No acabo de entender cuáles fueron los méritos que hicieron acreedor al Premio Nobel de la Paz 2009 a Barack Hussein Obama II, Presidente de Estados Unidos desde el 20 de enero de 2009. El 9 de octubre de dicho año le fue concedido el Premio Nobel de la Paz, dizque por sus esfuerzos diplomáticos en pro del desarme nuclear, la consecución de un proceso de paz en Oriente Medio y el fomento de la lucha contra el cambio climático.
Tampoco entiendo bien su obsesión por acabar con Siria a un mes de las elecciones presidenciales para definir a su sucesor. Pareciera que es un punto pendiente en su agenda o en la agenda que le fue asignada.
La “consecución de un proceso de paz en Oriente Medio” de Mr. Obama
Más que concluir la guerra de Irak, que ya había terminado; en octubre de 2011, anunció el retiro definitivo de la totalidad de las tropas estadounidenses asentadas en Irak (39 000 soldados) y por contra el incrementó la presencia de tropas norteamericanas en Afganistán.
Hillary Clinton, como secretaria de Estado de la administración Obama desde 2009 hasta 2013, estuvo al frente de la respuesta norteamericana a la “Primavera Árabe” apoyando a los líderes de la misma, la Hermandad Musulmana y respaldó la intervención militar en Libia. Fue la responsable por las fallas de seguridad relacionadas con los ataques en Bengasi, Libia del 11 de septiembre de 2012, que terminaron en las muertes de personal del consulado estadounidense. Finalmente dejó el cargo al final del primer mandato de Obama.
La agenda de la mancuerna Obama-Clinton, para Egipto, el Magreb (Sahara Occidental, Túnez, Argelia, Libia) y el Levante (Jordania, Líbano, Siria), era clara: derrocar con movimiento populares de radicales islámicos a los reyes, presidentes y caudillos que gobernaban estas naciones para sustituirlos con “gobernantes democráticos” ¿o por el califato islámico del Ejército Islámico, ISIS o DAESH? Para ello se instrumentó la llamada “Primavera Árabe”, iniciada en el monárquico país de Túnez y con el más trivial de los pretextos. Esta “Primavera” con la explicación del “efecto dominó” fue recorriendo uno a uno los países del norte de África y después del Levante. Curiosamente Turquía aliado de Estados Unidos, miembro de la OTAN y que tendría un importante papel en la revolución en Siria y en el nacimiento del DAESH, no se contaminó del “efecto dominó”.
En Siria la revolución contra el presidente Bashar al Assad se desató en marzo de 2011, y aunque hubo una facción disidente, el pueblo sirio lo apoyó finalmente. Ante ello Obama, secundado por David Cameron de Inglaterra y Francois Hollande de Francia decidieron efectuar una “intervención humanitaria” en Siria en el mes de agosto de 2013; pretextando al igual que en Irak el uso de armas químicas. Sin embargo, gracias a los esfuerzos del Papa Francisco, de el canciller Lavrov de Rusia, de el rey Abdallah II de Jordania y a los legisladores de Inglaterra y Francia, que no apoyaron a sus mandatarios, el conflicto se evitó y con ello una probable guerra mundial, ya que todos los países vecinos y algunas naciones europeas, estaban dispuestos a intervenir.
No obstante, estaba ya en funcionamiento el “Plan B” a cargo del Estado Islámico, ISIS o DAESH. Este grupo ha mutado desde su creación como Jamaat al tauhid wal Jihad en Irak en 1999 y su posterior crecimiento durante la invasión de las tropas norteamericanas en 2003. Tras escindirse de Al Qaeda, el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) pasó a llamarse Estado Islámico, proclamando el califato de Abubaker el Bagdadi, alias califa Ibrahim, en junio de 2014, en la ciudad de Mosul; declarada su capital en el norte de Irak. Este grupo parido por Al Qaeda, amamantado por Arabia Saudita y Qatar, entrenado en Turquía, fogueado en Irak y Siria y finalmente armado por Estados Unidos, se autofinancia con los territorios que ha ido ocupando, entre estos se cuentan los campos petroleros del este de Siria, en su poder desde 2012. En los territorios conquistados en Irak, demás se ha apoderado del equipo militar dejado por Estados Unidos. Contaba en 2014 con cerca de 40.000 yihadistas en sus filas, de los que al menos 15.000 eran extranjeros de 80 nacionalidades diferentes. Unos 4.500 provenían de Europa (un 20%, mujeres). El ISIS controlaba amplias zonas desde el noreste de Siria hasta el noroeste iraquí. También estaban presentes al este de Alepo y mantenía algunas bolsas de simpatizantes en Idlib.
Rusia interviene El Levante
Ante el imparable avance del Ejército Islámico y el acoso de otros ejércitos de rebeldes, el gobierno sirio pidió ayuda a Rusia. El 15 de septiembre el presidente Putin garantizó el apoyo militar a Siria “contra la acción terrorista e instamos a otros países que se unan a nosotros”. Tres días después ¡oh sorpresa! EU inició un diálogo militar para resolver la guerra en Siria e Irak, de modo que, el 18, los dos ministros de la Defensa hablaron largo por teléfono. Moscú no descartó enviar tropas y Washington lo aceptó.
En octubre de 2015, el analista Ángel Guerra comentaba: <<Hasta ahora la coalición creada por Estados Unidos hace un año para combatir al EI, supuestamente constituida por 60 países, no ha conseguido hacerle ni cosquillas con sus bombardeos aéreos. Mientras, el Pentágono ha confesado el fracaso de sus multimillonarios planes para entrenar rebeldes sirios moderados que le hagan frente a la organización extremista. Muchos de ellos han sido muertos no más entrar en territorio sirio o se han pasado con armas y bagaje a las filas del enemigo que se suponía debían combatir.
Una diferencia crucial entre la coalición creada por Estados Unidos y el esfuerzo que inicia Rusia es que la primera surgió sin contar con el gobierno legítimo sirio del presidente Bashar al Assad ni con el Consejo de Seguridad de la ONU. Sus acciones, por tanto, son ilegales e ilegítimas.
En cambio, la fuerza aérea rusa está en Siria a solicitud de Damasco y en acuerdo con los gobiernos de Irán e Irak. En la capital de este último han establecido un Centro de Información que coadyuve al intercambio de inteligencia y a coordinar las acciones contra el EI. En línea con ello, Putin ha hecho un llamado a Estados Unidos y sus aliados a sumarse a un esfuerzo conjunto para liquidar al EI e incluso disuadir a jóvenes que se sienten atraídos por este y dar la oportunidad de salirse a quienes ya entraron en la aventura.>>[1]
El martes 24 de noviembre 2 cazas de Turquía derribaron un Sukhoi Su-24 de la Fuerza Aérea de Rusia que había cruzado el territorio turco en la zona fronteriza con Siria, el enfurecido presidente Putin, fustigó que Rusia había entregado el plan de vuelo a Estados Unidos.
Consecuencia de la intervención de Rusia en apoyo del agobiado Ejército Sirio, fue que éste empezó a recuperar territorios arrebatados por los distintos grupos yihadistas y en marzo de este año vino la recuperación de la ciudad de Palmira, también la de los Altos del Golán y hoy hay avances en el control de la ciudad de Alepo, la segunda de Siria.
Sorpresivamente, Turquía cambia de bando
Pero el cambio más radical en la transformación del escenario político en el Levante, es el cambio de bando que ha efectuado Turquía en los últimos meses y que se hizo evidente cuando en el mes de junio pidió disculpas por la muerte del piloto del avión militar Sukhoi Su-24, el cual fue asesinado al tocar tierra. Como consecuencia de ello Rusia impuso fuertes sanciones económicas a la importación de productos turcos, así como la prohibición a los ciudadanos rusos para viajar a Turquía. Se pensaba que esta era la única razón, pero posteriormente vino la sorpresa del abortado golpe de estado de los militares contra el Presidente turco Erdogan. Golpe instigado desde Washington y en el cuál Erdogan encontró asilo en Irán y el apoyo de Rusia.
Luego entonces, la situación ha cambiado radicalmente para los grupos que combaten contra el gobierno sirio, ya que Turquía era su santuario en caso de tener que dejar el territorio sirio y Estados Unidos, ya no cuenta con ese aliado incondicional. Incluso las fuerzas norteamericanas han tenido que retirar sus 90 bombas nucleares y sus efectivos de la base estadunidense de Incirlik, Turquía.
La semana que acaba de terminar ha sido una señal con fuertes señales en uno y otro sentido por parte de Obama y Putin, en tanto el candidato republicano Donald Trump se desfonda y se habla de sustituirlo, aunque esto solo sería posible, si él no pudiese físicamente competir. A un escaso mes de las elecciones aún pueden suceder muchas cosas, que es mejor no imaginar. La semana presente arrancó con una nueva visita de Putin a Erdogan
<<Se prepara el Kremlin para el escenario de una presidencia hostil de Hillary Clinton en la dimensión curvilínea de Rusia en su nuevo patio trasero, que incluye el binomio Ucrania/Siria y conecta el mar Mediterráneo al mar Negro?
El mismo día que el Kremlin anunció la instalación de una base naval permanente en Tartús (en la costa alauita de Siria), Rusia y Turquía firmaron un acuerdo estratégico para construir un gasoducto con destino a Europa, eludiendo las anteriores conexiones gaseras con Ucrania Se asienta la nueva reconfiguración cartográfica y marítima desde el mar Negro hasta el Mediterráneo, que incluye el binomio petróleo/gas con sus respectivos transportes terrestres, en cuya travesía se escenifican dos batallas cruciales: la de Alepo (Siria), a punto de caer en favor de la coalición de Rusia/Siria/Irán/Hezbolá (con la tácita anuencia turca), y la de Mosul (Irak), que empezará el 19 de octubre la coalición de EU y kurdos con sus aliados del gobierno de Irak, sin la conspicua participación de Turquía […]
Quedó atrás el derribo, en la transfrontera turco-siria, del avión ruso por Turquía. Reuters comenta que la construcción de la base naval permanente de Rusia en Tartús contempla expandir su presencia militar en Siria. Hoy Moscú sopesa reabrir sus anteriores bases en Cuba y Vietnam, cuando se encuentra en pláticas para abrir una base aérea en Egipto y anhela abrir bases en Venezuela, Nicaragua, Singapur y las islas Seychelles.>>[2]