Del viernes 16 al martes 19 de noviembre de 2013, se celebró en las instalaciones de la Plaza Mariana –contigua a la Basílica de Guadalupe- en la Ciudad de México, el evento convocado por la Comisión Pontificia para América Latina, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, los Caballeros de Colón y el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, en cumplimiento del programa establecido para el Año de la Fe.
La asistencia de más de un millar de personas, se compuso por más de 60 obispos de América, 9 cardenales, entre ellos dos del denominado G8, es decir, de la comisión creada por el Papa Francisco para reformar la curia y que son el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga (Tegucigalpa, Honduras) y Cardenal Sean Patrick O'Malley, O.F.M. (Boston, Estados Unidos). También fueron invitados especiales laicos representante de diversos grupos apostólicos.
El encuentro estuvo presidido por el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Comisión Pontificia para America Latina y el Dr. Guzmán Carriquiry, Secretario de la misma.
Metiche como soy, habiendo recibido el correo de un amigo en donde se notificaba del evento y la liga para las inscripciones, entre al sitio de Internet, llene una cédula con mis datos generales. En respuesta se me informó que debía pagar un donativo (para recuperación de gastos: un maletín con el material a utilizar, renta de equipo de traducción y servicio de cafetería); tras efectuar el pago, como respuesta me llegó mi boleto.
El evento dio inicio el sábado 16 con la entronización de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, precedida con un desfile de banderas de América y de otros países del mundo, como Israel, detrás de las cuales venía la imagen de san Juan Diego y de Santa María de Guadalupe. En el presidium se colocó a la izquierda la imagen de Juan Diego, a la derecha la de la Virgen de Guadalupe y al fondo rodeando la mesa las diferentes banderas.
Tras las palabras de bienvenida, se procedió a la proyección del mensaje audiovisual que envió el papa Francisco, en donde éste, manifestó su pesar por no poder estar presente.
Los objetivos del encuentro fueron:
- Involucrar cada vez más a todas las Iglesias de las Américas en el dinamismo de una “misión continental”, según el legado de la Exhortación apostólica post sinodal “Ecclesia en America”, del Documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida y de las convocatorias pontificias para una “nueva evangelización”.
- Confiar la “misión continental” al amor misericordioso de Dios Padre, a la Presencia salvífica de su Hijo y a la gracia del Espíritu Santo, bajo la intercesión de la Santísima Virgen María, madre de Dios, Madre de la Iglesia, Madre de los pueblos americanos.
- Iluminar la “misión continental” a la luz del nuevo Pontificado de S. S. Francisco y con los contenidos del magisterio pontificio durante el Año de la Fe, específicamente de la Encíclica “Lumen Fidei”
- Predisponer las Iglesias del continente americano a recibir las enseñanzas y proposiciones de la Exhortación apostólica pos-sinodal (de la Asamblea sinodal) sobre la “nueva evangelización para la transmisión de la fe” para dar nuevo ardor. Nuevos métodos y nuevas expresiones a la nueva evangelización en el continente americano.
- Peregrinar al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe para poner las intenciones, recomendaciones y proposiciones de la “misión continental” a los pies de la Estrella de la Nueva Evangelización americana y Madre de la civilización del amor, implorando si intercesión y guía.
- Intercambiar experiencias y reflexiones de las Iglesias en el continente americano respecto de la “misión continental”, en un espíritu de comunión y colaboración.
- Retomar más intensos vínculos eclesiales y guadalupanos entre las Iglesias del continente y la Iglesia en Filipinas, y proyectar un compromiso conjunto de la misión “ad gentes”, especialmente referida al Extremo Oriente Asiático.
- Prepararse a vivir la Festividad de Nuestra Señora de Guadalupe del 12 de diciembre de 2013.
La dinámica del encuentro consistió en conferencias plenarias, reuniones en grupos de trabajo, rezo de Laudes y del Rosario, culminando las jornadas diarias con una Solemne Celebración Eucarística en la Basílica de Guadalupe.
El rosario del primer día fue imborrable, ya que tuvo lugar recorriendo el Cerro del Tepeyac, a la puesta del sol, en un día en donde después de días de mal tiempo, se podían observar los volcanes nevados y todo el contorno de la Ciudad de México. Ya había expresado Mons.Chávez que “la Virgen prepara sus días”.
El día domingo 17, tras una profética conferencia del Prof. Carl Anderson, Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, iniciaron los trabajos de los 13 grupo formados para analizar temas tan variados como: la emergencia educativa, matrimonio, familia y cultura de la vida, liturgia, vida consagrada, acción misionera en instituciones educativas, derechos humanos, justicia y solidaridad, migraciones, narcotráfico, pobreza, caridad y solidaridad con los desamparados y revolución en las comunicaciones, entre otros temas.
En los primeros intercambios, sobre todo con asistentes extranjeros, vi la extrañeza que les causaba la forma en que había llegado y más cuando les externaba que no era dirigente, ni representante de ningún grupo, sino simplemente un laico “de a pié”, eso si, interesado en el asunto. Una religiosa me hizo esta observación: “probablemente no has caído en la cuenta que eres un invitado especial de la anfitriona (la Virgen de Guadalupe) y por haber correspondido a su invitación recibirás grandes beneficios” y créanme así sucedió, ya que los que no éramos invitados especiales participamos en una serie de conferencias con personajes que no me había imaginado conocer:
Había leído una de las primeras ediciones del libro del Ing. José Aste Tonsmann –ingeniero civil peruano, especializado Ingeniería de los Sistemas de Investigación en la Universidad de Cornell, quién llegó a México para trabajar en IBM y queriendo corresponder a la hospitalidad mexicano pensó en digitalizar inicialmente el calendario azteca, pero cayó en sus manos una revistas en donde se hablaba de una imagen en los ojos de la Virgen de Guadalupe y se avocó a su digitalización, descubriendo hasta diez personajes. Tras dos años de investigaciones publicó el resultado de las mismas-. Ahora pude escuchar de sus labios la crónica y las dificultades con que topó.
Repasamos el descubrimiento del Doctor Juan Homero Hernández Illescas (q.e.p.d.) sobre las estrellas del manto, que era la posición que guardaban aquel día del 12 de diciembre de 1531.
También conocí en resultado de las investigaciones del Maestro en Matemáticas Fernando Ojeda Llanés, -en sus propias palabras-, quién ha descubierto una armonía musical en el manto de la imagen Guadalupana y que nos ofreció la grabación de un bellísimo arreglo hecho por un músico.
Finalmente debo señalar que conocí a ese erudito del tema guadalupano que es el doctor en Historia monseñor Eduardo Chávez, nahuatlato [1], quien además es Rector del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, y fue postulador oficial de la causa de canonización de san Juan Diego, pero además es practicante de la pintura como su servidor. Mons. Chávez fue conferencista del primer día sobre el hecho guadalupano, pero los invitados no especiales pudimos aprovechar su sapiencia ahora con más calma y familiaridad –debo decir que además es un magnífico expositor, con un gran sentido del humor-.
En fin podemos hablar mucho sobre el fenómeno guadalupano, pero no es el objeto de este post, sino reportar el evento ocurrido estos días; por lo que retomo la reunión.
El día lunes18, en asamblea plenaria se presentaron los informes de los grupos de trabajo, seguidos por aportaciones individuales para complementarlos y enriquecerlos.
Después de la Solemne Celebración Eucarística en la Basílica de Guadalupe, se tuvo una vigilia mariana en donde el Cardenal Marc Ouellet entregó al Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de la Ciudad de México el obsequio que mandaba el Papa Francisco a la “Guadalupana” un ramillete de una bellísima rosa de oro.
El día martes 19, se tuvieron varias intervenciones sobre las <<Especiales prioridades y acentuaciones de la “misión continental” para la Iglesia de Canadá, de Estados Unidos, de Hispanoamérica y el Caribe, de Brasil y de Filipinas>>. Cabe aclarar que no se contó con la intervención de José S. Palma, Arzobispo de Cebú, Filipinas, quién ha permanecido al lado de las víctimas del tifón Haiyan, pero se pidió por las víctimas y damnificados, se les envió una carta a nombre de todos los participantes, además de lo recolectado entre la concurrencia.
El evento concluyó con una Solemne Celebración Eucarística por la evangelización de los pueblos presidida por el Cardenal Marc Ouellet, en donde a manera de despedida señaló <<que este Encuentro Continental representa para todos los participantes “uno de los grandes beneficios del Año de la Fe, que Su Santidad Benedicto XVI convocó y Nuestro Santo Padre Francisco llevará a término, al igual que la Encíclica Lumen Fidei, que ambos escribieron”.
Mencionó que en este Año de la Fe se confirmó la próxima canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, “que fueron signos extraordinarios de esperanza para todo el planeta”. Añadió: “todos estos acontecimientos nos invitan a confiar en el Espíritu Santo, que seguirán sorprendiéndonos y que quiere ahora renovar a toda la Iglesia y, especialmente, a la familia”.
Pidió orar por el próximo Sínodo sobre la familia, que –en sus palabras– deberá afrontar nuevos desafíos. Agradeció nuevamente a Dios “por darnos un Pastor que lleva a cabo, de forma concreta, la Nueva Evangelización”, y exclamó: “Que el Espíritu de la Misión Continental despliegue ampliamente sus dones a todas las naciones. ¡Que toda América sea atravesada por un gran soplo misionero!”>>.[2]
Concluyó con la exclamación “¡Viva Cristo Rey y Nuestra Señora de Guadalupe!” seguida por el ¡Viva! De toda la concurrencia.
Notas:
[1] Versado en la cultura y lengua náhuatl. Diccionario de la RAE
[2] Reportaje de Francisco Luna Macías en SIAME, 19 de noviembre de 2013
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