser amado; y para ver su amor fecundo en los hijos, como dice el salmo de hoy (cf. Sal 128).

Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación recíproca. Es el mismo designio que Jesús resume en el Evangelio de hoy con estas palabras: «Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne» (Mc 10,6-8; cf. Gn 1,27; 2, 24).

Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido – probablemente como una trampa, para hacerlo quedar mal ante la multitud que lo seguía y que practicaba el divorcio, como realidad consolidada e intangible-, responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen de la creación, para enseñarnos que Dios bendice el amor humano, es él el que une los corazones de dos personas que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad. Esto significa que el objetivo de la vida conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre. Jesús restablece así el orden original y originante.

La familia

«Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Mc 10,9). Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y de legalismo, que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios.

De hecho, sólo a la luz de la locura de la gratuidad del amor pascual de Jesús será comprensible la locura de la gratuidad de un amor conyugal único yusque ad mortem[1].

Para Dios, el matrimonio no es una utopía de adolescente, sino un sueño sin el cual su creatura estará destinada a la soledad. En efecto el miedo de unirse a este proyecto paraliza el corazón humano.

Paradójicamente también el hombre de hoy –que con frecuencia ridiculiza este plan–permanece atraído y fascinado por todo amor autentico, por todo amor sólido, por todo amor fecundo, por todo amor fiel y perpetuo. Lo vemos ir tras los amores temporales, pero sueña el amor autentico; corre tras los placeres de la carne, pero desea la entrega total.

En efecto «ahora que hemos probado plenamente las promesas de la libertad ilimitada, empezamos a entender de nuevo la expresión “la tristeza de este mundo”. Los placeres prohibidos perdieron su atractivo cuando han dejado de ser prohibidos. Aunque tiendan a lo extremo y se renueven al infinito, resultan insípidos porque son cosas finitas, y nosotros, en cambio, tenemos sed de infinito»[2]

En este contexto social y matrimonial bastante difícil, la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en la verdad y en la caridad.

  • Vive su misión en la fidelidad a su Maestro como voz que grita en el desierto, para defender el amor fiel y animar a las numerosas familias que viven su matrimonio como un espacio en el cual se manifiestan el amor divino; para defender la sacralidad de la vida, de toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serio.
  • Vivir su misión en la verdad que no cambia según las modas pasajeras o las opiniones dominantes. La verdad que protege al hombre y a la humanidad de las tentaciones de autoreferencialidad y de transformar el amor fecundo en egoísmo estéril, la unión fiel en vínculo temporal. «Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad». (Benedicto XVI, Enc. Caritas in veritate, 3).
  • Vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que -fiel a su naturaleza como madre – se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser «hospital de campo», con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de la salvación.

Una Iglesia que enseña y defiende los valores fundamentales, sin olvidar que «el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2,27); y que Jesús también dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores» (Mc 2,17). Una Iglesia que educa al amor autentico, capaz de alejar de la soledad, sin olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad herida.

Recuerdo a san Juan Pablo II cuando decía: «El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado [...] Nosotros debemos amar nuestro tiempo y ayudar al hombre de nuestro tiempo.»[3] Y la Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera: «El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos» (Hb 2,11).

Con este espíritu, le pedimos al Señor que nos acompañe en el Sínodo y que guíe a su Iglesia a través de la intercesión de la Santísima Virgen María y de San José, su castísimo esposo.

Naturaleza y metodología del Sínodo


El día 5 de octubre se efectuó la primera sesión o Congregación General del Sínodo. En el saludo del Papa Francisco a los participantes, dejó ver cuál es la naturaleza y la metodología a seguir en el Sínodo:

<<La Iglesia retoma hoy el diálogo iniciado con la proclamación del Sínodo Extraordinario sobre la familia para evaluar y reflexionar juntos sobre el Instrumentum Laboris (Documento de trabajo) elaborado de la Relatio Synodi(Documento final del Sínodo de 2014) y de las respuestas de las conferencias episcopales y de los organismos con derecho.

El Sínodo es un caminar juntos con el espíritu de colegialidad y sinodalidad, adoptando valientemente la parresía, el celo pastoral y doctrinal, la sabiduría, la franqueza y poniendo siempre delante de nuestros ojos el bien de las familias y la suprema lex: la salus animarum (salud del alma).

El Sínodo no es un congreso o un parlamento, no es un parlamento o un senado donde nos ponemos de acuerdo. El Sínodo es una expresión eclesial es decir, la Iglesia que camina junta para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios.

Es la Iglesia que se interroga sobre la fidelidad al depósito de la fe, que por ella no representa un Museo para mirar y menos salvaguardar, sino que es una fuente viva de la cual la Iglesia bebe para saciar e iluminar el depósito de la vida […]

En el Sínodo, el Espíritu habla a través de la lengua de todas las personas que se dejan conducir por Dios que sorprende siempre, del Dios que revela a los pequeños aquellos que esconde a los sabios e inteligentes, del Dios que ha creado la ley y el sábado para el hombre y no viceversa, del Dios que deja las 99 ovejas para buscar la única oveja perdida, del Dios que es siempre más grande que nuestras lógicas y nuestros cálculos.

El Sínodo podrá ser un espacio de la acción del Espíritu Santo sólo si nosotros participantes nos revestimos de coraje apostólico, de humildad evangélica y de oración confiada […]

El único método del Sínodo es el de abrirse al Espíritu Santo, con coraje apostólico, con humildad evangélica y con oración confiada, para que sea Él el que nos guíe, ilumine y nos haga poner delante de los ojos con nuestros pareceres personales la fe en Dios, el bien de la Iglesia y la salus animarum[4].>>


Jorge Pérez Uribe




[1] Hasta la muerte
[2] Joseph Ratzinger, Auf Christus schauen. Einübung in Glaube, Hoffnung, Liebe, Freiburg 1989, p. 73
[3] Discurso a la Acción Católica italiana, 30 de diciembre de 1978, 2 c: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 21 enero 1979, p.9
[4] Salud del alma.

jueves, 8 de octubre de 2015

EL SÍNODO DE LA FAMILIA Y “EL HUMO DE SATANÁS”






Antecedentes



Como uno de los eventos más trascendentales del papado de Francisco, -está sin duda- la XIII Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos, convocada bajo el lema «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización», y que tuvo lugar en el Vaticano entre el 5 y el 19 de octubre de 2014, popularmente fue conocida como el Sínodo sobre la familia. Su objetivo y desarrollo nos lleva a pensar en el histórico Concilio Vaticano II. El Latín que es el idioma oficial para estos eventos fue sustituido por primera vez por el italiano.

Este sínodo fue el preámbulo y preparación de otro más largo y más extenso, la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos «Jesucristo revela el misterio y la vocación de la familia», que estamos celebrando del 5 al 25 de octubre de 2015. Como es costumbre, al finalizar este sínodo el papa presentará una exhortación apostólica postsinodal conclusiva sobre el tema. Por sus contenidos, los dos sínodos conforman una unidad en dos etapas, con un período en medio de casi un año. El teólogo y arzobispo de Chieti-Vasto, Bruno Forte, secretario especial del sínodo, señalaba que ese período intermedio podría resultar determinante: «La gran novedad de la metodología del sínodo, que antes aparecía encorsetado, es este período entre los dos sínodos, porque va a involucrar a la base de la Iglesia, a los demás obispos y a los fieles». Y en efecto así ha ocurrido, pero también ha sido el período para una gran polarización entre los revolucionarios y los conservadores, que se han atrincherado y definido territorios.


“Esta película ya la vi”



Estudiante de bachillerato durante los años del Vaticano II, quizás no conocía mucho sobre religión y política, pero me parecía evidente el enfrentamiento de las dos corrientes: los progresistas o liberales y los tradicionalistas o conservadores y ahora que observo lo que está pasando con el Sínodo de la familia, no puedo sino exclamar: “esta película ya la vi”, y “se parece a la del Concilio Vaticano II”. Y es que se observa la misma lucha de dos grupos de “iluminados” que luchan encarnizadamente por hacer prevalecer “su verdad”. En el medio un Papa, al que buscan presionar o influenciar con sus escritos, desplegados, actos públicos y amenazas veladas. Y allá en el fondo, olvidado, Jesucristo, el fundador de la Iglesia Católica y lo que es peor, negada la asistencia del Espíritu Santo prometida por Jesucristo, cuando abandonando a sus discípulos, regresó a los Cielos.

Si bien lo anterior es humanamente entendible, ya que el hombre es un “zoon politicón” en el concepto de Aristóteles, él cual afirmaba que “El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político, siempre y cuando viva en comunidad”.

Pero es inentendible para los “adultos mayores” que vivieron el proceso del Concilio Vaticano II y que caen en los mismos errores de los falsos “profetas” del Concilio Vaticano II. Fue totalmente inútil que hayan vivido esta experiencia, de la cual no obtuvieron ninguna enseñanza, ya que adoptan las mismas actitudes necias de entonces (y estoy pensando -por ejemplo- en el anciano cardenal español Antonio María Rouco).

<< “Hay más oposición al Papa de lo se imagina. Se sabe que hay un porcentaje que supera el 50% de gentes de la Curia que actúan bajo cuerda en su contra. Dudan del Papa. Cuestionan ciertas medidas. Conocemos sus nombres, como los diez cardenales que firman el libro con Rouco”, afirma José María Castillo, uno de los grandes pensadores cristianos. Fue jesuita y ha tenido relación con el también jesuita Francisco, que le considera un maestro.>>[1]

En el bando contrario encontramos entre otros a los cardenales Walter Kasper y Reinhard Marx (este último encabeza un movimiento cismático en Alemania).


“El humo de Satanás”


Paulo VI, el Papa que sucedió al ahora santo: Juan XXIII, -convocante al Vaticano II-, y a quién toco continuar los trabajos del Concilio Ecuménico y llevarlos a buen puerto, en una homilía pronunciada en la solemnidad de San Pedro y San Pablo apóstol, el 31 de octubre de 1973 recordando el Concilio Vaticano II, se refirió concretamente a la situación comentada: << Se diría que a través de alguna grieta ha entrado, el humo de Satanás en el templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación. Ya no se confía en la Iglesia, se confía más en el primer profeta profano —que nos viene a hablar desde algún periódico o desde algún movimiento social— para seguirle y preguntarle si tiene la fórmula de la verdadera vida; y, por el contrario, no nos damos cuenta de que nosotros ya somos dueños y maestros de ella. Ha entrado la duda en nuestras conciencias y ha entrado a través de ventanas que debían estar abiertas a la luz: la ciencia. Pero la ciencia está hecha para darnos verdades que no alejan de Dios, sino que nos lo hacen buscar aún más y celebrarle con mayor intensidad. Por el contrario, de la ciencia ha venido la crítica, ha venido la duda respecto a todo lo que existe y a todo lo que conocemos. Los científicos son aquellos que más pensativa y dolorosamente bajan la frente y acaban por enseñar: “no sé, no sabemos, no podemos saber”.

Es cierto que la ciencia nos dice los límites de nuestro saber, pero todo lo que nos proporciona de positivo debería ser certeza, debería ser impulso, debería ser riqueza, debería aumentar nuestra capacidad de oración y de himno al Señor; y, por el contrario, he aquí que la enseñanza se convierte en palestra de confusión, en pluralidad que ya no va de acuerdo, en contradicciones a veces absurdas.

Se ensalza el progreso para luego poder demolerlo con las revoluciones más extrañas y radicales, para negar todo lo que se ha conquistado, para volver a ser primitivos después de haber exaltado tanto los progresos del mundo moderno.

También en nosotros, los de la Iglesia, reina este estado de incertidumbre. Se creía que después del Concilio vendría un día de sol para la historia de la Iglesia. Por el contrario, ha venido un día de nubes, de tempestad, de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre y se siente fatiga en dar la alegría de la fe. Predicamos el ecumenismo y nos alejamos cada vez más de los otros. Procuramos excavar abismos en vez de colmarlos.>>

San Juan Crisóstomo refiriéndose a estas situaciones comentaba: <<Luchamos unos contra otros, y es la envidia la que nos arma unos contra otros… Si todos se afanan por así por perturbar el Cuerpo de Cristo, ¿a dónde llegaremos? estamos debilitando el cuerpo de Cristo… Nos declaramos miembros de un mismo organismo y nos devoramos como lo harían las fieras.>>

Los defensores del legado histórico de la Iglesia católica parecen olvidar que la Iglesia fundada por Jesucristo, no es una sociedad meramente humana en sí, sino que como lo declaró el Vaticano II, es el “Cuerpo Místico de Cristo”: <<Cuando fueron privados los discípulos de su presencia visible, Jesús no los dejó huérfanos (cf Jn 14, 18). Les prometió quedarse con ellos hasta el fin de los tiempos (cf Mt 28 20), les envió su Espíritu (cf Jn 20, 22; Hch 2, 33). Por eso la comunicación con Jesús se hizo más intensa: “por la comunicación de su Espíritu a sus hermanos reunidos de todos los pueblos, Cristo los constituye místicamente en su cuerpo” (LG 7)>>.


Conclusión



En otras palabras la situación que se vislumbra alrededor del Sínodo, es la acción del maligno que fomenta la envidia, la soberbia de algunos dirigentes y principalmente las dudas de fe: en la infabilidad del Papa y en la asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia, que son dogmas de fe, es decir verdades reveladas de las que el creyente no puede dudar.

Tanto líderes, como creyentes -si quieren ayudar a que prevalezca la verdad y no su verdad-, deben tener fe en el Santo Padre, y orar por que Dios le ilumine. Él finalmente, como lo hizo Paulo VI, tomará los dos proyectos o los que hubiera y se encerrara en una velada de oración (o las que hagan falta) con el Santísimo y como consecuencia presentará una exhortación apostólica postsinodal conclusiva sobre el tema, que hará las veces de “ley” o última palabra, a observar.

Si sienten que les falla la fe, deben recordar que esta es gratuita, que es un Don, un regalo de Dios, por lo que simplemente deberían pedir su incremento; pero ello implica una gran humildad, que pienso en muchos casos no se dará, porque lo que sobra es soberbia.

Da mucho que pensar la negativa que tienen en la asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia Católica, ya que si no reconocen esta verdad no se entiende que hacen dentro de ella, además de que todo creyente bien informado sabe que todos los pecados se perdonan, menos los pecados contra el Espíritu Santo.


Jorge Pérez Uribe


[1] http://politica.elpais.com/politica/2015/10/03/actualidad/1443898001_053125.html?id_externo_rsoc=FB_CM