domingo, 20 de febrero de 2022

1822, SE ESTABLECE EL CONGRESO DEL IMPERIO MEXICANO

 


La convocatoria para la elección de diputados al Congreso Mexicano


<<La incertidumbre que por un tiempo prevaleció respecto al estado de las provincias centroamericanas complicó los problemas involucrados en la convocatoria para el congreso mexicano. A pesar de la opinión expresada por Iturbide, quien deseaba diputados que representarán a las clases y a los grupos sociales, tanto la junta como la regencia acordaron finalmente un plan para las elecciones del Congreso Mexicano que principalmente estaba basado en los lineamientos de la constitución española. El 17 de noviembre de 1821 la junta expidió un decreto que establecía que electores escogidos por los cabildos deberían reunirse el 28 de enero siguiente en la capital de cada provincia con el objeto de elegir diputados para una legislatura bicameral que elaboraría una constitución para el imperio. El decreto especificaba además que las intendencias y demás distritos elegirían para dicha asamblea 162 diputados y 29 sustitutos. Mencionaba 21 provincias como las divisiones territoriales de México.

Las directrices elaboradas por la junta para las elecciones de diputados establecían que estos estarían facultados para legislar sobre materias que afectaran el bienestar general. Deberían además organizar el gobierno de México de acuerdo con las bases establecidas en el Plan de Iguala y el Tratado de Córdoba. En particular, deberían establecer la completa separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y judicial, de manera que estas funciones no pudieran ser ejercidas por el mismo individuo. Obviamente había un deseo prevaleciente entre los miembros de la junta de evitar la concentración de poder gubernamental en las manos de una sola persona. Que haya sido o no ésta la razón que movió a Iturbide a oponerse a las medidas electorales, no es seguro, pero está claro que él no estaba satisfecho con ellas. En sus escritos autobiográficos escribió más tarde acerca de los arreglos electorales:

“El primer deber de la Junta, después de quedar establecida era convocar a elecciones para un Congreso que elaborara una constitución para la Monarquía. La junta se llevó más tiempo del justificado para realizar esta tarea. Se cometieron graves errores al hacer la convocatoria. Esta era muy defectuosa, pero con todas sus fallas fue aprobada. Ya no podía hacer otra cosa que darme cuenta de los males y lamentarlos. No tomaba en consideración a la población de las provincias, de tal manera que, por ejemplo, concedía un diputado a provincia de cien mil habitantes y cuatro diputados a otra que tenía tan solo la mitad de dicho número de habitantes. Tampoco consideró la Junta que la representación en el Congreso debería ir en proporción a la inteligencia de las respectivas poblaciones; que de cada 100 ciudadanos educados, podrían seleccionarse muy bien 3 ó 4 personas que poseyeran las cualidades requeridas para ser buen diputado y que de entre 1000 ciudadanos que carecían de educación y fueran ignorantes de los principios políticos, escasamente podría encontrarse a una persona con suficiente habilidad natural para saber que sería conducente para el bienestar público…”.

Aparte del populacho que era en parte excluido de las opiniones políticas, durante los primeros meses de 1822 tres facciones que pudieran denominarse partidos comenzaron a surgir en México. Algunos a los que tal vez pudiera llamárseles “republicanos” favorecían más o menos veladamente el establecimiento de una forma de gobierno parecida a la de los Estados Unidos. Otra facción estaba formada por los “borbonistas” o “realistas”; éstos deseaban ver que alguna manera de relación entre México y la Madre Patria fuera conservada. Algunos otros deseaban que dicho lazo se mantuviera de acuerdo con el Plan de Iguala; mientras que otros, especialmente después de que España rechazó el Tratado de Córdoba, llegaron inclusiva a contemplar con beneplácito que el país retornara a su anterior estado colonial. Algunas veces estos realistas fuero llamados “serviles”. Se afiliaron a veces a los “borbonistas”, pero rompieron con éstos en abril de 1822. Se trataba de los clérigos y militares adeptos al Primer Jefe a quienes alguna vez se les denominó “iturbidistas”, muchos de los cuales eventualmente se volvieron monarquistas. Después de la llegada de O´Donojú, los individuos que habían llegado a afiliarse a los masones del rito escocés estuvieron cada vez más activos.

Los periódicos recientemente fundados diseminaron las doctrinas políticas extranjeras. Entre las logias masónicas fundadas en ese tiempo estaba una llamada El Sol, la cual a la larga patrocinó un periódico que ostentaba el mismo nombre. Su fundador fue un médico que había llegado a México con O´Donojú. En el primer número de este periódico, fechado el 5 de diciembre de 1821, los editores declararon que su propósito se explicaba en el nombre del rotativo y añadieron la siguiente exhortación: “Mexicanos: ¡Vosotros sabéis bien que es el momento de elegir entre la ignorancia y el saber, entre la oscuridad y la luz y entre la tiranía y la libertad!” Algunos días después el Semanario Político y Literario de México público traducciones al español de la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776, de los Artículos de Confederación y de la Constitución de los Estados Unidos. El 23 de enero de 1822, el mismo Semanario justificó la publicación de esta Constitución explicando que muchos mexicanos deseaban leer la gran carta que había asegurado la felicidad de su vecino. No cabe duda de que los mexicanos de la clase alta estaban siendo afectados por la levadura de la filosofía política estadunidense. >>[1]


La institución del Soberano Congreso Constituyente


<<El 24 de febrero de 1822 al menos 100 miembros del “Soberano Congreso Constituyente” de México se dirigieron ceremoniosamente a la Catedral metropolitana, acompañados por miembros de la junta y la regencia. Ahí, colocando su mano derecha sobre las Sagradas Escrituras, cada diputado juró solemnemente proteger la religión católica romana, apoyar la independencia de la nación mexicana, elaborar su Constitución de acuerdo con las bases asentadas en el Plan de Iguala y el Tratado de Córdoba y mantener separados los tres poderes del gobierno. Hasta este momento dijo Stephen Austin, Iturbide había actuado “como el libertador de la Nación, como tenía que haber actuado el Héroe de Iguala”. La instalación del congreso fue en realidad el preludio de las diferencias entre éste y el Poder Ejecutivo, similares a aquéllas que habían hostigado a anteriores gobiernos insurgentes en México.


La junta y la regencia escoltaron a los diputados hasta el antiguo templo jesuita de San Pedro y San Pablo, donde se había escogido un salón para instalar la cámara legislativa. El Congreso pronto eligió a su presidente y a dos secretarios. De acuerdo con José María Bocanegra, diputado por Zacatecas, cuando el presidente de la regencia entró al salón, tomó el asiento más prominente. Esto provocó una protesta a la que Iturbide replicó diciendo que a él se le había asignado el lugar más alto en las sesiones de la junta. Después de cambiarse a un lugar situado a la izquierda del presidente del Congreso, Iturbide, quien rara vez perdía la oportunidad de expresar sus opiniones, pronuncio un discurso en el que felicitaba al pueblo mexicano por entrar en posesión de sus derechos. Declaró que esta gloria era uno de los motivos que lo habían inducido a él a formar el plan de Independencia. Manifestó satisfacción al observar a los diputados instalados en donde podrían elaborar buenas leyes sin enemigos en casa o en el extranjero. Les advirtió, sin embargo, que fuerzas extranjeras observaban celosamente sus procederes. Manifestó la esperanza de que el Congreso estableciera los límites que la justicia y la razón prescribían para la libertad, de manera que no pudiera ser forzada a sucumbir ante el despotismo ni a degenerar en libertinaje. Así, Iturbide pronto presintió una situación que con frecuencia ha confrontado a los magistrados latinoamericanos. […]

El primer decreto expedido por el Congreso declaró que la soberanía de la nación mexicana residía en los diputados[2], que la religión católica era la religión del Estado con exclusión de cualquier otro credo, que el gobierno sería una monarquía constitucional moderada denominada Imperio mexicano y que se invitaba al trono imperial a las personas designadas en el Tratado de Córdoba. El Congreso declaró además que los Ejecutivo, Legislativo y judicial no debían de permanecer unidos y que él poseía la autoridad legislativa total. Por lo pronto delegaba el Poder Ejecutivo de la nación en la regencia, en tanto que la autoridad judicial sería ejercida por los tribunales existentes y por otros que para tal efecto podrían crearse podrían crearse. Más aún los diputados formularon un juramento de fidelidad al nuevo régimen que deberían prestar los miembros de la regencia. Entre otras estipulaciones, el juramento establecía que los regentes debían reconocer que la soberanía de la nación mexicana estaba depositada en los diputados. Así, tan pronto como el 24 de febrero de 1822, el Congreso de México lanzó en guante en reto al magistrado en jefe.


Ese mismo día el Congreso expidió un decreto que establecía la forma en que éste debería recibir a la regencia. Un día después, Iturbide envió una carta a José Odoardo miembro de la Audiencia de México, quien había sido escogido como Presidente del Congreso para preguntarle sobre su asiento en dicha asamblea. Proponía que ésta le concediera como favor especial un lugar superior a los asientos ocupados por los diputados. Expresaba la opinión de que dicha prorrogativa constituiría un justo reconocimiento a los peligros y privaciones que él había sufrido durante la transformación de México de una colonia esclavizada a un imperio. Los secretarios del Congreso replicaron que este asunto sobre la etiqueta en la Corte había sido considerado con antelación a la recepción de su carta. Explicaron que aunque Iturbide había librado a los mexicanos de la dominación española y era el primer ciudadano del imperio, la legislatura no podía darle el asiento más alto. Al mismo tiempo los secretarios informaron a Iturbide que el Congreso le había asignado, como libertador del país, el asiento de más honor, después del que pertenecía a Odoardo. Estipularon, sin embargo, que su escolta personal no debía entrar al salón del Congreso y que mientras estuviera presente en las sesiones no debería Iturbide desenvainar su espada.

La legislatura anunció el 25 de febrero que la junta había cesado en sus funciones. Al día siguiente expidió un decreto disponiendo que todos los funcionarios públicos deberían rendir el mismo juramento de obediencia al Congreso que había sido hecho por los miembros de la regencia. Más aún, estipuló que el Poder Ejecutivo debía publicar los decretos del Congreso precedidos de este preámbulo: “La Regencia del Imperio autorizada para gobernar temporalmente en ausencia de un emperador, hace saber que Soberano Congreso Constituyente ha decretado lo siguiente:...” El 1° de marzo el Congreso declaró que el 24 de febrero, el 2 de marzo, el 16 de septiembre y el 27 de septiembre serían días de fiesta nacional y que deberían ser celebrados con misas y salvas de artillería. Diez días después tomó medidas tentativas para reformar la administración financiera requiriendo a los funcionarios fiscales locales que presentarán regularmente informes al Secretario de Hacienda. También les prohibió realizar determinados gastos del erario público, sin la autorización de este último. El mismo día se ordenó a los intendentes rendir informes acerca de las entradas y salidas de dinero en sus distritos respectivos. Iturbide estaba considerando una reorganización mayor, ya que una carta que escribió al intendente de la provincia de Puebla mencionó la necesidad de tomar decisiones acerca de la fuerza del ejército, la creación de una marina y la elaboración de una constitución.

La legislatura mexicana pronto adoptó ciertas medidas curativas. El 16 de marzo de 1822 expidió un decreto que tenía por objeto frenar el cobro de los empréstitos forzados como estipular que los montos involucrados en ellos deberían ser usados para sostén del ejército. Prontamente después Iturbide informo al Secretario de Hacienda que a pesar de que las comunidades religiosas habían suscrito 280 000 pesos para el empréstito y de que los cabildos eclesiásticos habían suscrito una enorme suma, tenía temor de que la suma total del préstamo no estaría disponible. De hecho se había recibido un informe del obispado de Sonora notificando que no podía suscribir ni un solo real. Esto sucedió en el momento en que la transportación de los oficiales de las desbandadas tropas realistas desde Veracruz a la Habana había causado un gasto adicional al tesoro imperial.>>[3]

Stephen Austin, quien había llegado a la Ciudad de México a importunar al gobierno con la solicitud de una dotación de tierras, registró que la capital se encontraba en una condición de agitación, el espíritu partidista estaba creciendo y la opinión pública vacilaba respecto a la forma de gobierno que debería adoptarse.

Las relaciones entre el gobierno imperial y la santa Sede no estaban todavía establecidas y existía la controversia sobre el Patronato Real. Más aún, un decreto del 4 de mayo de 1822 mostró la intención de la legislatura de obtener el control de la autoridad político-eclesiástica.

<<Mientras tanto el general realista Dávila en Veracruz, había estado abrigando esperanzas de que Iturbide no estuviera todavía perdido para la causa por la que arduamente había luchado. El 23 de marzo el español le envió una carta significativa. Después de hacer un repaso por la lucha de la independencia, Dávila argüía que ésta no podía tener éxito en México. Hasta se aventuró a proponer que para evitar las desgracias que esperaban al país, los que habían cambiado de bando deberían de unirse nuevamente a los realistas.

Frases particulares de la carta despertaron en Iturbide serias dudas respecto de la lealtad hacia el nuevo régimen de ciertos miembros de la regencia y también de algunos diputados. En una sesión del Congreso, donde él ocupaba un lugar cerca de su presidente, abiertamente aprovechó la ocasión para afirmar que de acuerdo con documentos que tenía en su posesión, había traidores en ese salón. Según Alamán uno de los diputados se metió esta acusación a la boca, entre sus dientes. Cuando el Congreso examinó la carta de Dávila que parece haber sido la prueba que aportó para la acusación, no encontró nada que confirmara las sospechas de Iturbide. De hecho, ciertos diputados sintieron que al cartearse con un enemigo del Estado, la cabeza de la regencia había actuado traidoramente. Para adaptar el relato de un diputado sobre la escena resultante, José Odoardo Presidente del Congreso, exclamó con respecto a la acusación de Iturbide: “¡César ha cruzado el Rubicón!” Esta frase, enérgicamente pronunciada, dijo Alamán, causó una profunda impresión, “aunque la mayor parte de los diputados no sabían qué cosa era el Rubicón, ni porque lo había cruzado César” [4].

Esta ocurrencia llevó al clímax la excitación. Justo después de la dramática escena, el Héroe de Iguala replicó a la invitación de Dávila de unirse nuevamente a los realistas con elocuentes palabras que no dejaron dudas respecto a su actitud:

¿Qué interés, que recompensa podría persuadirme para cometer tan afrentosa infamia?... ¡Permitid al imperio Mexicano ser feliz e independiente, con eso yo seré recompensado! Con esta gloria y otro nicho distinto al que vos deseáis, no ambicionaré el distinguido lugar que ante la ciudad vos me ofrecéis en nombre del rey español. Nada que dicho rey y la nación española pueda darme podrían, en mi opinión, igualar el precio de la absoluta independencia de mi país. Absoluta independencia es lo que yo proclamé y eso es lo que tengo que sostener, las medidas conciliatorias que vos proponéis… no podrían ser en sustancia nada más que la anterior dependencia onerosa de México con respecto de España que duró tres siglos…

Para dar a conocer al público sus opiniones, Iturbide insistió en que su correspondencia con Dávila fuera impresa en la gaceta oficial. Obviamente la actitud intransigente que él asumió así públicamente frente a la reconciliación con España, no disminuyó La grieta que ya se había hecho visible entre los monarquistas borbónicos y los iturbidistas. Otro signo de disidencia se mostró en el Congreso la noche del 11 de abril de 1822 cuando se hicieron cambios en el personal de la regencia: El diputado Bocanegra afirmó que esta medida era una victoria de la facción borbónica.>>[5]

Jorge Pérez Uribe


Notas:
[1] Spence Robertson William, Iturbide de México, México, FCE, 2012, págs. 236 - 239
[2] Si anteriormente era el rey el que se atribuía la soberanía, ahora era el Congreso el que caía en tal aberración y excediéndose en sus facultades delegaba el Poder Ejecutivo de la nación en la Regencia; era ya el Congreso el “Supremo Poder de la Nación” .
[3] Spence, op. cit. págs. 240 – 24
[4] La expresión “Cruzar el Rubicón” se refiere a encontrarse en una situación complicada de la que no se puede volver atrás, solo seguir adelante. Se la asocia con la decisión de seguir adelante a pesar de los posibles riesgos de esa decisión. La decisión que tomó Julio César e inspiró esta frase fue desobedecer la prohibición de cruzar el río armado, que era frontera entre Roma y la Galia.
[5] Spence, op. cit. págs. 245 – 246

domingo, 13 de febrero de 2022

PSICOPATOLOGÍA DEL PRESIDENTE LÓPEZ OBRADOR







Por Denise Meade Gaudry*

Esto lo escribí hace más de 2 años y como la psicopatología no desaparece sino que puede incrementar sus síntomas, sigue vigente.

Voy a tratar de explicar la diferencia entre la insania y la salud mental de forma fácil y sin tecnicismos, para lograr entender lo que hoy observamos en el presidente de México.

A través de la historia de la psicología y de la psiquiatría, se han llevado a cabo diversas clasificaciones de la conducta que se considera normal o anormal. Existen dos manuales diagnósticos, que han sido actualizados con los años y que nos marcan a los profesionales de la salud mental, cuáles son las enfermedades mentales y los criterios para su diagnóstico: DSM y CIE.

La normalidad de una conducta no significa que sea lo más adecuado o lo más sano, sino que corresponde a lo que se encuentra dentro de la norma de esa sociedad, es decir, las conductas que realizan la mayoría de ese grupo de personas. Por tanto, la salud mental es contextual. Por lo que, cuando una persona se conduce fuera de esa normalidad, se le considera anormal o que padece una enfermedad mental.

Los trastornos mentales son justamente eso, las clasificaciones que se han hecho de esas conductas fuera de la norma.

Cuando escuchamos la palabra “loco” o enfermo mental, nos imaginamos a un personaje con lenguaje o conductas que pareciera no ser compatible con nuestra realidad, ¿no? Sin embargo, no siempre es así. Las enfermedades mentales se clasifican en dos: Las de tipos neurótico y las de tipo psicótico. Estas últimas efectivamente, afectan a la persona de tal manera que pierde el contacto con la realidad y lo incapacita mentalmente. Nos referimos, por ejemplo, a una persona que sufre esquizofrenia, delirios, alucinaciones, etc.

Lo que vemos como conducta o lenguaje nos indica claramente que padece una condición mental anormal o enfermedad mental. En estos casos, se trata de un desbalance en la química del cerebro y es muy evidente.

Sin embargo, las enfermedades mentales de tipo neurótico son más difíciles de identificar o de diagnosticar a simple vista, ya que la persona no pierde el contacto con la realidad y pueden continuar funcionando en su contexto, de forma aparentemente normal. Pero, presenta disfuncionalidad en su actuar cotidiano, así como lenguaje “chistoso” o errático. Ideas extrañas o extremas. Irritabilidad, solo por dar un ejemplo, pues dependerá del tipo de trastorno que presente.

Cada uno de estos trastornos tiene sus propias características y, por tanto, sus criterios para poder ser diagnosticados.

Todos, sin excepción, tenemos *RASGOS* de los denominados trastornos mentales. ¡Así es! Se refiere a las posibilidades de ser o de actuar de las personas.

Por ejemplo, si una persona tiene pensamientos de que necesita limpiar y no puede salir de su casa sin hacerlo o de mantener todo en orden, esto corresponde a que esa persona podría tener *RASGOS* del trastorno obsesivo compulsivo, sin ser una actividad que la incapacite funcionalmente.

Cuando esas ideas obsesivas y conductas compulsivas se exacerban y no le permiten funcionar adecuadamente, le causan un dolor emocional a el/ella o a las personas que la rodean, entonces sí podríamos estar hablando de un *TRASTORNO MENTAL DE PERSONALIDAD*. Esa es la diferencia entre la conducta normal y la anormal (psicopatológica).

Aún con un trastorno, esa persona sigue conviviendo socialmente y de involucrarse en la vida cotidiana y social, y en la de muchos de los casos, ignora que lo padece, aunque los demás, notan algo “raro” o se les complica convivir con él/ella.

Por lo anterior, podemos entender que la mayoría de las personas que sufren serios trastornos de personalidad, se encuentran entre nosotros y no sabemos el porqué de su actuar. Simplemente deducimos que es algo “raro” o nos percatamos que es una persona o se hace mucho daño o que le hace daño a los demás.

Su lenguaje o su actuar nos parece “extraño”, pero no consideramos que “sea para tanto” como para considerarle enfermo mental, pero puede que sí lo sea, y uno peligroso para los demás o para sí mismo. Además, una persona puede padecer la combinación de varios trastornos, no solo uno particularmente.

*Particularmente en el caso de López*, en su conducta y en su lenguaje se observa:

Una clara *falta de empatía* por el daño que causa, no se responsabiliza de sus actos, culpa a los que lastima y se victimiza; además, se considera superior a los que llama sus “adversarios” y considera que él está por encima de la ley; también, sufre de delirios de grandeza y miente descaradamente sin ningún reparo ni remordimiento, aunado una clara falta de control de impulsos en su lenguaje y en su conducta.

Para él todo es blanco o negro, es decir, o estás con él o en su contra, reflejo de la inestabilidad emocional y de su inseguridad. Sus reacciones denotan ira inapropiada, intensa o incontrolable;

*Trastorno narcisista de la personalidad*


Significa que tiene un sentido grandioso de su propia importancia y lo absorben fantasías de éxito ilimitado; se considera especial y único: sólo puede ser comprendido por, y sólo debería asociarse con otras personas especiales o de alto estatus personal o institucional; requiere excesiva admiración (es un síntoma que denota una baja autoestima y una gran preocupación por cómo lo ven los demás); tiene un sentido exagerado y no equitativo de sus propios derechos.

Intenta recibir halagos constantemente, desplegando un gran encanto. Espera un trato especial y se irrita con los que protestan.

Organiza actos de reconocimiento a sus “éxitos” (tren maya y otros eventos).

Es orgulloso y envidioso.

Espera una gran dedicación de los demás y puede hacerles trabajar en exceso sin tener en cuenta el impacto que esto pueda tener en sus vidas.

Asimismo, piensa que se le debe todo y es muy pretencioso, con irrazonables expectativas de un trato especialmente favorable o de una aceptación automática de sus deseos. Es reacio a reconocer o identificar las necesidades y sentimientos de los demás y frecuentemente es envidioso de los demás o cree que los demás le tienen envidia, mostrando actitudes y comportamientos arrogantes, altivos o prepotentes.

*Trastorno paranoide de la personalidad*


Sospecha, sin base suficiente, de que los demás se van a aprovechar de él, le quieren hacer daño o lo quieren engañar.

En las observaciones o los hechos más inocentes, vislumbra significados ocultos que son degradantes o amenazadores; alberga rencores durante mucho tiempo (Calderón), por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o desprecios; percibe ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar.

Es reivindicador nato, pues él decide quiénes son los buenos y quiénes los malos, sin medir las consecuencias ni la oportunidad. Suele ser “provocado” por los adversarios y no dudan en acusar sin pruebas, incluso a sus propios correligionarios.

Es rencoroso e incapaz de tolerar las críticas, un señalamiento o una observación.

Tolera muy mal un ataque o una crítica.

Siempre hay enemigos que combatir: Los fifís, los corruptos, la prensa fifís, los empresarios, etc.

*Trastorno histriónico de la personalidad*


Necesita ser el centro de atención en el escenario de su vida y reclama un auditorio o espectadores como estímulo para su accionar diario. Necesita llamar la atención, brillar, ser considerado por todos, aún por los adversarios. Tolera muy mal un ataque, una crítica, igual que el paranoico.

Practica el gatopardismo (acomoda el discurso a la audiencia) –cambiar un poco para no cambiar nada-, y la simulación camaleónica, aunque no pierde su hábito de pavo real.

Es vivaz, seductor y dramático en sus presentaciones.

Adopta posturas demagógicas y permisivas para que lo crean tolerante, compasivo y bueno.

Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro de atención y tiene un estilo de hablar que se basa excesivamente en las impresiones o generalizaciones, pero que carece de detalles.

*Trastorno antisocial de la personalidad*


Lo característico es el desprecio y violación a las leyes y a los derechos de los demás, o de las principales normas o reglas sociales. Utiliza el engaño y manipulación como recursos más frecuentes para obtener sus deseos.

Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer personal.

Impulsividad o fracaso para planear con antelación.

Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas (historia de López en su juventud y como oposición).

Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.

Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido o maltratado a alguien. Siempre justifica y culpa a los que lastima. La víctima siempre va a ser él.

Estas solo son algunas de las características de personalidad que le hemos visto en público al presidente, sin embargo, no sabemos cómo se comporta en la vida privada para que pudiéramos aumentar o confirmar el cuadro de patologías.

La información que nos brinda todos los días, es suficiente para determinar y observar claras señales de que padece de la combinación de varios trastornos mentales, como: trastorno de personalidad narcisista, paranoide, antisocial y límite, acompañados de megalomanía, baja autoestima y un profundo resentimiento social.

Tristemente para los mexicanos, como su nombre lo indica, “son personalidad”, lo que significa que no se quita. Al contrario, pueden aumentar los síntomas y acentuarse. Es por lo que día a día nos sorprendemos de las que hoy llamamos coloquialmente “ocurrencias” o “locuras”, pero no lo son, es el reflejo de su insania mental.


*La Dra. Denise Y. Meade Gaudry cuenta con Doctorado (P.D.) en Psicología clínica por la Universidad de las Américas, A. C. y es doctora en psicoterapia; maestra en psicoterapia, perito en psicología forense, especialista en violencia familiar y de género, en abuso sexual infantil y en reprocesamiento de trauma.

Actualmente realiza el Doctorado en Neurociencias y psicopatología forense, del Instituto Nacional de Ciencias Penales y el Instituto de Neurología.

sábado, 5 de febrero de 2022

UN NACIENTE IMPERIO: TOTALMENTE QUEBRADO Y SIN RECONOCIMIENTO

 



Un país totalmente quebrado por 11 años de guerra intestina


<<Debido a la depauperada condición de la tesorería virreinal, surgieron serios problemas respecto al financiamiento del imperio. A principios de octubre (1821), la junta aprobó la reducción de la alcabala, tal como lo había anunciado Iturbide en Querétaro. Una comisión especial de la Tesorería recomendó que se pagara de inmediato a los mercaderes de Manila el valor de su convoy de especias que había sido capturado por los soldados de Iturbide, hipotecando al efecto ciertos fondos debidos al gobierno por parte de cuatro catedrales. El 22 de noviembre la junta decretó que, en espera de la elección de un emperador o de la acción del congreso, las monedas acuñadas en México deberían de llevar la misma imagen e inscripción que en 1820. Alrededor de tres semanas después, la junta aprobó una lista de los derechos con que serían gravadas las importaciones y exportaciones realizadas a través de los puertos marítimos de México. A fines de 1821, Iturbide circuló una proclama solicitando suscripciones voluntarias con objeto de vestir la desnudez de los soldados. Para aliviar los apuros financieros, a principios del año siguiente la junta autorizó a Iturbide para que consiguiera un préstamo de 1,500,000 pesos.

El 4 de enero, Iturbide presentó un informe a ese cuerpo quejándose de que sus peticiones derivadas de las presionantes necesidades financiera del ejército, que en ese tiempo, incluyendo a la guardia nacional sumaban alrededor de 68,000 hombres, habían sido ignoradas. Era imposible, argüía, conservar la disciplina entre soldados que no estaban alimentados. Como las condiciones de la Tesorería no mejoraban, el 1° de febrero la regencia presentó otro informe a la junta que enfatizaba la urgente necesidad de fondos para el sostenimiento del ejército. De hecho los ingresos y egresos del gobierno se equilibraban solo porque grandes sumas eran transferidas a la Tesorería desde el Consulado de la Ciudad de México, desde la Casa de Moneda y de los fondos que habían sido donados con propósitos píos. En resumidas cuentas, la historia financiera de este período fue en gran parte formada por una serie de intentos del gobierno de pasarla como se pudiera, mediante la adopción de un recurso tras otro.

Iturbide se sintió impulsado a hacer una nueva petición a la Iglesia. El 9 de enero de 1822 pidió a la catedral de Guadalajara que le suministrara 400,000 pesos en el término de seis meses. En un estilo similar, un préstamo de 150,000 fue solicitado del obispo de Durango. Al obispo de Oaxaca se le pidió la contribución de 200,000. No puede presumirse, sin embargo que haya podido disponerse de inmediato de estos préstamos forzados. La orden de San Agustín de la diócesis de Michoacán respondió a Iturbide a través de su provincia que, aunque la orden no tenía dinero para pagar la contribución, le daría al gobierno cualquiera de sus haciendas para que por el uso de sus productos pudiera obtenerse la exacción requerida. Debido a la falta de fondos para afrontar sus gastos corrientes, la Academia de San Carlos tuvo que cerrar sus puertas.
 
Los gastos hechos por la casa imperial tornaron más aguda la crisis financiera. De acuerdo con un memorándum de francisco de Paula Tamariz, interventor del ejército, del 8 de octubre de 1821 al 20 de marzo de 1822, el Primer Jefe recibió del tesoro público la suma de 77 884 pesos a cuenta de su salario. Entre los datos concernientes a las limosnas un recibo encontrado entre los papeles de Iturbide demuestra que el generalísimo recibió del mayordomo imperial 200 pesos para ser distribuidos durante el mes de enero de 1822 entre los pobres de su ciudad natal. Aunque además de pagarle a Iturbide un salario y afrontar sus gastos incidentales, el gobierno pago los gastos de la casa imperial y a pesar de que algunos de los fondos pudieran haberse usado torpemente, no se han encontrado pruebas de que Iturbide haya forrado su bolsa privada con fondos escamoteados al tesoro público.>>[1]

La acuñación de moneda




Moneda de 8 reales México 1821

Por lo que hace a la acuñación de moneda, durante los años 1821 y 1822 se siguió acuñando moneda a nombre de Fernando VII en las distintas Casas de Moneda del Virreinato de Nueva España, ya que jurídicamente y de acuerdo con el Pacto de Iguala y con los Tratados de Córdoba, el monarca español o alguno de los miembros de su dinastía seguiría siendo el soberano, y hasta su aceptación y coronación un Consejo de Regencia ejercería el poder ejecutivo, a nombre del Imperio Mexicano.


Desde el principio abundaron los envidiosos e inconformes


Carlos María de Bustamante

A los críticos de Iturbide hay que investigarlos a fondo para conocer cuál es su calaña. Tal es el caso del abogado oaxaqueño Carlos María de Bustamante que en 1808 era un fervoroso súbdito de Fernando VII y de la monarquía católica y que promovió que se elaboraran medallas con la efigie del rey. Calificó de “horrorosa” la rebelión de Miguel Hidalgo. En 1812 cambiaría al bando insurgente, cuando participó en los primeros comicios populares de la Ciudad de México, auspiciados por la Constitución de Cádiz y fue perseguido por ello por el virrey Francisco Xavier Venegas. En 1813, el virrey Félix María Calleja tuvo la idea de reunir la mayor cantidad de documentos posibles sobre las insubordinaciones en la Nueva España para escribir una historia sobre ello en lo futuro, encomendándole a su secretario Patricio Humana, elaborara copias de todos los documentos capturados a los rebeldes para mandar a España. Por azahares del destino esa documentación cayó en manos de Bustamante; quien así se convirtió en el gran historiador, pero que a imitación del escritor contemporáneo Francisco Martin Moreno, agregó mucho de su fantasía personal para inventar episodios románticos y de gran heroicidad como el del “Pípila” o el del “niño artillero de Cuautla”.

Su odio hacia Iturbide nació cuando éste, a escasos dos meses de la entrada del Ejército Trigarante, le reclamó una anécdota que puso en su <<Cuadro histórico de la revolución mexicana”, según la cual “el realista Agustín de Iturbide recibió un ejemplar de la Historia del padre Mier y quedó tan impresionado con lo que leyó que decidió pelear a favor de la independencia. Por supuesto, Iturbide reconvino al historiador: “Usted dice en la primera carta de su Cuadro, que yo con la lectura de la obra del Padre Mier me arrepentí de haber perseguido a los insurgentes; yo jamás puedo arrepentirme de haber obrado bien y dado caza a pícaros ladrones; los mismo sentimientos que tuve entonces tengo ahora: vaya y retráctese de cuanto ha escrito en esta parte”.>>[2]

Bustamante nunca se retractó, pero a fines de 1822, la serie de Documentos, La Abispa y el "Cuadro histórico" dejaron de publicarse y reiniciaron un mes después de la abdicación de Iturbide. Para entonces el Bustamante partidario de la monarquía española, ya era republicano y admirador de los Estados Unidos y un activo miembro de la masonería del Rito de York.

Otro importante opositor fue Francisco Lagranda, que en diciembre 1821 publicó un panfleto intitulado “Consejo prudente sobre una de las garantías”, el cual argüía en contra de la doctrina de unión de los mexicanos, incitando a los españoles para que depusieran sus propiedades y salieran de México. Ante ello el 11 de diciembre de 1821, varios oficiales del Ejército de la Tres Garantías, enviaron una fuerte protesta a Iturbide, urgiéndole que suprimiera el citado panfleto y que castigará a aquello autores que abusaran de la libertad de prensa. Lagranda fue condenado a 6 años de prisión.

<<A principios de 1822, la oposición a las políticas gubernamentales había llegado a ser tan pronunciada que el secretario Domínguez autorizó una investigación. En un informe a Iturbide afirmaba que se estaba preparando un complot en la capital contra el régimen existente y que, en caso de que las quejas de los conspiradores no fueran bien recibidas, el magistrado en jefe sería aprehendido por la fuerza armada. Se lanzaría entonces un manifiesto para justificar este acto arbitrario, Se enviarían emisarios a los distritos exteriores para ganar adeptos. Se distribuirían carteles vituperando las virtudes del comandante en jefe, censurando su conducta y ridiculizando las actividades de la junta. Entre los personajes importantes supuestamente implicados en la conspiración estaban los generales Miguel Barragán, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria. Bravo se encontraba entre 27 personas arrestadas en noviembre de 1821, sospechosas de deslealtad. >>[3]. La reforzada Masonería Escocesa, refundada y dirigida por Manuel Codorníu, médico de Juan O´Donojú dejaba ya sentir su mano.

<<Que Iturbide estaba ansioso por mantener contacto con mexicano inteligentes respecto a problemas políticos de importancia, fue demostrado por un cuestionario que el mismo hizo distribuir a principios de 1822 entre líderes de varios distritos de importancia, fue demostrado por un cuestionario que el mismo hizo distribuir a principios de 1822 entre líderes de varios distritos acerca de la forma de gobierno que era más deseada. Documentos inéditos coleccionados por el erudito mexicano Genaro García prueban que la opinión en favor de invitar a un príncipe extranjero para ocupar el trono mexicano no tenía fuerza, que algunas personas deseaban un sistema republicano y que había un considerable sentimiento en favor de una monarquía limitada. Antonio de Santa Anna escribió desde la ciudad de Veracruz el 15 de abril de 1822, que la parte inteligente de la población favorecía “una forma de gobierno constitucional y monárquica”, que la facción republicana tenía pocos partidarios y que sus adeptos eran “débiles, volubles o superficiales”. No faltan partidarios juiciosos” continuaba, que favorecen la república, “ya sea porque no desean ver a un monarca español o extranjero ocupando el trono del imperio, de quien ellos estarían celosos, o porque no desean arriesgar que haya desavenencias internas en el caso de que el congreso invite a un mexicano a ocupar el trono”.>>[4]

Los desacuerdos con España


<<La política internacional tuvo influencia sobre la política del gobierno mexicano. Aunque Iturbide había escrito a Juan Gómez de Navarrete para informarle del Tratado de Córdoba, parece que él dejó a los diputados mexicanos en las Cortes españolas en libertad de actuar como juzgaran conveniente. Como señaló más tarde, fue extraño que no se enviaran comisionados a Madrid a negociar un arreglo con la Madre Patria como se había estipulado en el Tratado de Córdoba. Al enterarse de ese tratado, el Consejo Español de Estado opinó que España no debería consentir con el desmembramiento de sus dominios transatlánticos. Como una réplica a los alegatos de que el general O´Donojú tenía autoridad para firmar el discutible tratado, una junta del Ministerio de las Colonias decidió enviar una circular a todas las autoridades militares, civiles y eclesiásticas de la América española para notificarles que en lugar de haber autorizado a O´Donojú “para celebrar este tratado o para negociar cualquier transacción que tuviera como base la independencia, Su Majestad estaba ocupado en tomar las medidas requeridas por la condición de las colonias”.>>[5]

Recordemos que las noticias tardaban 2 meses o más en viajar por mar, por lo que ignorantes en España de la muerte de O´Donojú, el 7 de diciembre de 1821, el ministro de las Colonias Ramón Pelegrín envió una circular a las autoridades militares, civiles y eclesiásticas de las Indias Españolas, notificándoles que su gobierno “no había otorgado a O´Donojú ni a ninguna otra persona la autoridad para negociar convenios que reconocieran la independencia de ninguna provincia transatlántica”. El Consejo de Estado decidió que el capitán general fuera destituido de inmediato y notificó a las naciones extranjeras que O´Donojú había actuado sin autorización de su gobierno.

<<Más aún, aparentemente todavía ignorante de la muerte de O´Donojú, el 21 de diciembre de 1821, el mismo consejo nombró al mariscal Juan Moscoso para reemplazarlo como magistrado en jefe de México. En vía de réplica las críticas de la actitud del gobierno hacia la revolución en México, en febrero de 1822 el ministro de las Colonias declaró a las Cortes que el mundo no se había percatado de que las deplorables condiciones existentes en España habían afectado seriamente su política colonial.

A instancias del Consejo de Estado, Pelegrín envió un despacho al embajador español en parís para informarle que en vista de que podrían surgir dudas respecto a las directrices dadas a O´Donojú, él deseaba dar a conocer que dicho oficial no había recibido ningunas instrucciones que fueran inconsistentes con los principios constitucionales españoles. Después de un animado debate, el 13 de febrero de 1822 las cortes aprobaron un decreto que establecía que el gobierno debería enviar comisionados a las revoltosas colonias, quienes transmitirían a España las propuestas de los insurgentes. El decreto declara que el Tratado de Córdoba era ilegal y nulo. Disponía además que el gobierno debería informar a las otras naciones que España siempre consideraría el reconocimiento que ellas dieran a la independencia de sus colonias americanas como una violación a los tratados existentes. […]

La circular de Pelegrín que repudiaba las negociaciones entre Iturbide y O´Donojú fue impresa en la Gaceta Imperial de México el 28 de marzo de 1822. En un comentario a propósito de la desautorización del Tratado de Córdoba dicho periódico denunciaba la política colonial de España, justificaba el movimiento de independencia de México y declaraba que su pueblo nunca se sometería al gobierno español. Durante el siguiente mes, el congreso que había sido convocado en México expidió un decreto que ordenaba a los habitantes de todas sus ciudades, pueblos y villas que hicieran un juramento solemne en reconocimiento de la soberanía de la nación. La Regencia ordenó que este decreto fuera observado tanto por los dignatarios civiles, religiosos y militares de todas las clases, como por las fuerzas armadas.

La absoluta desautorización por parte del gobierno liberal español del convenio firmado por Iturbide y O´Donojú constituyó un nuevo y fresco estímulo para aquellos que favorecían la independencia absoluta y desvaneció el proyecto de un arreglo que hubiera permitido a la madre patria sostener a México como su apéndice.

Este resultado agrado a los partidarios que deseaban la independencia absoluta y no calificada. Por otro lado el repudio al Tratado de Córdoba desagradó a la nada despreciable facción que había favorecido el Plan de Iguala, porque éste contenía la promesa de conservar algunos de los lazos que unían a México con España. Cuando el secretario colombiano de Relaciones Exteriores se enteró de que las Cortes habían desautorizado el Tratado de Córdoba, expresó su opinión de que los diputados habían estado locos al rechazar públicamente un acuerdo del cual España habría podido obtener “inmensas ventajas”.

Buscando el reconocimiento internacional de otras naciones


 
James Monroe

México tomó la iniciativa a principios de 1822 respecto a sus relaciones con las naciones independientes del Nuevo Mundo. El 3 de enero la junta decidió que ya que había sido proclamada la independencia del Imperio mexicano, enviaría embajadores a Londres, Roma y Washington. Cinco días después Iturbide escribió una carta al Presidente James Monroe notificándole que el capitán Eugenio Cortés había sido designado como agente ante Estados Unidos con el objeto de comprar los barcos con los cuales se comenzaría a formar la marina del Imperio mexicano. El 10 de enero Iturbide giró instrucciones ordenando a Cortés que procediera a dicho país para adquirir una fragata y algunas corbetas para el gobierno. En respuesta a una carta en la que presentaba al comisionado y en la que Iturbide expresaba su gratitud por los servicios de Henry Clay en favor de la misión de Cortés, éste estadista replicó el 15 de marzo de 1822 que él había tenido el mayor interés en todo lo relacionado con la independencia y prosperidad de Hispanoamérica y especialmente de México. Ofrezco a Vuestra Excelencia mis más cordiales felicitaciones por el gran logro que ha liberado a ese Reino del yugo de Europa –escribió Clay- y mis sinceros deseos de que esta revolución, tan felizmente consumada con tan poco derramamiento de sangre resulte en el firme establecimiento de la libertad y de un gobierno liberal. Cortés escribió a Iturbide desde Baltimore para informarle que había conocido a Clay, quien lo había tratado con urbanidad. El agente mencionaba además que el reciente mensaje de Monroe al congreso insistiendo en que Hispanoamérica tenía el derecho al reconocimiento, mismo que no debería de negársele. En una carta sin fecha dirigida al presidente estadunidense, Cortés sugería que la independencia mexicana debería ser reconocida por los Estados Unidos. El secretario de Estado John Quincy Adams escribió al secretario de Relaciones José Manuel de Herrera el 23 de abril de 1822 que el presidente Monroe estaba deseando recibir un agente diplomático de México y que además su gobierno obraría recíprocamente enviando a un embajador a la capital mexicana. El 4 de mayo Monroe firmo un proyecto de ley que asignaba fondos para el establecimiento de legaciones en los países hispanoamericanos independientes.>>
[6]

Jorge Pérez Uribe


Notas:
[1] Spence Robertson William, Iturbide de México, México, FCE, 2012, págs. 226-228.
[2] Revista Relatos e historias en México, La invención de México, Alfredo Ávila Rueda, N° 1131, julio 2019
[3] Spence, op. cit. págs. 229 – 230
[4] Spence, op. cit. págs. 230 - 231
[5] Spence, op. cit. págs. 231 - 232
[6] Spence, op. cit. págs. 232 - 236

sábado, 29 de enero de 2022

LA GUERRA DE PUTIN YA EMPEZÓ





 A sus conocidas intenciones de invadir Ucrania, ahora se suma un peligro adicional con la llegada de tropas y arsenales de su Ejército a Bielorrusia.

Pablo Hiriart | enero 27, 2022

MIAMI, Florida.- Los estudiosos de la guerra afirman que éstas se deben ganar antes de que inicien. Es lo que hace el autócrata ruso.

Vladimir Putin atemoriza al mundo con una locura mayor: guerra en Europa.

A sus conocidas intenciones de invadir Ucrania, ahora se suma un peligro adicional con la llegada de tropas y arsenales de su Ejército a Bielorrusia.

Lo anterior indica la posibilidad de que la idea vaya más allá de Ucrania, con un posible ataque
a países bálticos (sí, otra vez Polonia en la mira).

El Ministerio de Defensa ruso anunció que unos 140 barcos de guerra realizarán, en febrero, ejercicios militares con fuego real en distintos puntos del orbe, incluidas las costas de Irlanda, a fin de “proteger los intereses nacionales rusos en todos los océanos del mundo”.

La locura de Putin, por ahora, es un escalofrío que recorre la espalda de Europa.

El líder ruso está envalentonado porque la anexión de Crimea en 2014 no tuvo respuesta de Occidente, y porque ve débil al presidente de Estados Unidos, y frágiles las alianzas de Occidente.

Ve a Biden ocupado con su bajo nivel de aceptación interno, con las elecciones intermedias en puerta, y la opinión pública duramente crítica.

De esos ‘detalles’ Putin no tiene que preocuparse en su país. Ejerce un control férreo sobre los poderes, la prensa está acallada y al que se sale del redil lo manda matar.

El único opositor de peso a su reelección en 2024, Alexei Navalny, está preso en un campo de reclusión fuera de Moscú.

Tal vez el despliegue militar ruso sea una fanfarronada, para limitarse a su objetivo manifiesto que es Ucrania. Imposible saberlo. Es una adivinanza muy riesgosa.

¿Qué quiere Putin?

Exige que esta semana la OTAN le entregue, por escrito, un compromiso de que no incorporará a Ucrania ni a ninguna de las exrepúblicas soviéticas.

Si ese fuera el punto, la guerra se evita con una mesa de negociación Ucrania-Rusia-OTAN, pues Biden dijo esta semana que “no tenemos intención de poner fuerzas estadounidenses o de la OTAN en Ucrania”.

Putin sube las demandas: que la OTAN vuelva a las posiciones que tenía antes de 1997.

Todo eso se puede negociar en una mesa y conjurar el riesgo de una guerra. Pero el enorme y costoso despliegue militar de ambos bandos, ¿para qué?

Por lo visto, se propone sacar a Estados Unidos de Europa.

Fiona Hill, exoficial de inteligencia en asuntos de Rusia y Eurasia con los presidentes George W. Bush y Barack Obama, explicó en The New York Times que “Putin espera lograr un nuevo acuerdo de seguridad con la OTAN y evitar un conflicto abierto. Luego será el turno de Estados Unidos de irse, llevándose sus tropas y sus misiles”.

Tiene a favor de su objetivo, agrega Fiora Hill, “los cuatro años de la desastrosa presidencia de Donald Trump y las divisiones que creó con los aliados de Estados Unidos”.

De hecho, Alemania, el aliado más rico de Estados Unidos, vacila. Prohibió el envío de armas fabricadas en su país a Ucrania.

Lo dijo con claridad el influyente parlamentario alemán Norbert Rötgern: “El objetivo de Putin es dividir a los europeos, luego dividir a Europa y Estados Unidos. Si prevalece la impresión de que Alemania no está totalmente comprometida con una respuesta fuerte de la OTAN, Putin habrá logrado paralizar Europa y dividir la alianza”.

Sea lo que sea, hay que recordar que Ucrania es un país soberano, miembro de la ONU desde 1991.

Alguien tiene que defender la legalidad internacional, si Rusia invade a su vecino.

Si el Ejército ruso entra a Ucrania, sería similar a la invasión de Sadam Husein a Kuwait en 1990, que provocó la Guerra del Golfo.

Joe Biden lo ve más grave aún: “Un ataque sería la invasión más grande desde la II Guerra. Cambiaría el mundo”.

Putin despliega tropas, armas, barcos de guerra, aviones de combate, hace declaraciones retadoras, amaga con cerrar gasoductos (40 por ciento del gas que calienta Europa viene de Rusia).

Los trae locos. Está haciendo su guerra.

Y es capaz de todo. De todo, menos de retirarse a Moscú con las manos vacías.

Fuente:https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2022/01/27/la-guerra-de-putin-ya-empezo/

domingo, 23 de enero de 2022

UNA GUERRA CIVIL ACECHA A ESTADOS UNIDOS

Las reformas electorales que han aprobado 19 estados de Congreso republicano son el ingrediente que le faltaba al pastel de la guerra interior. Está listo, sólo le falta la cereza.

Pablo Hiriart | enero 17, 2022

Y los votantes demócratas, si pierden por las nuevas disposiciones estatales que restringen el sufragio, no van a permitir que los gobierne una minoría.

Si la clase política no desactiva ahora la bomba, este país puede tener guerra, o secesión.

Habrá razones y medios para hacerla, en una nación donde hay más armas en manos de particulares (más de 400 millones) que habitantes en el país.

La guerra civil la ven venir los ciudadanos, y no los políticos. Algunos de ellos la desean.

Una encuesta de Zogby Analytics indica que 46 por ciento de los votantes piensa que Estados Unidos se encamina a una guerra civil (16 por ciento muy probable y 30 por ciento algo probable), contra 42 por ciento que no lo cree.

Entre las personas de 18 a 29 años, 53 por ciento ve probable una guerra civil y sólo 39 por ciento improbable.

Aquí hay un serio problema de inflación, una pandemia galopante y una crisis política. El país está dividido en dos.

Biden ha planteado soluciones urgentes para detener “la caída del cometa” (para usar el símil de la película tan comentada), pero los republicanos le han negado la sal y el agua.

Con la restricción para que personas mayores, negros y latinos ejerzan su voto, segmentos importantes de población vuelven a un estado similar al que existía antes del triunfo de la lucha por los derechos civiles que encabezó el pastor de Georgia.

La situación de por sí es mala.

Aquí la brecha económica entre blancos y negros es igual a la que había antes del asesinato de Luther King.

La riqueza promedio de una familia encabezada por un blanco es 10 veces superior a la de una familia que tiene por cabeza a un negro, con similar nivel educativo: secundaria terminada.

El desempleo es 100 por ciento superior en negros que en blancos.

Los negros son el 12 por ciento de la población del país, y constituyen el 33 por ciento de los presos.

Mueren, antes de cumplir un año de vida, 11.4 niños negros por cada mil nacidos vivos, frente a 4.9 niños blancos (esas cifras son peores a las que había a la muerte del reverendo King, y más desiguales incluso a las registradas en la época de la esclavitud, en 1850: antes de cumplir un año, morían 340 niños negros por cada mil, frente a 217 niños blancos por cada mil).

La discriminación en el crédito a las empresas fundadas por negros es insultante.

Por COVID (datos del primer semestre del año pasado) mueren 92.3 negros por cada 100 mil habitantes, en cambio mueren 45.2 blancos por cada 100 mil.

Y ante este escenario, los republicanos (más dos senadores demócratas), no conformes con bloquear el programa de infraestructura social del presidente, coartan el derecho al sufragio en sus estados.

La locura trumpiana que despliegan los republicanos, para dividir al país y tomar el control de las elecciones, encamina a Estados Unidos a una guerra civil.

En lo dicho: por donde pasa el populismo no vuelve a crecer el pasto.

Me lo dijo un viejo cubano, negro como el carbón y con algunas joyas de bisutería pobre, en una escalinata del parque del dominó en La Pequeña Habana de esta ciudad, cuando inicié la cobertura en Estados Unidos, el año antepasado:

“Este país ya está empingao”

Tal vez no de manera irremediable, pero hacia allá va.

Fuente:https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2022/01/17/una-guerra-civil-acecha-a-estados-unidos/

sábado, 15 de enero de 2022

PROGRAMA DE TRABAJO PARA 2022

 


Cuando inició este blog en septiembre de 2012, existían en la mente de su creador una multitud de temas a tratar, los cuales fueron siendo desarrollados en forma anual de conformidad con los planes de trabajo que se iban elaborando, algunos se tuvieron que posponer porque necesitaban de una mayor información como fue el caso de la Cosmovisión de los Mexicas, los sacrificios humanos y el mito del canibalismo que se satisfacieron con los cursos en el Museo Nacional de Antropología, el libro de Enrique Florescano, ¿Cómo se hace un dios? (2016) y las publicaciones de la revista Arqueología Mexicana (2017).

A lo largo de estos casi 10 años hemos analizado y reproducido infinidad de temas como esos estudios sobre la cultura y el “hombre light”, el shock de la renuncia del Papa, Benedicto XVI y las especulaciones sobre su sucesor, “la primavera árabe” y su repercusión en las monarquías del Magreb, “las autodefensas” en México, el gran encuentro Guadalupano de noviembre de 2013, el ciclo dedicado al poderoso “Estado Islámico”, que me dejó dos buenos amigos sirios, Fady y Emy, el ciclo dedicado a la “Gran Guerra”, más conocida como la I Guerra Mundial.

Aquí denunciamos en sus comienzos a la “ideología de género y al feminismo radical, así como la importancia de Gramsci y su “revolución cultural”, hablamos sobre la “dictadura de género”, lo que ya es un hecho, ya que si ustedes denuncian o dan un calificativo desagradable a un(a) homosexual, pueden ser expulsados de redes como facebook.

Gracias a los estudios en el INEHRM (2009-2012) y en la Academia Mexicana de la Historia (2013-2021) descubrimos que existía una nueva generación de historiadores que rompía con el sojuzgamiento a la historia oficial y publicamos algunos de sus trabajos, algunos ejemplos son los referentes a la “Sociedad Secreta de los Guadalupes” y la biografía de Hidalgo escrita por Carlos Herrejón Peredo, la cual fuimos publicando en varias entregas, ya que no sólo retrata al hombre, sino a toda su época.

Qué podemos esperar para este 2022


-Últimamente y dada la situación política que vive el país, no puedo abstraerme al riesgo que vivimos de caer en una dictadura al estilo venezolano y han abundado aquellos temas que pueden aportar luz.

-Por otra parte el año pasado vivimos el Bicentenario de la Consumación de la Independencia y dediqué varios posts a ello. Para este año seguiremos la suerte del Imperio Mexicano y de Agustín de Iturbide, ya que se le presenta como un cuento romántico. Gracias a “la nueva generación de historiadores”, ahora sabemos que la “güera Rodríguez” no fue la bella y casquivana dama de la corte, casi la “Mata Hari” del virreinato, sino una bella esposa golpeada por su celoso marido.

-Dentro de la obras que obtuve del INEHRM, está la biografía de Manuel Codorníu, médico del Capitán General (ya no virrey) Juan O`Donojú, al que acompañó en su arribo a la Nueva España, y que fue fundador de la masonería escocesa en México y cuya interesante vida analizaremos.

-También en el “Imperio del Norte” hay graves problemas y un aspirante a dictador que organiza a su gente y acecha: Donald Trump. Según algunos analistas hay presagios de una nueva “guerra civil”.

-Interesante y nociva es la trayectoria del narco-gobierno, socio y protector del Cartel del Chapo Guzmán, el cual está siendo rodeado y despojado de sus mercados por el Cartel de Jalisco Nueva Generación. Pueblos enteros están siendo abandonados ante su control de territorios y la inacción del Gobierno y de sus fuerzas armadas. El gobierno de Biden amenaza con intervenir ante el tráfico de fentanilo que amenaza la vida de decenas de miles de norteamericanos.

-Como cada año tendremos las reflexiones espirituales del P. Raniero Cantalamessa, ese fraile que fue nombrado Cardenal, pero pidió conservar su vestimenta de fraile. Esto será en los períodos de Cuaresma y Adviento.


Jorge Pérez Uribe | 14 de enero de 2022