miércoles, 29 de mayo de 2013

CRISTIADA, UNA PELÍCULA DIGNA DE LA EPOPEYA

For Greater Glory: The True Story of Cristiada (título en inglés)

“La Historia de México que te quisieron ocultar. Una narración épica de la Guerra Cristera (1926-1929), que fue detonada por el intento del gobierno mexicano de suprimir la libertad de culto. La película sigue la epopeya de gente ordinaria de todo el país que eligió defender su libertad. Todos ellos deberán decidir si están dispuestos a dar su vida por defenderla.” (spot informativo)



27 de abril de 2012


“Es un película que no puede dejar de verse, me encanto... ¡Huy! acaba uno con el corazón estrujado... El acierto fundamental es que narra una historia que no conocíamos. Se basa en dos obras: La Cristiada de Jean Meyer y Rescoldo... Este libro de La Cristiada puesto en cine es una cosa espectacular... la puedo comparar con cualquier superproducción mundial, rescata un México que hace mucho perdimos...” 

José Manuel Villalpando, historiador [1]


“Estamos ante una película que logra mostrar la grandeza del drama humano en personajes que, muy lejos de la edulcorada santurronería, se muestran como gente de carne y hueso, llenos de dudas y esperanzas... No estamos ante una película de guerra, si bien éste es su contexto, sino ante una historia de gran humanidad, entrañable... Como historiador me lleno de gratitud.” 

Jorge E. Traslosheros, historiador [2]


Reseña


Calificada como la cinta más costosa del cine mexicano (presupuesto de 110 millones de pesos, publicidad en radio, televisión y espectaculares, 577 copias), tuvo que ser hecha a la manera de Hollywood, para lograr la distribución de una empresa como Century Fox, es decir, conformar un reparto internacional y ser hablada en lengua inglesa. Es pues, una producción internacional, que conjunta un elenco técnico y artístico brillante. El director debutante es, Dean Wright quién participó en la trilogía de El señor de los anillos y en Narnia, el productor es el mexicano Pablo José Barroso, la fotografía –bellísima-, estuvo a cargo de Eduardo Martínez Solares, la musicalización es de ese enorme ambientador que es James Horner (Titanic, Avatar).

Las locaciones van desde el Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México, a Durango, San Luis Potosí, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas.


El elenco internacional estuvo conformado por el inglés Peter O´Toole, los norteamericanos Eva Longoria [3] y Nestor Carbonell, el cubano Andy García, el guatemalteco Oscar Isaac, el panameño Rubén Blades, la colombiana Catalina Sandino, el venezolano Santiago Cabrera, los mexicanos Karyme Lozano, Eduardo Verástegui y la revelación del púber mexicano Mauricio Kuri, entre otros.


Abundando sobre lo que es el cine, el Dr. Traslosheros escribió: “El cine es un arte narrativo que requiere de cuatro elementos básicos: historia, guión, fotografía y actuación. En este caso, el equilibrio entre sus partes logra una película de excelencia, con gran ritmo, sin baches, falsas pretensiones o estridencias. La armonía alcanzada conforma una narrativa capaz de penetrar en la mirada, rostro y corazón de personajes representados brillantemente...”


Al igual que al Lic.Villalpando, no me gustó la interpretación de Plutarco Elías Calles por parte de Rubén Blades, que no se parece ni en lo físico, ni el la personalidad soberbia y autoritaria, que lo caracterizó, pero fuera de de él, todos los personajes están muy bien interpretados.


“La película se ubica en el momento más dramático —épico diría Jean Meyer— de la persecución religiosa en México (1914-1938), como fue el levantamiento armado de campesinos y rancheros llamados “cristeros” (1926-1929). Largos años de sacrificios por defender algo que apenas entonces se empezaba a comprender y que ahora definimos como libertad religiosa, cimiento firme de un Estado realmente laico y de una democracia sustantiva.” Afirma el Dr. Traslosheros.


Hay que decir que como en toda cinta, tanto productor como director se tomaron algunas libertades históricas, como fue el conjuntar a varias personalidades históricas que no coexistieron juntas, darle una muerte gloriosa al “catorce”, el cuál fue fusilado después de un consejo de guerra que se le formó por excesos cometidos en la toma de una población y por actos de indisciplina, y finalmente por una supuesta entrevista entre Plutarco Elías Calles y el general Enrique Gorostieta.


Pero en compensación de lo anterior, la cinta nos muestra, aunque en forma acelerada, como la lucha de los católicos, en principio se desarrolló mediante la resistencia civil pacífica –manifestaciones, recolección de firmas para solicitar la derogación de las leyes persecutorias, boicot económico-, y como ante la cerrazón y represión del gobierno se tornó en violenta.


Finalmente, después de varios meses de espera, ya que hubo una “premiere” en Madrid, el 17 de agosto de 2011, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, al fin pude asistir el domingo pasado a la exhibición de “Cristiada”. La sala totalmente llena. El público asistente era el normal de un día domingo; familias, parejas de novios, pequeños grupos de amigos. Con buen ritmo, donde no decae el interés en ningún momento, la película se desarrolla en torno a un púber que vive los acontecimientos de una gobierno que decide finalmente suprimir la fe católica de su pueblo. Al final de la película con la garganta hecha un nudo, por el dramático final, éste se apretó más, cuando al iniciar los créditos se empezaron a escuchar aplausos por aquí y por allá, a los que no pude sino unir los míos. ¿Era una muestra de gratitud a la gesta épica que nos ganó la libertad de creer? ¿Era un reconocimiento a los héroes de la epopeya histórica? ¿Era el dar crédito a una buena película? ¿Era todo en conjunto? No lo se, pero para mí, que era el tributo público de la generación actual, a aquella de héroes y mártires que lucharon por la libertad religiosa de la que ahora podemos disfrutar.








[1] Programa El siglo XX en la XEB, 22 de abril de 2012
[2] Periódico La Razón, sábado 21 de abril de 2012 
[3] Su familia proviene de colonos novohispanos del territorio de Texas, cuando éste aún pertenecía a México