Inexactitudes e incongruencias
La primera inexactitud de esta revolución es que de acuerdo con el calendario juliano -10 de enero del año 45 antes de Cristo, instaurado por Julio César-, y observado en la Rusia zarista; la revolución de octubre, no ocurrió en el calendario del mundo occidental regido por el calendario gregoriano de septiembre de 1582, es decir, ocurrió 13 días después. Por ello la revolución de octubre para el mundo occidental, es más bien la revolución de noviembre.
Pero este anacronismo no ocurría únicamente en la medición del tiempo, sino que la sociedad rusa era más una sociedad de características medievales, es decir campesina, ligada a un señor feudal conocido como boyardo que la gobernaba y protegía, que una sociedad burguesa o industrial.
Desde la teoría marxista de Marx y Engels, “la revolución del proletariado” estaba destinada para una sociedad burguesa, fuertemente industrializada, en donde la enorme clase obrera, la haría posible. Era una revolución predicha para la Inglaterra o Alemania de fines del siglo XIX, no para un país semifeudal como la Rusia zarista, que no había sufrido la “revolución burguesa”, requisito sine qua non para la revolución del proletariado.
No obstante la incongruencia teórica del marxismo, lo que la revolución rusa si validaría es la praxis política revolucionaria de Vladímir Ilich Uliánov conocido como “Lenin” y de Lev Davídovich Bronstein, conocido en español como “León Trotsky”. Con ellos nació la técnica del “putsch” o “golpe de estado o levantamiento organizado por un grupo armado con el fin de hacerse con el poder.”, gracias a la cual la Europa después de la “Gran Guerra” se llenaría de dictadores, unos marxistas, otros nacionalistas.
San Petersburgo, Petrogrado, y Leningrado
Mucho nos dice de los cambios políticos en Rusia y el porqué fue la cuna de la revolución la ciudad de San Petersburgo (en ruso, Sankt Peterburg). Ciudad situada en el noroeste de la Rusia europea, Localizada en el delta del río Neva, en el extremo oriental del golfo de Finlandia, la mayor parte de la ciudad se construyó sobre las riberas del río y en las islas formadas en el mismo. Es la segunda ciudad más grande de Rusia, y uno de sus más importantes puertos marítimos, además de ser un importante nudo ferroviario.
San Petersburgo fue en su día una fortaleza sueca que controlaba las proximidades del río Neva. En 1703 Pedro I se apoderó de esta zona y edificó las fortalezas de San Pedro y San Pablo, y Kronstadt. Ordenó también la construcción de una nueva ciudad, que llamó San Petersburgo en honor de su santo patrón. Quiso que la ciudad se occidentalizara, hasta el punto de considerarla "una ventana a Europa". En 1713 la familia real estableció aquí su residencia, por lo que la capital de Rusia dejó de ser Moscú para pasar a ser San Petersburgo. El desarrollo de instalaciones portuarias en el siglo XIX derivó en el desarrollo industrial de la ciudad, desarrollo que no existía en la ciudad de Moscú.
En 1914 el emperador Nicolás II cambió la denominación alemana de San Petersburgo por la denominación rusa Petrogrado, después de que se declarara la guerra a Alemania.
A la muerte de Lenin en 1924, se le nombra como Leningrado en su honor, hasta que derruida la URSS, retoma su antiguo nombre de San Petersburgo en 1991.
La revolución pacífica y el innecesario golpe de estado, ambos en 1917
En 1913 el imperio ruso era uno de los países con un mayor índice de crecimiento económico, sin embargo este auge económico estaba ligado a una parálisis política. A Rusia le tocó en suerte un zar vacilante que hasta el último momento se negó a establecer una monarquía parlamentaria. Nicolás II era el monarca perfecto para aceptar una reducción de su papel como autócrata: sin embargo, el apego al juramento hecho durante su coronación y la influencia de su esposa, le impidieron dar ese paso que hubiera salvado a Rusia de la vorágine revolucionaria.
Por otro lado otro factor preponderante en la caída del imperio ruso fue su participación en la Gran Guerra de 1914-1918, ya que la inmensa mayoría del pueblo ruso no quería esta guerra, que le impuso grandes privaciones, al destinar los alimentos y bienes a las tropas y lo demostró al no apoyar a los gobiernos provisionales, tras la dimisión de Nicolás II, ya que estos insistían en continuar la guerra contra Alemania.
Papel preponderante tuvo la masonería encabezada por el príncipe Guergoi Lvov, fundador de las primeras logias masónicas de Petrogrado y Moscú y que encabezaría el primero y el segundo gobierno provisional, tras la revolución de febrero. Le apoyaba otro masón Pavel Miliukov, ministro de Exteriores, y personaje clave en aquellos primeros meses de Gobierno provisional, quien escribiría en sus memorias que el golpe (de febrero) fue un complot masónico.
Por otro lado también los seguidores de Alexander Kerensky que encabezaría el tercer gobierno provisional, reclaman su lugar como fundadores de las logias masónicas en Rusia; ya que a principios del siglo XX, unos 15 masones de la órbita del socialista Alexander Kerenski (1881–1970) que habían emigrado a Francia se unieron a logias en París, principalmente la logia Kosmos y la logia Monte Sinaí.
A su regreso a Rusia, en 1908 fundaron las logias La Estrella Polar en San Petersburgo y la logia Regeneración en Moscú.
Asimismo Alemania ayudó a los bolcheviques y a Lenin a regresar a Rusia blindando un tren desde Suiza y otorgando una enorme ayuda económica en ese tiempo de 50 millones de marcos.
Las dos revoluciones del año 1917 (cronología según el calendario juliano) [1]
La primera revolución, incruenta ocurrió en enero-febrero de 1917, con ella se consiguió que abdicara el zar Nicolás II. Como consecuencia, Estonia, Finlandia, Polonia se independizan, y grandes reformas sociales se elaboran para ser sometidas a la futura Asamblea Constituyente, los socialistas organizan un Consejo (Soviet) de diputados, trabajadores y soldados para criticar al gobierno provisional.
Todo inició el 9 de enero, con una huelga obrera en Petrogrado en la que participaron más de 50 mil obreros. También se realizaron manifestaciones en recuerdo del “domingo rojo” de 1905.
El 22 de febrero, se declaró la huelga en las fábricas Putilov, donde trabajaban 150 mil obreros.
El 23 de febrero, se celebra el Día Internacional de la mujer, con una inmensa marcha contra el hambre,
El 24 de febrero, crece el movimiento de protesta en Petrogrado.
El 25 de febrero, se declaró la huelga general en Petrogrado, con enfrentamiento entre manifestantes y el ejército.
El 26 de febrero, se dan brotes insurreccionales, represión violenta y primeros actos de confraternización de cosacos y soldados con manifestantes. El zar Nicolás disuelve la Duma o Parlamento, que ignorando tal decisión elige un Comité Provisional para restablecer el orden.
El 1° de marzo, el Comité de la Duma publica su primera orden en la que exhorta a los soldados a elegir sus soviets (comités) en todas las unidades militares; decisión que desestabiliza por completo al ya tambaleante ejército ruso, duramente golpeado por las tropas alemanas.
El 2 de marzo, el zar Nicolás II que se encuentra en la ciudad de Peskov, junto con su Estado Mayor, abdica a favor de su hermano, el gran Duque Mijail Romanov. La Duma por su parte forma un gobierno provisional, encabezado por el príncipe Gueorgui, progresista y fundador de las primeras logias masónicas de Petrogrado y Moscú.
El 3 de marzo, el gran Duque Mijail Romanov renuncia al trono. En tanto en Zúrich, un desesperado Lenin que observa como la revolución y la historia se le escurre entre las manos, al fin logra abordar el “tren blindado” que el káiser Guillermo II ha puesto a su disposición y de una treintena de “camaradas” para conducirlo a la frontera rusa con Finlandia.
El 6 de marzo, el gobierno provisional dicta sus primeras decisiones: amnistía general para presos políticos; convocatoria para elegir una Asamblea Constituyente, -y la que sellará su caída, rechazo de todo tratado de paz separado con Alemania-. Rusia mantiene su alianza militar con Francia e Inglaterra contra el káiser.
El 12 de marzo, Lenin en camino a Rusia, escribe Cartas de lejos, una serie de cinco largos artículos en los que define claramente la revolución proletaria y cómo llevarla a cabo. Su posición es tan radical que asusta sus propios compañeros bolcheviques, que sólo publicarán la primera carta en el diario Pravda.
El 3 de abril, al fin llega el desesperado Lenin a Petrogrado. Tres semanas después arribará Trotsky que viene de Londres
El 4 de abril, Lenin expone a los bolcheviques sus Tesis de abril, en las que define “las tareas del proletariado” en la revolución rusa en curso y justifica su oposición sistemática a la guerra y al gobierno provisional.
El 20 y 21 de abril, se llevan a cabo las jornadas de abril. Manifestaciones en Petrogrado por iniciativa de los bolcheviques contra la decisión del gobierno provisional de seguir combatiendo contra Alemania. Violento enfrentamientos callejeros entre los que apoyan seguir la guerra y los que están en contra.
El 5 de mayo, tiene lugar la formación del segundo gobierno provisional encabezado nuevamente por el príncipe Guergoi Lvov.
Entre el 3 y el 24 de junio, tiene lugar el Congreso Panruso de los Soviets celebrado en Petrogrado. La mayoría de los delegados apoyan al gobierno provisional, al que los bolcheviques, por el contrario combaten con más determinación que nunca. Mientras Lenin asegura que su partido está listo para tomar el poder, muy pocos lo toman en cuenta.
El 18 de junio, las fuerzas armadas rusas lanzan una nueva ofensiva contra el ejército alemán, la cual fracasa pronto y cuyo altísimo costo humano juega un papel capital en el apoyo creciente de los soldados a los revolucionarios.
Entre el 2 y el 4 de julio, se llevan a cabo las jornadas de julio, con nuevas manifestaciones de obreros y campesinos en Petrogrado, aún más violentas que las de febrero y es que los bolcheviques aprovechan el descontento causado por la reciente derrota frente a los alemanes, pensando que es su oportunidad de tomar el poder. Los marinos del puerto de Kronstadt se unen al movimiento que rebasa hasta a los bolcheviques más radicales. El gobierno reprime el movimiento con gran brutalidad, mientras que la justicia lanza una orden de detención contra Lenin por “traición a la patria”, por lo que éste pasa a la clandestinidad, escondiéndose en el norte de Petrogrado y luego en Finlandia.
El 24 de julio se forma el tercer gobierno provisional encabezado por Alejandro Kerensky.
Del 27 al 31 de agosto se da un golpe militar frustrado del general Lavr Kornilov.
El 1° de septiembre se proclama la República.
El 9 de septiembre, los bolcheviques logran al fin controlar la dirección del Soviet de Petrogrado.
El 7 de octubre, tiene lugar la Sesión inaugural de la Duma, que es boicoteada por los bolcheviques.
El 10 de octubre, Lenin recién llegado de Finlandia se reúne clandestinamente con la dirección bolchevique, en la que se toma la decisión de lanzar cuanto antes la insurrección revolucionaria.
El 12 de octubre, tiene lugar la creación del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado, encabezado por León Trotsky, Vladimir Antonov-Obseyenko y Pavel Dybenko, cuya misión es preparar la insurrección.
El 24 de octubre, principia el “golpe de Estado” de los bolcheviques y esa noche, las unidades militares que apoyan a los bolcheviques toman el control de Petrogrado sin enfrentar mayor resistencia.
El 25 de octubre (7 de noviembre en el resto del mundo), sólo el Palacio de Invierno, exresidencia del zar, escapa a la autoridad de los bolcheviques. Es el último reducto del gobierno provisional, cuya destitución es anunciada oficialmente por Lenin. Y esa noche Trotzki toma la sede del gobierno, arresta a los ministros, deja huir a Kerenski, que terminará su vida como profesor de universidad en Estados Unidos: “los habitantes dormían tranquilamente y no sabían que en este preciso instante, un poder sucedía a otro poder”. No hay encarnizada resistencia de un puñado de guardias. Ese día forman un Consejo de los Comisarios del Pueblo: Lenin preside, Trotzki y Stalin están a su lado. El 25 de noviembre, la nación elige la Asamblea Constituyente, que se reunirá por primera vez el 18 de enero de 1918, en Petrogrado.
<<El socialista ruso Boris Krichevsky, desde Petrograd, mandó 17 cartas al periódico francés L’Humanité, del 2 de octubre 1917 al 23 de febrero de 1918. Revolucionario, opuesto a los bolcheviques, lamenta, a los pocos días del golpe de octubre, que “una Revolución que se anunciaba tan luminosa, que era tan hermosa en su aurora, se encuentra hoy bajo la bota de un puñado de audaces conspiradores… No fue una insurrección obrera, ni fue una insurrección. El pueblo obrero de Petrograd dormía como el resto de la población, en esa noche que dio el poder a la pandilla. Fue un complot en todo el sentido de la palabra, organizado a cielo abierto, bajo las narices de un gobierno lamentablemente impotente. Fue un complot militar, ejecutado por los pretorianos bolcheviques de la guarnición desocupada y podrida de Petrograd, con la ayuda de unos marinos de la flota del Báltico”.>> [2]
Jorge Pérez Uribe
- Jean Meyer, Rusia y sus imperios, 1884-1991, CIDE/FCE, México, 1997, 525 págs.
- Octubre Rojo, Revista Historia y Vida, No. 477, España
- El nacimiento de una utopía 1917-2017 Centenario de la Revolución Rusa, Revista Proceso, noviembre 2017
- Méxicohttp://www.eluniversal.com.mx/articulo/jean-meyer/nacion/la-revolucion-de-octubre
Notas:
[1] El nacimiento de una utopía 1917-2017 Centenario de la Revolución Rusa, Revista Proceso, noviembre 2017, México
[2] http://www.eluniversal.com.mx/articulo/jean-meyer/nacion/la-revolucion-de-octubre