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lunes, 15 de julio de 2019

EL MAR DE LOS SARGAZOS, FANTASÍA Y REALIDAD




Jorge Pérez Uribe

Ahora que el sargazo se convierte un problema más, para el actual gobierno que, como es su costumbre, busca inmediatamente a quien culpar, en este caso del exceso de alga que llega a las costas turísticas de la Península de Yucatán, y encuentra como culpables a los dos gobiernos anteriores “que no hicieron lo suficiente para combatir este problema”. Si indagara más, encontraría que el culpable es el propio mar, la contaminación de los ríos y muy probablemente el calentamiento global.


Cristóbal Colón el descubridor de “El Mar de los Sargazos”


El descubrimiento tuvo lugar durante el primer viaje de Cristóbal Colón, justamente cuando regresaba a España, y fue <<entre el domingo 13 y el miércoles 16 de enero de 1493, según narra don Hernando, el hijo del Almirante, quien escribió: “Cerca de tierra, a poco fondo, brotaba mucha de aquella hierba por el mar Océano, por lo que conjeturaron que nacía toda cerca de tierra, y que después de madura se desprendía y era llevada por las corrientes del mar a mucha distancia”. 

Ya en voz de Cristóbal Colón, entre el 19 y el 20 de enero: “La hierba seguía moviéndose con las corrientes de este a oeste. Ya habían sabido que las corrientes llevan muy lejos esta hierba, como quiera que no sigan siempre el mismo camino, pues unas veces van hacia una parte y otras hacia otra. Y esto sucedía casi todos los días, hasta casi pasada la mitad del Océano.” 

En el escenario poco usual del Mar de los Sargazos, Colón enfrentó mal tiempo y las naves se perdieron de vista en medio de la oscuridad nocturna, y “encomendándose a las oraciones y a la religión”; hicieron votos y echaron suertes para determinar quién cumpliría esas promesas. Cristóbal Colón se comprometió a ir al santuario mariano de Extremadura; otro juró ir “como peregrino para Nuestra Señora de Loreto, y le tocó la suerte a un marinero de Santa María de Santoña, llamado Pedro de Villa. Luego echaron suertes sobre un tercer peregrino, que fuese a velar una noche en Santa Cruz de Moguer, y le tocó también al Almirante, pero creciendo aún más la tormenta, todos los de la carabela hicieron votos de ir descalzos y en camisa de hacer oración en la primera tierra que encontrasen una iglesia de la advocación de la Virgen.”>> [1]


El Mar de los Sargazos en la fantasía escrita





Este asunto me ha llevado a los recuerdos de la fantasía de mi infancia, en donde era tema recurrente en los cuentos ilustrados y en las obras escritas, la desaparición de barcos que quedaban atrapados en este extenso y perdido mar. Autores como Horacio Quiroga, Julio Cortázar, Jean Rhys, y Julio Verne, surcaron con la imaginación sus aguas. Quizá alguien recuerde el caso del buque "Mary Celeste" que no presentaba señales de daños graves (de hecho, fue rescatado y usado durante años después del hallazgo), y en el que parecía como si los pasajeros y la tripulación hubieran sido evacuados por razones desconocidas, dejando a bordo la ropa, comida para medio año, carga, dinero, joyas e incluso juguetes.También por aquél entonces cobró fama “el triángulo de las bermudas”, lugar en donde desaparecían los aviones en forma inexplicable y que en coordenadas coincidía, con el susodicho mar. 

Dejando a un lado estos recuerdos me di pues, a la tarea de investigar un poco y encontré lo siguiente: 


<<Dos fuentes de origen [2]


Residuos orgánicos de todo tipo se convierten en nutrientes que fertilizan al sargazo, que crece rápido y duplica su biomasa cada 18 días, lo que rebasa por mucho el equilibrio ecológico. 

Estas algas llegan al Caribe mexicano provenientes de dos fuentes: el Mar de Sargazo, en el Triángulo de las Bermudas (hacia el norte). “Las hay desde que tenemos memoria, arriban de manera esporádica y en cantidades moderadas”, dijo Tussenbroek. 

Y el otro es un nuevo origen, al norte del ecuador terrestre. Se acumulan frente a las costas de Brasil y de ahí entran al Caribe. “Antes no había acumulaciones en esa zona y la ciencia aún no estudia bien por qué”. 

Las aguas entre África y Brasil están en una región más cálida y con mayor aporte de nitrógeno, hierro y fósforo, elementos que necesitan las plantas para crecer; entonces, el sargazo se desarrolla rápido y genera mucha más biomasa, agregó. 

Es su primera fuente (las Bermudas), estas algas tienen pobres nutrientes, pero al norte del ecuador terrestre desembocan grandes ríos como el Amazonas, el Orinoco y el Congo. Además, “hemos nutrido nuestros mares con nitrógeno y fósforo, que contribuyen a su reproducción, situación nueva por su magnitud”. 

El sargazo tiene la capacidad de cambiar los ecosistemas, por lo que en el Caribe “ya es un desastre natural, pues las cantidades de materia orgánica y nutrientes que aporta no tienen precedente. Si esto continúa y no se maneja de manera integral cambiarán nuestros ecosistemas de manera permanente. El problema es muy grave”, concluyó.>> 


<<El tercer Mar de los Sargazos [3]


Se encuentra en el corazón del Golfo de México, mide un promedio de 800 kilómetros por 500 kilómetros, la NASA ya lo sabe, falta poco para que sea de dominio público. 

Esteban Amaro, el hidrobiólogo que preside la Red de Monitoreo del Sargazo en Cancún, comentó sobre la formación de un tercer mar de sargazo ubicado en el Golfo de México.

Ubicación aproximada del tercer mar de los sargazos.

Alimentado principalmente de la escorrentía agrícola del río Mississippi, éste tercer bosque marino o mar de los sargazos abarca una extensión geográfica de aproximadamente 800km por 500km, se ha detectado con imágenes satelitales y la NASA ya tiene conocimiento acerca de él.

Si continúa creciendo el tercer mar de sargazo, afectaría toda la costa del Golfo de México, también produciría recales masivos en las playas de Texas y probablemente en la punta sur de Florida.
La gravedad de la situación es todavía ignorada por la mayoría de las personas, pues se está viendo esto como un problema que solo afecta la actividad turística en el caribe, sin embargo el tema es de carácter ambiental, ya que se estima estar en la antesala de una muerte masiva de fauna marina a causa de la reproducción del sargazo. 

A menos de que la temperatura del planeta descienda y se modifiquen los hábitos agrícolas, y se dejen de descargar aguas no tratadas al mar, la generación masiva de sargazo será irreversible, y el tercer mar de sargazo podría duplicar su tamaño con facilidad.>>




lunes, 8 de julio de 2019

CINCO CUESTIONES CLAVE ANTE LA CUMBRE DEL G-20 EN JAPÓN


Un estudio del Pew Research Center muestra la opinión de la gente en los países del G-20 sobre el empoderamiento de las mujeres, la innovación tecnológica, la ciberseguridad, el cambio climático y el comercio como generador de empleo



5 julio, 2019 | Josu de la Varga


La ciudad japonesa de Osaka fue el escenario donde el pasado 28 de junio se inició la Cumbre del G-20, en la que durante dos días se analizaron cuestiones relacionadas con los nuevos desafíos globales y medioambientales.

En esos dos días, los líderes del G-20 ratificaron su compromiso “a favor de los fundamentos del libre comercio” y del “crecimiento económico”. Como telón de fondo, las tensiones políticas entre Estados Unidos, China y Rusia.

En cuanto al cambio climático, cuyas consecuencias podrían incluso suponer el fin de la humanidad para 2050, según un reciente informe científico, todos los líderes del G-20 excepto Donald Trump se comprometieron a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.

Además de tratar de garantizar la estabilidad financiera mundial, la energía y el medio ambiente, el foro tuvo otro importante tema de debate: el empoderamiento de las mujeres.

Pero, además de contar con los debates y decisiones de los líderes en la Cumbre del G-20 sobre todas estos temas, cabe preguntarse cuál es la opinión de los ciudadanos al respecto.

La respuesta a esta pregunta viene de la mano de un estudio publicado por el Pew Research Centerantes de celebrarse la cumbre: ‘How people in G-20 nations see key issues ahead of this year’s summit’ (‘Cómo ven las personas en las naciones del G-20 los problemas clave antes de la cumbre de este año’).

Así, el informe elaborado por este centro de investigación muestra la opinión de los ciudadanos ante 5 cuestiones clave ante la Cumbre del G-20.

Foto de familia de los asistentes a la Cumbre del G-20 en Osaka (Japón)egar leyenda


Hacia un mayor empoderamiento de las mujeres


La primera cuestión que analiza el estudio tiene que ver con el empoderamiento de las mujeres y, de los 19 países encuestados, 15 de ellos caminan de forma evidente hacia mejoras sustanciales.
Como recuerda el informe, “los líderes del G-20 se habían comprometido previamente a una reducción del 25% en la brecha entre la proporción de hombres y mujeres que participan en las fuerzas laborales de sus países para 2025”.

“En la cumbre de este año, la atención se centró en incluir a más mujeres en la fuerza laboral, mejorando la educación STEM para las mujeres y el continuo compromiso con las mujeres líderes empresariales”, añade el estudio.
En líneas generales, en todos los países del G-20 encuestados en 2018, la mayoría de las personas “están firmemente a favor de una mayor igualdad de género en su país”.

En ese sentido, una de las preguntas a los encuestados era si consideraban que “la igualdad entre hombres y mujeres había aumentado o disminuido en su país durante las últimas dos décadas”.

Según el informe, “la tasa de participación de la fuerza laboral entre las mujeres ha aumentado en la mayoría de los países del G-20 en las últimas dos décadas”, como se puede apreciar en esta tabla, reproducida a partir del estudio.

De los 19 países analizados, los dos que muestran un mayor porcentaje de mujeres mayores de 15 años en la fuerza laboral son Canadá (61%) y Australia (60%); seguidos de Reino Unido (57%), Alemania y Rusia (55%).

Sin embargo, si se analizan los resultados en función del aumento porcentual, el país que ha crecido más es Arabia Saudí, que en 1998 tenía solo un 16% de mujeres en la fuerza laboral y en 2018 el porcentaje era del 23% (siete puntos porcentuales más).

Con porcentajes mucho más elevados en el periodo analizado, han aumentado 6 puntos porcentuales Australia (54%-60%), Alemania (49%-55%), Brasil (48%-54%) y Corea del Sur (47%-53%).

“En Brasil, por ejemplo, el 54% de las mujeres en edad de trabajar participaron en la fuerza laboral en 2018, en comparación con el 48% en 1998”, resume el informe.
“Aun así, en tres países del G-20, además de Estados Unidos, la participación de la fuerza laboral entre las mujeres ha disminuido durante este período”, añade el estudio.

De esta manera, mientras Estados Unidos cayó siete puntos porcentuales (59%-56%); Argentina lo hizo en dos (51%-49%); India en siete (31%-24%); y China en once (72%-61%).

“En general, la participación de las mujeres en la fuerza laboral sigue siendo apreciablemente más baja que la participación de los hombres en todos los miembros del G-20”, concluye el informe en este apartado.



El impacto de la innovación tecnológica



Una segunda cuestión que se planteó en la Cumbre del G-20 y recoge el estudio es el debate que se generó sobre “la mejor manera de abordar el impacto económico y social de la innovación tecnológica”.

“El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anfitrión de la cumbre, expresó su interés en utilizar inteligencia artificial, robots y Big Data para lograr una ‘Sociedad 5.0’, que implicaría la integración del espacio cibernético (o virtual) y el espacio físico2, cita el estudio.

“Cuando se les preguntó si los robots y las computadoras efectuarán gran parte del trabajo que actualmente realizan los humanos, aproximadamente nueve de cada diez japoneses (89%) dijeron en la encuesta de 2018 del centro que la mayoría de los trabajos serán definitivamente o probablemente automatizados para el año 2050, un mayor porcentaje que en muchos otros países del G-20 encuestados”, añade.

Los japoneses también ven con más convicción “los beneficios económicos de un futuro automatizado: el 74% de los adultos japoneses dice que la economía se volvería más eficiente si los robots y las computadoras pudieran realizar gran parte del trabajo realizado por los seres humanos”.

Esto viene a significar “27 puntos porcentuales más que el porcentaje del segundo país más alto encuestado del público del G-20 (Brasil)”.


Riesgo de ataques cibernéticos



Gente en muchos países del G-20 ven futuros ataques cibernéticos como probabilidad.

Ante estos avances tecnológicos, surge otro enfoque que la encuesta planteó a los ciudadanos del G-20: el de unos “mayores riesgos para la seguridad digital”.

“La gente en la mayoría de los países encuestados del G-20 dice que es probable que los ataques cibernéticos dañen la infraestructura pública, como las redes eléctricas o los sistemas de Internet”.

Así, “las personas en Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos están especialmente preocupadas, con más de ocho de cada diez adultos en cada país que dicen que es probable que se produzcan tales ataques cibernéticos”, como se ve en este otro gráfico.

El porcentaje medio entre todos los países analizados que considera que en el futuro un ataque cibernético provocará daños es del 71% (31% lo cree muy probable y 40% algo probable).

El informe hace este resumen: “las evaluaciones de la preparación de los gobiernos para estos ataques digitales son muy variadas. Los rusos son los que más confianza tienen entre las naciones encuestadas del G-20 al evaluar la preparación de su Gobierno, con dos tercios que describen a su país como bien preparado para manejar un ataque cibernético a gran escala”.

En sentido contrario, “la gente en Argentina tiene menos confianza, con solo el 9% diciendo que su Gobierno está bien preparado”.



El temor al cambio climático



“Los líderes del G20 también centraron su atención este año en el cambio climático, la energía sostenible y la basura plástica en el océano. Este enfoque coincide ampliamente con las preocupaciones públicas sobre el cambio climático en las naciones encuestadas por el centro”, continúa el informe.


Al respecto, la FAO proponía recientemente cinco formas de reducir el vertido de plásticos en los mares y advertía de los riesgos de continuar con el actual consumo masivo de este material.

Volviendo al estudio del Pew Research Center, “en todos menos uno de los países del G-20 encuestados, Rusia, las mayorías dicen que el cambio climático global es una amenaza importante para su nación”, como muestra este gráfico.

Una media del 71% entre los países encuestados opina que es una amenaza, mientras los más temerosos están en Corea del Sur (86%), seguidos de Francia (83%), México (80%), Japón (75%), Argentina (73%), Brasil (72%) y Alemania e Italia (71%).

Así lo resume el estudio: “los surcoreanos son los más preocupados, con un 86% que lo consideran una amenaza importante. En el otro extremo del espectro, el 43% de los rusos ve el cambio climático global como una amenaza importante”.

En cualquier caso, a pesar de que el cambio climático es considerado una de las principales amenazas en muchos países, “la mayor parte de la energía en la mayoría de estas naciones todavía proviene de combustibles fósiles”, advierte el informe.

“A partir de 2014, solo Francia obtiene menos de la mitad de su energía de los combustibles fósiles, según las estadísticas de la Agencia Internacional de Energía”, sigue.

“Los combustibles fósiles también representan una proporción relativamente pequeña del uso de energía de Brasil (59%). Mientras tanto, Arabia Saudita, Japón, Rusia y México se destacan entre las naciones del G-20 por su uso comparativamente pesado de combustibles fósiles: en todos estos países, más del 90% de la energía proviene de combustibles fósiles, incluido casi el 100% en Arabia Saudita”, concluye.

En relación a estas dos últimas cuestiones planteadas en el informe del Pew Research Center, cabe recordar que otro estudio de este mismo centro de investigación, publicado el pasado mes de febrero, advertía de que la amenaza del cambio climático es más temida que la de los ciberataques.


Donald Trump, el único mandatario del G-20 que se ha desmarcado del Acuerdo de París sobre el cambio climático


El comercio como generador de empleo


Por otra parte, el estudio analiza los detalles sobre otra cuestión tratada en la Cumbre del G-20: la afirmación de que el comercio y la inversión internacionales son “motores importantes del crecimiento, la productividad, la innovación, la creación de empleo y el desarrollo”.

“En muchos de los países del G-20, las mayorías de adultos dicen que el crecimiento de los vínculos comerciales y negocios entre sus naciones y otras es algo bueno”.

Sin embargo, aunque las opiniones sobre los beneficios generales del comercio vienen a coincidir en la mayoría de naciones encuestadas, “el público japonés está menos convencido de un efecto positivo del comercio en el empleo”, según muestra este último gráfico.

AgregaLas personas en Japón no están tan convencidas como las de otras naciones del G-20 sobre los beneficios del comercio en la creación de empleor leyenda
“Solo dos de cada diez adultos en Japón (21%) creen que el comercio crea empleos, mientras que el 40% cree que el comercio no tiene un impacto en la creación de empleos”, como muestra el gráfico.

“Existe una mayor certeza de que el comercio crea empleos en las otras naciones del G-20, con una media del 40% en los 15 países encuestados que creen que el comercio genera empleos”, destaca el informe.

“Sin embargo, solo dos de cada diez personas en Italia y Argentina dicen que el comercio crea empleos, en comparación con la mitad de los que dicen que el comercio destruye empleos en esos países”, concluye.


jueves, 14 de enero de 2016

LA COP 21, UNA CUMBRE DE BUENOS DESEOS




A pesar de la incertidumbre causada por los atentados terroristas en la ciudad de París el 13 de noviembre de 2015, se desarrolló en la misma, a fines de ese noviembre, la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático o 21ª Conferencia de las Partes y la 11ª Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto (COP21/CMP11), del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015.

Con un gran reto de seguridad y a un costo altísimo, dado que hubo 30,000 policías y 285 controles de seguridad, se contó con la asistencia de numerosos Jefes de Estado, y representantes de 195 países que participaron en las sesiones de trabajo desarrolladas durante 12 días del agonizante 2015.

Meternos a reseñar los asuntos discutidos, propuestas y rechazos, sería demasiado largo y tedioso, ya que por ejemplo el documento final de `Aprobación del Acuerdo de París´, consta tan solo de 40 páginas, por lo que me limitaré a un comentario general y crítico de lo sucedido.

Si bien el Acuerdo reconoce que “el cambio climático es un problema común de la humanidad, por lo que las Partes, al adoptar medidas para hacer frente al cambio climático, deberían respetar, promover y tomar en consideración sus respectivas obligaciones con respecto a los derechos humanos, el derecho a la salud, los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales, los migrantes, los niños, las personas con discapacidad y las personas en situaciones de vulnerabilidad y el derecho al desarrollo”; mete sin que vengan al caso “la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer y la equidad intergeneracional”.

La Conferencia pareció por momentos ser un centro de negocios y así <<El portavoz del gobierno de Estados Unidos declaró que el acuerdo está abriendo oportunidades para nuevos negocios y los presidentes de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo afirmaron su disposición a un apoyo financiero.

Empresas multinacionales, que realizaron un intenso lobbying dentro de la conferencia, afirmaron su satisfacción. Así, Paul Polman, director de Unilever, dijo que ella liberará billones de dólares y la inmensa creatividad de innovación del sector privado. El director de Shell, David Hove, declaró que la perspectiva de limitar el aumento del calentamiento de la tierra a 1.5 grados Celsius para finales de este siglo ayudará al desarrollo de nuevas técnicas, la captura y almacenamiento de carbono y el enterramiento de carbonos, como también de otras técnicas de geoingeniería.>>[1]

Francois Houtart nos ofrece una síntesis de lo propuesto en las reuniones de trabajo: <<Un buen número de países del sur, los más afectados por el cambio climático, pedían decisiones con carácter de obligación, pero eso fue rechazado por grandes países como Estados Unidos y China. El análisis de las exclusiones nos permitirá entender mejor la lógica del documento final.

Al principio, la problemática vinculaba la defensa del planeta con el concepto de los derechos humanos. La oposición de Arabia Saudita hizo abandonar la idea, que quedó solamente en el preámbulo. Eso excluyó la perspectiva de justicia social, en referencia con las poblaciones más vulnerables. Se excluyó también la referencia a los pueblos indígenas y el papel que juegan en la defensa de la madre tierra. No fue retenida la idea, presentada por Ecuador, de una corte internacional sobre los crímenes contra la naturaleza, lo que prolonga la impunidad en ese campo. Se concentró sobre la disminución de la producción de carbono y de gases de efecto invernadero, abandonando así a una visión holística de la cuestión climática y concentrándose sobre tecnologías de mitigación de emisiones. El concepto de deuda climática, por los países industrializados en favor de las naciones del sur, fue rechazado. Se excluyeron del acuerdo los transportes marítimos y aéreos, que representan 10 por ciento de emisiones de gases. Hubo una oposición radical de las potencias petroleras a la idea de no explotación para promover un equilibrio vía absorción del carbono. En breve, todas estas exclusiones indican una filosofía de base que no permite una visión completa de la cuestión y la limita a un aspecto particular (el carbono) que se queda dentro de soluciones técnicas, bajo la orientación de las multinacionales y los intereses de países específicos.

Hubo de todo

Para completar el análisis debemos abordar el tema de las propuestas. Se plantea la idea de una neutralidad climática después de la oposición de Arabia Saudita y de Venezuela al concepto de decarbonización. El mercado de carbono, ya iniciado por el acuerdo de Kyoto, se ampliará, introduciendo la lógica del mercado como eje central de la solución. Eso permitirá que continúe la emisión de gases por industrias o países (China, India, África del Sur) a condición de financiar acciones de mitigación, como la reforestación de ciertas zonas. Lo que pasó con la bolsa del carbono en Londres permite prever la integración de este sector dentro de la lógica del capitalismo financiero y, en particular, de la especulación.>>[2]

Tampoco en el aspecto financiero, los acuerdos revelan un importante esfuerzo para disminuir las emisiones tóxicas: <<Para financiar los esfuerzos de los países del sur a desarrollarse sin producir más gases negativos se prevé a partir de 2020 una suma anual de 100 mil millones. Esta suma puede aparecer muy elevada. Sin embargo, entran en ella programas ya existentes y que no añaden nada de nuevo al compromiso de ayuda. Por otra parte, la Agencia Internacional de Energía de Naciones Unidas estima que se necesitarían 10 veces más, es decir, un millón de millones de dólares, para estabilizar el clima. El acuerdo de París se queda muy por debajo de las necesidades y no es vinculante. A título de comparación, según Gabriel Zucman en su libro La riqueza escondida de las naciones (Barcelona, 2015), el dinero existente en los paraísos fiscales del mundo se puede estimar en 5,800 billones de euros (más de 6 billones de dólares). Ello significa que se podría financiar el equivalente de 60 veces la promesa de la conferencia de París con el dinero ilegal y seis veces lo que la agencia de energía de la ONU estima necesario. En un reciente libro se estimó el dinero francés refugiado en la banca suiza en 180 mil millones de euros, suma superior a la contribución anual prevista por la conferencia de París. No es la falta de dinero, sino la voluntad política de tocar el sistema financiero. Con la crisis de 2008, se estima que los gobiernos del norte gastaron entre 2007 y 2011 unos 4.6 billones de euros para salvar el sistema bancario (David Fernández, La Directa, 18/10/11). La crisis climática aparentemente no vale tanto.>>[3]

El objetivo general de la Convención era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global a 2 °C (3.6 & nbsp; °F). Por encima de los niveles preindustriales 

El 12 de diciembre de 2015 los 195 países participantes lograron por consenso un pacto global, el Acuerdo de París, para reducir las emisiones como parte del método para la reducción de gases de efecto invernadero. En el documento de 40 páginas los miembros acordaron reducir sus emisiones de carbono "lo antes posible" y hacer todo lo posible para mantener el calentamiento global "muy por debajo de 2 grados C". 

El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius dijo que este plan "ambicioso y equilibrado" era un "punto de inflexión histórico" en el objetivo de reducir el calentamiento global. Por su parte James Hansens, de la NASA (uno de los mejores especialistas del cambio climático), y ahora profesor en la Universidad de Colombia en Nueva-York, afirma que para él, la conferencia de París fue un fraude.

Quizás el punto más débil del Acuerdo, es que no es vinculante, (es decir, “que una, obligue o vincule al grupo de sujetos para los cuales ha sido creado”), en tanto 55 países que produzcan más del 55% de los gases de efecto invernadero del mundo no hayan ratificado el Acuerdo. Por lo que cada país que ratifique el acuerdo establecerá necesariamente un objetivo de reducción de emisiones, pero la cantidad será voluntaria.

La firma del Acuerdo tendrá lugar el próximo 22 de abril de 2016


Jorge Pérez Uribe



[1] Francois Houtart, La Conferencia de París sobre el clima, Telesur, 16 de diciembre de 2015
[2] Ibídem
[3] Ibídem