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lunes, 24 de diciembre de 2012

SED NAVIDAD, AMIGOS. CELEBRADLA REGALANDO VIDA













Queridos amigos:

Seguimos afanosos, hombres y mujeres, mayores y menores, y apenas nos queda amor y tiempo para saludarnos y abrazarnos. Esta Navidad es buen momento para hacerlo. Por eso queremos recordaros, con ese niño que dirige la historia de nuestra querida humanidad.

Dios quiso venir y encontrar una posada entre nosotros, y no halló lugar en la plaza, ni en el hospital del barrio, ni siquiera en los bancos del arrabal, ni en la patera del Estrecho, pues no tenían dinero, ni parientes ricos, ni documentos oficiales, y además se estaban cerrando hospitales en la capital del reino... Pero era Dios, y se empeñó en nacer, aunque fuera al descampado, en una cueva de pastores, en un aprisco de ganado, o en la trasera de una casa de labriegos. Siempre habría una estrella para saludarle, un asno y un buey que se habían salido de la gran manada para calentarle un poco con su aliento.

Quiso nacer y nació, aunque le negaran un sitio en la posada, y aquel año cero, fin de los tiempos de un sabio ciclo maya, fue comienzo del Año Infinito de la Vida, Madre de todos los Tiempos, y por eso nace una vez más entre nosotros esta noche, 24 de Diciembre del año 2012, en el solsticio de invierno (o de verano, en el hemisferio sur), cuando se acerca el plenilunio, pues la luna llena quiere venir a saludarle.

Por eso os decimos que vivir, simplemente vivir, es ya Navidad, nacimiento de Dios en nuestra vida. Pero vivir en amor es Navidad perfecta, como queremos que sea la vuestra.

Con ese gozo os saludamos, a Dios y a vosotros, y os deseamos la Felicidad de vivir y de amar, esta noche emocionada de Dios, que no ha querido escuchar nuestro rechazo, y que, a pesar de que quisimos cerrarle nuestra puerta, ha logrado nacer en todos los hogares y, de un modo especial, en los corazones de aquellos que no tienen hogar, pues él mismo es Hogar y es Pan caliente, es hogaza que se parte y comparte entre todos, desde niño, con María y José, a quienes saludamos de un modo especial. 

Os deseamos esta Noche gran Felicidad, es decir, Mucho Dios, Mucha Vida, pues cada uno somos María y José, o el niño que lleva de la cuerda al burro (mirad la imagen); o, si os parece mejor, somos el mismo burro, pero con Jesús, María y José (y con el Dios de Navidad, que son/somos todos los niños del mundo, para quienes y con quienes queremos celebrar la Navidad).

Felicidad en esta Noche Buena, en que muchos seguiremos empeñados en hacer lo que hacían entonces en Belén, en Nazaret o en Roma: Amasamos dinero o malvivimos por falta de dinero, creamos un mundo que no es de Navidad, sino de imposición de algunos y de fatalidad de muchos. Pero Dios no necesitó ni casa para nacer, y por eso los sin-casa nos precederán en el Reino de los cielos. Nos cuesta la Navidad, somos egoístas... 

A pesar de ello, este año, una vez más, queremos dejar la puerta de nuestro portal o nuestra cueva abierta para todos, es decir, para Dios, que está en los que han muerto y en aquellos que no quieren recibirle (y no se reciben unos a otros). Muchos pueden pasar de largo, pero él no pasará, quedará con nosotros, estamos seguros y os lo deseamos. Por eso os decimos de nuevo: ¡Felicidades! 

Os saludamos y brindamos con vosotros, a pesar de que en muchos belenes de luces y lujos no haya un sitio para aquellos que siempre van, que siempre vienen, nómadas sin rumbo, expulsados de la vida... Os saludamos y felicitamos porque vosotros habéis ensanchado el espacio de vuestro corazón, abriendo un sitio para él, que es Dios, pues lo abrís para todos los hombres. 

Estamos alegres, a pesar de algunos temas y dificultades, porque sigue habiendo Dios y él nace, aunque muchos no nos enteremos, como tampoco se enteraron los de Belén, aquel día, hace 2012 años, con miles de niños sin casa, como Jesús, a quien entonces no querían recibir. 

No había sitio para él y, sin embargo, Dios quiso nacer y nace en nuestra vida. ¡Felicidades! No le recibieron, pero le abrazó su madre, le cuidó José, con el niño de la soga del burro, y cantaron los ángeles y llegaron pastores del campo diciendo: ¡Zorionak, Felicidades! No había sitio para él, pero nosotros le queremos hacer sitio esta Navidad 2012 y el próximo año 2013, con todos los que sigan, en este mundo de Dios, y en Dios que nuestro mundo y Navidad por siempre.

En un día como hoy, 24 de diciembre del 2012, queremos celebrar con vosotros nuestra Navidad, porque estamos convencidos de que Dios va a visitaros y sorprenderos con la vida de su Hijo, que es la de todos los niños y los hombres mayores del mundo. Os deseamos mucha felicidad, zorionak de nuevo. Que esta noche tengamos todos el gozo y valentía de ensanchar los muros de nuestro mundo cerrado, recibiendo a Dios en nuestra vida, con María y José.


Mabel y Xabier


San Morales


Navidad 2012



http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2012/12/22/vivir-es-navidad-2012

jueves, 29 de noviembre de 2012

EL RACIONALISMO Y LA NAVIDAD







Diciembre de 2011

Buscando una bella tarjeta de Navidad para enviar a los amigos, me remití al sitio tu parada.com, especialista en felicitaciones.

Lo que encontré en abundancia, fue este símbolo `hippie´ de paz y amor, con la escueta leyenda de `Felices Fiestas´, ¿de cumpleaños? ¿patrias? ¿o más probablemente de Halloween?, ya que este símbolo en épocas remotas era usado por hechiceros y brujas. Posteriormente recibí algunas felicitaciones con la misma escueta leyenda de `Felices Fiestas´, y entonces recordé los comentarios de ese enorme teólogo franciscano Raniero Cantalamessa, OFM, quién hace un año señalaba que “después del cientificismo y del secularismo, el tercer obstáculo que, hace a gran parte de la cultura moderna 'refractaria' al Evangelio es el racionalismo” y abundaba “El terreno cultural del racionalismo – su causa y al mismo tiempo su efecto – es la pérdida del sentido de lo sagrado, es necesario por ello que la Iglesia ayude a los hombres a remontar la pendiente y redescubrir la presencia y la belleza de lo sagrado en el mundo.”

Siguiendo el discurso The Usurpation of Raison del cardenal John Henry Newman, Cantalamessa señala que la usurpación de la razón consiste en “ese cierto difundido abuso de esta facultad que se verifica cada vez que uno se ocupa de religión sin un adecuado conocimiento íntimo, o sin el debido respeto por los primeros principios propios a ella”.

Cantalamessa hace consideraciones muy interesantes sobre la razón y la fe: “El análisis de Newman tiene rasgos nuevos y originales; saca a la luz la tendencia, por así decirlo, imperialista, de la razón de someter todo aspecto de la realidad a sus propios principios. Pero se puede considerar el racionalismo también desde otro punto de vista, estrechamente unido con el anterior. Por quedarnos en la metáfora política empleada por Newman, podríamos definirlo como la postura del aislacionismo, de cerrazón en sí misma de la razón. Este no consiste tanto en invadir el campo de los demás, sino en no reconocer la existencia de otro campo fuera del propio. En otras palabras, en el rechazo de que pueda existir verdad alguna fuera de la que pasa a través de la razón humana.

Bajo este aspecto, el racionalismo no nació con la Ilustración, aunque ésta haya imprimido en él una aceleración cuyos efectos se observan aún. Es una tendencia con la que la fe ha tenido que echar cuentas desde siempre. No solo la fe cristiana, sino también la judía y la islámica, al menos en la Edad Media, conocieron este desafío.

Contra esta pretensión de absolutismo de la razón, se ha elevado en todas las épocas no sólo la voz de hombres de fe, sino también la de hombres militantes en el campo de la razón, filósofos y científicos. `El acto supremo de la razón, escribió Pascal, está en reconocer que existe una infinidad de cosas que la sobrepasan´. En el instante mismo en que la razón reconoce su límite, lo franquea y lo supera. Este reconocimiento se produce por obra de la razón, y por ello es un acto exquisitamente racional. Es, literalmente, una `docta ignorancia´. Un ignorar `con conocimiento de causa´, sabiendo que no se sabe. “



Un estremecimiento de fe en Navidad


“Llegamos así a la conclusión práctica que más nos interesa en una meditación como esta. No sólo los no creyentes y los racionalistas necesitan irrupciones imprevistas de lo sobrenatural en la vida para llegar a la fe; las necesitamos también nosotros los creyentes para reavivar nuestra fe. El peligro mayor que corren las personas religiosas es el de reducir la fe a una secuencia de ritos y de fórmulas, repetidas incluso con escrúpulo, pero de forma mecánica y sin participación íntima de todo el ser.”

“La Navidad puede ser una ocasión privilegiada para tener este estremecimiento de fe. Esta es la suprema “teofanía” de Dios, la más alta `manifestación de lo Sagrado´. Por desgracia el fenómeno del secularismo está despojando a esta fiesta de su carácter de `misterio tremendo´ – es decir, que induce al santo temor y a la adoración –, para reducirlo al único aspecto de `misterio fascinante´. Fascinante, lo que es peor, en sentido sólo natural, no sobrenatural: una fiesta de los valores familiares, del invierno, del árbol, de los renos y de Papá Noel. Existe en algunos países la intención de cambiar también el nombre de Navidad por el de `fiesta de la luz´. En pocos casos la secularización es tan visible como en Navidad.”

“Ayuda mucho a hacer de la Navidad la ocasión para un sobresalto de fe encontrar espacios de silencio. La liturgia envuelve el nacimiento de Jesús en el silencio...”

“La Madre de Dios es el modelo insuperable de este silencio navideño: `María – está escrito – conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón´ (Lc 2, 19). El silencio de María en Navidad es más que un simple callarse; es maravilla, es adoración; es un `silencio religioso´, un ser superada por la realidad. La interpretación más verdadera del silencio de María es la que está en los iconos bizantinos, donde la Madre de Dios nos parece inmóvil, con la mirada fija, los ojos desorbitados, como quien ha visto cosas que no se pueden describir con palabras. María, la primera, elevó a Dios lo que san Gregorio Nacianceno llama un `himno de silencio´.
Celebra verdaderamente la Navidad quien es capaz de hacer hoy, a distancia de siglos, lo que habría hecho, si hubiese estado presente ese día. Quien hace lo que nos enseñó a hacer María: ¡arrodillarse, adorar y callar!”




Jorge Pérez Uribe


El texto íntegro de la meditación de Raniero Cantalamessa se puede consultar en:
http://www.zenit.org/article-37650?l=spanish


jueves, 1 de noviembre de 2012

"EL PURGATORIO NO ES UN LUGAR DEL ESPACIO..."




Un problema de la fe en nuestro medio, es el del infantilismo, el de la falta de crecimiento, de maduración de la misma, de adecuación al pensamiento adulto.


El ejemplo más patético de éste infantilismo lo podemos atribuir al primer cosmonauta Yuri Gagarin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); que al efectuar su circunvolución a la tierra, un 12 de abril de 1961, expresó: “Aquí no veo a ningún Dios”. 


Aunque no hay ninguna grabación del vuelo que corrobore estas palabras; si existe la de máximo dirigente Nikita Jrushchov quién en cierto contexto dijo: «Gagarin estuvo en el espacio, pero no vio a ningún Dios allí».

Cabría preguntarnos que esperaban ver Gagarin y Jrushchov: ¿ángeles revoloteando alrededor del Vostok I? o ¿a Dios sentado en su trono y con la corte celestial a su alrededor?

Cuando de niños nos prepararon para hacer la primera comunión, se nos enseñaron las verdades de la fe como corresponde a un niño. Y se nos dijo que el “cielo”, pues, estaba en el cielo y, si no se nos dijo, dedujimos que el infierno debía estar en un lugar muy caliente, quizás en el centro de la tierra. Toda la enseñanza fue referida al tiempo y al espacio, y a lo que los sentidos pueden captar, ya que solo así lo puede entender un niño.

Obviamente al crecer y poder ya captar los conocimientos dentro de la abstracción matemática y filosófica, nuestro conocimiento de la fe debe ser también replanteado, ya que entonces si podremos captar las verdades de la fe tal como son. Aunque habrá que considerar que nuestro entendimiento de las cosas por estar siempre referido a las dimensiones de tiempo y espacio y a leyes como la de la gravitación universal, así como a teorías como la de la Relatividad y de la Mecánica Quántica, pues, le costará entender aquél mundo que no está sujeto a dichas limitaciones.

El pasado día 12 de enero de 2011, Benedicto XVI, ante unas nueve mil personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, dedicó su catequesis a la figura de santa Catalina de Génova (1447-1510), conocida por su visión sobre el purgatorio.

Catalina tuvo una serie de revelaciones místicas, que consignó en su Tratado sobre el purgatorio y el Diálogo entre el alma y el cuerpo. 

El Papa afirmo que: “En su tiempo (el Purgatorio) se representaba principalmente con el recurso a imágenes ligadas al espacio: se pensaba en un cierto espacio, donde se encontraría el purgatorio. En Catalina, en cambio, el purgatorio no está presentado como un elemento del paisaje de las entrañas de la tierra: es un fuego no exterior, sino interior. Esto es el purgatorio, un fuego interior”

“La Santa habla del camino de purificación del alma hacia la comunión plena con Dios, partiendo de su propia experiencia de profundo dolor por los pecados cometidos, en contraste con el infinito amor de Dios. Hemos escuchado sobre el momento de la conversión, donde Catalina siente de repente la bondad de Dios, la distancia infinita de su propia vida de esta bondad y un fuego abrasador dentro de ella. Y este es el fuego que purifica, es el fuego interior del purgatorio. También aquí hay un rasgo original respecto al pensamiento de la época. No se parte, de hecho, del más allá para narrar los tormentos del purgatorio – como era habitual en ese tiempo y quizás también hoy – y después indicar el camino para la purificación o la conversión, sino que nuestra Santa parte de la experiencia propia interior de su vida en camino hacia la eternidad. El alma – dice Catalina – se presenta a Dios aún ligada a los deseos y a la pena que derivan del pecado, y esto le hace imposible gozar de la visión beatífica de Dios. Catalina afirma que Dios es tan puro y santo que el alma con las manchas del pecado no puede encontrarse en presencia de la divina majestad. Y también nosotros nos damos cuenta de cuan alejados estamos, cómo estamos llenos de tantas cosas, de manera que no podemos ver a Dios. El alma es consciente del inmenso amor y de la perfecta justicia de Dios y, en consecuencia, sufre por no haber respondido de modo correcto y perfecto a ese amor, y por ello el amor mismo a Dios se convierte en llama, el amor mismo la purifica de sus escorias de pecado”.

“Cuando Dios ha purificado al hombre, lo ata con un hilo finísimo de oro, que es su amor, y lo atrae hacia sí con un afecto tan fuerte, que el hombre se queda como “superado y vencido y todo fuera de sí”. Así el corazón humano es invadido por el amor de Dios, que se convierte en la única guía, el único motor de su existencia. Esta situación de elevación hacia Dios y de abandono a su voluntad, expresada en la imagen del hilo, es utilizada por Catalina para expresar la acción de la luz divina sobre las almas del purgatorio, luz que las purifica y las eleva hacia los esplendores de los rayos resplandecientes de Dios “.

Si como resultado de esta lectura, les viniera un deseo de profundizar más en este tema, les recomiendo el siguiente link:

http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1346327?sp=y




Fuente: Benedicto XVI: Santa Catalina de Génova y el purgatorio, Audiencia General [12-01-2011] http://www.zenit.org/article-37854?l=spanish